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Estudio bíblico de Isaías 23:1-24:15

Isaías 23:12 - 24:15

Nos encontramos hoy, amigo oyente, en el capítulo 23 del Libro de Isaías y hemos llegado a la última carga o juicio profético; esta es el número 11 y el último. El capítulo 23 trata sobre la profecía contra Tiro. Como ya hemos visto, una carga o profecía es un juicio o castigo, y éstos han sido pronunciados contra las naciones que rodeaban a Israel. Cada una de estas naciones representa o nos muestra algún principio, alguna filosofía, o un sistema que Dios debe juzgar. Permítanos hacer un repaso de estas 11 naciones, y lo que ellas representan.

1. Ahora, en primer lugar, Babilonia representa las religiones falsas y la idolatría. Es la codicia que vemos en la actualidad, que es el deseo irresistible de tener más y más, y de dedicarnos a la acumulación de las cosas materiales de este mundo.

2. La segunda nación mencionada fue Palestina. Ésta representa la religión verdadera que ha llegado a ser apóstata. Y en el día de hoy encontramos a muchas iglesias que hasta repiten el Credo de los Apóstoles y el Padre Nuestro. Por las apariencias, uno pensaría que estas iglesias tienen una base sólida en la Biblia, pero en la realidad, están negando la mayor parte de lo que expone el texto Bíblico. Son apóstatas, o sea que se han apartado de lo que antes creían.

3. La tercera nación mencionada en Isaías fue Moab, que representa la religión formal, la que practican personas que tienen una apariencia de piedad, pero que niegan la eficacia y el poder de esa piedad

Muchos que profesan ser cristianos podrían identificarse con una de estas tres opciones. Algunos dedican sus vidas a atesorar bienes materiales, y ni pueden apartar su mirada de las cosas que ambicionan. Son presos de la codicia.

Otros han crecido en una Iglesia que cree en la Biblia, pero que se han apartado de sus enseñanzas. Otros asisten a una iglesia y siguen ciertas formas, ceremonias y rituales que pueden ser atractivos, pero que no tienen vida espiritual.

4. Luego, la cuarta nación que tenemos es Damasco, que representa la transigencia, y esa es la posición que ocupan muchas de las Iglesias el día de hoy. Pero damos gracias a Dios por aquellas que se están manteniendo firmes en la verdad.

5. En quinto lugar tenemos a Etiopía, que representa a las misiones. ¡Cómo necesitamos estar implicados en difundir la Palabra de Dios.

6. Luego, Egipto es la sexta nación y representa al sistema de valores del mundo. A Israel se le dijo que se mantuviera fuera de Egipto. Allí fue donde Abraham se metió en problemas. El Apóstol Juan en su Primera epístola, capítulo 2, versículo 15, nos exhortó a que no amáramos al mundo, ni a las cosas que están en el mundo. Muchos cristianos tienen problemas en esta área.

7. Llegamos ahora al séptimo juicio, y ese fue el de Persia (o Babilonia), que representa al lujo. Muchos aman el lujo y la ostentación en una sociedad que vive en la abundancia, y que lucha por una creciente prosperidad.

8. Luego, la octava fue Edom, que representa a la naturaleza carnal, controlada por las pasiones. Muchas personas hoy son esclavas de esa naturaleza.

9. Luego, la novena fue Arabia, que representa a la guerra. En nuestra sociedad contemporánea el mundo hay dos grupos de personas: aquellas que desean la guerra; y aquellos que se adhieren al pacifismo. Y la única diferencia que se puede apreciar entre estos dos grupos, ya que ambos son mundanos, es que el grupo que defiende la paz está dispuesto a luchar por ella.

10. En décimo lugar tenemos luego al valle de la visión, que es Jerusalén, y que no representa a la religión, sino a la política. Algunos creen que en la política encontrarán las soluciones a los problemas del mundo.

11. Y llegamos ahora aquí, a la profecía número once, la que se refiere a Tiro, que representa el comercio egoísta, los grandes negocios. Y diríamos que ese es el gran pecado de muchas naciones hoy. A nivel oficial se organizan programas para erradicar la pobreza, pero la gente a la quien se quería ayudar, nunca recibe los fondos. La codicia, la corrupción, impide que los seres humanos puedan ser verdaderamente solidarios con los desfavorecidos de muchas naciones pobres. Generalmente, los grandes intereses comerciales priman y se prefiere defender precios y estabilidad y preponderancia de ciertos mercados, antes que compartir bienes materiales con vastas regiones del mundo en las que la gente se muere de hambre. Claro que muchos necesitados también están alejados de Dios y tampoco han aprendido que las soluciones meramente humanas no podrán sacarles de su situación. Solo el Señor Jesucristo ha mostrado Su verdadero amor por los pobres y sabe cómo ayudarles.

En este capítulo vamos a considerar el juicio contra Tiro. Tiro y Sidón eran dos grandes ciudades de los fenicios. Sidón era en realidad la ciudad madre, pero luego ella fue pronto superada por su orgullosa y rica hija, es decir, por Tiro.

Las naves de Fenicia visitaban todos los puertos del mar Mediterráneo, y aun se arriesgaban a viajar por el océano inexplorado, más allá de las columnas de Hércules. Las naves fenicias traían estaño de Gran Bretaña. En realidad, el significado de Bretaña es "tierra de estaño". Y los fenicios eran personas agresivas y que progresaban mucho. Cartago, en el norte de África, fue establecida por ellos. Cartago, la ciudad enemiga de Roma, era una ciudad fenicia, y Chipre debía su prosperidad al intercambio comercial con Tiro. Y luego, existieron también otros centros que fueron fundados por los fenicios, por ejemplo, la ciudad de Tarsis. Recordemos que cuando Jonás intentó huir del Señor, compró un billete para Tarsis. Esta ciudad se encontraba en la costa sur de España. ¿Quién la fundó? Los fenicios. Y otro dato de interés es que los fenicios inventaron el alfabeto.

Ahora, Hiram, el rey de Tiro, fue uno de los grandes amigos del rey David. Y cuando lleguemos a estudiar el capítulo 26 del libro de Ezequiel, vamos a ver una notable profecía sobre Tiro, que tuvo un cumplimiento exacto. Allí veremos que Dios profetizó que la ciudad sería destruida por Babilonia, y que sus habitantes serían tomados cautivos por setenta años, tal como el reino de Judá fue llevado cautivo por setenta años. La gente de Tiro regresó a su tierra, de la misma manera que lo hizo Israel, y después de su cautiverio reedificaron su ciudad en una isla del Mar Mediterráneo, a poca distancia de su antigua ciudad. Dios dijo que las ruinas de la antigua ciudad serían barridas completamente (Ezequiel 26:4) y, más tarde, Alejandro Magno, arrasó el antiguo lugar de Tiro, para construir una calzada hacia la nueva ciudad situada en la isla. Ese general fue lo bastante sabio como para pelear una batalla por mar, porque los fenicios eran expertos con los barcos; así que construyó una calzada empedrada, como un arrecife, usando los restos de la antigua ciudad de Tito, desde esa antigua ciudad en el continente, hasta la nueva ciudad en la isla. Los turistas que recorran la calzada podrán observar que dicha calzada está llena de piezas de cerámica. Y todo este material, fue traído de la antigua ciudad de Tiro. Y como Alejandro Magno literalmente barrió la superficie de la vieja ciudad para construir la calzada, uno no puede averiguar dónde se halla el lugar que ocupó la ciudad. Así que cuando Alejandro Magno tomó la ciudad, la profecía de Ezequiel se cumplió exactamente como Dios había anunciado en Ezequiel, capítulo 26, versículo 14, que dice: Haré de ti una roca desnuda, un tendedero de redes; serás, nunca más serás edificada, porque yo, el Señor, he hablado, dice el Señor. Cerca de ese lugar se encuentra una pequeña ciudad turca, pero el lugar de la antigua Tiro, aún se encuentra en ruinas.

Amigo ateo, ¿cree usted que la Palabra de Dios está equivocada? Vaya a ese lugar en el día de hoy y trate de reedificar la ciudad de Tiro. De todos modos queremos advertirle que otros ya han tratado de hacerlo y han fracasado.

En realidad, hay una ciudad ya preparada, una ciudad labrada en la roca misma, llamada Petra, que está lista para ser habitada. El único problema es que Dios dijo que no iba a ser habitada. Cualquiera podría comenzar una colonia allí, pero no tendría éxito. Un no creyente alemán fue a aquel lugar e intentó comenzar una colonia, pero no duró mucho. Es que Dios dijo que Tiro no sería reedificada, y que Petra no sería habitada.

Leamos el versículo 1 del capítulo 23 de Isaías, que comienza un párrafo que hemos titulado

La responsabilidad divina en la destrucción de Tiro

"Profecía sobre Tiro: ¡Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa ni lugar adonde entrar! Desde la tierra de Quitim les ha sido anunciado."

La imagen aquí es la de naves regresando con sus tripulantes a su puerto en Tiro desde Tarsis, donde había una colonia de los fenicios. A aquellos que están regresando, les llega la noticia de que Tiro ha sido destruida. Al acercarse al puerto, ven el humo que se eleva de la ciudad. Entonces comprueban que la ciudad ha sido arrasada y el puerto bloqueado. Ya no será más un gran centro comercial. Dice el versículo 2:

"¡Callad, moradores de la costa, mercaderes de Sidón, los que cruzando el mar te abastecían!"

Sidón se encuentra sobre la costa, a unos cincuenta kilómetros de distancia de Tiro. Tiro y Sidón se desarrollaban juntas. Eran las dos ciudades principales de los fenicios. Los comerciantes importantes de Sión habían convertido a Tiro en la gran ciudad que era. Resulta interesante que la profecía sobre la destrucción de Tiro se ha cumplido literalmente. Pero contra Sidón no fue predicha ninguna destrucción, que continúa siendo una ciudad en el día de hoy. En la actualidad, Sidón es la ciudad a la cual se transporta el petróleo para ser cargado en buques tanque y llevado a otras partes del mundo. Ahora, el versículo 3 de Isaías 23 dice:

"Su provisión procedía de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también emporio de las naciones."

Aquí se menciona la parte superior del río Nilo, cuyo sedimento inundaba Egipto convirtiéndolo en una tierra fértil. Ahora, la riqueza de Egipto había pasado a través del puerto de Tiro, y como ésta ya había llegado a su fin, iba a producirse una verdadera depresión. El versículo 4 dice:

"¡Avergüénzate, Sidón!, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: «Nunca estuve de parto: no di a luz, ni crié jóvenes ni hice crecer muchachas»."

Se sugiere aquí que Tiro era la hija de Sidón. Desde un punto de vista histórico, esto es correcto. Ahora, el versículo 5, de Isaías 23 dice:

"Cuando lleguen las nuevas a Egipto, tendrán dolor por las noticias de Tiro."

Ahora, en aquel día, la destrucción de Tiro arruinó el comercio de Egipto. Y en el versículo 6, leemos:

"Pasaos a Tarsis; aullad, moradores de la costa."

La caída de Tiro causó un lamento universal, aun para una colonia que se encontraba muy lejos sobre la sur de España. Algunos de los habitantes de Tiro escaparon en barcos hacia Tarsis cuando Nabucodonosor destruyó la ciudad. Y en el versículo 7 de Isaías 23 leemos:

"¿No era esta vuestra ciudad alegre, con muchos días de antigüedad? Sus pies la llevarán a morar lejos."

Cualquier centro comercial es una ciudad, donde también hay muchos centros para diversión. A los habitantes de Tiro se les recomendó que huyeran lo más lejos posible, porque esa ciudad que había sido tan alegre ha llegado a su fin. Y en el versículo 8, leemos:

"¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos comerciantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra?"

Aquí se dice aquí que Tiro, es la que repartía coronas. Es que Tiro establecía colonias, Gran Bretaña hizo lo mismo en nuestra época. Una colonia de la corona se encuentra bajo la legislación y administración de la corona, en vez de tener su propia constitución y un gobierno representativo. Y luego, en el versículo 9 de Isaías 23 leemos:

"El Señor de los ejércitos lo decretó para envilecer la soberbia de todo esplendor y para humillar a todos los ilustres de la tierra."

Es decir, que Dios había determinado la destrucción de Tiro. Y ahora pasemos al otro párrafo, leyendo el versículo 10 de Isaías 23, que trata sobre

La responsabilidad humana en la destrucción de Tiro

"Pasa cual río de tu tierra, hija de Tarsis, porque no tendrás ya más poder."

El río es el Nilo. Como el río desbordó sus orillas, la colonia de Tarsis era libre de actuar como le agradara, ya que Tiro había caído y ya no podía controlarla.

Dice aquí no tendrás ya más poder. Esto significa que la colonia ya no tenía ninguna atadura que la sujetara. Y continuó diciendo el versículo 11:

"Extendió su mano sobre el mar, hizo temblar los reinos; el Señor mandó respecto a Canaán que sus fortalezas sean destruidas."

¿Ha observado usted esta triple descripción de Tiro? En el versículo 7 se la llamó ciudad alegre; en el versículo 8 se la llamó la ciudad que repartía coronas; y aquí en el versículo 11, se la llamó una ciudad comercial que extendió su mano sobre el mar. Estos 3 calificativos eran descripciones aptas de Tiro Ahora, en el versículo 12 de Isaías 23, leemos:

"Y dijo: «No te alegrarás más, oprimida virgen, hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo»."

Lo que se sugiere en el versículo 4 es declarado aquí con claridad. Tiro era la hija de Sidón. Sidón era la ciudad más antigua, y los comerciantes ricos de allí habían fundado a Tiro y le habían dado su prestigio. La alegría de la prosperidad iba a desaparecer. Tanto Tiro como Sidón sufrirían.

Veamos la frase Levántate para pasar a Quitim. Probablemente algunos pensaron que huyendo a Chipre podrían tener un renovado comienzo. Pero en esto también iban a ser defraudados. Dios era responsable por lo que les había ocurrido, aunque hubiera utilizado instrumentos humanos. Leamos ahora el versículo 13 de este capítulo 23 de Isaías:

"¡Mira la tierra de los caldeos! Este pueblo no existía. Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas."

Es decir que, cuando Asiria era una gran nación, Caldea, o sea, Babilonia, era simplemente un pueblo. Pero en ese momento Babilonia ejercía el gobierno del mundo. Así que el versículo 14 dice,

"¡Aullad, naves de Tarsis, porque vuestra fortaleza es destruida!"

Ahora, leamos el versículo 15 de Isaías 23, que encabeza el párrafo titulado

Recuperación parcial y completa de Tiro

"Acontecerá en aquel día, que Tiro será echada en el olvido durante setenta años, como los días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro una canción como de ramera."

Tiro iba ser conducida a un cautiverio que duraría 70 años. Luego el versículo 17 añadió:

"Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará el Señor a Tiro, la cual volverá a comerciar y se prostituirá de nuevo con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra."

Una vez transcurridos los setenta años, Tiro iba a regresar y a reanudar su comercio mundial. Una vez más ella se convertiría en un gran centro comercial, y volvería a venderse y a prostituirse con todos los reinos del mundo. El profeta comparó a Tiro con una ramera ejerciendo su impío comercio. Esa fue la manera en que Dios habló de estos grandes centros comerciales.

Y avanzamos ahora a través de las edades y llegamos a los últimos días, al a la época de la Gran Tribulación, cuando Tiro volverá a ser una gran nación y entrará al milenio. Dice el versículo 18 de Isaías 23:

"Pero sus negocios y ganancias serán consagrados al Señor. No se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estén delante del Señor, para que coman hasta saciarse y vistan con esplendidez."

Dice aquí, porque sus ganancias serán para los que estén delante del Señor, Y dice el Salmo 45:12, Y las hijas de Tiro vendrán con presentes; implorarán tu favor los ricos del pueblo. Llegamos ahora al

Capítulo 24

Este capítulo nos trae a una nueva sección., aunque el tema es aún el juicio. El capítulo 23 concluyó el juicio contra las naciones. Hemos visto aumentar progresivamente el juicio de Dios de nación a nación, y en este momento se llega al juicio final que vendrá sobre la tierra, que el Señor Jesucristo ha denominado el período de la Gran Tribulación. Los eruditos Delitzsch h Jennings consideran a esta sección totalmente escatológica; es decir, que se refiere al juicio final de Dios que vendrá sobre todo el mundo. En contraste con los juicios de las naciones incluidas entre los capítulos 13 al 23, que en gran medida se han cumplido, este juicio final es completamente futuro. Leamos ahora el versículo 1 de Isaías 24, que nos introduce al tema del

Juicio mundial de Dios

"He aquí que el Señor devasta la tierra y la arrasa, trastorna su faz y hace esparcir a sus moradores."

La palabra tierra en este versículo corresponde a la palabra hebrea "erets" y puede significar la tierra de Israel o todo el mundo. La opción de todo el mundo se adapta mejor al contexto de este capítulo. En realidad, el juicio puede considerarse doble, refiriéndose no solo a la tierra de Israel, sino también a la totalidad del mundo. Continuemos leyendo el versículo 6:

"Por esta causa la maldición consumió la tierra y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra y disminuyó la población."

Dios prometió a Noé que Él nunca destruiría la tierra otra vez con una inundación. Observemos aquí que el juicio consiste en fuego, pues tenemos la palabra consumidos. El apóstol Pedro en su segunda carta 3:6-7 dijo: "6por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua. 7Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos". Llegamos así a otro párrafo que nos explica:

La preservación de los santos

Leamos los versículo 13 al 15 de Isaías 24, porque en ellos vemos que los santos son preservados durante el período de la Gran Tribulación.

"Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como un olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia. Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza del Señor; desde el mar darán voces. Glorificad por esto al Señor en el oriente; en las costas del mar sea nombrado el Señor, Dios de Israel."

El remanente será pequeño, y ellos elevarán sus voces para glorificar a Dios. Ahora en el tiempo de la prueba, durante la Tribulación, podrán honrar y dar gloria al Señor; dice aquí que sea nombrado el Señor, Dios de Israel. Así que habrá en aquel tiempo un remanente del pueblo de Israel, y también de las costas del mar, lo cual incluirá, por supuesto, a toda la tierra. Estimado oyente, le invitamos a establecer una relación con Dios, es decir, que se convierta usted en un hijo de Dios por medio de la obra del Señor Jesucristo en la cruz. Entonces podrá usted comenzar a adorarle y a honrar su nombre en esta tierra, anticipándose a aquel glorioso día de alabanza universal y de gloria para el nombre del Señor Dios.

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