Folletos cristianos
Desde hace 2000 años
Revista internacional TIME (6, diciembre, 1999):
"El recuerdo de cualquier periodo de tiempo termina a menudo por reducirse a una lista de nombres, de modo que una de las formas más útiles de hacer recuento de los dos milenios que han pasado es enumerar los nombres de quienes llegaron a tener más influencia y poder: Mahoma, Catalina la Grande, Hitler, Roosevelt, Stalin y Mao nos vienen enseguida a la memoria. No cabe duda que todos esos personajes cambiaron las vidas de millones de personas y concitaron reacciones diversas, que van desde la adoración hasta el aborrecimiento. Sin embargo, mucho tendría que especular el que quisiera negar que la figura más singular e influyente (no sólo de estos dos milenios, sino de la toda la historia humana) ha sido Jesús de Nazaret. No sólo porque el sistema predominante de fechar la historia está basado en la fecha de su nacimiento, sino también porque razonablemente se puede argumentar que nadie ha tenido ? ni remotamente - una influencia tan poderosa y duradera como él. Y ésta es una conclusión asombrosa si se tiene en cuenta que Jesús fue un hombre que vivió una vida corta en una región rural deprimida del Imperio Romano, y que murió en agonía como un criminal convicto".
Lleva razón este periodista: es asombroso e inexplicable... A no ser que la explicación sea que Jesús era más que un humilde carpintero de Galilea; que era el mismísimo Dios hecho hombre. Y por eso él ha influido en la vida de más millones de personas que ningún otro personaje de la historia. Sin ir más lejos, en el mundo entero hemos estado celebrando hace poco que hemos pasado al año 2.000; o sea, que hace 2.000 años que Jesús nació en Belén. ¡Vaya influencia!
Pero aparte del año en que vives, ¿de qué otra manera ha influido Jesucristo en tu vida? "Bueno, me bautizaron de pequeño" me dirás. Y seguramente también habrás hecho la Primera Comunión y la Confirmación. Quizá hasta lleves una cruz colgada del cuello. Además muchas bodas (y todos los funerales) a los que asistes serán por la Iglesia. Y si eres de los practicantes, irás a Misa con regularidad; si no, ni siquiera eso. ¡Un momento! Déjame que te haga una pregunta: Si Jesucristo es el Hijo de Dios, ¿crees tú que él vino a este mundo sólo para cambiar esas pequeñas cosas de tu vida? ¿Crees que se dejó clavar en una cruz sólo para eso? ¿Con eso te conformas?
Ha habido hombres y mujeres en todos los tiempos para los que Jesús de Nazaret ha significado mucho más que unas cuantas costumbres religiosas: Zaqueo, un sagaz recaudador de impuestos que, al hacerse amigo de Jesús, devolvió todo lo que había defraudado y dejó de manejar dinero negro. María la de Betania, una mujer que dejaba la tarea que fuese por sentarse a escuchar las palabras del Maestro cuando venía a su casa y que en una ocasión quiso honrarle derramando sobre sus pies un perfume carísimo. O el ladrón de la cruz, que, aun viendo a Jesús crucificado, lo reconoció como Rey y Salvador, y halló en él perdón y vida eterna.
Estas personas, y muchos miles como ellas hemos obtenido por la fe en Jesucristo mucho más que unos ritos y una religión. Escucha lo que los primeros cristianos decían haber recibido por la fe en él:
Perdón de todos los pecados: "Todos los que en él creyeren recibirán perdón de pecados por su nombre" (1).
Paz con Dios: "Siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo" (2).
Una vida transformada: "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas" (3).
Una alegría incomparable: "A Jesucristo le amáis sin haberle visto, y creyendo en él, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso" (4).
Una esperanza segura de la vida eterna: "El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" (5).
¿Tienes tú todas estas cosas? ¿Tienes el perdón de todos tus pecados y la paz con Dios? ¿Has visto un cambio en tu vida? ¿Tienes la alegría de la salvación y la seguridad de la vida eterna? Pues si tu respuesta es no, plantéate entonces si de verdad eres cristiano. Y si no lo eres, su invitación sigue en pie desde hace 2.000 años:
"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (6).
Y si eres de los que pasan de estas cosas porque Jesucristo no te llama la atención, será que tienes de él la imagen que te ha dado un montón de gente que se dice cristiana y no lo es de verdad. ¿Por qué no lees los evangelios y sacas tus propias conclusiones? La decisión que tomes respecto a él te cambiará la vida. Como ha ocurrido a gente de toda condición desde hace 2.000 años.
(1). Hechos de los Apóstoles 10.43
(2). Epístola de Pablo a los Romanos 5.10
(3). 2ª Epístola de Pablo a los Corintios 5.17
(4). 1ª Epístola de Pedro 1.8
(5). Evangelio según Juan 5.24
(6). Evangelio según Marcos 8.34