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Estudio bíblico de Oseas 5:1-14

Oseas 5:1-14

Amigo oyente, continuamos hoy nuestro viaje por el libro de Oseas. Y llegamos al quinto capítulo de este libro. Este capítulo continúa tratando el tema del pecado del reino del norte y exponiendo el hecho de que el juicio vendría sobre ellos. Por lo tanto, no es una sección agradable de la Palabra de Dios.

Debemos tener presentes los antecedentes personales del profeta Oseas. Siendo joven, se enamoró de una muchacha muy hermosa que se convirtió en una prostituta. Pensamos que ella fue atraída por la prostitución por el dinero que pudiera ganar, por el hecho que con esa forma de vida podría obtener los lujos que de otra manera no podría haber tenido. Y Dios envió a este hombre llamado Oseas para que, a pesar de la condición de ella, la tomara como esposa. Como él la amaba, se casó con ella. Después de haber tenido 3 hijos, ella se dedicó nuevamente a la prostitución. Y otra vez Oseas la fue a buscar, trayéndola de regreso al hogar. Osea vivió entonces con un corazón quebrantado por el dolor y en un hogar destruido. Con este trasfondo, le dijo al reino del norte de Israel que Dios consideraba que ellos estaban practicando la prostitución espiritual, que le habían sido infieles y que él comprendía exactamente como se sentía Dios, pero que a pesar de todo los amaba y nunca los dejaría, aunque iba a juzgarlos por su pecado. El primer párrafo de este capítulo se titula entonces

Israel se apartó de Dios y Dios se apartó de Israel

Dios comenzó condenando al liderazgo de la nación, es decir, a los sacerdotes y al rey. Leamos el primer versículo de este quinto capítulo de Oseas.

"Sacerdotes, oíd esto, casa de Israel, estad atentos, casa del rey, escuchad: Contra vosotros es el juicio, pues habéis sido un lazo en Mizpa, una red tendida sobre Tabor."

Mizpa se encontraba situada en la sección suroeste del reino, y el monte Tabor se encontraba en la sección noreste del reino. En esa época los israelitas estaban adorando debajo de cualquier árbol que encontraran. Así que había ídolos por todas partes.

El profeta entonces dirigió sus palabras a los sacerdotes y al rey, como representantes del liderazgo de la nación. En el capítulo 4 pudimos ver que Dios dijo que los sacerdotes y el pueblo se encontraban en el mismo nivel moral y espiritual. Los sacerdotes, que deberían haber servido de ejemplo, eran incapaces de elevarse por encima del nivel más bajo en el que se encontraban las personas de aquella sociedad. Y esta apreciación era cierta también en cuanto al rey.

Lamentablemente, estimado oyente, estamos viviendo en días en los cuales muchos de los dirigentes espirituales y políticos no nos ofrecen un ejemplo digno de imitar. La carencia de convicciones y la permisividad predominan en la vida religiosa, en la política y en los medios de difusión. La historia nos muestra que el deterioro espiritual y la decadencia de una nación, con el tiempo, conducen a su destrucción. Esto fue lo que le sucedió a aquel pueblo de Israel, y esa nación nos proporciona unas pautas de lo que nos podría suceder en la actualidad. Continuemos leyendo el versículo 2 de este quinto capítulo de Oseas:

"Haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto, los castigaré a todos ellos."

Dios reprendió a los israelitas por su brutalidad. Allí había homicidios, había violencia, y también guerras. Y en los últimos tiempos ha habido también naciones que se han precipitado en participar en guerras sin prestar atención, incluso, a los consejos de expertos militares expresaron a modo de advertencia. Y además de no haberse logrado nada con tales guerras, los resultados han sido catastróficos en la pérdida de vidas humanas, que fue el aspecto más trágico, y en otro orden de importancia, en las repercusiones económicas, que siempre han perjudicado más a las clases menos favorecidas. Y hay algunas personas que opinan que el resultado de todo esto ha sido un juicio de Dios contra el hombre blanco. Al principio de la historia, los hijos de Cam encabezaron las grandes civilizaciones paganas de Egipto, Babilonia y Asiria. Y esas eran naciones paganas muy poderosas. Sin embargo, fueron los hijos de Jafet, el hombre blanco, el que ha cometido el error más grave de todos: algunos países han tenido la Palabra de Dios, la Biblia, y no han enviado más misioneros, como debían haber hecho. Solo realizaron esfuerzos mínimos en enviar la Palabra de Dios a grandes naciones y entonces, Dios cerró la puerta de la oportunidad. Fue Dios quien cerró las puertas y no los sistemas políticos. En vez de enviar Biblias o promover el mensaje del Evangelio, después tuvieron que enviar soldados a morir en el campo de batalla, armas y bombas. Quizá sea necesario que el ser humano despierte hoy a la realidad de que no se puede prescindir de Dios alejándole a los confines del universo, como si no se lo necesitara más. Pensamos que hoy, la raza humana está sintiendo, de muchas y variadas formas, los efectos del juicio de Dios, tal como le sucedió en la antigüedad al pueblo de Israel. Ahora, leamos los versículos 3 y 4 de este capítulo 5, de Oseas:

"Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; tú, Efraín, ahora te has prostituido, y se ha contaminado Israel. No piensan en convertirse a su Dios, pues en medio de ellos hay un espíritu de prostitución y no conocen al Señor."

Ya dijimos anteriormente que creemos que "Efraín" es un nombre cariñoso que Dios eligió para designar a la nación de Israel. Aunque era el nombre de solo una de las tribus, lo usó para representar a todas las 10 tribus del norte. Pero creemos que hubo una segunda razón para que Dios usara a Efraín para representar a todo el reino del norte (o de Israel). Efraín se encontraba en el centro mismo de la idolatría de Israel. El primer becerro de oro fue instalado por Jeroboam en Bet-el; más adelante un segundo becerro de oro fue instalado en Samaria. Y ambos lugares se encontraban en la tribu de Efraín. Sabemos que Bet-el probablemente estaba en la tribu de Benjamín, pero en el momento de la rebelión, esa área se rebeló con la tribu de Efraín y el resto del reino del norte. Así es que Efraín era el centro mismo de la idolatría, y la idolatría fue el gran pecado de la nación de Israel.

Dice el versículo 3, Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; tú, Efraín, ahora te has prostituido, y se ha contaminado todo Israel. Dios sabía de lo que estaba hablando. Aunque la adoración al becerro, la adoración a Baal, había sido establecida en la tribu de Efraín, había contaminado a todas las 10 tribus e incluso había tenido su efecto en el reino del sur. El pecado de ellos fue el pecado de un pueblo que tenía la Palabra de Dios y que conocía a Dios, pero después se había alejado de Él ya no le conocía, o no le adoraba. Como consecuencia de esta actitud, la más absoluta inmoralidad y el deterioro se impuso por todas las partes de la nación, afectando incluso a la ecología del país. Dios dijo que aun la tierra y los animales estaban afectados, y creemos que la maldición de Dios todavía está hoy sobre esa tierra. Las pocas obras de irrigación artificial que se han llevado a cabo solo han conseguido que crezca allí algo de vegetación, pero aun no han logrado que el desierto florezca como una rosa. Ahora, escuchemos lo que dice el versículo 5 de este capítulo 5 de Oseas:

"La soberbia de Israel testificará en su contra; Israel y Efraín tropezarán por su pecado, y Judá tropezará también con ellos."

Dios estaba diciendo que todas las 10 tribus serían conquistadas, y añadió que hasta Judá caería con ellos, aunque no dijo que caerían todos al mismo tiempo. Sin embargo, Judá finalmente sería derrotado, y ambos reinos serían conducidos al cautiverio. El reino del norte (o de Israel) fue llevado cautivo por Asiria y aproximadamente un siglo después, el reino del sur (o de Judá) fue llevado cautivo a Babilonia. Desde aquel cautiverio nunca ha se ha llevado a cabo el retorno a la tierra del cual habló la Palabra de Dios. El libro de Oseas deja totalmente en claro que cuando Dios los traiga de regreso a su país, el mundo lo sabrá, y habrá paz en la tierra. Leamos ahora el versículo 6:

"Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando al Señor, más no lo hallarán: ¡Se ha apartado de ellos!"

Es decir, que el pueblo había abandonado a Dios, pero cuando comenzaron a experimentar dificultades, después de haber probado todos los demás recursos, se volverían a Dios. Dios sería su último recurso, pero entonces no lo encontrarían porque Él se había apartado de ellos.

Para muchas personas, el volverse hacia Dios es el último recurso. Es como esa historia que se cuenta de que hace algunos años, cierto barco estaba cruzando el Océano Atlántico y chocó contra un témpano de hielo; se dice que el Capitán dio una orden a todos los que se encontraban en el barco diciéndoles: "Todos a orar, todos a orar". Una mujer que se encontraba en dicho barco se dirigió corriendo al Capitán y le dijo: "Capitán, ¿ha llegado la situación realmente a ese punto?" Ella estaba dando a entender que si iban a ponerse a orar, habían llegado al último recurso. Y esa es la forma en que muchas personas tratan a Dios. Para ellas, Él es como una rueda de repuesto que tienen a mano, pero siempre esperan no tener que utilizarla. O si no, es como la póliza de un seguro de vida, o un extintor de incendios. Uno espera que no tenga que usarlos, pero están allí cerca por si se produce una emergencia. Continuemos leyendo el versículo 7 de este quinto capítulo de Oseas:

"Contra el Señor prevaricaron, porque han engendrado hijos de extraños; ahora serán consumidos en un solo mes ellos y sus heredades."

Dice aquí han engendrado hijos de extraños. Es decir, que eran extraños para Dios. Aquel pueblo no crió a sus hijos proporcionándoles la enseñanza y amonestaciones del Señor, es decir, en la disciplina e instrucción del Señor. En el libro de Deuteronomio Dios le dijo a Su pueblo que tenían que estar enseñando Su Palabra a sus hijos en todo momento. Tenían que colocarla en la parte superior de las puertas, y enseñarla cuando se sentaban juntos en sus hogares, cuando salían a caminar juntos e incluso cuando se iban a acostar en la noche. Pero, aquí Él dijo han engendrado hijos extraños - o sea, que no conocían a Dios. Y dice el versículo 8:

"¡Tocad la bocina en Gabaa y la trompeta en Ramá! ¡Sonad la alarma en Bet-avén! ¡Alerta, Benjamín!"

Bet-avén era Betel. Esa parte de la tribu de Benjamín aparentemente se había rebelado junto con el reino del norte. Dios estaba diciendo aquí que la palabra de advertencia debía difundirse por toda la tierra y por todo el pueblo. Continuemos leyendo el versículo 9 de Oseas 5:

"Efraín será asolado en el día del castigo; entre las tribus de Israel hice conocer la verdad."

En otras palabras, Dios no había fallado en advertir al pueblo. Él les había advertido. Les había reprendido y aún así, ellos no escucharon. En el versículo 10 de este capítulo 5 de Oseas, continuamos leyendo:

"Los príncipes de Judá han sido como los que traspasan los linderos; ¡pero sobre ellos derramaré a raudales mi ira!"

El reino del sur, aparentemente, había tratado de desplazar lo más posible sus fronteras hacia el norte. Había evidentemente una verdadera división entre las dos naciones, enfatizada por el hecho de que no podían ponerse de acuerdo en cuando a la frontera que las separaba, Dios también tuvo un mensaje para el reino del sur por medio del profeta Oseas, aunque él fue principalmente un profeta para el reino del norte. Y después, Él continuó utilizando la expresión Efraín para referirse al reino del norte. Y en el versículo 11 de este capítulo 5, de Oseas leemos:

"Efraín está oprimido, violados sus derechos, porque quiso andar en pos de vanidades."

Es decir, que Efraín voluntariamente siguió a los ídolos y practicó la adoración de los ídolos: o sea que siguió el mismo camino que la mayoría del pueblo. Y continuamos leyendo el versículo 12:

"Yo, pues, seré como polilla a Efraín y como carcoma a la casa de Judá."

Los profetas usaron figuras retóricas muy interesantes. Creemos que estudiar las profecías trae mucho provecho, porque ellos usaron términos de la naturaleza y sus figuras retóricas nos ayudan a comprender la Palabra de Dios. Aquí Dios dice: Yo, pues, seré como polilla a Efraín. Ahora, ¿qué hace una polilla? Bueno, entra al lugar donde uno guarda la ropa, y si usted no tiene esas bolas de naftalina, puede estropear trajes o cualquier tipo de ropa. Y Dios dijo aquí: Yo, pues, seré como polilla a Efraín y lo juzgaré rápidamente.

Y el versículo 12 continuó diciendo Y como carcoma a la casa de Judá. Es necesario que pase mucho tiempo para que la madera o el fundamento de una casa quede podrido o carcomido. Dios le estaba diciendo a Efraín, en el reino del norte: "Yo te juzgaré a ti ahora, Sin embargo, en el reino del sur la podredumbre también se estaba propagando y finalmente, ellos también caerían derrotados; solo que ese desenlace demoraría un poco más en llegar.

En la actualidad, las bases, los fundamentos están siendo removidos en todas las formas imaginables. El proceso de corrupción ya ha comenzado a operar en lo que ha quedado en pie. Es posible que el desenlace se demore por un tiempo, pero la raza humana no puede continuar viviendo en el pecado, como es evidente que está ocurriendo, y esperar que pueda escapar al juicio de Dios. Ahora leamos el versículo 13 de este capítulo 5 de Oseas:

"Verá Efraín su enfermedad y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria y pedirá ayuda al gran rey, pero él no podrá sanaros ni os curará la llaga."

Destacamos la frase Verá Efraín su enfermedad. Efraín estaba enfermo, y enfermo de muerte. Y también vio Judá su llaga. En efecto, el reino de Judá también fue herido en ese tiempo, porque Asiria vino contra él, pero no lo condujo al cautiverio.

Y el versículo 13 de este capítulo 5 de Oseas termina diciendo: irá entonces Efraín a Asiria y pedirá ayuda al gran rey, pero él no podrá sanaros ni os curará la llaga.

Lo que le sucedió a Efraín fue que se dirigió a un curandero, Ellos pensaron que el rey de Asiria los ayudaría, pero él sería quien los conduciría al cautiverio. Habían apelado a la persona equivocada. Ahora, en el versículo 14, del capítulo 5 de Oseas leemos:

"Porque yo seré como león a Efraín y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo mismo los despedazaré, y me iré; los arrebataré, y nadie podrá librarlos."

Aquí tenemos otra elocuente figura retórica. En primer lugar Dios le dijo a Efraín que para él iba ser como un león, pero para el reino del sur sería como un cachorro de león. Ahora, ¿qué significa esta comparación? Bueno, quiere decir sencillamente lo siguiente. En cierta ocasión hubo un programa de televisión donde se mostrabas escenas de la naturaleza, concretamente de la vida animal. Mostraron algunos leones, y había también una leona que estaba protegiendo a sus cachorros. Estos cachorros de león simplemente se parecían un perrito o un gatito, a una mascota inofensiva que uno quisiera tomar en sus brazos para jugar con ella. Pero la leona era agresiva, especialmente cuando otro animal se acercaba a sus cachorros. Ella atacaría a otro animal y los cachorros simplemente continuarían jugando. Ahora, Dios le dijo al reino del norte que para ellos sería como un león -quería destruirlos. Y para el reino del sur Él iba a ser solo un cachorro de león. ¿Pero qué sucedería con el cachorro? Él crecería y algún día sería tan feroz y agresivo como su madre leona. Estas palabras constituyeron una advertencia al reino del sur, informándoles que algún día el juicio también les llegaría a ellos.

Después en este versículo leemos la siguiente frase: Yo, yo mismo los despedazaré, y me iré; los arrebataré, y nadie podrá librarlos. Dios iba a permitir que Efraín fuera llevado al cautiverio, y ellos podían llorar y gemir todo lo que quisieran, pero Él no los rescataría. Es que Dios había juzgado su pecado.

Dios juzga el pecado incluso hoy. Nadie quedará impune, evitando el castigo de Dios.

Uno encuentra a drogadictos por todas partes y el sida y otras enfermedades adquieren proporciones de epidemia en muchos lugares del mundo. Y hay gente que se pregunta qué está sucediendo. Pues, simplemente, lo que ocurre es que resulta imposible evitar las consecuencias del pecado. En Su Palabra el dejó bien en claro. El apóstol Pablo escribió lo siguiente en Gálatas capítulo 6, versículo 7: 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará,

Bien, estimado oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Le sugerimos que comience a leer el capítulo 6 de este libro de Oseas para comprender mejor su contenido. Le invitamos pues a acompañarnos en nuestro próximo encuentro con Dios y Su Palabra.

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