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Estudio bíblico de 1 Crónicas 15:1-16:22

1 Crónicas 15:1 - 16:22

Continuamos hoy, nuestro estudio en este Primer Libro de Crónicas, y comenzaremos con el capítulo 15. En nuestro programa anterior, vimos que David intentó traer el arca de una manera incorrecta. Era correcto traer el arca a Jerusalén, y no había sido David el único en seleccionar ese lugar para el arca, sino que Dios también lo había elegido. De modo que, era importante traer el arca a Jerusalén, pero él lo hizo a su manera. Dios había dado instrucciones al respecto. En el libro de Números, como vimos oportunamente, se indicó que el arca tenía que ser llevada en los hombros de los hijos de Coat o de la familia de Leví, los sacerdotes. Ellos debían transportar el arca y ésa era la manera en que se debía hacer. El arca, representa a Cristo. El arca con la tapa o propiciatorio sobre ella, habla del evangelio hoy, y debe ser llevado en los hombros de los hombres. Así debe llevarse hoy. Estimado el llevar a otros la Palabra de Dios, no es empresa fácil. Por supuesto es una tarea placentera en el sentido en que uno está cumpliendo la voluntad de Dios porque le ama. Es una experiencia emocionante, pero no es una tarea fácil. Notemos que esta tarea se tiene que llevar a cabo por medio del pueblo de Dios y que tiene que hacerse de la manera establecida por Dios. Dice la Escritura en Romanos 10:17, "La fe viene por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios". Dios bendice en estos días la proclamación de Su palabra. Y Pablo continuó diciendo en su epístola a los Romanos, que la gente tiene que oír. Ahora, ¿cómo oirán sin haber quien les predique? También dijo Pablo en 1 Corintios 1:18, que la Palabra de la cruz les parece a los que se pierden una tontería, una locura, pero a los que se salvan, es el poder de Dios.

Así como en el relato Bíblico había que transportar el arca en la forma prescrita por Dios, en la actualidad es necesario que los creyentes lleven sobre sí la carga y responsabilidad de llevar el testimonio del Evangelio centrado en la persona del Señor Jesucristo, difundiéndolo en un mundo que lo necesita. Hemos dedicado un poco de tiempo a esto porque aquí es donde Dios puso el énfasis de este relato. En este capítulo 15, veremos que David hizo las cosas en forma correcta. Leamos pues, el versículo 1, de este capítulo 15 del Primer Libro de Crónicas:

"Hizo David también casas para sí en la Ciudad de David, y arregló un lugar para el Arca de Dios, y le levantó una tienda".

Dios pensó que esto era lo importante, y no los planes para edificar el palacio. David tenía grandes planes de edificación. Pero lo más importante que hizo fue traer el arca de Dios. Y ahora tenía un lugar para ella. Leamos el versículo 2:

"Entonces dijo David: El Arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido el Señor para que lleven el Arca del Señor, y le sirvan perpetuamente".

Aquí vemos que David aprendió la lección. Y nos preguntamos por qué no lo hizo así la primera vez y tuvo que pasar por aquella triste experiencia antes de hacerlo correctamente. Después de todo, ésa es la manera en que la mayoría de nosotros aprende las lecciones de la vida. Para nosotros resulta fácil decir que David tendría que haber actuado correctamente en un principio. Pero nuestra experiencia nos hace reconocer que nosotros aprendemos de nuestros errores. David, ahora, estaba preparado para hacer las cosas de la manera que Dios quería. Leamos el versículo 3:

"Congregó, pues, David a todo Israel en Jerusalén, para que llevaran el Arca del Señor al lugar que él le había preparado".

David consideró que era importante reunir a todo Israel para traer el arca del Señor. Dios pensó que eso era importante y por eso lo incluyó aquí en este Libro de Crónicas, que representa Su punto de vista de este período de la historia. Luego tenemos la lista de los que trajeron el arca, los hijos de Coat. Pasemos ahora, al versículo 12:

"Y les dijo: Vosotros, que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y llevad el Arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado"

David había preparado un lugar para el arca. No se nos dice dónde se encontraba exactamente ese lugar. Tal vez fue en la era de Arauna el jebuseo porque más tarde David compró ese lugar para que allí se edificara el templo. Estaba en la loma llamada el monte Moriah, donde Abraham había ofrecido a Isaac como sacrificio. La loma pasaba por Jerusalén y el Gólgota, lugar en que Jesús sería crucificado. Creemos que el lugar preparado por David para instalar el arca estaba, pues, en el Monte Moriah. Leamos ahora el versículo 13:

"Pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, el Señor, nuestro Dios, nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza".

Recordemos que David al principio había acusado a Dios por lo ocurrido, pensando que Dios había obrado mal al quitar la vida a Uza. Luego él reconoció que él era el que había obrado mal y aquí vemos que estaba confesando su error. Y ahora vemos en el versículo 14 que

"Se santificaron, pues, los sacerdotes y los levitas para traer el Arca del Señor, Dios de Israel".

¿Ha notado usted, amigo oyente, la repetición de esa expresión "el arca del Señor Dios de Israel", o, "el arca de Dios"? Uno queda con la impresión de que el arca era muy importante para Dios. Y ahora en el versículo 15, leemos:

"Y los hijos de los levitas trajeron el Arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra del Señor".

Ahora lo estaban haciendo como debían hacerlo, y aquí David se estaba refiriendo a las instrucciones del capítulo cuatro del libro de Números. Ahora, el versículo 16, dice:

"Asimismo dijo David a los principales de los levitas que designaran a cantores entre sus hermanos, con instrumentos de música, con salterios, arpas y címbalos, para que los hicieran resonar con alegría".

Sabemos que David era un músico y quiso que hubiera música en esta ocasión. De modo que buscó a cantores con instrumentos de música. Allí tenían una gran orquesta para esta gran ocasión. Éste fue el punto culminante del regreso de David a la ciudad de Jerusalén. Dios ni siquiera registró la llegada de David a Jerusalén para capturar la ciudad que estaba en manos de los Jebusitas. Tampoco registró los detalles del gran proyecto de edificación que David llevó a cabo. Dios colocó el énfasis sobre lo espiritual. Pasemos ahora al versículo 25:

"David, pues, junto a los ancianos de Israel y los capitanes de millares, fueron a traer el Arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-edom, con alegría".

Éste fue realmente un día muy feliz, un gran día para todos. Y continuamos con el versículo 26:

"Como Dios ayudó a los levitas que llevaban el Arca del pacto del Señor, sacrificaron siete novillos y siete carneros".

Ahora, es importante destacar que todos estos sacrificios señalaban hacia el sacrificio de Cristo en la cruz. Ahora, los versículos 27 y 28, nos dicen:

"Iba David vestido de lino fino, y también todos los levitas que llevaban el Arca, y asimismo los cantores; y Quenanías era maestro de canto entre los cantores. Llevaba también David sobre sí un efod de lino. De esta manera llevaba todo Israel el Arca del pacto del Señor, con júbilo y sonido de bocinas, trompetas y címbalos, al son de salterios y arpas".

La gente que vivía en los días de David, se enteró de que éste traía el arca a Jerusalén. Y, ¿sabe por qué? Nos imaginamos que los que estaban visitando en Jerusalén en esos días, habrán regresado, contando a sus vecinos, "deberías haber estado en Jerusalén; ése fue un día hermoso, un gran día". Ahora, al leer el versículo 29, vemos que no todos estaban de acuerdo con David. Leamos el versículo 29:

"Cuando el Arca del pacto de Jehová llegó a la Ciudad de David, Mical, hija de Saúl, estaba mirando por una ventana; al ver al rey David que saltaba y danzaba, lo menospreció en su corazón".

Mical, la hija de Saúl y primera esposa de David le vio demostrando su alegría y entusiasmo en servir al Señor y habrá pensado que era un fanático religioso.

Nosotros, estimado oyente, necesitamos personas como David en nuestros días. No se trata de ser fanáticos, sino de que fluya del interior del corazón del pueblo de Dios, como el caudal de un río de alegría. Y no nos estamos refiriendo a una reacción sicológica que provoca el estar entre una gran multitud. Estamos hablando del fruto del Espíritu Santo en el corazón y en la vida del creyente de hoy. Ése es el gran mensaje que encontramos aquí en este capítulo 15, del Primer Libro de Crónicas.

Llegamos ahora, al capítulo 16. Leamos los primeros tres versículos del capítulo 16, donde vemos que

El arca fue instalada en su lugar

"Así trajeron el Arca de Dios, y la pusieron en medio de la tienda que David había levantado para ella; y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante de Dios. Cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre del Señor. Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una pieza de carne y una torta de pasas".

Creemos que éste es uno de los pasajes de la Escritura más destacados. Habían traído el arca y fue una ocasión para demostrar una gran alegría. Ofrecieron holocaustos y sacrificios. Y usted, estimado oyente, que nos ha acompañado en estos estudios "A Través de la Biblia", seguramente recordará, por el estudio del libro de Levítico, que el holocausto, habla de lo que Dios ve en Cristo. El holocausto ascendía a la presencia de Dios. Y luego, también ofrecieron los sacrificios u ofrendas de paz, que nos hablan de que Cristo ha hecho la paz por medio de Su sangre en la cruz. Todo está bien entre nosotros y Dios, cuando nos acercamos a Él según la manera de Dios ha establecido, por medio de Cristo. La exaltación de la persona de Cristo, y el hecho de que Él derramaría su sangre, constituye el Evangelio, que está presente precisamente aquí, en el Antiguo Testamento. Ahora, dijimos que David era un músico. Veamos qué fue lo que hizo aquí, en el versículo 4 de este capítulo 16, del Primer Libro de Crónicas:

"Puso delante del Arca del Señor ministros de los levitas, para que recordaran, confesaran y alabaran al Señor, Dios de Israel"

Nosotros, estimado oyente, necesitamos entusiasmarnos de la misma manera cuando leemos la Palabra de Dios. No necesitamos fanatismo, ni la expresión formal de sentimientos que no existen, sino creyentes que estén siendo transformados por la Palabra de Dios y se sientan comprometidos con ella, hasta el punto en que sientan que deben expresar su gratitud alabando al Señor. Aquí tenemos a David organizando esto. Ahora, Asaf fue el primero, luego le siguió Zacarías y luego tenemos una lista de todos ellos. Él tenía un buen grupo de músicos. En el versículo 7, por ejemplo, tenemos el comienzo de un Salmo de acción de gracias. Leamos ahora, este versículo 7:

"Aquel día David, por primera vez, puso a Asaf y sus hermanos a cargo de la alabanza al Señor"

Veremos este Salmo más adelante, pues se trata del Salmo 105. Los primeros dos versículos del Salmo 105, coinciden con las palabras aquí citadas: "Alabad al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus obras en los pueblos. ¡Cantadle, cantadle salmos! Hablad de todas sus maravillas". Es necesario, estimado oyente, que nosotros salgamos a proclamar la Palabra de Dios. Desafortunadamente hay cristianos que están mejor informadas de lo que ocurre en el mundo deportivo, o que conocen mucho más a los personajes que aparecen en televisión, que de los acontecimientos o personajes de la Biblia. Es necesario que dediquemos más tiempo a la lectura de la Palabra de Dios y a encontrar allí lo que realmente significa ser libre en Cristo.

Continuemos ahora, con este Salmo de acción de gracias. Leamos ahora el versículo 8:

"¡Alabad al Señor, invocad su nombre, dad a conocer entre los pueblos sus obras!"

Como ya hemos dicho, éste es el Salmo 105 y más adelante estaremos hablando sobre él. Vemos en este versículo que hay algo que tiene que ser dado a conocer públicamente. Dios ha estado actuando en el pasado. Y Dios aún está actuando en el día de hoy. Él no ha terminado de moverse en este mundo y creemos que Su mano se puede ver en los asuntos mundiales. Veamos ahora el versículo 9:

"¡Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas!"

El canto es una forma importante de alabar a Dios. Hay personas que no pueden hacerlo en público, pero sí pueden intentar cantar cuando se encuentran solas. En muchos de los Salmos se nos dice: "Cantad alegres al Señor". Y si no podemos cantar, podemos hablar, ya que aquí nos está diciendo: "Hablad de todas sus maravillas". Continuemos ahora con los versículos 10 y 11, de este capítulo 16, del Primer Libro de Crónicas:

"¡Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al Señor! ¡Buscad al Señor y su poder; buscad su rostro continuamente!"

En la carta del apóstol Santiago, capítulo 4, versículo 8, leemos: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros". Todo lo que tenemos que hacer para lograr la salvación, estimado oyente, es acudir a Él y confiar en Cristo como su Salvador, y entonces, usted será salvo, tal como Dios ha prometido. Pero eso no asegura necesariamente una relación de comunión y compañerismo con Dios. Tiene que continuar, con la ayuda del Espíritu Santo, y como dice el versículo 11, buscando al Señor, recurriendo en todo tiempo a Su poder.

¿Busca usted su presencia continuamente? Cuando usted se levantó esta mañana, ¿cuál fue su primer pensamiento? Cuando se retira a descansar por la noche, ¿qué es lo último en que usted piensa? ¿Piensa usted en Dios en algún momento durante sus actividades del día, ya sea en el trabajo, o en el estudio, o en cualquier lugar? O lo deja fuera de todas sus actividades sociales. Dice aquí el versículo 12:

"Acordaos de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca"

En las islas de Hawaii los atardeceres son muy hermosos. Una persona que estaba visitando las islas, al ver eso, exclamó: "¡Mira, que hermoso es lo que Dios ha hecho!" Y lo mismo sentimos al contemplar las bellezas de la naturaleza y de la creación en otros lugares del mundo. Cualquier cosa que Él hace, estimado oyente, lo hace de una manera magnífica, grande y realmente atractiva. El permite que el sol se oculte, pero que emita cierta cantidad de luz y de color, para que podamos disfrutar de una vista incomparable. Nos permite disfrutar con el mar azul, la luna plateada, las grandiosas montañas, los bosques verdes y de todo lo que usted ve en la naturaleza. Y David nos dijo que dirigiéramos nuestra atención hacia la creación de Dios. Continuemos ahora con los versículos 13 y 14:

"Vosotros, hijos de Israel, su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos. El Señor, él es nuestro Dios, sus juicios están en toda la tierra".

Creo que Él llevó a cabo juicios en aquellos tiempos, y que también lo hace en el día de hoy. Sus manos están obrando en los asuntos de los hombres. Yo sé que Satanás es el dios de este mundo. Dios le está dando cierta libertad en la época actual y él será soltado en el período de la gran tribulación, pero ello no quiere decir que Dios no esté en control de la situación. Dios le pondrá fin a él y a sus obras, porque Él es también el Dios del juicio. Escuchemos ahora lo que dicen los versículos 15 al 17:

"Él se acuerda de su pacto perpetuamente, y de la palabra que mandó para mil generaciones; del pacto que concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac, el cual confirmó a Jacob por estatuto, a Israel por pacto sempiterno"

Hay muchos en el día de hoy que quieren minimizar el pacto que Dios hizo con Abraham. David no le estaba restando valor a ese pacto. Sino que dijo: "Hablemos de él". Los pactos de Dios son aún importantes. Él hizo un pacto con Abraham y no ha faltado a Su palabra. Dios le dijo: "Te daré a ti y a tu descendencia esta tierra", y Dios lo va a hacer. Eso no quiere decir que tienen que ir y tomarla de nuevo ahora, sino que cuando la reciban de Dios no tendrán qué temer a sus vecinos, o a ninguna otra nación. Podrán vivir en paz con otros pueblos, y los otros pueblos con ellos. Es que habrá un nuevo orden mundial y Dios, a quien pertenece toda la tierra, es justo, y dará a cada uno lo que le corresponda. Y tal como Él hizo un pacto con Abraham y sus descendientes, así también Dios ha hecho un pacto con nosotros. Al estar unidos a Cristo Jesús, Él nos ha dado todas las bendiciones espirituales.

Ahora, aparentemente, David entendió que Dios había hecho un pacto con él, en relación con la tierra. Leamos los versículos 18 al 22:

"Diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, porción de tu heredad. Cuando ellos eran pocos en número, pocos y forasteros en ella, y andaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo, no permitió que nadie los oprimiera; antes por amor de ellos castigó a los reyes. Dijo: No toquéis a mis ungidos ni hagáis mal a mis profetas".

Dios extendió Su mano de protección sobre los patriarcas cuando se desplazaban de un lugar a otro. Esto se refería principalmente a Abraham, Isaac y Jacob. Pero tiene también una aplicación para nosotros. Antes de criticar a un líder espiritual, debiéramos preguntarnos si estamos perjudicando o ayudando a la obra de Dios.

Y queremos concluir hoy recordando que, en un mundo en que la palabra dada no tiene mucho valor, y las promesas se quebrantan fácilmente o caen en el olvido, la Biblia destaca el hecho de que Dios cumple lo que promete a su debido tiempo. La carta a los Hebreos 8:6 dice que "Cristo es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas". Y más adelante, en 10:23, hablando también a los creyentes, les animó diciendo "Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho".

Estimado oyente, merece la pena creer en Dios, y en el Señor Jesucristo como Salvador, en aquel que por Su sacrificio en la cruz, nos invita hoy a aceptar por la fe el don de la salvación. Sólo Él tiene el carácter santo y puro, y el poder para cumplir lo que ha prometido. Recordemos lo que dijo en Juan 5:24, "El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida".

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