Estudio bíblico de Filemón 1:1-25
Filemón
Las epístolas (o cartas) del Nuevo Testamento, como ya hemos dicho al comienzo cuando estábamos estudiando la epístola a los Romanos, fueron una nueva forma de revelación de parte de Dios. Antes de ellas, Dios utilizó la ley, la historia, la poesía, la profecía, y los documentos llamados evangelios. Cuando Dios utilizó las epístolas adoptó un método más directo y personal. Y hay diferentes clases de epístolas. Algunas fueron dirigidas a iglesias; otras fueron escritas a individuos y eran más íntimas.
Creemos, francamente, que cuando el Apóstol Pablo estaba escribiendo esta carta a Filemón, no pensaba que iba a ser incluida en el Canon de las Escrituras. Si hubiera sabido que la iba a leer tanta gente, quizás se habría sentido cohibido. Al leer esta carta nos imaginamos que estamos leyéndola mirando sobre los hombros de Filemón, leyendo su correspondencia personal. Pablo le escribió a él personalmente. Esta circunstancia no quita ningún mérito a la inspiración y valor de esta epístola. El Espíritu de Dios la incluyó en el Canon de las Escrituras por una razón muy definida.
Ahora, detrás de esta carta hay, por supuesto, una historia. Filemón, vivía en un lugar llamado Colosas. Estaba ubicado en la zona de Frigia en la sección de Anatolia, que corresponde a la Turquía de hoy. Sin embargo, no existe ninguna ciudad allí en la actualidad. Solamente se encuentran ruinas. Pero en los días de Pablo ésta era una gran ciudad. Ya sabemos que una de las epístolas de Pablo fue escrita a los creyentes de Colosas. No ha quedado ningún registro de que Pablo haya visitado Colosas, pero como imaginamos que hay muchos detalles que desconocemos, suponemos que Pablo puede haber visitado esa ciudad.
La historia de esta epístola transcurre con el trasfondo de los oscuros antecedentes de la esclavitud. Había aproximadamente 60 millones de esclavos en el Imperio Romano, en el cual la población total no excedía los 120 millones. Un esclavo era como un objeto. Era tratado peor que un enemigo y estaba sujeto a los caprichos de su amo.
En Colosas había un hombre rico que se había salvado depositando su fe en Cristo. Aparentemente había llegado de Efeso, donde Pablo había estado dos años enseñando, cada día, en la escuela de Tirano, y la gente acudía a escucharle desde todas las poblaciones de esa área. Había millones de personas en Asia Menor, y Filemón era simplemente uno de los hombres que vino a conocer al Señor Jesús.
Ahora, Filemón tenía esclavos, y tenía uno llamado Onésimo. Onésimo trató de aprovechar una oportunidad un día, como hubiera hecho cualquier otro esclavo, y huyó de la casa. Él hizo lo que aparentemente hacía la mayoría de los esclavos fugitivos en aquel día, se dirigió directamente a una gran ciudad. Y este esclavo recorrió todo el camino hasta la ciudad de Roma. En medio de una población tan numerosa, podía esconderse, pasar desapercibido, y nunca sería reconocido.
Ahora, cierto día, este hombre Onésimo, que había sido un esclavo, se dio cuenta de que había una esclavitud en la libertad, y que había una libertad en la esclavitud. Cuando él era un esclavo, no se preocupaba sobre donde iba a dormir, o sobre qué iba a comer. Su amo tenía que ocuparse de ello. Pero una vez libre y en Roma, tenía un verdadero problema. Podemos imaginarle caminando por una calle un día y viendo a un grupo de personas reunidas escuchando a un hombre. Onésimo se infiltró en el grupo, se abrió paso hasta el frente y allí vio que ese hombre estaba encadenado. Onésimo había huido de las cadenas y pensó que estaba libre, pero cuando escuchó a ese hombre, que por cierto se llamaba Pablo, seguramente pensó: "Este hombre está libre y yo soy aun un esclavo, un esclavo del apetito; soy un esclavo de la economía. Aun soy un esclavo, pero ese hombre, aunque esté encadenado, está libre".
Onésimo esperó a que se retirara toda la gente y entonces se acercó a Pablo. Quería saber más sobre lo que Pablo estaba predicando, y el apóstol lo guió a Cristo; es decir, le presentó el evangelio, le habló de cómo Jesús había muerto por él, como había sido sepultado, pero resucitó al tercer día. Le pidió a Onésimo que depositara su confianza en Cristo y él así lo hizo. Onésimo fue entonces una nueva creación en Cristo Jesús.
Después Onésimo hizo lo que cualquier persona que se ha convertido hace. Pensó en su vida pasada y en las cosas que había hecho mal y que quería corregir. Seguramente le dijo a Pablo: "Pablo, hay algo que debo confesarte. Soy un esclavo fugitivo". Pablo le preguntó de dónde había llegado a Roma, y Onésimo le respondió que era de Asia Menor, de la ciudad de Colosas. Pablo entonces le dijo: "Allí hay una iglesia. ¿Quién era tu amo?" A lo que Onésimo respondió: Mi amo era Filemón". Y Pablo le volvió a preguntar: "¿estás hablando de Filemón, el que vive en la calle principal?" "Si, el mismo" respondió Onésimo. Y Pablo dijo entonces: "Bueno, él también es uno de mis convertidos, y me debe mucho". Y Onésimo le preguntó: "Bueno, Pablo ¿debería yo regresar a él?" A lo cual Pablo contestó afirmativamente y le dijo que al regresar se encontraría en una situación diferente, y que le enviaría a Filemón una carta por medio de él. Y esta es la carta que tenemos ante nosotros, la carta de Pablo a Filemón.
En el corazón humano siempre ha existido un gran deseo de ser libres. Pero en la actualidad hay millones de personas que son esclavas del alcohol o de las drogas. Otros son esclavos del dinero. No son libres, aunque lo parezcan. En nuestro tiempo las personas se enorgullecen de ser libres. Piensan que están libres, pero el Señor Jesús dijo, en Juan 8:36, Si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres. Nadie encontrará argumentos a favor o en contra de la esclavitud en esta epístola. Lo que sí usted aprenderá es que hay una libertad que está por encima de todas las esclavitudes del mundo. Es la libertad que cada uno de nosotros quiere tener. Examinemos ahora de cerca esta carta a Filemón.
El tema de carta desarrolla la revelación del amor de Cristo por nosotros; es una demostración de cómo debería funcionar el amor fraternal. El propósito principal de esta carta es revelar el amor de Cristo por nosotros en lo que hizo por nosotros al interceder a favor nuestro ante Dios. Esta es una de las mejores ilustraciones de la sustitución. En el v. 18 leemos lo siguiente: Si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Podemos escuchar a Cristo mostrando su acuerdo con ocupar nuestro lugar y en tener todo nuestro pecado imputado a Él. Jesús ocupó nuestro lugar en la muerte, pero nos da Su lugar en la vida. Dice el v. 17 de esta carta, Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo. Tenemos la posición de Cristo ante Dios, o no tenemos ninguna posición en absoluto. Onésimo, un esclavo fugitivo poco rentable, había de ser recibido como Pablo, el gran apóstol sería recibido en la casa de Filemón.
El propósito práctico de esta carta es enseñar el amor fraternal. Pablo habló de una nueva relación entre amo y siervo en las otras Epístolas de la Prisión. Aquí demostró cómo debía funcionar dicha relación. Estos hombres, que pertenecían a dos diferentes clases del Imperio Romano, que se odiaban y se perjudicaban mutuamente, eran entonces hermanos en Cristo, y tenían que actuar como tales. Y pensando en nuestro tiempo, ésta es la única solución para una convivencia en paz en la economía, entre los que ejercen la autoridad y los que obedecen. Leamos entonces el versículo uno de esta carta, que encabeza
Un cordial saludo a Filemón y a su familia
"Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro"
Pablo no mencionó aquí el hecho de que era un apóstol. Cuando él estaba escribiendo a las iglesias, usó su título oficial: un apóstol de Jesucristo. Pero ésta era una carta personal, a un amigo personal. No necesitaba defender su apostolado. Su intención en esta ocasión fue ser muy personal, y creemos que se habría sorprendido mucho si hubiera sabido que esta carta sería leída en todo el mundo.
Él se presentó aquí como Pablo, prisionero de Jesucristo. Hemos observado que algunos comentarios tratan de cambiar el significado de esta frase enseñando que Pablo realmente quiso decir que era un prisionero porque estaba predicando el evangelio de Jesucristo. Pero eso no fue lo que Pablo dijo y él tenía la capacidad para expresar exactamente lo que tenía en su mente. Estaba utilizando el idioma griego, que es muy flexible y versátil. Y él dijo que era un prisionero de Jesucristo.
Si hubiéramos podido hablar con él y le hubiéramos preguntado si los Romanos le habían colocado en la cárcel, nos habría dicho que no. Después le habríamos preguntado si entonces no fueron los líderes religiosos los que por medio de una acusación le hicieron encarcelar; e igualmente nos habría respondido que no. Y entonces, ante la pregunta de quién le había encarcelado, nos habría respondido que Jesucristo. Entonces le habríamos preguntado sorprendidos: "¿entonces tu sirves a alguien que te ha puesto en la cárcel?" Y el apóstol nos habría respondido: "Si, cuando Su voluntad sea que esté en la cárcel, estaré en la cárcel. Cuando Su voluntad sea que esté fuera de la cárcel, entonces estaré en libertad. Cuando Su voluntad sea que esté enfermo, estaré enfermo. Yo le pertenezco a Él. Y como le pertenezco, he aprendido a contentarme en cualquier estado o condición en que me encuentre. Así que todo va bien. No os preocupéis por mí."
Obviamente, la epístola a Filemón es una de las Epístolas de la Prisión, junto con Efesios, Filipenses y Colosenses.
Y dijo el apóstol después y el hermano Timoteo. Esto significa que él no solo era el hermano de Filemón y de Pablo, sino también el hermano suyo, estimado oyente, si usted está unido a Cristo. Todos somos hermanos en Cristo.
Continuó diciendo y al amado Filemón. Parecía que estaba tratando de halagarlo. Pero él sentía cariño por este hombre, e iba a pedirle algo. Y dice el versículo 2:
"A la amada hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa"
Apia era aparentemente la esposa de Filemón. Mientras que Filemón era un nombre griego, y él era ciudadano de Colosas, Apia era un nombre frigio. Este detalle sugeriría que un hombre de negocios joven llamado Filemón viajó a nuevas tierras. No se dirigió hacia el occidente, sino que fue hacia el oriente, hacia la misma frontera. Inició sus actividades comerciales en Colosas, y se convirtió en un hombre de recursos. Allí conoció a una joven frigia llamada Apia y se casó con ella. Y ambos se convirtieron a Cristo.
Y continuó diciendo Pablo en el v. 2, A Arquipo, nuestro compañero de milicia. Suponemos que éste era el hijo del matrimonio. No era un soldado del ejército romano, sino un soldado de Jesucristo. Pablo había escrito que todos tenemos que ser buenos soldados de Jesucristo.
Y dijo además aquí, y a la iglesia que está en tu casa. No solo se habían convertido sino que tenían una iglesia en su casa. Reflexionemos por un momento. En algunos casos el edificio de la iglesia se ha convertido en algo tan sumamente importante para muchas personas, que no tiene ninguna relación con el verdadero propósito de la iglesia local. La iglesia local en la época de Pablo no era un edificio separado, pues no tenían ningún edificio. Había en aquellos tiempos grandes templos dedicados a los dioses paganos, pero la iglesia primitiva no tenía edificios propios; se reunía en los hogares. Se ha calculado que por 200 años la iglesia se reunió en las casas. La idea de colocar un énfasis exagerado en un edificio o en un proyecto de edificación, parece fuera de lugar ante el ejemplo de aquellas iglesias cristianas. Y continuó diciendo Pablo en el versículo 3:
"Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo."
Ese era el saludo acostumbrado que expresaba Pablo en todas sus cartas que fueran dirigidas a una persona o a una iglesia. Bien, veamos entonces cómo continuó esta carta.
En el versículo 4 comenzamos a leer algo sobre
La buena reputación de Filemón
"Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones"
Aquí tenemos un hombre por el cual Pablo oraba. Si usted está recopilando una lista de oración del apóstol Pablo asegúrese de incluir en ella a Filemón. La idea aquí reflejada aquí es que cada vez que el nombre de Filemón era mencionado, Pablo oraba por él. Aparentemente Filemón era una persona bastante importante. Ahora, en el versículo 5 leemos:
"Porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús y para con todos los santos"
La vida de Filemón era un vivo testimonio de su fe. Pablo la describió de una manera hermosa. Este hombre mostró amor hacia el Señor Jesús y hacia los otros creyentes. Su fe estaba dirigida hacia Jesús, y era fiel con los otros cristianos. Luego, en el versículo 6 continuó diciendo:
"Y pido para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús"
Su fe era compartida. Y la frase todo el bien que está en vosotros era el resultado de lo que el mismo Pablo escribió en Filipenses 2:13, afirmando que Dios es quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Y dijo también en el versículo 7:
"Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, hermano, han sido confortados los corazones de los santos."
Es decir, que Pablo experimentó un gran gozo y consuelo en el amor de Filemón por los otros creyentes y por él. Los corazones confortados aquí implicaban a la totalidad de la naturaleza psicológica. Era la vida interior de los creyentes la que encontraba una gran satisfacción en él. Filemón era la clase de persona que habría ofrecido hospitalidad en su casa a los predicadores y maestros que los visitaban. Así también hay muchos que hoy constituyen una bendición para la iglesia por la forma en que practican la hospitalidad y el compañerismo cristiano.
Leamos ahora los versículos 8 y 9 en los que Pablo efectuó
Una petición de compasión para Onésimo
"Por eso, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, prefiero rogártelo apelando a tu amor, siendo yo, Pablo, ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo."
Pablo estaba llegando al propósito de su carta. Planteó el tema con diplomacia, con cautela y con amor. Iba a hacerle este pedido a favor de Onésimo basado en 3 puntos: (1) Apeló a su amor. Este era el amor fraternal entre Pablo y Filemón como creyentes en Cristo Jesús. (2) Tenemos la frase, siendo yo, Pablo, ya anciano. Pablo tendría alrededor de 60 años de edad, pero se consideraba un hombre anciano. Había sufrido mucho, habiendo sido perseguido como misionero de Cristo. Esas experiencias le habían avejentado y en ese carácter apeló a Filemón. (3) Pablo se presentó como prisionero de Jesucristo. Era evidente que no podía presentarse personalmente ante Filemón. Y dijo en el versículo 10:
"Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones"
Pablo no estaba casado pero tenía muchos hijos. Llamó hijos a Timoteo y a Tito, y aquí a Onésimo. Estos eran sus hijos espirituales. Había conducido a Onésimo al Señor aun cuando él mismo en ese tiempo era un prisionero. Y en el versículo 11 continuó diciendo:
"El cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil."
El significado de la palabra "Onésimo" es "útil". Así es que Pablo estaba haciendo un juego de palabras. Como esclavo, Onésimo no había sido muy útil. No trabajaba porque deseara hacerlo y entonces no se concentraba en sus tareas. Y podemos comprender su situación como esclavo. Pero vemos que Pablo lo estaba enviando de regreso a Filemón como un creyente y entonces le dijo: "Ahora te va a ser de utilidad. Sin embargo, no quiero que lo recibas como a un esclavo". Y dicen los versículos 12 y 13:
"Te lo envío de nuevo. Tú, pues, recíbelo como a mí mismo. Yo quisiera retenerlo conmigo, para que en lugar tuyo me sirviera en mis prisiones por causa del evangelio."
Pablo le estaba pidiendo a Filemón que recibiera a Onésimo como si estuviera recibiendo al mismo Pablo. El apóstol admitió que le hubiera gustado retener a Onésimo, porque necesitaba a alguien allí para servirle en la precaria situación en la que se encontraba en la cárcel. Pero Pablo no podía actuar así. Y dijo en el versículo 14:
"Pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuera forzado, sino voluntario."
¿Envió Filemón a Onésimo para que estuviera con Pablo? No lo sabemos con seguridad pero creemos que sí. Y nos imaginamos que en el primer barco de regreso a Roma allí se encontraba Onésimo, regresando a ver a Pablo, y con muchas cosas para el apóstol. Y dicen los versículos 15 y 16:
"Quizá se apartó de ti por algún tiempo para que lo recibas para siempre, no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor."
Habiéndose convertido Onésimo en un creyente, el estatus y relación con Filemón eran diferentes. De acuerdo con la ley romana era aun un esclavo, pero para Filemón sería más que eso. Sería un hermano. Y ahora veremos que el
Inocente sustituyó al culpable
Este versículo, junto con el siguiente, nos da una de las mejores ilustraciones de una sustitución plena y de la imputación. Detrás de la súplica de Pablo estaba la súplica de Cristo al Padre a favor del pecador que confía en Cristo como su Salvador. El pecador es recibido a la misma posición en que Cristo es recibido. En otras palabras, el pecador salvado tiene tanto derecho en el cielo como el que tiene Cristo, porque él ha recibido el derecho de Cristo a estar allí. Como dijo Pablo en Efesios 1:6, Dios, en Su gracia nos aceptó en Cristo. Dijo Pablo en el versículo 17 de esta carta a Filemón:
"Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo."
Y ahora leamos el versículo 18, que contiene
Una hermosa ilustración de la imputación
"Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta."
Fue como si Pablo, al ser un creyente en Cristo, hubiera tenido una tarjera de crédito, y dijo: "Si te ha perjudicado o te debe algo, cárgalo a mi cuenta."
Aquí tenemos una hermosa figura. Cuando yo vengo a Dios el Padre para recibir la salvación, puedo oír a Cristo decir: "Si este hombre en algo te perjudicó, o te debe algo, ponlo a mi cuenta". Porque Cristo pagó el castigo por mis pecados en la cruz. Seguramente el Padre le respondería: "este hombre no es apto para entrar al cielo". Entonces el Señor Jesús diría: "Si me tienes por compañero, recibe a este hombre como a mí mismo". Esto es lo que significa estar en Cristo, aceptado por Dios en El. Por ello aquí tenemos una imagen de cómo Dios el Padre y el Señor Jesucristo le aceptan a usted, y me aceptan a mí.
Y ahora leamos el versículo 19, que presenta
Asuntos generales, personales y pedidos
"Yo, Pablo, lo escribo de mi mano: yo lo pagaré (por no decirte que aun tú mismo te me debes también)."
El Señor Jesucristo dio Su vida y derramó Su sangre para pagar la totalidad de la deuda del pecado. Y aquí vemos que Pablo había guiado a Filemón al Señor. ¿Cómo podría el corresponderle? Y en los versículos 20 y 21 leemos la súplica de Pablo a favor de Onésimo:
"Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor, conforta mi corazón en el Señor. Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo"
Una de las características de los verdaderos creyentes es que hacen más de lo que se les pide. Quizás la razón por la cual algunos pasan necesidades es porque hemos sido tacaños con el Señor. El Señor es generoso, por lo tanto nosotros también deberíamos serlo. Y dijo Pablo en el versículo 22:
"Prepárame también alojamiento, porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido."
Pablo esperaba ser puesto en libertad y pidió que oraran al respecto. Y ya que esta carta fue escrita probablemente durante la primera reclusión del apóstol, en Roma, él fue después puesto en libertad y probablemente visitó a Filemón personalmente. Y así concluyó la carta con saludos personales.
Y así, amigo oyente, concluimos esta breve carta del apóstol Pablo a Filemón. Dios mediante, en nuestro próximo programa, regresaremos al Antiguo Testamento para estudiar el libro de Daniel. Y esperamos que usted continúe acompañándonos en este viaje a través de la Biblia.
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