Estudio bíblico de Proverbios 11:1-25
Proverbios 11:1-25
En nuestro programa anterior comenzamos a hablar de este capítulo 11. Como hemos visto el joven está ahora en la escuela y la sabiduría, que es Cristo, es el Maestro. La sabiduría tuvo que salir a los caminos y senderos para conseguir alumnos, pero ella tiene ahora una clase y está enseñando los proverbios.
La forma literaria de estos proverbios es mayormente la de versos pareados. Las dos cláusulas de un pareado están generalmente relacionadas entre sí por lo que se ha llamado paralelismo, de acuerdo con la poesía Hebrea. La poesía Hebrea se consigue por repetir o contrastar un pensamiento. Hay cuatro tipos de paralelismo: Paralelismo Sinónimo, que consiste en volver a exponer el pensamiento de la primera cláusula; Paralelismo Antitético, que expone verdades en contraste; Paralelismo Sintético, en el que la segunda cláusula desarrolla el pensamiento de la primera; y Paralelismo Emblemático, en el cual una línea ilumina el significado de la otra por medio de un símil o de una metáfora.
Este capítulo verdaderamente le dará al joven alumno algunos buenos consejos sobre los negocios y el comercio. Vamos a leer y comentar nuevamente el versículo 1 de este capítulo 11 de Proverbios, que leímos en nuestro programa anterior.
"El Señor abomina el peso falso, pero la pesa cabal le agrada."
Dios entra a los negocios. Usted lo puede poner a Él en sociedad con usted. Sin embargo, usted no lo puede tener a Él como socio, si usted es una persona deshonesta. Pero si usted es honrado, a Él le gustaría ser su socio.
El hombre de negocios cristiano ha de caracterizarse por honestidad e integridad. Dios ha permitido que hombres y mujeres se esfuercen en la lucha por la vida aplicando conocimientos adquiridos con sacrificio, y trabajo realizado con esfuerzo. Pero aparte los bienes personales que todos tengamos, se nos pide que, tanto en abundancia como en escasez, seamos fieles administradores al cuidado de los bienes que Dios nos ha entregado. Y entonces El nos bendecirá. Y las iglesias y organizaciones cristianas deberían tener siempre presente lo que se dice en estos proverbios enseñados a los jóvenes de la escuela de la sabiduría de este libro, para poder evaluar hasta qué punto se aplican la honradez y la integridad en los asuntos prácticos y materiales del reino de Dios. La transparencia en estos asuntos es una forma más de mostrar el poder de Dios, que por Su Espíritu transforma a las personas, haciéndolas cada vez más semejantes a Cristo.
Luego otro de los vicios actuales y dominantes es el pecado del orgullo. Inmediatamente se le dice, entonces, a este joven en el versículo 2:
"Cuando llega la soberbia, llega también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría."
El otro pecado que se acerca es el orgullo. Ya en su primer año del curso en la escuela se le advierte inmediatamente al joven sobre el orgullo. El proverbio contrasta el orgullo y la humildad. Con el orgullo siempre llega la vergüenza, la deshonra. En toda la Biblia, y especialmente en el libro de Proverbios se habla mucho sobre el orgullo. Ahora, en el versículo 3, se nos dice lo siguiente:
"La integridad guía a los rectos, pero a los pecadores los destruye su propia perversidad."
Esto simplemente quiere decir que si una persona quiere andar en la verdad, y ese es el deseo de su corazón, usted puede confiar en que el Espíritu de Dios, le ayudará dándole guía y la dirección que necesita. El contraste aquí está en la frase pero a los pecadores o falsos los destruye su propia perversidad o hipocresía.
En cierta ocasión un joven fue a hablar con su pastor preguntándole ¿cómo puede uno saber cuál es la voluntad de Dios? ¿Cómo puede uno saber el camino que debe seguir? El Pastor le dijo que él había tenido el mismo problema. En su caso había visto que las opciones se fueron reduciendo a un solo camino, y entonces su elección fue más simple. Y el camino que se abrió fue el que él podía seguir. Si una puerta está cerrada, la cosa estaba clara. Si no tenía dinero para ir a cierta escuela, simplemente no iría. Pero parecía que el Señor siempre abría solo una puerta para permitirle pasar por ella. Y esto le sucedió una y otra vez, y él siempre interpretó esa situación como una puerta abierta por el Señor. El pastor concluyó su consejo diciéndole al joven que si él hablaba en serio con Dios, El le abriría una puerta. Ahora, en el versículo 4, de este capítulo 11 de Proverbios, se nos dice:
"De nada servirán las riquezas en el día de la ira, pero la justicia librará de muerte."
¿No le recuerda esto, estimado oyente, la enseñanza que presentó el Señor Jesucristo acerca del hombre rico y mendigo llamado Lázaro? Ambos murieron, Y las riquezas que ese hombre rico tenía no le sirvieron para nada en el día del juicio. Sin embargo, la justicia libró al mendigo y lo llevó directamente al reino de Dios.
Aquellos que en el día de hoy confían en las riquezas, por cierto que tienen sus prioridades ? pero las tienen al revés. No hay nada malo con las riquezas, estimado oyente, pero necesitamos reconocer que tienen sus limitaciones. El dinero puede comprar casi todo lo que se encuentra en este mundo, pero no puede comprar nada en el mundo venidero. Ahora, en los versículos 5 al 8 de este capítulo 11 de Proverbios, podemos leer lo siguiente:
"La justicia del perfecto endereza su camino, pero el malvado caerá por su propia impiedad. La justicia libra a los rectos, pero los pecadores son atrapados en su pecado. Cuando muere el hombre malvado, perece su esperanza; la expectación de los malos perecerá. El justo es librado de la tribulación, pero su lugar lo ocupa el malvado."
La frase cuando muere el hombre malvado, perece su esperanza nos recuerda a Amán, aquel siniestro personaje del libro de Ester. En esa misma historia, Mardoqueo era el hombre justo librado de la tribulación. Y luego en el versículo 9, de este capítulo 11 de Proverbios, leemos:
"El hipócrita, con la boca daña a su prójimo, pero los justos se libran con la sabiduría."
Aquí tenemos a un hipócrita. La palabra hipócrita es una palabra muy interesante. Proviene de dos palabras griegas que significan "replicar, contestar". La palabra era usada por los actores de las representaciones teatrales griegas. Un actor recibía una palabra o indicación de parte de un apuntador, sobre lo que tenía que decir en su representación, y él la decía. Era simplemente actuar, hacer teatro. Decir que alguien es hipócrita en asuntos religiosos, significa que está fingiendo, que es un farsante. Es el que pronunciará sin sinceridad, por ejemplo, frases de alabanza como "Aleluya, gloria al Señor". Es como un actor que está desempeñando su papel, porque no está realmente alabando al Señor en su corazón.
La frase el hipócrita, con la boca daña a su prójimo, advierte que el hipócrita finge ser su amigo, pero cuando usted le dé la espalda le herirá por detrás, en un intento por ocultar el pecado que tiene en su propia vida. ¿No le recuerda esta actitud alguien del Antiguo Testamento? A nosotros nos recuerda a la mujer de Potifar y la forma en que calumnió a José. Presentó acusaciones falsas contra José porque no lo pudo seducir y de esa manera trató de ocultar su propio pecado. Ella era la parte culpable, pero se ocultó acusando a José. ¿Quién creería la versión de un esclavo ante la versión de la esposa de un oficial del Faraón? José no necesitó ni siquiera abrir su boca, porque no tuvo la ocasión de defenderse a sí mismo.
Desgraciadamente hay en algunos círculos cristianos, hipócritas que calumnian a otros para protegerse a sí mismos, porque generalmente están ocultando algo en sus propias vidas. Y el tiempo nos ha confirmado que esta es una estimación correcta de ese tipo de actitudes, Y este proverbio que acabamos de leer se refiere a este tipo de hipocresía. Ahora, los versículos 10 y 11 de este capítulo 11, de Proverbios dicen:
"Con el bien de los justos se alegra la ciudad, pero cuando los malvados perecen, se hace fiesta. Por la bendición de los rectos la ciudad es engrandecida, pero por la boca de los malvados es trastornada."
Junto a estos proverbios podemos colocar los nombres de David y Saúl, Porque cuando David fue rey de Israel, Jerusalén llegó a ser una gran ciudad; pero cuando murió el rey Saúl, no hubo mucho luto por él en la ciudad. Ahora, el versículo 12, dice:
"El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo, pero el hombre prudente calla."
Para mí, David también es un ejemplo de este proverbio. ¿Ha pensado usted alguna vez en la gran influencia que la vida de David tuvo sobre la de Salomón? Aún cuando David había cometido un pecado con la madre de Salomón, Betsabé, la vida de David fue buena. Esa fue la única mancha en la vida de David. Recordemos que cuando David estaba huyendo de la ciudad, cuando se había rebelado contra él su hijo Absalón y también Simei, que era de la familia de Saúl, maldijo a David. Joab, capitán del ejército de David, quería ajusticiarlo en ese mismo lugar, pero David le dijo que no lo hiciera porque Simei, al maldecirle, estaba hablando de su propio corazón porque ese era el juicio de Dios para él. En esa ocasión, como dice el proverbio, David fue el hombre prudente que calló.
En el transcurso de la vida de relación con otras personas uno descubre, a veces, que hay gente que lo está criticando a uno. Y lo mejor es mantenerse callado. El Señor es quien toma a su cargo estos asuntos, así como se ocupó de esa situación que afectó al rey David.
Hay hermosos principios en este libro, y muy adecuados para que los jóvenes los examinen. En muchos lugares parece haber hoy un despertar espiritual entre los jóvenes. Nos agradaría verles estudiar el libro de los Proverbios. Les acercará a Cristo, porque Él es el que dirige la escuela de la sabiduría, porque Dios ha hecho a Cristo nuestra sabiduría. Este libro provee a los jóvenes de mucho sentido común. En nuestro tiempo solemos decir que el sentido común es el menos común de los sentidos, o sea que el sentido común escasea. Parece que tuviéramos altos coeficientes de inteligencia y bajos coeficientes de sentido común. Ahora, en el versículo 13, de este capítulo 11, de Proverbios que estamos estudiando, dice:
"El que anda con chismes revela el secreto; el de espíritu fiel lo guarda íntegro."
El que anda contando chismes es una persona que está tratando de perjudicar a otra. A veces lo que está diciendo es verdad, pero aun así no se lo debería contar a otras personas. Si él sabe que un hermano en la fe ha pecado, debería ir a verle personalmente para tratar el asunto en privado con él. No debería andar por todas partes comentando el asunto con otros. Escuchemos ahora lo que dice el versículo 14:
"Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae; la seguridad está en los muchos consejeros."
Estimado oyente, independientemente de cuan inteligente sea usted, necesita buenos consejos. Recordemos que Dios le dio al profeta Daniel la oportunidad de ser uno de los consejeros de Nabucodonosor, y él ayudó mucho a aquel rey. Daniel también fue consejero del rey Ciro, lo cual fue de gran ayuda para este rey. Continuamos ahora con el versículo 15:
"La ansiedad aflige al que sale fiador de un extraño; el que aborrece salir fiador vive seguro."
Alguien que sale como garante de un extraño acabará perjudicado y sintiéndose dolido por haberlo hecho, y será más inteligente después de esa experiencia. Y aprenderá la lección de haber cometido un gran error.
Lo interesante es que esto nos enseña una gran verdad. Hubo Alguien que se presentó como garante para un extraño. ¿Sabe usted quien fue? Bueno, escuchemos al Apóstol Pablo en 2 Corintios 8:9: Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos. Él se hizo cargo de la deuda del pecado suya y mía, y tuvo que pagar un precio tremendo precio, un terrible castigo por ello. Su experiencia fue descrita proféticamente en el Salmo 69, versículo 4, con estas palabras: Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me odian sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé? Él pagó nuestra deuda, estimado oyente. Y en el libro del profeta Isaías, capítulo 53, versículo 7, dice: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como un cordero fue llevado al matadero; como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, no abrió su boca. El castigo fue exigido, y El se hizo responsable por él. Dice Romanos 6:23, que la paga del pecado es muerte y Cristo la pagó por mí. ¡Cuán maravilloso es esto, amigo oyente! Él ocupó mi lugar. Y en el versículo 16, de este capítulo 11 de Proverbios, leemos:
"La mujer agraciada obtiene honores; los fuertes obtienen riquezas."
Este proverbio me recuerda a Rut, en el libro que lleva su nombre, Ella era una viuda pobre, por supuesto una mujer, y sin embargo, ella retuvo su honor. Y, como vemos en Rut 3:11, Booz podía decir: "Toda la gente de mi pueblo (es decir, toda la ciudad de Belén) sabe que eres mujer virtuosa". Todas las personas de la ciudad la conocían. No solo mantuvo su honra en relación con el sexo opuesto, sino también en toda su conducta. Y la segunda parte de este proverbio, los fuertes obtienen riquezas, se aplicaría a Booz, el prometido de Rut. Y eso no solo quiere indicar que ella no sólo mantuvo su honor en una forma que la libró de cualquier forma de adulterio, sino en toda su manera de vivir. Y los fuertes tendrán riquezas. Y ese era Booz en su día.
Avanzando un poco más, queremos leer ahora los versículos 18 al 21:
"El malvado obra con falsedad; el que siembra justicia obtendrá firme galardón. Como la justicia conduce a la vida, así el que sigue el mal lo hace para su muerte. Abominables son para el Señor los perversos de corazón, pero los perfectos de camino le son agradables. Tarde o temprano, el malo será castigado, pero la descendencia de los justos se librará."
Aquí podemos ver un gran contraste entre el pecado y la justicia. El engaño y la desobediencia van a ser juzgadas. No hay escape de esto. Eso es algo que se nos presenta con toda claridad aquí. Y la justicia que un creyente tiene es la justicia de Cristo. A causa de ello, los cristianos no seremos juzgados sino que, como dice Juan 5:24, pasaremos de muerte a vida.
Ahora aquí tenemos un proverbio escogido. Leamos el versículo 22:
"Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa pero falta de sentido."
Desgraciadamente hay muchas mujeres hermosas que no tienen ni prudencia ni discreción. Una versión aquí traduce la segunda frase como "la mujer bella de poco cerebro".
Luego, el versículo 23, nos dice:
"El deseo de los justos es solamente el bien; la esperanza de los malvados, el enojo."
La única forma en que uno puede tener alegría y paz es tener una relación correcta con Cristo. En los versículos 24 y 25 dice:
"Hay quienes reparten y les es añadido más, y hay quienes retienen más de lo justo y acaban en la miseria. El alma generosa será prosperada: el que sacie a otros, también él será saciado."
Aquí tenemos una paradoja. Bunyan, con su rima singular, lo expresó de la siguiente manera: "Hubo un hombre de quien algunos pensaban que había perdido el juicio; mientras más daba, más tenía. El que da sus bienes a los pobres, tendrá mucho más, y diez veces más".
Esta verdad, esta realidad nos recuerda el hecho de lo que el Señor Jesucristo mismo dijo, según lo cito Pablo en 2 Corintios 9:6, que el que siembra escasamente, escasamente cosechará. Y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Este es un gran principio general, es decir, de amplias aplicaciones. Y con toda seguridad también se aplica a lo que damos para la obra del Señor.
Y el mismo Señor fue un ejemplo de esta ley de siembra y cosecha. Por ello, el mismo dijo, hablando de Sí mismo en Juan 12:24, Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda él solo, pero si muere, produce mucho fruto. Porque El descendió del cielo a la tierra, se entregó completamente por nosotros, muriendo en una cruz. Fue sepultado en esta tierra, pero resucitó. Y la cosecha abundante de todos aquellos que tienen vida eterna gracias a Su obra en la cruz, continúa creciendo día a día. ¿No querrá ser usted uno de ellos?
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