Estudio bíblico: Paciencia hasta la venida del Señor - Santiago 5:7-11

Serie:   La epístola de Santiago   

Autor: Antonio Ruíz
Email: antonio_ruiz_gil@hotmail.com
España
Resultado:
Votos: 7
Visitas: 49021

Paciencia hasta la venida del Señor (Stg 5:7-11)

(Stg 5:7-11) "Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta. Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo."

Introducción

Esta sección la consideramos como la conclusión de la epístola porque hace una recapitulación de los grandes temas de la misma: La paciencia y la esperanza, el uso de la lengua, la oración y la fe, y la restauración pastoral de los extraviados. Un extracto de la explicación que nos ofrece Motyer daría el siguiente resultado: Con la idea clave de paciencia y en el mismo contexto de sufrimientos (aunque ahora se usan dos palabras: "longanimidad" versículos 7,8,10, y "paciencia" versículo 10) se vuelve al comienzo mismo (Stg 1:2-4). La mención de "la corona de la vida" (Stg 1:12) halla su parangón en la certeza de la venida de Jesús (Stg 5:7-8). La meta de ser perfectos y cabales del principio tiene su réplica en el precioso fruto (Stg 5:7) y el fin del Señor (Stg 5:11). El importante tema de la oración, que en (Stg 1:5) estaba centrado en nuestra necesidad, ahora está enfocado principalmente en la intercesión por otros (Stg 5:13-18). Esto queda justificado porque a lo largo de la epístola se ha destacado que el cuidado del prójimo es una de las marcas del creyente y, de hecho, es así como acaba la epístola (Stg 5:19-20). Asimismo el tema fundamental de la lengua (Stg 1:19,26), ampliado más tarde (Stg 3:1-12), vuelve de nuevo (Stg 5:9,12).
Todo esto confirma nuestra convicción que estamos ante una composición coherente de principio a fin. Todo el pasaje se redondea con cuatro párrafos. La parte final de la carta se asemeja a epístolas como 1 Juan y Hebreos.
El "por tanto" (Stg 5:7) enlaza ampliamente con el material precedente al menos con dos hebras temáticas. A) Hemos analizado tres formas de arrogancia comenzando con la murmuración (Stg 4:11), siguiendo con la falta de dependencia (Stg 4:13,16) y acabando, a modo de clímax, con los ricos opresores (Stg 5:1-6). Ahora se da respuesta a esto mediante la paciente dependencia de Dios. B) La alusión al juicio que comienza en (Stg 4:11), y continúa después, desemboca en la venida del Señor (Stg 5:7,8,9). La función de Dios como juez supone, no sólo su capacidad de hacer una valoración exacta de las cosas, sino la aplicación legítima de justicia al oprimido y al pobre. El juicio es profético y afirma la actividad de Dios en la historia humana, y no se habla de él en abstracto porque se hace concreto en la expectativa de la venida de Jesús, la esperanza de los creyentes. En otro sentido, este "por tanto" tiende un puente a lo que sigue donde vuelve a dirigirse a la iglesia (Stg 5:7,9,10,12,19) en un tono esencialmente constructivo.
Este párrafo, a la vez que forma la primera parte de la conclusión, mantiene su carácter independiente pues goza de coherencia interna por el triple "mirad", y por el tema de la paciencia. La exhortación se deriva muy estrechamente de la anterior que recuerda al rico opresor las "miserias que le vendrán" (Stg 5:1) en "días postreros" (Stg 5:3), que será un día de matanza (Stg 5:5). A la luz de estas circunstancias el "por tanto" indica la transición a la actitud de la iglesia. Santiago hace compatible la indignación profética con la condición cristiana. El pecado es malo para todos y las pruebas suponen un peligro potencial (Stg 1:9-15), por tanto, los lectores deben resistir la tentación de ambicionar la posición y poder del rico, porque ¿cómo escapar del juicio de Dios si participan de la misma apetencia materialista que este? La mejor alternativa no es la resignación (que, o es fatalista, o se rebela íntimamente por las cosas que Dios permite), sino la paciencia cristiana que sabe como manejar el sufrimiento y fija su esperanza en la venida de Cristo. Con santo temor deben preservar la armonía comunitaria (Stg 5:9), y cobrar fuerza con los ejemplos que aportan las Escrituras (Stg 5:10-11) (Ro 15:4).

La paciencia cristiana (Stg 1:7-8)

Algunos expositores traen a colación el Salmo 37 usándolo como paralelo temático a nuestro pasaje. En efecto, el malo pasará mientras el piadoso heredará la tierra (Sal 37:10,11,33-37). Este salmo es una fuente de consolación para gente que pasa por momentos de persecución (Sal 37:12-15,32), y sufren la tentación a envidiar la prosperidad y vida reposada del impío (Sal 37:7) mientras se muestran impacientes porque éste no sea castigado (Sal 37:1). Pero finalmente es rentable la confianza en el Señor y la piedad que espera pacientemente en él (Sal 37:38-40). Santiago insiste en la paciencia usando para ello dos palabras diferentes: "makrothymia" e "hypomonë". Por un lado, "tened paciencia" ("makrothymësate" versículo 7), "aguardando con paciencia" ("makrothymön" versículo 7), "tened paciencia" ("makrothymësate", versículo 8), "paciencia" ("makrothymias", versículo 10); por otro, "sufren" ("hypomeínantas", versículo 11) y "paciencia" ("hypomonën", versículo 11).
1. El objeto de la paciencia
No deja de ser llamativo que en la Conclusión, que mira al principio de la Epístola, se use una palabra diferente (Stg 5:7,8,10) "a hypomonë" (Stg 1:2-3) "o hypomenein" (Stg 1:12), aunque estas si las tenemos en (Stg 5:11). Puede deberse al cambio de estilo respecto al capítulo 1 pero también puede haber otras razones. El elemento de sufrimiento causado por otras personas hace que "longanimidad" sea más adecuada. La longanimidad se atribuye tanto a Dios como a los hombres pues soporta con entereza los males sufridos por causa de otros seres humanos; la paciencia se referencia más bien a cargas y cosas adversas y, por lo mismo, no se aplica a Dios. Así que, en este párrafo parecen estar en mente tanto personas malas como cargas de padecimiento y aflicción. Ambas palabras son sinónimas en (Col 1:11), pero la primera incluye la espera expectante (la espera de la venida del Señor, el crecimiento de la simiente o el cumplimiento de las profecías, en tanto que la última sugiere fortaleza (caso de Job). Hay una cierta grandeza de espíritu en el ejercicio de la longanimidad (Pr 19:11) (Pr 25:15). Está asociada con Dios como juez de los hombres (Jer 15:15) (Ro 2:4) y con la riqueza de su misericordia (Ex 34:6) (Mt 18:26-27).
"Aguarda con paciencia" subraya enfáticamente el matiz de espera. ¿Cuál es el objeto de esta? Esto nos lo aclara la ilustración del labrador que "espera". Ya que, según Clemente (150 d.C.), tanto Santiago como su hermano Judas eran labradores, es comprensible que un autor familiarizado con el campo describa con propiedad los comportamientos de un agricultor. Se trata de un pequeño agricultor, bien distinto de los terratenientes ricos y de los jornaleros, que después de sembrar espera que la lluvia caiga pues su sobrevivencia depende de una buena cosecha al tiempo de la recolección. La larga espera se corresponde con el tiempo del crecimiento, lo mismo que ocurre con la paciencia (Stg 1:4). No hay evidencia de que la causa principal de aflicción fuese la tardanza de la venida del Señor, el asunto está en la manera en que los creyentes habían de responder en el periodo comprendido entre la siembra y la cosecha, el intervalo cuando sucede el crecimiento y desarrollo, o sea, la necesidad de perseverancia en medio de la persecución y adversidad. El punto principal es la longanimidad, pero es sorprendente que algo tan humilde como el fruto sea tan "valioso" como las joyas (Mt 13:45-46). Se vislumbra la ansiedad y la alegría del labrador en una tierra dura donde nunca se da la cosecha por otorgada, y por eso es preciosa. Esta valoración del fruto justifica la espera. El punto de comparación de la ilustración es sólo esta paciente espera por causa de la cosecha preciosa. El labrador es paciente "sobre" una cosa y "hasta" otra cosa. El texto dice que el labrador espera el precioso fruto de la tierra, "siendo paciente en (sobre) ello" (BLA), es decir, sobre el fruto o cosecha. Y es paciente "hasta" que recibe las lluvias tempranas y tardías. La vida espiritual implica proceso y crecimiento y la paciencia es esencial.
2. La meta de la paciencia
"Hasta" abarca las ideas de intervalo de tiempo y meta. En la vida del labrador las lluvias de otoño y primavera cumplen una función esencial. Sin la lluvia todo su trabajo es inútil. Estas lluvias estaban asociadas a la fidelidad de Dios y es en el ámbito de sus promesas donde cobra sentido el esfuerzo del labrador. La segunda venida es la gran promesa donde el creyente encuentra argumentos y fuerza para aguardar pacientemente. Esta venida es el gran incentivo para la perseverancia en medio del sufrimiento.
El sustantivo "parousía" significa ante todo "presencia", y se aplicaba a la llegada de personajes eminentes como reyes, o a la aparición de una divinidad. Su uso predominante es a la futura venida de Jesús (2 P 3:4), como Hijo del Hombre (Mt 24:3,27,37,39) y, sobre todo, como Señor (1 Ts 3:13) (1 Ts 5:23) (2 Ts 2:1,8) (2 P 1:16). El título "Señor", que en (Stg 5:4) se refiere al Dios de los ejércitos que escucha el clamor de los oprimidos, ahora se aplica enteramente a Cristo. Así que, parece que es en la venida de éste cuando la misericordia y juicio pondrán las cosas en su sitio. "Su aparición en las nubes será... como Juez de la humanidad... quien reunirá a sus escogidos y llamará a los que ya están unidos a él para que estén con él para siempre y compartan su gloria eterna. El creyente vive entre las dos venidas del Señor... la paciencia para él no es lo mismo que para los que no participan de la esperanza cristiana, una virtud pasiva, un apretar los dientes y predisposición a la desesperación. Por el contrario corre la carrera mirando a Jesús autor y consumador de la fe quien soportó la cruz despreciando el oprobio (He 12:1-2)" (Tasker).
La venida del Señor "se acerca" (Stg 5:8), así que, el hecho antes implícito que el rico estaba acumulando para "los últimos días" se establece ahora claramente. La otra cara de la moneda es el ánimo que aporta a los creyentes. La forma del verbo presta a la Venida un énfasis dramático, como si dijera, "¡está tan cerca y es tan cierta: no hundiros ahora!". Ceder al desaliento, o hacer concesiones al mundo, sería tirar por la borda las muchas bendiciones que aportan las pruebas sufridas e impedir el proceso de crecimiento. ¡Perseverad! La cercanía del fin a menudo está asociada con la experiencia o la expectativa de sufrimiento, con el corolario que este tiene límites señalados divinamente, acabará pronto. El sentido de cercanía de la "parousía", que se encuentra de diversas formas en el Nuevo Testamento, se debe principalmente a la cruz y la resurrección de Cristo y la exaltación correspondiente, un hecho decisivo que aboca al último gran acto del plan de Dios. Nada queda por cumplir. Nada impedirá la consumación, que puede esperarse ya en cualquier momento. Ante la inminencia e ignorancia de la hora sólo cabe la preparación constante (Mr 13:32-37).
3. La respuesta de la paciencia
La figura del labrador llega a su aplicación con la repetición del verbo "tened paciencia". Las palabras "también vosotros" sirven al mismo fin. La idea fundamental es "afirmad vuestros corazones...". La mención del corazón apunta a la disposición humana y diversas frases en la epístola nos ayudan a comprenderlo por contraste: Engañar el corazón es lo opuesto de religión pura, aceptable a Dios (Stg 1:26-27). Engordar el corazón (Stg 5:5) es el afán de gratificar desordenadamente los deseos, que desemboca en la opresión más cruel. Amargos celos y rivalidad en el corazón (Stg 3:14) es sintomático de amistad con el mundo. Para todo lo anterior el remedio es la purificación del corazón porque sólo el verdadero arrepentimiento acaba con la doble alma (Stg 4:8). La realidad es que el Señor viene como juez (Stg 5:9) y resulta pertinente la afirmación del corazón en dicha percepción y en la conducta consecuente.
Esta afirmación convierte a la paciencia en mucho más que esperar pasivamente a que el tiempo pase. La confianza en el Señor produce fortaleza de carácter (Sal 112:8), que junto a la firmeza de propósito (1 Ts 3:13), explican la expresión de Santiago. Jesús es el modelo por excelencia de determinación, firmeza de resolución, persistencia y santo tesón (Lc 9:51), en contraste con la división propia de la inconstancia (Stg 1:6-8) (Stg 2:4) (Stg 3:11-12) (Stg 4:4,8). Se trata de un corazón fijado indudablemente en la cosecha y en la venida del Señor.
La razón para la citada exhortación es la proximidad de la venida del Señor. No estaban más seguros que nosotros lo estamos hoy de afirmar que estarían vivos para ver la "parousía" pero mantenían esta actitud expectante que combinaba el gozo con el santo temor. La esperanza bien entendida ejercerá una sana influencia en la vida cristiana (2 P 3:11-13) (1 Jn 3:3), jamás una ruptura con las obligaciones diarias, ni mucho menos un entusiasmo fanático. Hemos de mirar a nuestros corazones y vidas para comprobar que estamos preparados para no quedar avergonzados en su venida y sí dispuestos para su alabanza, gloria y honra.

La aplicación de la paciencia (Stg 5:9)

Entre la ilustración del labrador con su correspondiente aplicación (Stg 5:7-8) y los ejemplos que seguirán (Stg 5:10-11), aparece esta amonestación contra la queja (Stg 5:9). Encaja bien dentro del contexto porque en el intento de fortalecer y animar a los lectores Santiago halla que uno de los focos de debilidad son las riñas internas y la crítica malsana (Stg 4:1,11,12); compárese en (He 10:23-25) la preocupación por la comunión en vista de la venida de Cristo.
Las adversidades, sobre todo si son fuertes y persistentes, tienen un efecto indiscutible en las relaciones sociales y cuando las pruebas se convierten en motivos de desilusión y amargura la insatisfacción interna probablemente se proyecte sobre los que nos rodean. Cuando llega ese momento, o bien hacemos a otros culpables de nuestros males, o bien han de soportar nuestras actitudes críticas o maliciosas. "No os quejéis unos contra otros" es una amonestación tan adecuada como fraternal. El imperativo con el negativo ("më") indica que la queja que está teniendo lugar debe pararse, y el tiempo del verbo nos lleva a la traducción "no os mantengáis quejándoos", es decir, el peligro que se columbra es que los lectores se instalen en la queja. La ley real es la medida por la que actuar y también por la que serán medidos, de ahí el propósito de la exhortación: "para que no seáis condenados", o juzgados, pues las quejas, aún cuando no se expresen verbalmente, son una manera de juicio contra otros con lo que se cumplen las palabras de Jesús en (Mt 7:1-5) (Lc 6:37). En el tribunal del juicio serán reducidos al silencio; y queda implicado que el fallo será adverso.
La probabilidad de ser juzgados lo demuestran las palabras "el juez ya está delante de las puertas". El plural "puertas", que recuerda (Mt 24:33), alude a una entrada con doble hoja pero en expresiones figuradas, como es esta, es igual al singular "puerta". Antes se les había exhortado a esperar la venida del Señor porque ésta pondrá fin a los males y servirá para dar su merecido a los opresores injustos, pero, ahora, se han de aplicar con santo temor la "parousía" a ellos mismos pues la falta de longanimidad en el trato con los hermanos, o el deseo de venganza contra los ricos, también será juzgado por el Señor. Jesús está ya preparado para venir al mundo y ejercer juicio. Su venida inminente, que es una motivación para la paciencia, también lo es para evitar hacer juicios que sólo le pertenecen a él. Este Juez, que es el único que tiene conocimiento completo de cada pensamiento, palabra u obra humanos, y el único que está libre de parcialidad, "está" a las puertas. Sus pies ya están en el umbral; nadie puede pronosticar su entrada para juzgar; así que, su venida es tanto una amonestación como un consuelo.

Ejemplos de paciencia (Stg 5:10-11)

La palabra "ejemplo" ("hypodeigma") puede también referirse a un patrón o modelo que sirva para imitación positiva (Jn 13:15) o disuasoria (He 4:11) (2 P 2:6). Normalmente el vocablo se usa en sentido absoluto pero en este caso va acompañado de la frase definitoria "de aflicción y de paciencia". Sabida es la afición del autor a presentar ilustraciones para emulación de los lectores tales como el oidor y el hacedor (Stg 1:22-25), o personajes del Antiguo Testamento como Abraham, Rahab (Stg 2:20-25) y Elías (Stg 5:17-18). Y este es el caso ahora, pues se espera que el ejemplo general de los profetas, y el más específico de Job, sean tomados en consideración y sirvan de acicate para seguir la conducta deseada. Son historias bien conocidas que los lectores habrían escuchado desde niños, por eso se dice "habéis oído...". La lista de modelos bien pudo incluir a Jesús (He 12:1-3) y desde luego extraña que no se le mencione, pero a éste siempre se le cita como ejemplo singular o se le coloca en una categoría separada.
La atención se fija en tres elementos para que la paciencia haga su obra en la vida del creyente: 1) Sufrimiento (llega a la vida del cristiano), 2) Perseverancia (la respuesta del cristiano) y 3) Bendición (se debe al Señor, lleno de compasión y misericordia). Estas cosas se desarrollan sucesivamente y el resultado es el carácter de Dios.
1. El modelo de los profetas
"Aflicción", ("kakopatheia" o "kakopathia"), aparecen exclusivamente aquí en el Nuevo Testamento (en LXX (Mal 1:13); "kakopatheö" (2 Ti 2:9) (2 Ti 4:5). Arndt y Gingrich defienden el significado alternativo de "perseverancia", en cuyo caso los profetas serían ejemplos de "perseverancia y paciencia", sin referencia alguna a las circunstancias en que estas cosas fueron ejercidas, pero la mayoría de los intérpretes se conforman con el sentido literal: aflicción, infortunio; la misma palabra se repite en (Stg 5:13). En cualquier caso, es una frase articulada: "la aflicción y la paciencia", es decir, estas cosas de las que hemos estado hablando. "Kakopatheia" recoge el hecho de que padecieron, la paciencia es el cómo lo soportaron.
"Los profetas que hablaron en nombre del Señor" es susceptible de varios pensamientos. A) Eran portavoces de Dios. "Hablaron" traduce "lalein" (no "légein") lo cual indica la inspiración divina; meramente hicieron declaraciones y el Señor les usó para que recibiesen y transmitiesen su revelación. Sus palabras tenían la autoridad de Dios, y así las prologaban con "así dice Yahweh". Esto sugiere que se está pensando en todo el curso de su misión profética (no sólo en un eventual martirio). Es en el curso de sus vidas, más bien que en la muerte, que nos sirven como "ejemplos de paciencia".
B) Sufrieron por su ministerio. Había falsos profetas que pretendieron hablar de parte de Dios lo que hizo necesario dar pautas para distinguir lo falso de lo verdadero. Una prueba era que se cumpliese lo que el profeta había dicho. Ahora nos encontramos con otra norma: Los verdaderos profetas padecían aflicciones, luchas contra la oposición e incluso tentaciones a dejarlo (Jer 20:7-9), pero, especialmente, por no ser oídos o ser rechazados por los que les escuchaban (Jer 11:21). Esto cobra realce en profetas como Jeremías, Ezequiel, y otros, pero también se recoge en el Nuevo Testamento (Mt 5:12) (Lc 11:49-51) (Hch 7:52) (1 Ts 2:15). Aunque Dios les hizo portavoces suyos no escaparon al maltrato, por el contrario su misma obra provocó la oposición del mundo. Así que tampoco los creyentes deben hacerse ilusiones pues la misma fidelidad al Señor en medio del sufrimiento por su causa, revela el verdadero carácter.
C) Fueron perseverantes. A pesar de semejante sufrimiento, que podía incluir el martirio (Jer 2:30), esperaron paciente y expectantemente. El interés principal es subrayar el valor de la paciencia y fortalecer a los lectores demostrando que dicha paciencia debe ser una característica para todos los que en esta tierra sirven a Dios.
2. La bienaventuranza
"Mirad que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron" (una nota al margen de la BLA dice: o "perseveraron"). Esta cláusula resume (Stg 5:10) y prepara el camino para el resto de (Stg 5:11) porque Job debe estar incluido entre los bienaventurados. Si la bienaventuranza la hacemos equivalente a felicidad debemos aclarar que se trata de la felicidad de Dios, no la que está sujeta a las circunstancias con la correspondiente fluctuación emocional. Es más, el tiempo pasado "sufrieron" alude probablemente a los que partieron a la presencia del Señor, que son los plenamente bienaventurados. Por supuesto, es posible disfrutar bendición al presente y anticipar el gozo futuro (Mt 5:10-12), pero la plenitud espera a la eternidad.
3. El ejemplo de Job
El caso de Job no se debió al ataque de otros sino a aflicciones tales como la pobreza, la pérdida de seres queridos o la enfermedad. "Es un ejemplo de firme perseverancia en tiempo de sufrimiento y sirve bien de contrapunto a una iglesia gruñona y quejosa (Stg 5:9). Santiago está urgiendo a sus lectores a perseverar" (R. P. Martin).
"Habéis oído de la paciencia de Job". Los lectores han oído sobre Job, cosa nada extraña porque era una historia favorita tanto en círculos judíos como cristianos. Ezequiel lo asocia con Noé y Daniel como ejemplos de piedad (Ez 14:14,20). En escritos judíos, y a juicio de algunos rabíes, era considerado como uno de los profetas de los gentiles y desde luego era de procedencia gentil (Job 1:1).
"Hypomonë" es "la palabra que describe no una paciencia pasiva, sino un espíritu valeroso capaz de enfrentar las olas de la duda, la desdicha y el desastre y, pese a todo, mantenerse a flote con una fe aún más robusta y llegar hasta la otra orilla" (Barclay). Job era un ejemplo en este sentido. Es cierto que en principio no lo parece, pero hemos de entender que sus preguntas tendían a inquirir en el propósito divino, no eran una forma de rebelión. Buscaba una explicación a lo que le parecía incoherente, no una excusa para dejar a Dios y cuando comprende que la causa última de su prueba es la voluntad soberana de éste, no duda en demostrarle su sumisión absoluta.
"Y habéis visto el fin del Señor". Ha habido una variedad de interpretaciones de esta frase, pero la más probable es la que se refleja en la BLA y la NVI: que se refiere a lo que el Señor hizo con Job (BLA: "el resultado del proceder del Señor (con Job)", y NVI, "lo que al final le dio el Señor (a Job)". La paciencia de Job se completa con las consecuencias en la cláusula siguiente. Dicho de otro modo, se trata de la restauración y vindicación de Job al final del libro que lleva su nombre. Todo apunta a este escrito inspirado ya que "habéis oído... habéis visto" parece llevarnos a (Job 42:5). Ahora bien, no se está prometiendo a los lectores una repetición de la prosperidad material por la perseverancia en el sufrimiento. Dios tiene finalidad en lo que hace o permite; cada lector del libro de Job puede observar que nada ocurre al azar, todo lo que sucede se ajusta al diseño propuesto por la soberanía divina. La multiplicación de su hacienda no fue tan importante para Job como el conocimiento de Dios que le aportó la dura prueba. Ya que la razón para el sufrimiento es hacer cristianos completos y cabales (Stg 1:4), lo que debemos destacar es que Dios traerá bendición. Él aprovechará la prueba para derramar buenos dones. A la postre el Señor cumplirá su propósito de bien; todo llegará a la meta prevista.
¿Qué significa "habéis visto el fin del Señor"? El explicativo "que" ("hoti") nos lo dice: "El Señor es muy misericordioso y compasivo". Dios reveló estos preciados atributos. El carácter del Señor es lo que finalmente el escritor sagrado quiere que sus lectores conozcan certeramente porque en esto consiste la vida eterna (Jn 17:3). Estas realidades divinas nos llevan a (Ex 34:6) donde se unen a longanimidad y fidelidad, así que, los creyentes, en imitación de Job, y sin perder de vista el carácter del Señor, son exhortados tanto a la paciencia como a la longanimidad. Esta última cláusula justifica toda la exhortación en (Stg 5:7-11).
El primer adjetivo "misericordioso" es un neologismo con fuerza intensiva formado de "splanchnia" (vísceras, entrañas, emoción, especialmente compasión) y "polys" (muchas); es decir, muchas entrañas de compasión. Quizá fue acuñado por Santiago, (según Adamson se deriva de la locución hebrea "rahamim", LXX "polyeleos"), ya que sólo vuelve a aparecer en el Pastor de Hermas un escrito posterior y dependiente de esta epístola. El Dios cuya severidad Job había sufrido, cuando su carácter era probado, finalmente demostró ser "muy misericordioso y compasivo" (Sal 103:8) (Sal 112:4). En medio de la amonestación a la paciencia no falta el añadido consuelo para los lectores, porque lo que se dice de Job se hace extensivo a ellos; tras sus sufrimientos hay una bendita meta: sabrán cuán bondadosa es la naturaleza de Dios. La misericordia y la compasión caracterizan los tratos de Dios con su pueblo: a) Misericordioso, abundantemente tierno de corazón. b) Compasivo, "resume aquel movimiento del corazón de Dios hacia nosotros del que fluyen todas las bendiciones y misericordias... traduce el hebreo "rihamti", podemos notar la fuerza de este verbo hebreo ya que el sustantivo se traduce corazón en (1 R 3:26), texto lleno de amor anhelante, apasionado, que expresa el verbo. Detrás de todo lo que Dios ha hecho está siempre su corazón de amor... La maravilla de su venida es que en ese día el pleno contenido de ese corazón de amor será la experiencia para el pueblo de Dios del gran y tierno corazón de Dios" (Motyer).

Temas para meditar y recapacitar

1. ¿Qué razones y ejemplos nos da Santiago en este pasaje para motivarnos a esperar pacientemente la venida del Señor? Desarrolle una cualquiera de esas razones o ejemplos.
Copyright © 2001-2024 (https://www.escuelabiblica.com). Todos los derechos reservados
CONDICIONES DE USO