Estudio bíblico: El profeta Zacarías - Introducción
El profeta Zacarías - Introducción
Zacarías, un testimonio de la fidelidad de Dios
Es verdad, no estamos ante un libro fácil de leer. Su estudio no está exento de dificultades. Orígenes, importante teólogo cristiano del S. III, lo llamó "un libro oscuro", y Jerónimo, teólogo del S. IV, se expresó en términos semejantes "el más oscuro de los doce profetas menores".
¿Por qué estas dificultades? Principalmente por las visiones y profecías que contiene, con su lenguaje peculiar y no siempre fácil de interpretar o ubicar. Sin embargo, y a pesar de esto, pronto descubriremos que es un libro hermoso, cuya lectura y estudio no nos dejará de impresionar y enamorar.
Para empezar digamos que Zacarías es un testimonio maravilloso de la fidelidad de Dios para con Su pueblo. Esta es una de las primeras cosas que aprendes cuando comienzas a entenderlo. Pensaba por ejemplo en los programas electorales de los diferentes partidos políticos y como después, cuando llegan al gobierno, las circunstancias y las presiones imponen un comportamiento incluso contradictorio con lo que dijeron. Con Dios no es así, ¡en Dios se puede confiar! Su programa para con su pueblo Israel y con la humanidad se cumplirá. Este libro que hoy empezamos es testimonio de ello. De ahí que uno de los títulos para el libro que más me ha impresionado es "Dios recuerda", en el sentido de que "en Su tiempo, Dios siempre cumple Sus promesas".
La importancia profética del libro
Sin embargo, y pesar de la opinión de Orígenes y de Jerónimo, Lutero, el gran reformador, habló de él como "la quintaesencia (lo más puro, lo mejor) de los profetas" ¿Por qué este entusiasmo de Lutero y otros muchos?
1. Las múltiples referencias al Mesías
Uno de los temas que más destaca son las frecuentes alusiones al Mesías que habría de venir, es decir, a nuestro Señor Jesucristo, al cual se le llama "mi Siervo", "el Renuevo", "Pastor", "Rey" (Zac 9:9) (Zac 11:4) (Zac 12:10) (Zac 13:7) (Zac 14:9).
Contiene profecías relacionadas tanto con su rechazo y muerte como con Su Segunda Venida en gloria. Algunas muestras:
La primera venida del Mesías
Es decir, desde su nacimiento hasta la ascensión a los cielos después de la resurrección. No olvidemos que las profecías que vamos a enumerar fueron escritas con al menos quinientos años de anticipación:
"La entrada triunfal en Jerusalén" (Zac 9:9) con (Mt 21:1-6).
El rechazo del Buen Pastor por parte de los pastores de Israel (líderes políticos y religiosos), además del precio por el que Judas entregaría a Jesús: (Zac 11:12-13) con (Mt 26:14-15) y (Mt 27:9). Aunque la cuestión del por qué Mateo menciona a Jeremías y no Zacarías como autor de esta profecía la trataremos ampliamente en el estudio del capítulo 11, adelantamos aquí la opinión de Ryrie: "en tiempos de Jesús los libros de los profetas estaban encabezados por Jeremías, y no por Isaías, como sucede ahora, y la cita es identificada con el nombre del primer libro del grupo?" (Biblia de estudio, nota sobre Mateo 27:9). Es decir, estaban ordenados por tamaño, de mayor a menor, por eso Jeremías ocupó el primer lugar.
La muerte de Cristo y la dispersión de los discípulos: (Zac 13:7) con (Mt 26:31).
Hasta el detalle de que en su muerte sería traspasado podemos encontrarlo en Zacarías (Zac 12:10-14) (Jn 19:34-37).
La Segunda Venida del Mesías en gloria
La conversión de Israel como nación: (Zac 12:10) con (Ro 11:25-26).
Su regreso al "Monte de los Olivos": (Zac 14:4) "se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos" (Hch 1:11-12).
Su regreso con "los santos": (Zac 14:5) "Y vendrá Jehová mi Dios, y con Él todos los santos". Ver (1 Ts 3:13) (Jud 1:14).
2. Su reflejo en el libro de Apocalipsis
Por otro lado tenemos que, después de Ezequiel, es el libro del A.T. que más se refleja en Apocalipsis. Como ejemplo citamos:
La referencia a los caballos y sus jinetes (Zac 1:8) comparar con (Ap 6:4-5).
A los cuernos, es decir, reinos y poderes futuros (Zac 1:18-21) comparar con (Ap 17:3,16).
Ángeles que guían y explican las visiones (Zac 4:12-13) con (Ap 7:14).
La referencia al "traspasado" (Zac 12:10) con (Ap 1:7).
Autor, composición y fecha de redacción
1. Sobre el autor
El primer verso del libro ya nos indica el nombre del mismo e incluso la familia a la que pertenece.
(Zac 1:1) "En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo..."
El autor es Zacarías, un nombre muy común en el A.T. y el cual significa "Jehová recuerda". Su padre se llamó Berequías, es decir "Jehová bendecirá", y su abuelo un sacerdote llamado Iddo que significa "el tiempo establecido" (Neh 12:1-4).
La no mención de Berequías en Nehemías puede indicar que este había muerto, y que Zacarías retornó del exilio siendo un niño al cuidado de Iddo, su antecesor más cercano. De ahí aprendemos que además de profeta también era sacerdote.
La suma del significado de los tres nombres ya son en sí mismo un mensaje hermoso tanto para ellos como para nosotros, y refleja el propósito del libro: Jehová recuerda, Jehová bendecirá en el tiempo establecido.
De la misma forma que el Señor se acuerda de su pueblo Israel y de las promesas a sus padres, así también el Señor recuerda y nunca olvida a aquellos que han depositado su confianza en Él y en su tiempo cumplirá sus promesas y propósitos.
No desesperemos y aprendamos a confiar en Él.
(Sal 138:8) "Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos."
(Fil 1:6) "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo"
Por (Zac 2:4) deducimos que empezó su ministerio siendo joven.
(Zac 2:4) "Y le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella."
Y Esdras dice que además de ser contemporáneo de Hageo, la predicación de ambos fue grandemente utilizada por Dios para motivar al pueblo y terminar la obra del Templo (Esd 5:1-2).
Teniendo en cuenta esta posible juventud del profeta, añadimos las siguientes palabras de James L. R. Gatron:
"Dios sea alabado a causa de los jóvenes, los jóvenes cristianos. Ellos pueden tener un impacto para Dios en este mundo de hoy, y muchos lo están teniendo. Algunos de los profetas del Antiguo Testamento eran muy jóvenes cuando comenzaron su ministerio (Jeremías y Daniel, por ejemplo). Zacarías era solo un joven cuando recibió una magnífica visión de Dios (1:7 al 6:15). Si Dios quiere, y a menudo es así, puede usar a la gente joven para hacer grandes cosas para Él. Un joven cristiano, o una joven cristiana, debería ponerse a la disposición de Dios para el servicio. Puede que nunca seamos usados hasta el grado de los grandes héroes de la Biblia, pero es asombroso y maravilloso pensar que Dios puede usarnos para realizar parte de Su obra, ¡sin importar nuestra edad o nuestros dones espirituales! Dios usa a hombres y mujeres que están disponibles. Ora para que Él te convierta en un siervo dispuesto." (Zacarías. Pág. 90. Curso de Estudio de Emmaus: Antiguo Testamento: Poesía y profecía).
2. ¿Un escritor o varios escritores?
Existe una controversia importante sobre este tema. Frente a quienes defienden un solo autor, los hay que cuestionan que la primera parte (capítulos 1-8) y la segunda (capítulos 9-14) provengan de la misma mano. Se argumenta las diferencias de estilo y contenido.
Para los defensores de esta hipótesis los capítulos 9 y siguientes fueron escritos entre 100 y hasta 400 años más tarde.
Incluso hay quienes ven escritores anteriores al propio Zacarías. Por ejemplo, basándose en la referencia que hace Mateo a Jeremías (Mt 27:9), se llega a afirmar que se tomaron profecías antiguas como si fuesen de Zacarías.
Sin embargo no es difícil darse cuenta que detrás de tantas "razones eruditas" existe un prejuicio: negar el origen divino y predictivo de la Escritura y por tanto de la profecía.
Una ilustración de lo que queremos decir es el siguiente verso:
(Zac 9:13) "Porque he entesado para mí a Judá como arco, he hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sión, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente."
Aunque el verso está en el contexto de una liberación más profunda (Zac 9:11), los versos (Zac 9:13-17) mencionan un tiempo de conflicto con los griegos y la victoria de Israel. El profesor Ryrie escribe: "predicen la derrota de Grecia (particularmente de Antíoco Epífanes) por el pueblo judío durante el tiempo de los macabeos (Siglo II a. C.) (Ver Biblia Ryrie de estudio).
¿Cuál es la conclusión de aquellos que niegan la existencia de profecía predictiva, y por tanto el origen divino de la Palabra? Que esta mención, y los capítulos 9-14, tienen que ser posteriores a los acontecimientos que anuncian, y en consecuencia de otro autor.
Sin embargo, como explican otros eruditos bíblicos, no hay razón de peso para dividir el libro entre dos o más autores. Todas las objeciones a la autoría de Zacarías tienen explicación. Además, la evidencia interna muestra una unidad fundamental tanto de lenguaje, estilo, como de tema (Véase Cuadernos de Estudio nº 16, Editado por CEFB, por Pablo Wickham y Timoteo Glassock, pág 25 a la 18).
Algunas evidencias de unidad respecto al tema:
El papel central tanto de Jerusalén como Sión, la ciudad del gran Rey, a lo largo del todo el libro. Este es un punto que el lector puede ver con claridad.
La purificación del pueblo de Dios como parte de la acción final divina es otra preocupación frecuente en el profeta. Como ejemplo (Zac 1:4), (Zac 5:1-11) en la primera parte, con (Zac 12:10) (Zac 13:1) en la segunda.
El alcance universal del reino de Dios, donde todas las naciones tienen una parte: (Zac 2:11), (Zac 8:20-23) con (Zac 9:10) (Zac 14:16-19).
La constante apelación a los profetas anteriores, no tanto en citas directas pero sí en figuras y conceptos.
La preocupación por el liderazgo, contrastando el falso con el verdadero.
Algunas evidencias de unidad respecto al estilo y el lenguaje:
La repetición de las mismas expresiones en ambas partes: "Dice Jehová", ("Así ha dicho", "vino a mí palabra de Jehová, diciendo") ocurre catorce veces en la primera y seis en la segunda. "Los ojos de Jehová", dos en la primera y una en la segunda. La expresión en vocativo "Oh Sión" a lo largo de las dos secciones del profeta.
Los usos exclusivos o casi exclusivos de ciertos términos o expresiones: El verbo "yashab", sentar, morar, con el sentido de "ser poblado". Este verbo pocas veces tiene este significado fuera de Zacarías. Aparece dos veces en la primera parte y dos en la segunda. La expresión "fuese ni viniese" o equivalente (Zac 7:14) con (Zac 9:8). No ocurre en ninguna otra parte del A.T.
El paralelismo quíntuple, que apenas se conoce fuera de este libro (Zac 6:13) con (Zac 9:5,7) (Zac 12:4-5).
El hecho de que en los capítulos 9-14 no se haga referencia a la reconstrucción del Templo, y que se palpe una atmósfera diferente, se usa en los ambientes académicos como argumento de que Zacarías no los escribió. Sin embargo, una mejor respuesta sería que fueron escritos por Zacarías 30 o 40 años después de la primera parte, allá por el año 480 a C. Estaríamos hablando de un Zacarías anciano, en el final de sus días y ministerio, y en otro contexto.
Como recuerda Wickham: "Además -y este es un dato muy importante-, el libro aparece como una unidad en el canon hebreo, no existiendo evidencia alguna de que las dos secciones estuviesen separadas jamás. Tampoco los rabinos judíos dudaban de la autenticidad de los capítulos 9-14".
3. La muerte de Zacarías
Por último, y para completar la información sobre el autor, tenemos que citar las palabras del Señor en Mateo:
(Mt 23:35) "Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar."
Esta doble división del ministerio del profeta, una en su juventud y otra posterior, sirve para explicar esta referencia a una muerte violenta.
Esta última etapa transcurriría en medio de una generación que, en contraste con la anterior, es orgullosa y convencida de su propia justicia. Esto se hace evidente por el estudio del capítulo 11.
En un contexto de hostilidad como el que allí se describe (Zac 11:8), no sorprende que una cuadrilla de exaltados, con la complacencia de las autoridades, terminara por asesinar a este "viejo cascarrabias".
De esta forma, no es necesario argumentar que Jesús hablaba un Zacarías distinto (2 Cr 24:20-22). Volveremos a insistir en este asunto al comenzar el estudio de la segunda parte del libro.
4. La fecha de redacción
El primer versículo del libro nos dice que Zacarías empezó su predicación en el octavo mes del año segundo del reinado de Darío. Esto nos sitúa entre Octubre y noviembre del año 520 a. C. (entre la segunda y tercera predicación de Hageo).
El pueblo todavía está experimentando el retorno del destierro en Babilonia y tras un tiempo de inactividad, están entregados a la reedificación del Templo en Jerusalén.
Teniendo presente toda la argumentación sobre la autoría única del libro y la unidad esencial de las dos grandes partes en que se divide, concluimos que su redacción, es decir su puesta por escrito, tuvo lugar aproximadamente entre los años 520 y 480 a. C. (Siglos VI-V a.C.).
5. Los destinatarios
Aquellos judíos que habían vuelto del destierro junto con Zorobabel y Josué tras el edicto de Ciro Rey de Persia. Los mismos a los que predicó Hageo para que retomasen la obra del Templo.
De manera particular también hay mensajes para el gobernador Zorobabel y el Sumo Sacerdote Josué.
El propósito del libro
Sin duda alentar y fortalecer al remanente de judíos que regresaron del cautiverio en Babilonia y que trabajaba en la reconstrucción del templo. Y esto lo hace en varias formas:
Reafirmando el compromiso de Dios con la restauración y preservación del remanente fiel, ahora y en el futuro (anticipando así los tiempos de feroz hostilidad que aún vendrán).
Insistiendo en el propósito firme de hacer de Jerusalén ("el lugar de sus pies"), la capital del mundo por medio del Mesías que había de venir (Zac 6:12-13) (Zac 14:8-9,16).
Tengamos presente que este libro contiene el "Programa divino para la restauración de Israel", un bosquejo profético que abarca desde los días del profeta hasta el establecimiento del reino en el final de los tiempos.
Presentándose, al menos en 56 ocasiones a lo largo del libro, como "Jehová de los ejércitos", "el Señor Todopoderoso" (según la Septuaginta). Aquel cuyo propósito nadie puede desbaratar.
¿Por qué leer Zacarías?
Aunque hay muchas razones para su lectura, nosotros destacamos tres:
Es hermoso leer las profecías con respecto al Mesías, nuestro Señor Jesucristo. Nos da confianza y aliento comprobar cómo todas las referencias a su primera venida se han cumplido y que por tanto el resto también sucederán.
Es un libro que nos ayuda a entender las cosas que están por suceder al fin de los tiempos desde la perspectiva de Israel, aunque en realidad afectan a toda la humanidad. Nos ayudan a conocer a Dios como el Todopoderoso, el Señor de la historia.
Pero además, viendo cómo Dios se preocupa por su pueblo Israel, cómo se muestra cercano y sensible a su situación, cómo lo protege y cumple sus promesas, podemos entender cómo es Dios también para con nosotros: cómo nos guarda durante nuestro peregrinar a lo largo de esta vida y es fiel a sus promesas en Cristo (1 P 1:3-5).
Un bosquejo o guía del libro
Con este bosquejo lo que se pretende es un adelanto de las líneas básicas de la exposición. Un adelanto que sirva como visión panorámica del libro y como guía para una lectura compresiva. El libro tiene dos grandes secciones:
Mensajes durante la reconstrucción del templo (Cap. 1 al 8).
Mensajes posteriores a la reconstrucción (cap. 9 al 14).
A su vez estas se pueden dividir en la siguiente forma:
Mensajes durante la reconstrucción del templo (Cap. 1-8).
El llamado al arrepentimiento (Zac 1:1-6).
Las visiones de Zacarías (Zac 1:7 al 6:15).
Visiones respecto a la reconstrucción del Templo:
"El Varón entre los mirtos", (Zac 1:7-17).
"Los cuatro cuernos y los cuatro carpinteros" (Zac 1:18-21).
"El cartógrafo" (Zac 2:1-13).
Visiones acerca de los líderes:
"El tizón arrebatado del incendio" (Zac 3:1-10).
"El candelero de oro" (Zac 4:1-14).
Visiones respecto a la transformación espiritual del pueblo:
La coronación de Josué, (Zac 6:9-15).
Preguntas respecto a los ayunos, (Zac 7:1 al 8:23).
La consulta de la delegación (Zac 7:13)
La respuesta de Dios (Zac 8:4-23):
Para quién ayunaban.
La causa del exilio.
Dios promete restaurar Jerusalén.
El lamento se transforma en gozo.
Mensajes posteriores a la reconstrucción: profecías tocante al futuro (Cap. 9-14)
La primera profecía (Zac 9 al 11):
Israel bajo el dominio de Grecia (cap. 9-10).
Israel bajo el domino de Roma (cap. 11).
La segunda profecía (Zac 12 al 14):
El conflicto final en torno a Jerusalén (12:1-14)
La purificación de la tierra (13:1-9)
Regreso y reinado del Mesías (Zac 14:1-21).
Comentarios
Sofia Mendoza (Nicaragua) (24/10/2024)
Buenas tardes estimad@, Es de mucha bendicion sus lecturas de estudio, me han ayudado mucho a mi crecimiento espiritual, le agradezco demasiado, y que Dios le siga bendiciendo con mucha sabiduria e inteligencia. siempre estoy pendiente a sus estudios.
Juan Ramón Suazo Avila (Honduras) (21/10/2024)
Gracias a Dios por permitir en los últimos tiempos esta herramienta para entender el plan de salvación y la segunda venida de nuestro redentor. Éxitos, que Dios les continúe usando hombres de fe.
Jorge Lenín Roque Sevilla (Nicaragua) (21/11/2023)
Nuestro Padre Eterno les bendiga mucho más, por su excelentes aportes para el crecimiento y fortalecimiento del Pueblo del Señor.
Si no puedo en la tierra, en el cielo un abrazo y juntos seguir aprendiendo con Nuestro Maestro Amoroso.
Facundo Leandro Casajus (Colombia) (24/08/2023)
Excelente aporte, muchas gracias por la dedicación. El Señor les siga dando sabiduría y entendimiento en la Sagrada palabra de Dios.
Francisco Jose Rodriguez Guevara (El Salvador) (10/09/2022)
Un lenguaje facil de entenderlo y comprenderlo, con tanta profundidad que resalta los detalles. Que Dios lo siga bendiciendo en ese don tan maravilloso que El le dio.
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