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Estudio bíblico de 1 Timoteo 3:9-16

1 Timoteo 3:8-16

Amigo oyente, en este día regresamos al capítulo tres de la Primera Epístola del Apóstol Pablo a Timoteo, y aquí estamos observando algo de lo que podría llamarse el gobierno de la Iglesia, los cargos de la iglesia. En nuestro programa anterior, vimos los requerimientos para los ancianos, o los obispos de la Iglesia. Llegamos hasta el versículo 8, que comienza a especificar los requisitos espirituales de los diáconos. Vamos a leer otra vez este versículo 8 de 1 Timoteo 3:

"Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados al mucho vino ni codiciosos de ganancias deshonestas"

La palabra aquí traducida diáconos, es la misma que a veces se traduce como "ministro", en relación con el servicio, con servir. Esa palabra y sus derivados se usan en los siguientes pasajes. Pablo y Apolos fueron llamados diáconos. El Señor Jesús fue considerado un siervo, un ministro, en Mateo 20:28. En Romanos 13:4 los funcionarios del gobierno son presentados como personas al "servicio" de Dios, como "ministros". Y en 2 Corintios 11:15, la palabra se aplica también a los "ministros" de Satanás. Así que "diácono" o "ministro", es un término general para un siervo, servidor o trabajador.

Solemos pensar que el relato de Los Hechos 6 proveyó la ocasión para el principio del cargo de diácono en la iglesia primitiva. Sin embargo, la palabra griega para diácono ni siquiera se utiliza en ese pasaje Bíblico. Pero confiamos en tener suficiente base Bíblica para decir que aquellos hombres fueron nombrados diáconos de la iglesia.

Un diácono, aunque se ocupa de los asuntos materiales de la iglesia, debería ser una persona espiritual. Suelen producirse problemas cuando se nombra a un diácono en base a sus cualidades físicas antes que por sus cualidades espirituales. A veces pensamos que porque una persona tiene éxito en sus negocios, o en su profesión, será un buen diácono. Lamentablemente, hay muchas personas que han sido nombradas siguiendo esos criterios.

Hemos intentado enfatizar que en 1ª Timoteo la iglesia local es una organización que necesita manifestarse, es decir, hacer sentir su presencia e influencia en la comunidad, y al hacerlo, tiene que enfrentarse con los problemas y necesidades diarias. Debe ocuparse de los problemas del edificio (como climatización, luz, etc.) y muchos otros asuntos que no parecen muy románticos ni ideales. Sin embargo, lo importante es aun que la iglesia ha de tener un ministerio espiritual en la comunidad. Con frecuencia colocamos en primer lugar los requisitos materiales, pero las personas que ocupan los cargos deben tener los requisitos espirituales que el apóstol estaba especificando, para desempeñar esas funciones. Alguien ha dicho acertadamente que "cuando la iglesia deja de estar en contacto con el otro mundo, ya no está en contacto con este mundo". Estamos de acuerdo con esa evaluación. Hasta que los aspectos espirituales no sean enfatizados, una iglesia no puede llevar a cabo las funciones materiales y prácticas aquí en la tierra. Los diáconos, por lo tanto, deben tener ciertas aptitudes espirituales.

Deben ser honestos o dignos, honorables, como traducen otras versiones. Dice aquí que deben ser sin doblez, es decir, sinceros. No deben tener dos caras.

La palabra de un hombre debe ser considerada un factor importante. Puede resultar peligroso que un diácono trate de complacer a todos, o que no tenga el valor suficiente como para plantarse con firmeza ante una situación que así lo requiera. Se espera que mantenga un equilibrio entre la energía de su personalidad, y la flexibilidad.

Además se requiere que sean no dados al mucho vino, La Biblia enseña la templanza, la moderación. No creemos que enseñe una abstinencia total porque en aquellos tiempos no había muchas medicinas y el vino era utilizado como un remedio. En 1 Timoteo 5:23 Pablo animó a Timoteo para que tomara un poco de vino por causa de ciertos malestares de estómago. Incluso en la actualidad muchas medicinas que tomamos tienen un alto porcentaje de alcohol.

Finalmente se estableció como requisito que no fueran codiciosos de ganancias deshonestas. Aquí se nos advierte que el diácono no debería tener un amor insaciable por el dinero. Debería ser una persona íntegra, que maneje el dinero de la iglesia de una manera honesta. Nada puede perjudicar a una iglesia más que la acusación de que algún diácono maneja las finanzas arbitrariamente. La administración del dinero que se entrega a la iglesia para causas específicas, debe ser escrupulosamente asignado a las necesidades para las que fue donado.

Ahora, escuchemos lo que dijo el apóstol aquí el versículo 9, de este capítulo 3, de la primera epístola a Timoteo:

"que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia."

El misterio de la fe significa la revelación del Evangelio de Cristo. Cuando Pablo mencionó a la fe no estaba hablando de la cualidad abstracta de la fe, sino de las doctrinas de la fe. El habló de ella como de un "misterio" porque estas doctrinas no fueron reveladas en el Antiguo Testamento. Pero ahora han sido reveladas después en el Nuevo Testamento. En el libro de Los Hechos se nos dice que la Iglesia primitiva "continuaba en la doctrina de los apóstoles". La doctrina de los apóstoles era la "la fe" de la iglesia primitiva. Debería ser la fe de la Iglesia, en el día de hoy; y por lo tanto, la iglesia debería presentar ante el mundo esa fe.

Hay muchas personas que opinan que la fe ya ha pasado de moda, y que debería ser cambiada, adaptada a los nuevos tiempos. Hace muchos años, en una revista internacional, apareció un editorial que apoyó esta idea de poner al día la lista de los "siete pecados capitales". La nueva lista incluía los siguientes: egoísmo, intolerancia, indiferencia, crueldad, violencia, destructividad. La lista reemplazó la lujuria, por supuesto, con la "mojigatería". Dijeron que la lujuria fue reemplazada porque había llegado a ser algo muy común en el puesto de venta de revistas pornográficas del barrio o en el cine. La glotonería no fue incluida porque fue considerada como un problema de colesterol, pero no como un problema teológico. Palabras como codicia y pereza fueron consideradas anticuadas. El artículo destacó que los diferentes segmentos de la sociedad tienen diversos conceptos de lo que constituye pecado. Por ejemplo, los jóvenes habrían añadido la intrascendencia y la hipocresía en los primeros puestos de su lista de pecados. Pero la destructividad no habría sido incluida, a no ser que significara únicamente la destructividad del medio ambiente. De la misma manera, la gente mayor, querría que se incluyera en la lista el ruido, el cabello largo y la descortesía. Algunos argumentaron que la nueva lista simplemente contenía los antiguos pecados bajo nombres nuevos. Por ejemplo, el egoísmo había meramente reemplazado a la codicia. El artículo sostenía que los nombres antiguos eran obsoletos y necesitaban ser cambiados si el pecado en sí mismo iba a tener, en cierta forma, alguna fuerza moral contemporánea. El artículo concluía afirmando que el pecado es un concepto que merece la pena conservar.

Queremos enfatizar que estamos de acuerdo en que el pecado es un concepto que merece la pena conservar, pero debemos insistir también en que el pecado en ningún modo ha cambiado. Lo que la Biblia llama pecado, es aun pecado. La naturaleza humana es aun humana. Los requisitos espirituales que la Biblia expuso para los cargos de la iglesia en este capítulo 3, de la Primera Epístola a Timoteo, aún tienen vigencia en la actualidad si la Iglesia va a representar al Señor Jesucristo aquí en esta tierra. La iglesia y sus cargos deben mantener la doctrina del Nuevo Testamento, calificando como pecado a aquellos pecados que están señalados claramente como tales en la Palabra de Dios.

Y el versículo 9 añade que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. No con una conciencia que haya sido cauterizada por un hierro candente (como vimos en 1 Timoteo 4:2). Continuemos leyendo ahora el versículo 10:

"Y estos también sean sometidos primero a prueba, y luego, si son irreprochables, podrán ejercer el diaconado."

Nadie debería ser impulsado a aceptar un cargo un mes después de haberse unido a una iglesia, y antes de haber demostrado que es el tipo de persona que la Biblia está describiendo en este pasaje.

Ahora, Pablo también incluyó algunas palabras para las esposas de los diáconos. Ellas también tenían que estar a la altura de ciertas normas. Leamos el versículo 11 de este tercer capítulo de 1 Timoteo:

"Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo."

Honestas se traduce también como dignas, honorables y serias, capaces de mantener la calma y la serenidad.

No calumniadoras significa que no deben dar lugar al cotilleo. La esposa de un diácono que sea chismosa puede causar muchos problemas en la iglesia.

Sobrias, nuevamente, quiere decir sensatas.

Fieles en todo, incluye aquí la fidelidad a su marido, a Cristo y a Su causa. O sea, que de deben ser dignas de confianza. Continuemos con otros requisitos para los diáconos. Leamos los versículos 12 y 13:

"Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien a sus hijos y sus casas, porque los que ejerzan bien el diaconado, ganarán para sí un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús."

Aquí vemos que los diáconos deben cumplir los mismos requisitos personales y familiares que fueron expuestos para los ancianos.

Aquí se habla de un grado honroso o una posición honrosa. En otras palabras, un diácono que sirva bien a su iglesia llegará a ser conocido como una persona digna de confianza.

Y el versículo termina hablando de mucha confianza. Aquí este término significa confianza y valor para presentar su testimonio. Recordemos que el diácono tiene primordialmente un cargo espiritual. El problema, ya mencionado anteriormente, es que algunos cargos recaen en ciertas personas, simplemente porque han tenido éxito en su vida profesional. Y cuando se les pide que asuman otro cargo superior, como por ejemplo el de anciano, encuentran que no pueden cumplir ciertos requisitos como, por ejemplo, enseñar la Biblia. Por ello, los requisitos espirituales deberían ser cumplidos tanto por los ancianos como por los diáconos, antes de que se les permita representar a la iglesia de Cristo.

Leamos ahora el versículo 14 de este tercer capítulo de 1 Timoteo, que encabeza otro párrafo titulado

Informe de Pablo a Timoteo

"Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte"

Pablo estaba en Macedonia y Timoteo en Efeso. El apóstol esperaba reunirse pronto con Timoteo. Leamos también el versículo 15:

"Para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y defensa de la verdad."

Hemos elegido a éste como el versículo clave de esta epístola ya que 1ª Timoteo es un libro de orden y conducta en la iglesia. Mientras Pablo estaba lejos, dijo que le había escrito para que supiera como comportarse y actuar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, o sea, la iglesia que funcionaba como tal de acuerdo con el propósito divino.

Y aquí el apóstol calificó a la iglesia como columna y defensa de la verdad. Columna significa el sostén, el apoyo, el puntal. Esta palabra columna quiere decir apoyo, sostén, puntal de todo aquello que forma parte del cimiento, del fundamento. Pablo estaba diciendo que la Iglesia es la columna, en otras palabras el fundamento, el cimiento que sirve de apoyo y sostén de la verdad. Si los cargos de la iglesia no representan la verdad, la iglesia no tiene fundamento, ni apoyo, ni sostén, y no puede mantener la verdad de Dios.

Algunos pretenden representar la verdad, pero en realidad no la representan por la manera en que conducen sus vidas sin integridad. Y entonces, lamentablemente, perjudican la iglesia a la que sirven y la desprestigian. Pablo estaba escribiendo para decirle a la iglesia como debía actuar para que pudiera representar y proclamar la verdad de Dios al mundo que se encontraba a su alrededor. Continuemos leyendo ahora el versículo 16 de este tercer capítulo de 1 Timoteo.

"Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, contemplado por ángeles, predicado a las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria."

Este versículo fue probablemente uno de los primeros credos de la Iglesia. Algunos opinan que fue una de las canciones de la Iglesia primitiva.

El versículo comienza diciendo Indiscutiblemente, o sea, obviamente, y continúa diciendo grande es el misterio de la piedad. Este misterio de la piedad fue que Dios, en la persona de Jesucristo, entró en el mundo en que vivimos, pagó el castigo del pecado, y está actuando en hombres y mujeres para que sean piadosos, cada vez más santos y semejantes a Jesucristo.

Y este credo o canción continúa con la frase Dios fue manifestado en carne. Con toda seguridad, Pablo estaba enseñando el nacimiento virginal de Cristo, pero también estaba hablando de la existencia de Cristo antes de Su encarnación. Esa existencia era espiritual. Como dijo el apóstol en Filipenses 2:6, Siendo en forma de Dios?La carta a los Hebreos 1:3 habló de Cristo el resplandor de su gloria (la gloria de Dios) y la expresión exacta de su naturaleza?El Señor Jesucristo mismo dijo en Juan 4:24, Dios es Espíritu.

Ahora desde su condición como Dios, no visto por ojos humanos, Cristo se hizo visible en un cuerpo humano. Se convirtió en un hombre y asumió la condición humana. Y bajo esa condición humana, los atributos de Su personalidad espiritual esencial fueron velados, encubiertos. Este es el pensamiento que Juan nos transmitió en su Evangelio, en 1:14, cuando escribió: Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros? Así como Dios no era visible en el tabernáculo o tienda del desierto, Jesucristo fue encubierto (en Su divinidad) cuando instaló su tienda entre nosotros como un cuerpo humano. El no apareció ante los hombres como realmente era; los hombres no reconocieron quien era. Aquel que en el principio era Dios, estaba con Dios y creó todas las cosas, se convirtió en un niño pequeño e indefenso. El era la imagen del Dios invisible y tenía todo el poder en el cielo y en la tierra. Pero aquí en la tierra asumió un cuerpo humano. Como no fue reconocido por los hombres, fue tratado como un impostor, un usurpador y un blasfemo. Fue odiado, perseguido y asesinado. El Dios manifestado en un cuerpo humano fue pobre, tentado y probado, e incluso derramó lágrimas.

El versículo continúa diciendo que El fue justificado en el Espíritu. Sin embargo y con todo, no fue justificado en la carne, sino en el Espíritu. El fue manifestado en la carne, y así fue como el mundo lo vio; pero el fue justificado o reivindicado en el Espíritu, en Su resurrección. Hubo ocasiones en las que Su gloria brilló aquí en la tierra. Hubo revelaciones y expresiones y testigos de quién era El realmente. Hubo ángeles en su nacimiento virginal. Su gloria fue vista en Su bautismo, en Su transfiguración, y en el momento de su detención. Los eventos que ocurrieron en el momento de su crucifixión hicieron que el centurión que lo observaba dijera, como vemos en Mateo 27:54, Verdaderamente este era Hijo de Dios. Pero fue cuando regresó de los muertos que le vimos justificado, reivindicado. Así que el fue manifestado en un cuerpo, pero justificado en el Espíritu: como dijo Pablo en 1 Corintios 15:44, se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Ningún enemigo pudo poner su mano sobre Él después de que resucitó de los muertos: jamás sería deshonrado otra vez.

Sin embargo, como él descendió a esta tierra y después regresó al cielo a la derecha de Dios, nosotros podemos ser justificados. Aquí El fue entregado por nuestras ofensas, Él ocupó nuestro lugar como pecador, y ahora Él nos da Su lugar allí en la presencia de Dios y somos declarados justos.

El versículo también nos presenta a Cristo contemplado por ángeles. Aquí no dice que Él vio ángeles; más bien, ellos le vieron a Él. Él ha ido de regreso al cielo, y ahora todas las inteligencias creadas del cielo le adoran porque Él realizó la redención para la humanidad. El pequeño ser humano aquí en la tierra aun no lo ha comprendido, pero la canción que será cantada por toda la eternidad será la canción de la redención.

El versículo 16 continúa diciendo proclamado entre las naciones. Y esto aun está ocurriendo hoy.

Dice además, creído en el mundo. Hoy muchos está creyendo en Él como su Salvador.

Y finalmente leemos recibido arriba en gloria. Hoy Cristo se encuentra a la derecha de Dios. En este mismo momento, estimado oyente, El está allí: ¿Ha hablado usted hoy con Él? ¿Le ha dicho que le ama? ¿Le ha agradecido por todo lo que ha hecho?

Y aquí nos detenemos por hoy. Volveremos, Dios mediante, en nuestro próximo programa para estudiar el capítulo 4 de esta primera epístola del Apóstol Pablo a Timoteo. En consecuencia, le sugerimos leer todo este capítulo 4 para estar así mejor informado de lo que trataremos en nuestro estudio, en el que como siempre, esperamos contar con su compañía.

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