Estudio bíblico de Génesis 41:46-42:14
Génesis 41:46-42:14
Terminamos el programa anterior cuando José, liberado de la cárcel para ser consultado por Faraón con respecto a sus sueños, fue el único que había podido interpretarlos, prediciendo 7 años de abundancia en Egipto, seguidos de 7 años de hambre. Después de haber presentado al Faraón un plan de emergencia para remediar tan grave problema, aquel le nombró gobernador general, con la máxima autoridad y responsabilidad de controlar la administración y los recursos de Egipto para hacer frente a la crisis que se avecinaba. Después de asumir su cargo, José se casó con Asenat.
Reanudemos, pues el relato, leyendo los versículos 46 al 49:
"José tenía treinta años cuando se presentó ante Faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto. Y produjo la tierra a manos llenas durante los siete años de abundancia. Y él recogió todo el fruto de estos siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó el alimento en las ciudades; y guardó en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos. Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo porque no se podía medir."
Aquí se nos dice la edad de José, por lo que deducimos que había vivido en Egipto durante 13 años, de los cuales sabemos que 2 los pasó en la prisión, después del incidente con el copero y el panadero. Probablemente habría que añadir 1 año más en la cárcel antes de dicho incidente. O sea que entonces, pasó unos 10 años en la casa de Potifar. Esto nos da una idea de los períodos de tiempo y sus experiencias durante esos 13 años en Egipto.
Después de este tiempo José ocupaba el segundo lugar en el gobierno, después del Faraón; cargo equivalente a un primer ministro de nuestro tiempo. Alguien podría preguntarse por qué Faraón estuvo tan dispuesto a aceptarle de esa manera. Principalmente, porque Dios estaba con él y le guiaba. Lo hemos estado viendo en toda su trayectoria. Hasta Faraón lo reconoció públicamente. Recordemos sus palabras: "¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?" Y a José le dijo: "Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú". Y más adelante, José les diría a sus hermanos que ellos habían planeado todo para su mal, pero Dios lo había dispuesto para bien.
Pero pudo haber otra razón práctica por la que Faraón aceptó a José de buena gana. Muchos historiadores opinan que, en este momento histórico preciso, el Faraón era uno de los reyes Hyksos. Los Hyksos no eran nativos de Egipto sino Beduinos del desierto árabe. Eran un grupo nómada que durante un período tomaron el poder y el trono de Egipto. Fue así que el Faraón, por su origen, debió sentirse más cercano a José que a los egipcios, lo cual le hizo sentir confianza en él. En realidad, a los reyes Hyksos no les resultaba fácil encontrar a alguien en Egipto que les fuese verdaderamente leal y fiel. Y la fidelidad era ciertamente una de las características de José. Su confianza en que Dios estaba actuando en su vida, produjo en él fidelidad hacia cualquiera que estuviese relacionado con él afectiva, o laboralmente. El era fiel a su tarea porque sabía que Dios estaba detrás de ella. Un vínculo racial con Faraón bien pudiera haber sido una razón por la que José tuvo una acogida tan rápida en aquel momento. Y como veremos más adelante, demostró ser leal al soberano.
Incidentalmente, los reyes Hyksos fueron más tarde expulsados de Egipto. Creo que por ese motivo encontraremos en el libro del Éxodo 1:8 esta declaración: "Y se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no había conocido a José". El Faraón del período de opresión, evidentemente no tuvo simpatías por los judíos.
Observemos que Faraón había colocado un collar de oro alrededor del cuello de José, lo cual le confirió la misma autoridad que él tenía. También le dio por esposa a la hija del sacerdote de On. El nombre de ella significaba, consagrada a Neith, que era la Minerva egipcia. Está claro que ella provenía directamente del paganismo.
Este evento en la vida de José nos muestra otro factor de paralelismo con la vida del Señor Jesucristo. José tuvo una esposa Gentil, es decir, no judía. Y el Señor Jesucristo está actualmente formando en este mundo una esposa Gentil que nosotros, utilizando el lenguaje del Nuevo Testamento, llamamos la iglesia.
Y en el mismo versículo 46 hay otro detalle de paralelismo. José estuvo por primera vez delante de Faraón cuando tenía treinta años de edad. El Señor Jesucristo comenzó su ministerio cuando tenía, también treinta años. Así que, a esa edad comenzó su labor en Egipto. Durante aquellos 7 años de abundancia estuvo recogiendo y guardando en depósitos el fruto de la tierra.
Observemos que José guardó el alimento en las ciudades, lo cual era una planificación hábil y una medida muy práctica para una distribución rápida y fácil cuando llegasen los tiempos de escasez. Podemos decir que, durante la administración de José, Egipto se convirtió realmente en el granero del mundo.
Leamos ahora los versículos 50 al 52, donde se añade una nota de información familiar, hablándonos de
Los dos hijos de José: Manasés y Efraín
"Y le nacieron a José dos hijos antes de que llegaran los años de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Y al primogénito José le puso el nombre de Manasés, porque dijo: Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre. Y al segundo le puso el nombre de Efraín, porque dijo: Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción."
Estos niños nacieron antes del período de hambre. Al primero, José le llamó Manasés. En hebreo, este nombre y el verbo que significa "olvidar" tienen un sonido parecido. Dios había hecho que José pudiese olvidar y estaba tan satisfecho e implicado en su trabajo que se olvidó de la casa de su padre. Ya no era aquel joven que, al principio, estaba triste y sufría de nostalgia.
En la primera parte de este capítulo hemos visto a José, que cuando fue liberado de la cárcel, cambió sus ropas y se afeitó antes de presentarse ante Faraón. Este detalle tiene para nosotros un interés simbólico. Los hebreos usaban barba y cuando José se afeitó y se cambió de ropa, podemos ver una imagen que nos habla de la resurrección. Porque dejó a un lado su antigua vida y comenzó una vida nueva. A partir de aquel momento, se vistió como un egipcio, habló como un egipcio y vivió como un egipcio. Bien pudo decir, entonces: "Dios me ha hecho olvidar". Y así llamó a su hijo Manasés.
A su segundo hijo le llamó Efrain, que significa "fructífero, fecundo". Fue así que José puso a sus hijos estos nombres que resumían su experiencia en la nueva etapa; porque Dios le había hecho olvidar la casa de su padre y le había hecho próspero en la tierra de Egipto.
Leamos los versículos 53 al 57, con los que termina el capítulo 41:
"Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto, y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan. Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga. Y el hambre se extendió sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto. Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra."
Y fue así que pasaron los 7 años de cosechas abundantes y llegaron los tiempos de escasez y hambre. En ese momento José tenía 37 años de edad. Recordemos este detalle para el próximo capítulo.
Quisiera destacar el hecho de que José era el único que tenía pan. Aquí tenemos otro detalle paralelo. Porque Jesucristo dijo: "Yo soy el pan de la vida". Observemos también que se nos dice que el hambre afectaba a todo el mundo.
Pasemos ahora a considerar el capítulo
Génesis 42: 1-14
El relato Bíblico nos conduce al momento en que comenzaron a ocurrir los incidentes dramáticos en la vida de José. Y empieza a hacerse realidad, de forma detallada, el plan de Dios de utilizar a José para preservar a la raza durante el período de hambre y el traslado de Jacob y sus hijos a Egipto. Cuando José se encontraba en el calabozo, no podía prever todo esto, pero confió igualmente en Dios. Debido a su fe, era optimista y entusiasta. Sinceramente, ya quisiera yo que mi fe estuviese tan arraigada en mí para que, a pesar de todo lo que me ocurriese, o cualesquiera fuesen las circunstancias de mi vida, pudiese ser optimista. Quizás a todos nos suceda, a veces, que problemas y situaciones de menor envergadura nos arrebatan el optimismo.
José se encontraba en una posición excepcional y única. El hambre estaba invadiendo el medio Oriente y los pueblos se dirigían a Egipto para buscar grano. Podríamos adivinar quiénes iban a ir allí en busca de ayuda.
El hambre obligó a Jacob a enviar a sus diez hijos a Egipto para comprar alimentos. ¿Y por qué solo diez? ¿Por qué no envió también a Benjamín? Simplemente, no quería perderle. Ello le habría costado la vida.
José reconoció a sus hermanos, aunque ellos no le reconocieron a él. ¿ Por qué ? Había varias razones. En primer lugar, lo daban por muerto, así que habrían dejado de buscarlo y ya no contaban con él. Nunca habrían esperado verle otra vez. Pero José sí, tenía la esperanza de verles nuevamente.
También debemos recordar que habían transcurrido muchos años. José tenía 17 años cuando le vendieron y ahora tenía 37, además de algún tiempo más del período de escasez, por ejemplo, un año. Así que sus hermanos no le habían visto por 21 años. El tenía en ese momento 40 años de edad, y vestía, hablaba y actuaba como un egipcio.
Veamos ahora, con mayor detalle, el desarrollo de los acontecimientos, leyendo los versículos 1 al 5, que relatan cómo
José envió diez hijos a Egipto para comprar trigo
Viendo Jacob que había alimento en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?
"Y dijo: He aquí, he oído que hay alimento en Egipto; descended allá, y comprad de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos. Entonces diez hermanos de José descendieron para comprar grano en Egipto. Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda algo malo. Y fueron los hijos de Israel con los que iban a comprar grano, pues también había hambre en la tierra de Canaán."
La familia de José se hallaba sumida en la incertidumbre, no sabiendo que hacer. El hambre estaba invadiendo el país, las reservas de grano se estaban agotando y, con ellas, las posibilidades de supervivencia. Por ello Jacob envió a sus hijos a Egipto.
Esto ilustra la fe. ¿Qué significa "tener fe"? A mucha gente la fe le resulta tan misteriosa que no saben cómo creer. Hace poco hablé con un hombre que no quería creer, justificándose con la pregunta. ¿Cómo puedo creer ? Observemos aquí cómo creyó Jacob. El había oído una noticia. Y dijo: "He oído que hay alimento en Egipto". Él lo creyó; creyó que aquello les traería la vida misma. Así que actuó conforme a su fe, diciéndoles: "Descended allá, y comprad de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos". Estimado oyente, ésta es la fe que salva. Algunos preguntan: ¿Cómo puedo creer en Jesús? ¿Podrías imaginar a Jacob allí, frente a sus hijos, diciendo: "He oído que hay trigo en Egipto, pero, ¿cómo voy a creerlo? Bueno, la manera de creer, es actuar en consecuencia. La Biblia dice, en el libro de los Hechos 16:31, "Cree en el Señor Jesús y serás salvo". Así es que tú oyes algo, y lo crees. Esto es lo que el anciano Jacob hizo. Esa fue la forma en que obtuvo el grano que trajo la vida a su familia. Y la manera en que tú y yo obtenemos la vida eterna es por medio de la fe en Jesús.
Vemos que Jacob no envió a Benjamín. Pero a los otros diez también les podría suceder una desgracia, aunque eran mayores Pero a Jacob no le habría dolido tanto como perder a Benjamín. Recordemos que Benjamín y José eran los hijos que le dio Raquel, la esposa que tan profundamente había amado. Por eso envió a los diez, reteniendo consigo a Benjamín.
Llegamos ahora al momento culminante en que tuvo lugar
La audiencia con José
Leamos, en primer lugar , los versículos 6 al 8
"Y José era el que mandaba en aquella tierra; él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de José y se postraron ante él rostro en tierra. Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos. José había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido."
José les estaba esperando; sabía que vendrían. Habían venido a Egipto delegaciones de todos los países vecinos, porque el hambre se había extendido por todas partes. Y al fin, llegaron aquellos diez hombres y se inclinaron ante él, se postraron delante de José. Imaginémonos cómo se habrá sentido. En aquel momento se estaba cumpliendo literalmente su sueño. Recordemos que cuando era un adolescente en casa de su padre, había soñado que todas las gavillas, o manojos de trigo, se habían inclinado reverentemente ante la suya. Y eso es lo que precisamente estaba sucediendo; todos sus hermanos mayores se habían postrado sobre sus rostros ante él.
¿Por qué les habrá hablado con dureza? Les estaba poniendo a prueba y continuó haciéndolo todo el tiempo que estuvieron allí. Y les iba a hacer preguntas muy penetrantes.
Continuemos con los últimos versículos previstos para este programa. Leamos desde el versículo 9 hasta el 14:
"José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Sois espías; habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra. Entonces ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos. Todos nosotros somos hijos de un mismo padre; somos hombres honrados, tus siervos no son espías. Pero él les dijo: No, sino que habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra. Más ellos dijeron: Tus siervos son doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Canaán; y he aquí, el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe. Y José les dijo: Es tal como os dije: sois espías"
Es evidente que José estaba tratando de obtener la mayor información posible sobre su familia, sin darse a conocer. Por eso les acusó de ser espías. De esa manera les hizo reconocer que eran, en realidad, 12 hermanos. Que el menor había quedado con su padre, y que al otro, lo daban por muerto. También por esa misma respuesta descubrió que su padre aún vivía.
Por tercera vez José les acusó de ser espías, con otro propósito. Les iba a someter a una prueba decisiva, de gran impacto emocional, que conmovería sus corazones y despertaría sus conciencias. Continuaremos con esta conversación entre los hermanos, en nuestro próximo programa. Pero hoy, comprobamos, una vez más, el cumplimiento de los propósitos de Dios, su amor, y su justicia. Finalizamos con las palabras del Salmo 91. Reflejan la experiencia de toda la vida de José, y de aquel momento emocionante del encuentro con sus hermanos. Pueden ser también tu propia experiencia, al confiar en Dios.
"Con tus ojos mirarás, y verás la paga de los impíos, porque has puesto al Señor, al Altísimo, por tu habitación, no te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a tu morada."
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