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Estudio bíblico de Jonás 1:1-3

Jonás 1:1-3

Después de haber dedicado dos programas a la introducción general a esta obra, continuamos hoy, estimado oyente, nuestro recorrido por el libro de Jonás. Y para comenzar nuestro estudio, vamos a leer el versículo 1 de este primer capítulo de Jonás, donde encontramos

El llamado y la comisión de Jonás

El Señor dirigió su palabra a Jonás hijo de Amitai y le dijo:

Aquí vemos que Jonás se identificó como profeta, y como el hijo de Amitai. Recomendamos volver a la introducción, para leer una discusión detallada de Jonás como personaje histórico., como pudimos apreciar en el pasaje del segundo libro de los Reyes, capítulo 14, versículo 25. Leamos el versículo 2 de este primer capítulo de Jonás, en el cual vemos que el Señor le dijo:

"Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y clama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí."

Aquí encontramos el llamado y la comisión del profeta Jonás para ir a la ciudad de Nínive, llamada en este versículo "una gran ciudad". Era la capital del imperio asirio y estaba situada en el río Tigris. Era la potencia mundial de aquella época. Más adelante, vamos a tratar este asunto del tamaño de la ciudad, porque este detalle se enfatizó dos veces más en este libro. Aquí el énfasis recayó realmente en la maldad de esa ciudad. Era una gran ciudad por cierto, pero era también enorme su maldad. Y esa maldad llegó hasta tal punto que llegó a la presencia de Dios. Y entonces Dios determinó que juzgaría a la ciudad - es decir, en el caso de que la ciudad no volviera a El.

Leamos ahora el versículo 3 de este primer capítulo, en el cual vemos que el profeta

Jonás se dirigió hacia el oeste

"Pero Jonás se levantó para huir de la presencia del Señor a Tarsis, y descendió a Jope, donde encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor."

Jonás dejó su ciudad natal de Gath-epher en el reino del norte de Israel, y con este llamado y comisión que había recibido de Dios, uno pensaría que se iba a dirigir directamente a la ciudad de Nínive. Desde Israel, para dirigirse a Nínive, Jonás habría tenido que salir en dirección al este. Pero en vez de encaminarse en esa dirección, hizo algo muy extraño. Descendió hasta Jope y compró un billete en el primer barco que zarpó hacia Tarsis. Tarsis era una ciudad que había sido fundada por los Fenicios en la costa sur de España. Era un lugar remoto del oeste. (Ahora, los fenicios eran en aquellos tiempos una nación de navegantes, y habían fundado gran cantidad de ciudades a lo largo del mediterráneo en la costa norte de África y a lo largo de la costa sur de España. Esta gente había llegado hasta Gran Bretaña, y dicen que ellos fueron los que le dieron a esa zona su nombre. "Inglaterra", que quiere decir "la tierra del estaño". Iban allí para obtener estaño.)

Tenemos ahora ante nosotros lo que consideramos un problema mayor que el de Jonás en el gran pez. En realidad, el problema de este libro de Jonás no era el pez, sino que era Jonás. Dios le pidió que se fuera a Nínive y, en cambio, el compró un billete para viajar a Tarsis. Dios le dijo que se fuera en dirección al este y él decidió no obedecer a Dios y partió rumbo al oeste. Entonces, de forma natural surge la pregunta: ¿Por qué actuó Jonás de esta manera? Hay varias explicaciones:

(1) Jonás detestaba a los habitantes de Nínive y no quería que se salvaran. Había ciertas bases para ese odio. Asiria era una de las naciones más brutales del mundo antiguo. Este pueblo era temido por todos los pueblos de aquella época. Usaban métodos muy crueles para torturar a la gente y podían extraer información de sus cautivos con mucha facilidad. Una de las cosas que hacían era que ellos sacaban a un hombre al desierto, y lo enterraban en las arenas del desierto hasta el cuello, dejando sobresalir solamente la cabeza. Entonces colocaban una correa de cuero en su lengua, y lo dejaban allí para que muriera, mientras el sol ardiente lo abrasaba sin misericordia. Se decía que la persona tratada en esa forma, enloquecía antes de morir. Esa fue pues, una de las torturas que habían ideado.

Como ejército, los Asirios tenían una forma de desplazarse fuera de lo normal. Una de las razones por las cuales los babilonios pudieron vencerlos fue la lentitud de la marcha del ejército asirio. Ellos avanzaban llevando a sus familiares y tenían muy poco orden en el ejército. Se movían como si fueran una multitud que cruzaba el campo. Resultaba fácil llegar a la conclusión de que semejante desorden se volvería en contra de ellos. Sin embargo, cuando se desplazaban como si fueran una plaga de langostas sobre una ciudad o pueblo, se decía que eran tan temidos, que en algunas ocasiones toda una ciudad llegaba al extremo de suicidarse antes que caer en las manos de los brutales Asirios. O sea, que podemos ver que no eran precisamente apreciados por los pueblos que los rodeaban.

También sabemos que en esta época en particular ellos estaban llevando a cabo incursiones contra el reino del norte de Israel. Ahora, durante mucho tiempo, fueron Siria y el reino del norte de Israel, las naciones que lucharon entre sí. Pero ellas finalmente lograron concertar una alianza a causa de la amenaza de Asiria sobre el norte y el este. Sin embargo, al final, Asiria llevó cautivos a los pueblos de Siria e Israel. Cuando los Asirios comenzaban a penetrar en una nación a la que querían conquistar, efectuaban un ataque por sorpresa sobre una ciudad, se llevaban cautivas a las mujeres, y después asesinaban brutalmente a los hombres y a los niños. No lo sabemos con seguridad, pero es razonable deducir, que los Asirios habían descendido en alguna ocasión contra Gath-hepher, ciudad natal de Jonás, Incluso es posible que hubieran llegado hasta su hogar, y puede que el profeta hubiera visto con sus propios ojos como asesinaban brutalmente a sus propios padres. O quizás él pudo ver cómo los asirios abusaron y violaron a sus propias hermanas. Pero lo que sí sabemos, es que Jonás detestaba a los asirios y no quería que ellos se salvaran. Por tanto, él salió de viaje en la dirección opuesta. Él no les iba a llevar el mensaje de salvación de parte de Dios.

(2) Hubo una segunda razón por la cual Jonás se dirigió hacia el oeste. Alguien podría decir que el mensaje de Jonás no era de salvación, sino que éste sería un mensaje de juicio. Bueno, aunque esto era cierto, es decir, que sí sería un mensaje de juicio, Pero Jonás conocía a Dios y entonces ese fue el motivo que lo impulsó a viajar en la dirección opuesta. El profeta sabía que si llegaba a la ciudad de Nínive con un mensaje de juicio y la gente de la ciudad se arrepentía y volvía a Dios, Dios no los castigaría, sino que salvaría a la ciudad. Y él no quería que aquel pueblo se salvara, Esa no era la opción que él deseaba. Así que se fue en la dirección contraria.

(3) Una tercera razón por la que Jonás salió de viaje en otra dirección, fue que él era claramente, un profeta de Dios desobediente - de ello no cabe la menor duda. El estaba fuera de la voluntad, de la misma manera que el hijo pródigo de la parábola relatada en el Evangelio de Lucas, capítulo 15. El hijo pródigo huyó de su hogar; no quiso vivir bajo la autoridad de su padre y por ello viajó a un país lejano. De la misma manera, Jonás se encontraba fuera de la voluntad de Dios. Era un profeta cuya vida no estaba siendo vivida en armonía con los planes de Dios. Más adelante veremos que la totalidad del capítulo 4 trata sobre su rebelión y como Dios le colocó nuevamente bajo su autoridad.

(4) Ahora aquí tenemos una cuarta y última razón por la que Jonás desobedeció a Dios. ¿Ha observado Ud. que en el Antiguo Testamento Dios nunca envió a sus mensajeros como misioneros a otros países? El método que Dios usó en el Antiguo Testamento fue realmente el método opuesto al que usa en la actualidad. Israel tenía que servir y adorar a Dios como nación que estaba situada geográficamente en la encrucijada del mundo, donde se encontraban los tres continentes de Europa, Asía y África. Las naciones de aquel tiempo si no se desplazaban para conseguir agua, tomaban la ruta que cruzaba las tierras de Israel. Dios eligió a aquel pueblo, lo colocó en esa encrucijada, e hizo que construyeran un templo para adorarle, para que pudieran dar testimonio de Dios sirviéndole. El testimonio de ellos se dirigía hacia un mundo que los estaba observando. La invitación, que encontramos expresada en un salmo, era "Venid, subamos a la casa del Señor y adorémosle". Y así, en aquella época de apogeo, el pueblo de Israel dio testimonio de Dios en la encrucijada del mundo, y el mundo vino a ellos.

Por ejemplo, la reina de Saba vino a Israel desde los confines de la tierra. ¿Y por qué realizó semejante viaje? Ella había oído acerca de cómo adoraban los israelitas y cuando llegó allí, encontró que había un altar para los pecadores. Ello fue lo que la condujo a un conocimiento salvador de Dios. Si usted lee este registro histórico, descubrirá que no solo vino ella al reino de Israel, sino que también otros reyes de la tierra acudieron para escuchar la sabiduría de Salomón. Durante ese breve período, Israel ofreció al mundo un testimonio, pero los israelitas no tuvieron que expresar este testimonio saliendo de viaje como misioneros, sino que fue el resto del mundo el que vino a encontrarse con ellos.

En el Antiguo Testamento se nos dio solo un ejemplo, el de la reina de Saba. En el Nuevo Testamento, en el libro de Los Hechos, tenemos el ejemplo de cada uno de los hijos del patriarca Noé: de un descendiente de Cam, de un descendiente de Jafet, y de un descendiente de Sem, quienes se convirtieron al cristianismo. Nos referimos al eunuco etíope, a Saulo de Tarso, y a Cornelio, el centurión romano. Aunque se nos dieron solo estos ejemplos, hubo literalmente miles y, más tarde, millones, que fueron guiados a un conocimiento salvador de Cristo.

Sin embargo, para la iglesia actual el método es el opuesto al del Antiguo Testamento, Creemos que a los 12 discípulos, todos ellos israelitas formados de acuerdo con el Antiguo Testamento, les debió resultar llamativo e incluso sorprendente, cuando el Señor Jesús les dijo Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura (como podemos leer en Marcos 16:15) Habrán pensado que se trataba de algo nuevo, que jamás hubieran imaginado. En vez de convocarlos al templo en Jerusalén, les estaba diciendo que, comenzando en Jerusalén, es decir, desde Jerusalén, debían ir a Judea, a Samaria y hasta los confines de la tierra. Este es pues el método actual. A veces criticamos a Israel por su fracaso en su labor de testimonio, pero nosotros edificamos un templo y esperamos que la gente venga hacia nosotros, cuando que, en vez de ello, tendríamos que salir al mundo. Por este motivo difundimos la Palabra y el mensaje de Dios a través de la radio, porque creemos que es el método divino en la actualidad.

Pero ese no era el método en los días de Jonás y él se sorprendió cuando Dios le dijo: Levántate y ve a Nínive. Creemos que Jonás era el mismo tipo de persona que Simón Pedro. Pensamos que Jonás se puso a discutir con el Señor, de la misma manera en que lo haría, siglos más tarde, Simón Pedro. Creemos que él era esa clase de persona que le habría dicho a Dios: "Un momento por favor. Tú nunca enviaste a Elías a Egipto, ni a Isaías a un país aun más lejano. ¿Por qué me estás pidiendo a mí que haga algo que nunca le pediste a ningún profeta que hiciera?" Y simpatizamos con Jonás. Él no podía entender por qué Dios querría cambiar Su método. Sin embargo, este libro revela que Dios es el Dios de los no judíos. El apóstol Pablo escribió en su carta a los Romanos, capítulo 3, versículo 29, las siguiente palabras que ya hemos citado en otra ocasión: 29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los no judíos? Ciertamente, también de los no judíos. Y Jonás hubiera estado de acuerdo con esta declaración, pero no en ese momento de su vida. No sería hasta después de las experiencias relatadas en este libro que él fue consciente de que su Dios era también el Dios de los no judíos.

Volviendo al versículo 3, recordemos que dice: encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. La experiencia de Jonás, estimado oyente, podría resultarle de ayuda si usted está viviendo momentos difíciles que le hacen preguntarse si usted está en la voluntad de Dios. Aunque no podemos decirle si usted está viviendo, o no, de acuerdo con Su Voluntad, podemos decirle lo siguiente: el hecho de que usted esté pasando por momentos problemáticos no constituye una prueba de que esté fuera de la Voluntad de Dios. Más bien, podría ser una prueba de que usted está bajo la Voluntad de Dios. Si usted está viviendo una vida en la que todo le sale bien y le resulta fácil en todos los aspectos, y si ello es el único indicador que está usando para interpretar que usted está viviendo en la voluntad de Dios, entonces se está apoyando sobre una base deficiente, frágil, y esa actitud no lo sostendrá en tiempos de crisis.

Observemos de cerca la ilustración de Jonás. Aquí tenemos a un hombre viajando en la dirección opuesta a la cual Dios le dijo que viajara. Él estaba clara y definitivamente fuera de la voluntad de Dios, y se dirigió hacia Jope, y cuando llegó allí, no encontró ningún problema. Entonces encontró un barco, compró un billete, subió a bordo y se fue a dormir. Todo parecía ir bien.

Según nuestra opinión, Jonás podría haber dado un testimonio, parecido a algunos que hemos escuchado con frecuencia. Quizás él fue a comprar el billete preguntándose si estaba cumpliendo la voluntad de Dios o no. (El tenía que haber sabido que no la estaba obedeciendo). Pero, igual que él, algunos dicen que se preguntan si la está cumpliendo o no. Quizás, a última hora ya no quedaban plazas libres, pero alguien llamó para cancelar la suya y entonces el vendedor de billetes le ofreció el lugar que había quedado vacante. Entonces Jonás debió haber pensado: "¡Bueno, esto debe querer decir que estoy cumpliendo la Voluntad de Dios!"

¿Cuántos cristianos piensan hoy de esta manera? Si lo están pasando mal piensan: "Ay, debo estar fuera de la voluntad de Dios": Si todo está en calma y nos va bien en todo piensan:"Bueno, debo estar obedeciendo la Voluntad de Dios". Estimado oyente, de acuerdo con nuestra opinión, si usted está teniendo problemas, podría ser que el diablo se está preocupando porque usted está creciendo espiritualmente y siendo efectivo para Dios. Hemos encontrado que esto ha resultado cierto en nuestro propio ministerio cristiano. Simplemente, el hecho de que usted esté teniendo problemas no quiere decir que se encuentra fuera de la Voluntad de Dios.

Volviendo a la historia de Jonás, todo parecía seguir saliendo bien y todo auguraba un viaje tranquilo y agradable. Alguien ha definido una situación parecida a ésta como "una coincidencia fortuita de circunstancias". Pero nosotros sabemos que Jonás estaba viajando en la dirección equivocada y Dios iba a tener que hacerlo ir a parar a un pez para que su vida experimentara un giro y se pusiera en la dirección correcta.

A través de los siglos, en la Biblia y fuera de la Biblia, los siervos de Dios no se han encontrado con una vida fácil. Las circunstancias no se les han presentado tan favorables; más bien han sido difíciles. Nos ha emocionado la historia del misionero David Livingstone; pero él, verdaderamente, sufrió lo suyo. Si hubiéramos penetrado en la oscuridad espiritual del África, como él hizo, después de pasar por algunas de las duras experiencias que las que él pasó, nos hubiera resultado fácil decir con una voz piadosa: "Bueno, parece que la Voluntad de Dios es que demos la vuelta y regresemos al hogar". Otro misionero, llamado John Patton, misionero a las Nuevas Hébridas, se encontró con decepciones por todas partes y tuvo que sortear obstáculos diariamente; pero, ésta es la manera en que a veces Dios nos guía.

En la carta a los Hebreos, capítulo 11, versículos 36 al 38, hablando de muchos héroes anónimos de la fe, dice: 36Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto, prisiones y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados. 38Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. En esa misma carta a los Hebreos también leemos que algunos, por la fe, escaparon del filo de la espada, mientras que otros, por causa de su fe, fueron muertos por la espada. En consecuencia, diremos que usted no puede interpretar siempre que las circunstancias favorables son una señal de estar bajo la Voluntad de Dios, y que las desfavorables indican que usted no está en la Voluntad de Dios.

Volviendo a nuestra historia, Jonás se encontraba entonces a bordo y lo imaginamos en la cubierta sonriendo, a medida que la vista de la costa se iba perdiendo en la distancia. Quizás se dijo a sí mismo: "¡Bueno, parece que voy a tener un viaje tranquilo!" Pero más adelante comprobaremos que este hombre no lo iba a tener nada fácil.

Estimado oyente, nuestro tiempo ha llegado hoy a su fin. En nuestro próximo programa continuaremos examinando el viaje de aquel profeta llamado Jonás, que pretendió huir de la presencia de Dios embarcándose en dirección contraria a la que Dios le había pedido que fuera. Dado que de las circunstancias de su vida pueden constituir para nosotros una lección, que haremos bien en escuchar, asimilar, y tener en cuenta al vivir la vida cristiana en esta tierra.

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