Estudio bíblico de Proverbios 25
Proverbios 25
Continuamos hoy nuestro estudio de este Libro de Proverbios y llegamos al capítulo 25. Ahora, este capítulo nos lleva a una nueva sección, a una división nueva en el Libro de Proverbios. Estos son aun Proverbios de Salomón, pero fueron reunidos y organizados por los hombres de Ezequías, La Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento, los llama "los amigos de Ezequías". Leamos los dos primeros versículos de este capítulo 25 de Proverbios:
"También estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá: Gloria de Dios es encubrir un asunto, pero honra del rey es investigarlo."
Esta es la manera en que el proverbio declara lo que Jesús dijo en Juan 5:39, Escudriñad las Escrituras. Y el Apóstol Pablo, escribió lo mismo en 2 Timoteo 2:15: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
El versículo 2 habla investigar un asunto. Pero incluso en ese caso, tenemos que reconocer que hay muchas cosas que Dios no nos ha revelado en absoluto, y dudo que fuéramos capaces de entenderlas si El nos las hubiera revelado. Son cosas inescrutables; están más allá de toda comprensión humana. Como Dios mismo lo hizo claro cuando dijo en Isaías 55:9, Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Sin embargo, lo que Dios nos ha revelado, deberíamos estudiarlo. Deberíamos considerarlo. Es importante que reconozcamos nuestra necesidad de examinar la Palabra de Dios y de estudiarla. Ahora, el versículo 3, de este capítulo 25 de Proverbios, dice:
"Para la altura de los cielos, para la profundidad de la tierra y para el corazón de los reyes, no hay investigación."
A veces no entendemos lo que hacen nuestros gobernantes, Ellos probablemente tienen una justificación para ello, porque conocen cosas que nosotros no sabemos. Tampoco podemos comprender los caminos de Dios. Pero no debemos ponernos a juzgar lo que Dios hace, porque todo lo que Dios hace es bueno y apropiado. Veamos ahora lo que dicen los versículos 4 y 5:
"Quita la escoria de la plata y saldrá una alhaja para el fundidor. Aparta al malvado de la presencia del rey, y su trono se afirmará en justicia."
De paso debemos decir que una de las peores cosas, según nuestra opinión, que le puede ocurrir a una persona, es tener un mal consejero, alguien que lo meta a uno en dificultades, problemas y pecados. Y luego, es bueno encontrar a alguien que le pueda ayudar a uno a salir de esa situación. Y podemos pensar en lo que esto puede significar para un hombre que se encuentra en un alto cargo. Un hombre que toma decisiones comerciales que pueden afectar a gran número de sus empleados, o un gobernante cuya decisión afectaría a una gran parte de la población, necesitan tener a su lado al consejero apropiado. Ahora, en los versículos 6 y 7, de este capítulo 25, leemos:
"No te alabes delante del rey ni te pongas en el lugar de los grandes, porque mejor es que se te diga: Sube acá, y no que seas humillado delante del príncipe a quien tus ojos han visto"
EL principio del versículo 6 podría traducirse "No hagas ostentación" o "No te des importancia". Recordemos que el Señor Jesucristo presentó una parábola para ilustrar esta gran verdad, y lo hizo porque los guías religiosos de Su día no estaban prestando ninguna atención a este proverbio. Cuando un hombre importante invitó a muchos de sus amigos a una cena, había reservado algunos lugares para ciertos invitados que quería honrar. Pero cuando sonó la campana que anunciaba el comienzo de la cena todos se precipitaron para conseguir los mejores lugares de la mesa con tanta prisa que casi desordenaron todo lo que estaba arreglado, en su afán por ocupar los lugares de mayor honor. El Señor Jesucristo estaba presente allí en ese día y aparentemente Él esperó hasta que todos hubieron entrado. Y entonces les dijo lo siguiente para corregirles. Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor, no sea que haya algún invitado más distinguido que tu. Si es así, el que los invitó a los dos vendrá y te dirá: "Cédele tu asiento a este hombre" Entonces, avergonzado, tendrás que ocupar el último asiento. Más bien, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: "Amigo, pasa más adelante a un lugar mejor". Así recibirás honor en presencia de todos los demás invitados. Este relato se encuentra en Lucas 14:17-10.
Hay personas hoy a quienes llamamos avasalladores, prepotentes, que se cuelan, que se introducen donde sea por cualquier medio, incluso en algunos círculos cristianos. Son ambiciosos. Quieren destacarse sobre los demás y ello es muy lamentable. Quizá uno podría criticar a alguien en el mundo de los negocios por tratar de progresar de esa manera, pero en la obra cristiana esto no debería suceder. Ahora, el versículo 8 dice:
"No entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer luego, cuando tu prójimo te haya avergonzado."
En cuanto a este tema el Señor Jesucristo presentó también una parábola relatada en Lucas 14:31-32. EL dijo en esa ocasión: qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
Tenemos un ejemplo de esto en la vida de un personaje del Antiguo Testamento, el rey Josías. Él fue un gran rey y dirigió el último gran movimiento de reforma que experimentó Judá. Bajo su liderazgo hubo un gran retorno a Dios, pero también cometió un gran error. A veces simplemente un defecto estropea la vida de quien, por otra parte, fue un gran hombre. Porque Josías fue realmente un gran hombre y un siervo sobresaliente de Dios, pero cometió una lamentable equivocación. Recordemos que el faraón Necao, rey de Egipto, vino a hacer la guerra no contra Josías, sino contra un enemigo completamente diferente. Pero cuando Josías salió a luchar contra él, el faraón Necao le dijo a Josías: "Yo no he venido a luchar contra ti, sino contra la casa que me hace la guerra". Pero este hombre Josías, que era un hombre joven, salió sin embargo a la lucha. Pensamos que él creyó que esa era la voluntad de Dios para él. (Aquí podemos añadir que muchos de nosotros culpamos al Señor por los errores que cometemos en nuestras decisiones). Y así fue que Josías se metió en graves dificultades y perdió la batalla. En realidad, él resultó muerto en esa batalla en Megido, donde tendrá lugar también en el futuro la batalla de Armagedón. Josías cometió el gran error de entrometerse en una situación en la que no debería haberse implicado. El relato de este triste episodio se encuentra en 2 Reyes 23:28-30. Esta es, pues, la lección que el Señor quiere que veamos en este proverbio. Luego, encontramos en los versículos 9 y 10, de este capítulo 25 de Proverbios, lo siguiente:
"Trata tu causa con tu compañero y no descubras el secreto a otro, no sea que te deshonre el que lo oiga y tu infamia no pueda repararse."
Usted puede crearse muchos problemas si critica a su compañero ante una persona ajena al asunto. Si su compañero o vecino tiene defectos, vaya y hable con él personalmente. Ahora, leamos el versículo 11, de este capítulo 25:
"Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene."
¿No es cierto que es un hermoso símil? "Manzanas de oro". Aparentemente la fruta a la cual se refiere el escritor aquí es la naranja. La naranja, como otras frutas cítricas, era algo común y original de Israel. Allí se cultivan en el día de hoy algunas de las mejores naranjas del mundo.
Al recorrer la Biblia encontramos que ciertos individuos pronunciaron la palabra apropiada en el momento adecuado. A veces fue una palabra de aprobación, otras, de reprensión. Pero esas palabras fueron necesarias y fueron expresadas correctamente. Fueron las palabras apropiadas para la situación, lo que correspondía decir en cada caso.
Este es un asunto sobre el cual la mayoría de nosotros debería orar: el qué decir, y el momento apropiado para decirlo. Tenemos que reconocer que muchas veces podemos decir la palabra equivocada en el momento correcto, u otras veces tenemos la habilidad de decir la palabra correcta en el momento equivocado. Y hay ocasiones en las que, probablemente, no deberíamos abrir la boca en absoluto.
Seguramente usted conoce a un hijo de Dios que tiene la reputación de ser capaz de decir la palabra conveniente en el momento oportuno; como dice este proverbio del versículo 11, la palabra dicha como conviene. Y como el mismo proverbio dice, es como ver naranjas enmarcadas en plata. Las naranjas doradas y el marco de plata, como todos sabemos, armonizan, muy bien.
Ahora, el versículo 12, de este capítulo 25, dice:
"Como pendiente de oro y adorno de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil."
Todos podemos ver los hermosos pendientes que utilizan las mujeres. Esto describe el efecto de alguien que reprende con sabiduría a un oído obediente. Hay ocasiones en las que una persona debería ser reprendida. Vivimos en tiempos en los cuales si reprobamos a alguien, especialmente si lo hacemos en público, la gente piensa que hemos perdido a tal persona y que nunca podremos recuperarla. Estimado oyente, si es una buena persona, de todas formas, usted podrá recuperar su amistad. Así es que hay oportunidades en las que no hay más remedio que reprender a una persona. Ahora, el versículo 13, dice:
"Como frío de nieve en tiempo de siega, así es el mensajero fiel a quienes lo envían, pues reconforta el alma de su señor."
En aquellos días hacía realmente calor en el tiempo de la cosecha. Y al llegar el día, subían al Monte Herman, recogían algo de nieve y la bajaban de allí. Y era realmente buena, refrescante, con un sabor maravilloso. Y eso es un mensajero fiel. No es extraño que el Señor vaya a decirles a algunos: Bien, buen siervo y fiel (Mateo 25:21.
A todos nos gusta estar rodeados de personas fieles. Un hombre quiere tener una esposa fiel, y una esposa, un marido fiel. Y ambos quieren tener hijos fieles. Y un ejecutivo o jefe de oficina quiere tener empleados fieles. Un pastor de una iglesia desea tener un equipo de fieles colaboradores, o una congregación fiel. Y la iglesia quiere tener un fiel pastor. La fidelidad es una hermosa cualidad. Tener a nuestro lado a alguien fiel es, como ilustra nuestro proverbio, como una bebida fresca en un día caluroso. Continuemos leyendo el versículo 14, que dice:
"Como nubes y vientos sin lluvia, así es el tacaño que se jacta de su generosidad."
A algunas personas les gusta enorgullecerse de dones o capacidades que no tienen. Esta es una figura de los apostatas en los últimos días. El apóstol Judas (12 y 13) los describió en un lenguaje muy vivo. Los describió como nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, Y añadió, Son fieras ondas del mar, que arrojan como espuma su propia vergüenza. ¡Qué cuadro descriptivo el que tenemos aquí! Luego, pasando al versículo 16 de este capítulo 25 de Proverbios, leemos:
"¿Hallaste miel? Come solo lo necesario, no sea que harto de ella la vomites."
Debemos decir aquí que en el Antiguo Testamento la miel ilustró la dulzura natural. No se permitía usar la miel en el pan o en la carne del sacrificio; porque ese sacrificio nos habla de Jesucristo en su humanidad. Y no había una dulzura natural en Él.
¿Se ha encontrado usted estimado oyente, con personas que son tan dulces, que dicen palabras tan dulces, que hasta resultan empalagosas, molestas? Observemos que aquí se nos dice que no comamos miel, porque la mucha miel provoca nauseas. Y el versículo 17, es algo muy bueno también; escuche usted:
"No pongas con exceso tu pie en la casa de tu vecino, no sea que, harto de ti, te aborrezca."
Aquí se contiene un buen consejo para conservar una amistad, advirtiendo sobre el abuso de la hospitalidad, la educación y el tacto. Luego, en el versículo 19, leemos:
"Como diente roto y pie descoyuntado es confiar en un prevaricador en momentos de angustia."
El confiar en gente desleal en momentos de angustia, nos recuerda al personaje Judas Iscariote. Seguramente usted habrá conocido personas de esta clase a lo largo de su vida. Luego, leemos en los versículos 21 y 22, de este capítulo 25, de Proverbios, lo siguiente:
"Si el que te aborrece tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua; pues, haciendo esto, harás que le arda la cara de vergüenza, y el Señor te recompensará."
Recordemos que el Señor Jesucristo repitió este principio, y lo mismo hizo el apóstol Pablo. Es un principio importante. Es algo muy importante, debemos decirlo. Luego, el versículo 24, dice:
"Mejor es estar en un rincón del terrado que con mujer pendenciera en casa espaciosa."
Esta consideración ya la hemos visto con anterioridad. El rey Salomón, que tuvo tantas esposas, debe haber tenido muchos problemas con algunas de ellas. Es posible que esta sea la razón por la cual este tema se menciona con tanta frecuencia. Siguiendo adelante, leamos ahora el versículo 25, que dice:
"Como el agua fría para el sediento, así son las buenas noticias de lejanas tierras."
Y a propósito, estimado oyente, ¿ha recibido usted noticias recientes de su familia? O, ¿le ha escrito usted a algún ser querido? Esto es algo muy importante. Pero en este versículo hay algo mucho más grande, que llama la atención.
Han llegado noticias de un país lejano. El Señor Jesús dijo, en Juan 16:28: Salí del Padre y he venido al mundo; Otra vez dejo el mundo y regreso al Padre. Pero en ese breve período de tiempo, como dijo Juan Wesley: "Dios fue reducido a un instante: y El trajo su salvación, estimado oyente, y la mía también". Esas son las buenas nuevas que nos han llegado de tierras lejanas. Por cierto, estimado oyente, permítanos preguntarle: ¿Le ha recibido usted ya a Él? ¿Le ha aceptado ya como su único y suficiente Salvador? El es el Agua de la Vida. El es agua fría para un alma sedienta. Leamos ahora el versículo 26:
"Como fuente turbia y manantial sucio es el justo que cede ante el malvado."
Esta es la comparación que se hace con la persona justa, una persona que ha sido fiel a la verdad, pero que finalmente cede ante el malvado. Esto sucede muchas veces en el área de los negocios. También suele suceder en el ámbito de la política, cuando una persona íntegra, para poder acceder a un cargo de poder e influencia, flaquea ante aquel que no tiene escrúpulos. Y el ver estos casos trae tristeza y sufrimiento; es como llegar a una fuente cuando uno está sediento, y la encuentra cubierta de espuma y sustancias contaminantes. Este versículo es bastante descriptivo. Leamos ahora el versículo 27:
"Comer mucha miel no es bueno, ni el buscar la propia gloria es gloria."
Un poco de miel es buena, pero si no se abusa de la cantidad que uno coma. Para un ser humano ambicionar su propia gloria, especialmente en el ministerio para Dios, es muy dañino espiritualmente... Algunos cristianos podrían caer en ese tipo de ambición desmedida y perjudicar mucho espiritualmente a los demás. Finalmente por hoy, leamos el versículo 28 de Proverbios 25:
"Como ciudad destruida y sin murallas es el hombre que no pone freno a su espíritu."
Este se refiere a un hombre o a una mujer que no puede controlar sus emociones, que carece de autocontrol. Y usted sabe que el autocontrol es un fruto del Espíritu Santo. Ahora, hay momentos en que una persona tiene que defender algo, denunciar algo con gran emoción. Pero, estimado oyente, tenemos que reconocer nuestra necesidad de controlar nuestro espíritu. Para ello, los hijos de Dios, es decir, los que hemos confiado en el Señor Jesucristo como nuestro Salvador, confiamos en la acción del Espíritu Santo, que habita en los creyentes, y obra en aquellos que se dejan controlar por El.
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