Estudio bíblico de Proverbios 19
Proverbios 19:1-29
Llegamos hoy, estimado oyente, en nuestro recorrido por este Libro de Proverbios, al capítulo 19. Y vamos a comenzar leyendo el primer versículo:
"Mejor es el pobre que camina en integridad que el fatuo de labios perversos."
El Señor nos ha prohibido llamar a alguna persona necia o fatua, pero el Espíritu de Dios realmente ha venido usando esa palabra. Aparentemente, hay muchas personas así en la familia humana. Ahora, los versículos 2 y 3 dicen:
"El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se precipita, peca. La insensatez del hombre tuerce su camino y luego se irrita su corazón contra el Señor."
En todos estos proverbios podemos observar un paralelismo antitético o por contraste. Aquí tenemos un contraste entre aquellos que son los hijos de Dios y aquellos que no lo son. Los unos están en el sendero de la verdad; y a los otros, en el sendero de la voluntad propia y la ignorancia, Dios los llama necios o insensatos.
Estamos seguros que usted habrá escuchado un Proverbio secular que dice que "donde la ignorancia es bendición, es una tontería el ser sabio". Bien, ese es un Proverbio falso. Y hay a veces personas, incluso gente que colabora en iglesias, que se enorgullecen de su ignorancia de la Biblia.
Permítanos mencionar otro de esos dichos o Proverbios que nos envió ese profesor del cual hemos hablado anteriormente, y que dice: "Nadie es inculto si conoce la Biblia, y nadie es verdaderamente educado, si es ignorante de sus enseñanzas". Aunque el mundo no acepte esto, creo que es cierto. No creo que alguien pueda ser verdaderamente culto y educado, si desconoce la Biblia. Y con toda seguridad, uno no puede ser un cristiano maduro si desconoce la Biblia. El conocimiento de la Biblia debería ser una característica del hijo de Dios. En el versículo 4 de este capítulo 19 continuamos leyendo lo siguiente:
"Las riquezas atraen muchos amigos, pero el pobre, hasta de su amigo es apartado."
Las personas adineradas, siempre van a tener muchos amigos. Sus casas están llenas de huéspedes mientras la nevera esté llena de alimentos, el bar esté bien provisto de bebidas, y haya música y entretenimiento para mantener una vida social activa.
Pero es interesante ver que la Palabra de Dios aconseja al hijo de Dios buscar a la gente sin recursos. Recordemos que el apóstol Santiago, de una forma práctica, les habló de la siguiente situación: Si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: «Siéntate tú aquí, en buen lugar», y decís al pobre: «Quédate tú allí de pie», o «Siéntate aquí en el suelo»
Desgraciadamente, es cierto que en algunos países y culturas un hombre pobre de recursos tiene problemas en algunas iglesias, las cuales son a veces un reflejo de la desigualdad, tensión social o lingüística que caracteriza a esa población.
La naturaleza humana no ha cambiado a través de los siglos. La vieja naturaleza controlada por el pecado, aun evidencia su presencia. Hay personas que asisten a la iglesia, que se mueven dentro de grupos afines a su posición social, y en los cuales se ve actuar esa naturaleza humana normal que mencionábamos. Se ve precisamente en actitudes de distanciamiento con respecto a personas o familias de condición modesta. En este sentido, en la Biblia Dios habla con claridad también sobre estos asuntos de discriminación social. Dice aquí el proverbio que hemos leído, el pobre, hasta de su amigo es apartado. Hay grupos en los que cuando descubren que alguien tiene pocos recursos, no le quieren en su círculo de amistades. Ahora, el versículo 5 dice:
"El testigo falso no quedará sin castigo, y el que dice mentiras no escapará."
Bueno, si usted avanza un poco en la lectura y lee el versículo 9 de este mismo capítulo, encontrará casi la misma declaración, que parecería ser una repetición de lo que acabamos de leer. En la primera parte dice: El testigo falso no quedará sin castigo (tanto en el versículo 5 como en el 9) En el versículo 5, el proverbio finaliza diciendo: y el que dice mentiras no escapará, mientras que el versículo 9 finaliza diciendo, y el que dice mentiras perecerá. Lo que ambos proverbios están diciendo es lo siguiente: Que el falso testigo no va a poder escapar. Será descubierto. Tendrá que rendir cuentas por lo que ha dicho. Y no sólo eso, esta persona también perecerá, Dios se encargará de eso. Él lo aclaró en Apocalipsis 21:8, donde se habla del final de una serie de personas que se rebelaron y persistieron en sus pecados.
Recordemos lo que ocurrió con Acab (rey de Samaria), y Jezabel, en relación con la viña de Nabot. EL registro histórico se encuentra en 1 Reyes 21 y 22. Como Nabot no estaba dispuesto a entregar su viña al rey, se organizó una parodia con testigos falsos, que presentaron un cargo falso contra Nabot y, en consecuencia, él fue apedreado hasta la muerte. El rey Acab pensó que se había salido con la suya con este crimen, pero el profeta Elías se encontró con él y le anunció que allí donde la sangre inocente de Nabor había sido derramada, los perros lamerían la misma sangre del rey Acab. Lo que sucedió fue lo siguiente: Acab fue a luchar en una batalla contra Siria, aliado con el rey Josafat. Acab colocó al rey Josafat en el frente de la batalla usando sus ropas reales, mientras que el propio Acab se disfrazó como un soldado común para pasar desapercibido. Pero un soldado del bando enemigo con ganas de disparar tensó su arco y disparó una flecha a la ventura: él no sabía a quien estaba apuntando, pero todo sucedió como si esa vieja flecha tuviera escrito en ella el nombre de Acab, porque se dirigió directamente hacia él rey, hiriéndolo de muerte. Y él le dijo al cochero que guiaba su carro, da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido. Y este hombre le obedeció. Y ¿sabe a dónde le llevó? ¡Precisamente a la viña de Nabot! El quizás pensaba ocultarse en ese lugar, pero allí fue donde murió. , Entonces el rey fue traído a Samaria y lo sepultaron allí. 38Lavaron el carro en el estanque de Samaria y los perros lamían su sangre (también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que el Señor había dicho. (1 Reyes 22:34). Ahora, usted opinará, como nosotros, que aquello fue algo espantoso. Y así fue. Pero, estimado oyente, el mentir, el ser un falso testigo, el ser chismoso ante los ojos de Dios es algo también espantoso y Dios lo detesta. Él dijo que así sería y aquel rey malvado fue advertido de su final, pero persistió en su odio y rebelión y no se arrepintió. ¡Qué cuadro pues, el que tenemos aquí! Como bien dijo este proverbio, El testigo falso no quedará sin castigo. Luego, el versículo 6 de este capítulo 19 de Proverbios dice:
"Muchos buscan el favor del generoso, y todos son amigos del hombre que da."
Podríamos transferir esta actitud al mundo de la política, ¿no le parece? En la cual a veces se intercambian favores, principalmente relacionados con asuntos económicos particulares. Hoy se habla mucho de la corrupción y todos estamos bien familiarizados con el tema y todas sus derivaciones. Bien dice aquí todos son amigos del hombre que da y todos sabemos que esta afirmación es cierta, y que esa amistad se prolongará mientras tal persona siga dando y esté satisfecha con las contrapartidas recibidas, porque en ciertos ambientes nadie da nada desinteresadamente. Bien, sigamos adelante en este capítulo y notemos lo que dice el versículo 7:
"Si todos los hermanos del pobre lo aborrecen, ¡cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará una palabra y no la hallará."
Esto es algo muy cierto. Los hermanos del pobre le aborrecen, no en el sentido que usted y yo pudiéramos pensar, sino que, en realidad, no quieren tener que ver nada con él. Prefieren ignorarlo. Una vez que ellos han prosperado económicamente, optan por eludir su trato lo más posible.
También estamos familiarizados con las promesas electorales dirigidas hacia los sectores menos favorecidos de la sociedad. Se prometen subvenciones, rebajas de impuestos, mejor asistencia social y mejor cobertura para todas las necesidades sanitaria. Muchas veces estas promesas son hechas de buena fe, por personas sinceramente bien intencionadas que tienen una motivación sincera para mejorar las condiciones sociales de todos los ciudadanos. Pero el problema es que, luego, en el ejercicio del poder intervienen otros factores condicionantes y complicaciones que superan a las personas, y nadie es realmente capaz de resolver los complejos problemas del mundo actual.
¿Sabe usted estimado oyente, lo que necesitamos? Necesitamos a personas implicadas en la actividad política que nos hagan regresar a Dios. Personas que reconozcan que no tienen la respuesta y que la única opción que queda es recurrir a Dios, estar dispuestos a establecer una relación con El, a servirle, y a clamar en oración, reconociendo que han tratado por todos los medios de resolver los problemas humanos y que la única salida es reconocer la suficiencia y el poder de Dios para intervenir en la historia y detener el deterioro creciente de la situación. Y creemos que sería mucho mejor el escucharlo a Él, que escuchar todos los tópicos y utopías que se oyen, pronunciadas ya, y todo hay que decirlo, con poca convicción. Bueno, continuemos ahora con este capítulo 19 de Proverbios, y leamos el versículo 13:
"Dolor es para el padre un hijo necio y gotera continua las contiendas de la mujer."
Nuestro último proverbio sobre este tema, en nuestro programa anterior, nos decía que el que encuentra una esposa, encuentra buena cosa. Es decir, que encuentra la otra mitad de sí mismo, la que le completa. Y ella es una compañera apropiada para él. Ella no tiene por qué ser su sierva. ¿De dónde habrán sacado algunos la idea de que la esposa tiene que obedecer al marido? Las únicas instrucciones que se encuentran en el Nuevo testamento sobre la sumisión, son aplicables a una situación concreta en el hogar cristiano. La esposa ha de someterse a un marido cristiano, que a su vez se someta a Cristo, y que la ame simplemente como Cristo ama a la iglesia. Cuando la esposa tiene esa clase de marido, puede haber una armoniosa relación de sumisión mutua.
Este proverbio casi lo haría reír a uno si no fuera porque se refiere en realidad a una situación trágica. Piense usted en el pobre hombre que tiene un hijo insensato y quien también tiene una mujer conflictiva. Usted se puede imaginar la clase de hogar en que vive esa persona. Por tal motivo enfatizamos la gran calidad de vida de una pareja unida según el proyecto de Dios, que incluye también a los hijos. Y entonces sí que vemos un contraste enorme con la situación que describe este proverbio. Luego, el versículo 14 de este capítulo 19 de Proverbios dice:
"La casa y las riquezas son herencia de los padres, pero don del Señor es la mujer prudente."
Ahora, si usted tiene una buena esposa, usted estimado oyente, la ha obtenido de parte del Señor y, por cierto, tiene que darle gracias al Señor por ella. ¿Ha hecho eso alguna vez?
Y amigo joven que nos escucha, estas situaciones que plantea el libro de los proverbios deberían decirle algo a usted también. ¿Quiere tener una buena esposa, la esposa apropiada para usted? Entonces, diríjase a Aquel que puede proveerle a usted su otra mitad. No nos referimos a los padres de esta tierra a quienes, por supuesto, les agradaría encontrar un buen marido para chicas buenas que desean formar un hogar cristiano. Pero no basta que una esposa sea buena, es decir, llena de cualidades, sino que sea aquella que a los ojos de Dios, que es el Creador, es la más adecuada para formar una pareja con usted. Tenga usted la seguridad que El desea para Sus hijos un hogar feliz. Así que este proverbio que acabamos de leer, es muy práctico, y aunque nos presenta un caso negativo, nos orienta a otros pasajes de la Biblia que nos ofrecen el caso positivo, es decir, el hogar y la familia que Dios aprueba. Pasando ahora al versículo 18, leemos lo siguiente:
"Castiga a tu hijo mientras haya esperanza, pero no se excite tu ánimo hasta destruirlo"
Comience a disciplinar a su hijo en la infancia. No espere hasta que sea demasiado tarde. Es posible demorarse tanto que luego pasa el momento oportuno. Cierto hombre que recibió la salvación en Cristo cuando ya era una persona madura dijo: "Mi esposa y yo hemos sido salvos recientemente, y le estamos dando gracias a Dios por ello, pero, ? dijo, con tristeza ? hemos perdido a todos nuestros hijos. Porque habíamos formado un hogar que poco a poco comenzó a deteriorarse hasta desembocar en situaciones caóticas. Y ahora, vemos ese ambiente reflejado en nuestros hijos". Como usted ve, estimado oyente, esa pareja esperó hasta que ya era demasiado tarde. Uno debiera comenzar con una disciplina controlada por el amor, es decir, que además del amor humano refleje el amor de Dios. desde la infancia y pasando luego por la compleja etapa de la adolescencia. Por supuesto que este proverbio excluye los castigos brutales, que destruirán su espíritu y el respeto en la relación con los padres, Incluso las leyes civiles se ocupan de prevenir tales castigos brutales y vejatorios, que parece que aun no han sido superados por la sociedad supuestamente avanzada en que vivimos.
Dios ha dado mandamientos concretos para los cristianos, instruyendo a los hijos a obedecer a los padres (Efesios 6:1). Pero después les dice a los padres en el mismo 6:4, 4Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina e instrucción del Señor. Ningún padre debería arremeter contra ellos cuando estando enfadado, como dando rienda suelta a su rabia. Los hijos de dan cuenta cuando los padres están desahogando en ellos su enojo y frustración. En ese estado, los padres actuarán fuera de control y se excederán en su castigo. No olvidemos que esta disciplina se ejerce de parte del Señor, y bajo en control del Señor. Ahora, leamos el versículo 21 de este capítulo 19 de Proverbios:
"Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre, pero el consejo del Señor es el que permanece."
El ser humano puede intentar aportar muchas explicaciones. Muchas soluciones. Pero Dios es el único que puede darle el mejor consejo, el consejo personalizado. También los ordenadores, las computadoras pueden dar soluciones, pero solo Dios puede poner el sentido, la motivación que una vida creada por El necesita. El consejo que Dios da, como dice este proverbio, es el que permanece, es decir, que no necesita ser cambiado, ni corregido con el paso del tiempo. Ahora, el versículo 22 de este capítulo 19 de Proverbios dice:
"Una satisfacción es para el hombre hacer misericordia, y mejor es un pobre que un mentiroso."
Otra versión comienza este proverbio diciendo: "lo que es deseable en un hombre es su bondad". ¿Cuántas personas conoce usted con este carácter? Nos referimos a personas generosas, amables, afectuosas. Después el proverbio nos lleva nuevamente al hombre pobre, que con todas sus desventajas familiares y sociales, para su familia acomodada, siempre es preferible a un mentiroso. Leamos ahora el versículo 23 de Proverbios 19:
"El temor del Señor lleva a la vida: con él vive del todo tranquilo el hombre y no es visitado por el mal."
El temor del Señor es todo lo opuesto a vivir avergonzado, viviendo con una constante sensación de pavor, con temor. El proverbio pone en claro que el verdadero temor reverente de Dios significa que usted puede descansar satisfecho. Quiere decir que usted le reconoce, que le ha mirado por la fe, que le ha aceptado y que quiere seguirle. De esa manera, usted puede descansar tranquilo, confiado y satisfecho.
Leamos ahora el versículo 24 de este capítulo 19 de Proverbios:
"El perezoso mete su mano en el plato, pero ni aun es capaz de llevársela a la boca."
Aquí tenemos otro proverbio que tiene cierto sentido del humor. Nos presenta a un hombre tan perezoso, que puede poner su mano en el plato con la intención de comer, pero que es demasiado perezoso para llevar el alimento a su boca. Cuando alguien llega a ese extremo, ¡realmente es perezoso! Desgraciadamente vemos esa imagen con frecuencia en el ámbito espiritual. La Palabra de Dios es nuestro alimento. Conocemos a cristianos que tendrán la Biblia en sus manos, pero son demasiado perezosos como para leerla.
Y ahora leamos el versículo 29, último versículo de este capítulo 19 de Proverbios:
"Preparados hay juicios para los insolentes y azotes para las espaldas de los necios."
La afirmación Bíblica de que el juicio se acerca, bastante evidente por la situación y perspectivas del mundo que la misma Biblia describe, nos recuerda que Dios no será indulgente con los culpables. Los placeres del pecado y la maldad tienen su período limitado, pero la paga del pecado durará por toda la eternidad. Y estimado oyente, ¿cómo afrontará usted esa eternidad? ¿Lo hará con Dios, salvo por Cristo, en su reino eterno? ¿o lo hará sin Dios, sin Cristo y sin esperanza?
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