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21/12/2024
Porción bíblica:
Proverbios 14:1-34
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Proverbios 14:1-34

Estimado oyente, regresamos hoy al Libro de Proverbios, y nos corresponde el capítulo 14. Aquí tenemos la sabiduría de Dios concentrada en frases pequeñas. También hemos visto que los proverbios encajan con personajes que son mencionados en la Biblia. Y como también hemos dicho encajan además con personas que conocemos en el día de hoy, y con cada uno de nosotros. Bueno, en el versículo 1 de este capítulo 14 de Proverbios, leemos:

"La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba."

No creemos que se esté hablando aquí de la estructura física del edificio. En la primera parte de este versículo leemos: La mujer sabia edifica su casa. Podemos pensar en varias mujeres mencionadas en la Palabra de Dios. Creemos que Sara fue un ejemplo de una mujer que edificó su casa. Era la esposa de un patriarca y edificó la casa de Israel. También podríamos incluir aquí a la madre de Moisés ? Jocabed. Recordemos que aunque era una esclava en un país extranjero, para salvara a su hijo lo escondió, lo vigiló y finalmente se convirtió en su nodriza al servicio de la hija de Faraón. Ella fue la que le enseñó a él acerca del Señor y de las promesas del Señor a Israel. Fue una madre maravillosa, y así edificó su casa.

Luego, en la segunda parte de este versículo se nos dice: pero la necia con sus manos la derriba. Y hay varias mujeres mencionadas en las Escrituras, que actuaron de esta manera. A causa de su maldad, la casa que ellas edificaron fue destruida. Permítanos mencionar un ejemplo en particular que encontramos en el Segundo Libro de Crónicas, capítulo 22, versículos 2 y 3; y allí dice: Cuando Ocozías comenzó a reinar tenía cuarenta y dos años de edad, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía, hija de Omri. También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba que actuara impíamente El consejo de su madre realmente hizo descender a la casa de Acab a lugares muy bajos. Este es verdaderamente un proverbio confirmado en la experiencia histórica. Usted puede colocar estos proverbios en el laboratorio de la vida y ver como se cumplen incluso hoy. Conocemos varios ejemplos de mujeres cuyos pecados personales han destruido sus hogares. Ahora, en el versículo 2 de este capítulo 14 leemos:

"El que camina rectamente teme al Señor, pero el de caminos pervertidos lo menosprecia."

Esto nos dice que nuestra forma de vivir revelará nuestra relación con Dios. En la Primera Epístola del apóstol Juan, capítulo 2, versículo 6, leemos: El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Es decir, que nosotros debemos vivir una vida de obediencia a Dios, tal como vivió el Señor Jesucristo.

Recordemos que Samuel presentó este asunto delante del rey Saúl, cuando le dijo: Mejor es obedecer que sacrificar; prestar atención mejor es que la grasa de los carneros. (1 Samuel 15:22) Así que la obediencia al Señor es lo verdaderamente importante. Ahora, el versículo 3 dice:

"En la boca del necio está la vara de su soberbia; a los sabios, sus labios los protegen."

El necio por lo general se descubre a sí mismo por lo que dice. Esto nos recuerda a David y Goliat (1 Samuel 17:41-49). La frase en la boca del necio está la vara de su soberbia es una figura del gigante Goliat. El se enorgulleció mucho por considerarse el campeón de los filisteos. Cuando David se ofreció como voluntario para luchar contra él, Goliat reaccionó diciendo: ¿Soy yo un perro, para que vengas contra mí con palos? Y maldijo a David invocando sus dioses. Dijo luego el filisteo a David: Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. (1 Samuel 17:43-44).

Por otra parte este proverbio dice: a los sabios, sus labios los protegen. Observemos la respuesta de David: Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Ahora, continuemos leyendo el versículo 4:

"Sin bueyes, el granero está vacío; por la fuerza del buey hay abundancia de pan."

Este es un proverbio muy interesante. En varias partes de la Biblia el buey es utilizado como un ejemplo para nosotros; y el buey era también una bestia que se utilizaba para el sacrificio, y nos habla del sacrificio que realizó Cristo.

El buey era un animal fuerte. En realidad era el tractor y el automóvil de la familia de aquellos días. Ellos usaban el buey para hacer el viaje al mercado o a la ciudad, y también usaban el mismo buey para arar en el campo. Ahora, el buey era un animal un poco sucio, y sus dueños tenían que limpiar el pesebre, lo cual era una tarea desagradable por tratarse de un animal grande. Por supuesto, la única forma de librarse de limpiar el pesebre, era librándose de los bueyes. Uno tendría así un pesebre limpio, pero entonces la gente se privaba de lo que este proverbio califica como la fuerza del buey.

Aquí pues, tenemos una lección espiritual aplicable hoy. A veces, en una comunidad o congregación cristiana se producen divisiones, porque grupos tienen diferentes enfoques del trabajo a realizar. Por ejemplo, algunos son más activistas, incluso caen en un activismo extremo, y otros insisten más en el estudio de la Biblia. En estos casos, los líderes espirituales pueden querer prescindir de algunas personas. Pero tendrán que ser prudentes en sus decisiones, para evitar prescindir de quiénes son realmente los que impulsan el avance de la obra. No sea que por proceder a una "limpieza del pesebre" (siguiendo con la imagen del buey) se priven de la colaboración de personas valiosas para el avance misionero el crecimiento de la obra cristiana y el apoyo financiero necesario para la marcha de esa comunidad. Es necesario, pues, evaluar quienes representan la fuerza del buey en la obra del Señor. Escuchemos ahora lo que dice el versículo 5:

"El testigo verdadero no miente; el testigo falso dice mentiras."

El Señor Jesucristo ha sido llamado el testigo fiel y verdadero (Ap. 3:14). Y es así como deben ser los testigos.

Escuchamos hoy a muchas personas hablar acerca de ser "testigos de Cristo". Y es bueno seguir un curso sobre cómo ser un buen testigo de Cristo. Pero recordemos que hay dos clases de testigos: el falso y el verdadero. Cuando usted le dice a alguien que Jesús salva, y guarda y satisface, ¿está usted diciendo la verdad? Su respuesta será: "Por supuesto, esa es la verdad". Pues sí, claro que lo es. ¿Pero es esa verdad una realidad en su propia vida? ¿O es usted un testigo falso? Leamos ahora el versículo 9 de este capítulo 14 de Proverbios:

"Los necios se burlan del pecado, pero entre los rectos hay buena voluntad."

La frase Los necios se burlan del pecado, nos recuerda a Jezabel, personaje tristemente célebre de la Biblia, cuya propia vida fue una burla constante del pecado y la maldad, Nosotros no debemos que tener nada que ver con tales personas. Y el versículo 10 dice:

"El corazón conoce sus íntimas amarguras, y ningún extraño comparte su alegría."

Cada corazón tiene una alegría o una amargura secreta, que nadie puede compartir. Nadie. Podríamos tratar de compartir esas vivencias, pero no seríamos comprendidos. El autor de estos estudios, el profesor McGee contaba que en una ocasión algunas personas le pidieron que les contara las experiencias vividas en relación a su operación de cáncer. EL entonces les contó que cuando se encontraba en el hospital, experimentó como un renovado encuentro con el Señor, sintiendo Su presencia de una forma real. Pero después de contarlo, él percibió que no lo entendieron bien, o no lo apreciaron como algo realmente importante. Entonces, más tarde pensó que esa experiencia era como un secreto que no podía compartir con nadie más. ¿Ha tenido usted alguna vez una experiencia maravillosa y usted trató de contárselo a alguien, incluso a sus seres queridos? Normalmente, uno queda defraudado al ver que los demás no comparten la emoción, el sentimiento, o el interés con que uno cuenta esas experiencias y las revive al contarlas.

Y, estimado oyente, hay algunas otras cosas que uno aprende en la vida, que no puede compartir con los demás, y otras, sí las puede compartir. Ahora, el versículo 12 dice:

"Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte."

Este es un versículo que debería colocarse en los lugares donde se realizan sesiones de sectas supuestamente religiosas. Algunas de ellas proyectan una imagen razonable y atractiva. Hace poco un amigo nos preguntó: "¿por qué tal secta crece tan rápidamente?" Le respondimos que su crecimiento se debía a que apelaba a la vieja naturaleza humana, a la parte física, y les dice a las personas lo que quieren oír, y que en el fondo son buenas personas, y que si siguen ciertas reglas, tendrán éxito en la vida. Pero recordemos la advertencia de este proverbio. Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. Y lo peor es la muerte espiritual. El final consiste en una separación eterna de Dios. ¡Qué importante es encontrarse en el camino recto! Recordemos las palabras de Jesús en Juan 14:6, Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mi. Leamos ahora los versículos 15 al 18 de Proverbios 14:

"El ingenuo todo lo cree; el prudente mide bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del mal; el insensato es insolente y confiado. El que fácilmente se enoja comete locuras; y el hombre perverso es aborrecido. Los ingenuos heredarán necedad, mas los prudentes se coronarán de sabiduría."

El punto de vista general hoy es que un cristiano comprometido con la Palabra de Dios es una persona que tiene un coeficiente intelectual bajo, ingenua, y que se lo cree todo. Ahora, un verdadero hijo de Dios en el día de hoy (y existe solo una clase de hijo de Dios), no tiene una mentalidad simple en ese sentido. No cree cada palabra que se le dice.

¿Ha notado usted que los apóstoles estaban constantemente haciéndole preguntas al Señor Jesucristo? Uno de ellos, Tomás, se destacó por sus preguntas. Y Simón Pedro también hizo muchas presuntas: Por ejemplo, le preguntó: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida daré por ti. Y también Felipe, un hombre muy callado, sin embargo le dijo a Jesús: Señor, muéstranos el Padre y nos basta. "Eso es todo lo que necesitamos". Y luego Judas, no el Iscariote, le dijo a Jesús: Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Estas preguntas están registradas en Juan 13 y 14. Realmente, aquellos hombres estaban siempre haciendo preguntas.

Y si usted es un verdadero hijo de Dios no será un crédulo, que se cree todo lo que oiga. La fe no es un salto en la oscuridad, estimado oyente. Fe no es el arriesgar su vida por cualquier causa. ((La fe no es como la definió una niña que dijo: "fe es creer lo que usted sabe que no es")). La fe descansa sobre una base sólida, y Dios dijo que si no era un fundamento sólido, que no creyera. El ingenuo todo lo cree dice el proverbio, pero el hombre de bien, aquel que es sabio y prudente, mide sus pasos, es decir, que se fija por donde va, y comprueba todo lo que oye.

Esa es pues la característica del hombre prudente. El temor del Señor le impulsa a comprobar la veracidad de lo que oye. No se dejará engañar. No creerá todo lo que diga un predicador solo porque lo diga él, sino que lo contrastará con la Palabra de Dios. Y lo que nosotros decimos también se somete a la prueba, al examen de la Palabra de Dios. Estimado oyente, no se crea todo lo que oiga. Compruébelo con la Palabra de Dios. Ahora, en el versículo 20 de este capítulo 14 de Proverbios leemos:

"El pobre resulta odioso aun a su amigo, pero muchos son los que aman al rico."

¡Cuán cierto es esto! ¿Verdad? El que tiene pocos recursos difícilmente puede aspirar a cargos de importancia. Y luego, el versículo 21 dice:

"Peca el que menosprecia a su prójimo, pero el que tiene misericordia de los pobres es dichoso"

¿Cómo se siente usted con respecto a aquellos que no pueden devolverle un favor que usted les ha hecho? ¿Hace usted algo por ellos? Esta es una pregunta crítica para que un cristiano se evalúe a sí mismo, para comprobar el grado de compromiso que tiene con su Señor. Y luego, el versículo 23 dice:

"Toda labor da su fruto; mas las vanas palabras empobrecen."

Hay algunas personas que simplemente hablan; nunca hacen nada. Eso es todo lo que uno recibe de esas personas. El quedarse solo en palabras lleva a una vida infructuosa. Ahora, el versículo 24 dice:

"Las riquezas de los sabios son su corona; la insensatez de los necios es locura."

Las riquezas aquí no son necesariamente riquezas materiales. Hay muchas personas felices que son ricas, no en los recursos materiales de esta vida, sino en aquellos valores que son espirituales. Esta riqueza es la más importante de todas. Y el versículo 25 dice:

"El testigo veraz salva las vidas; el falso dice mentiras."

Aquí recordamos que el Señor Jesucristo dijo: Si el ciego guía al ciego ambos caerán en un hoyo. (Mt. 15:14) Y luego, el versículo 27 de este capítulo 14 de Proverbios dice:

"El temor del Señor es manantial de vida que aparta de los lazos de la muerte."

Este proverbio nos recuerda que la enseñanza del temor reverente del Señor, con todas sus implicaciones prácticas, fue el objetivo del Espíritu Santo a través de todo este libro de los Proverbios. El versículo 30 dice:

"El corazón apacible es vida para el cuerpo; la envidia es carcoma de los huesos."

¡Cuán cierta es esta afirmación! La envidia no solo privará al cristiano de toda su alegría y relación de compañerismo y comunión con el Señor, sino que también afectará al resto de su ser, a la salud psíquica y a la salud física. Solo la acción del Espíritu Santo, manifestada en una sumisión a Su control, puede liberar al ser humano de esta pasión que destruye nuestro ser, comenzando por la parte interior. Y el versículo 34 de este capítulo 14 de Proverbios dice:

"La justicia engrandece a la nación; el pecado es afrenta, deshonra de las naciones."

Cómo nos hubiera gustado ver este versículo en el edificio de la sede de las Naciones Unidas, en lugar de aquel en el que se dice que las espadas se convertirán en arados. Esta esperanza de paz y de destrucción de las armas de guerra, no se hará realidad hasta que Cristo venga a reinar a la tierra. Y entonces los seres humanos descubrirán que la justicia engrandece a la nación. Pero en el día de hoy no lo creen. Es decir, están buscando la paz y la justicia construida por seres en los cuales habita de forma natural la injusticia y la maldad. De ahí, el ímpetu incontenible de la carrera armamentista, y de los esfuerzos enormes que personas guiadas por los más diversos intereses hacen simplemente para controlarla. Es que, así como las personas desconfían unas de otras en la lucha por la supervivencia individual y familiar, las sociedades, las naciones desconfían entre sí mientras buscan un aumento de su poderío con el pretexto de defenderse de otras naciones. Además, hoy los pueblos no creen realmente que la justicia los enaltezca. Pero la historia da testimonio y prueba de ello. Las páginas de esa historia nos muestran los restos, los escombros, las ruinas de naciones e imperios que no siguieron este principio. ¿Quedan aun dudas sobre los resultados de los proyectos humanos que prescinden de Dios y Su justicia?

Verdaderamente, la situación actual del mundo y las perspectivas futuras no hacen más que continuar confirmando la frase que concluye este proverbio: el pecado es afrenta, deshonra de las naciones. No olvidemos las palabras del Señor Jesucristo, siempre actuales, en Mateo 6:33; Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia.


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