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Estudio bíblico de Proverbios 30:20-31:31

Proverbios 30:20-31:31

En el día de hoy, amigo oyente, volvemos a nuestro estudio de este Libro de Proverbios y vamos a continuar con el capítulo 30. Leamos, pues, el versículo 20, del capítulo 30, de Proverbios:

"La mujer adúltera procede así: come, se limpia la boca y dice: «No he hecho ningún mal»."

Hemos llegado a una época en la que esto está ocurriendo en todas partes. Hay personas que están viviendo controladas por el pecado y presentan argumentos para negar que el pecado es una realidad en sus vidas. Y Dios desde las Sagradas Escrituras continúa señalando a los pecados específicamente, por su nombre. Él no ha cambiado Su modo de pensar, Estamos convencidos que Dios no necesitaba aprender nada de esta generación. Él ya conocía los pecados que nuestra generación cometería y ya había escrito acerca de ellos en el libro de Proverbios. Y en los versículos 21 y 22, dice:

"Por tres cosas tiembla la tierra, y por una cuarta que no puede sufrir: por el siervo llegado a rey, por el necio saciado de pan"

La frase por el siervo llegado a rey nos habla de Jeroboam, quien era un siervo, y llegó a ser el primer rey en el reino del norte de Israel.

La frase que habla del necio saciado de pan es ilustrada por aquel rico insensato que construyó graneros más grandes. Con tales éxitos financieros, le sobraba comida pero continuaba siendo un insensato. Luego la tercera cosa insoportable y que hace temblar a una sociedad, según el versículo 21, la encontramos a continuación en el versículo 23, que dice:

"Por la mujer aborrecida, cuando se casa, y por la sierva cuando suplanta a su señora."

Ahora, esta segunda parte del versículo 23, se refiere a una mujer muy pobre, que ha pasado por sufrimientos y humillaciones y de pronto se convierte en una persona rica. Y difícilmente haya una persona que sea más difícil de soportar que esa.

Y ahora la lectura nos lleva a visitar un zoológico para contemplar a algunos animales. ¿Sabía usted que ellos tienen un mensaje para nosotros? Dios los creó con muchos propósitos. Y uno de ellos, es enseñarnos algo. Leamos el versículo 24:

"Cuatro de las cosas más pequeñas de la tierra son más sabias que los sabios:"

Dios dice que podemos aprender del mundo animal. El primer grupo está formado por animales pequeños. En realidad, el primero es un insecto: la hormiga. Leamos ahora el versículo 25:

"Las hormigas, pueblo que no es fuerte, pero en verano preparan su comida"

El texto nos va a mencionar dos grupos de animales. El primero es una ilustración del camino a Dios para el pecador. El segundo, es una ilustración de la vida de los creyentes ante Dios.

Las hormigas son sabias y nosotros podemos aprender de ellas. Ya habíamos visto algo sobre ellas en el capítulo 6, de este mismo Libro de Proverbios, en los versículos 6 al 8, que dicen: Mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos y sé sabio. Ella, sin tener capitán, gobernador ni señor, prepara en el verano su comida, recoge en el tiempo de la siega su sustento. Podemos decir de paso que las hormigas recogen y guardan el grano. Eso es lo que hacen en muchas partes del mundo y también en Palestina. Seguramente habremos visto en alguna ocasión a una pequeña hormiga llevar una carga mayor que la propia hormiga. Ellas almacenan alimentos durante esos días breves y soleados de la cosecha. La hormiga es, pues, un ejemplo de sabiduría para nosotros al prepararse para el futuro en las cosas materiales.

Ahora, algunas personas piensan que los cristianos no deberían prepararse para cubrir sus necesidades materiales del futuro, porque para ello deberían confiar en el Señor. . Pero creemos que si el Señor nos ha provisto de medios para hacer frente a las necesidades futuras (y todos estamos familiarizados con los planes de ahorro y pensión) deberíamos aprovecharnos de ellos para prevenir las necesidades del futuro propias y de nuestra familia. Esto es la que la hormiga nos enseña, asegurándose para su futuro al almacenar alimentos en la época de la cosecha.

Pero aquí tenemos un mensaje aún más profundo. Hay muchas personas que no hacen ningún arreglo para después de la muerte, o algunos gestionan anticipadamente sus arreglos con una sociedad o con la funeraria para el día de la muerte. Pero al hablar de los preparativos para después de la muerte, nos referimos a la eternidad. Estamos en esta vida sólo por unos breves y fugaces momentos de tiempo, pero después vendrá la época interminable de la eternidad. ¿No es una insensatez preocuparnos por el cuerpo físico y descuidar el alma, descuidando toda preparación para la eternidad?

Se dice que cuando el emperador de Roma, Adriano, se encontraba en su lecho de muerte hizo la siguiente declaración: "No habrá más corona para esta cabeza. No habrá más hermosura para estos ojos. No habrá más música para estos oídos, ni más comida para este estómago mío. Pero mi alma, ? oh, mi alma, ¿qué sucederá contigo?" Y la Palabra de Dios nos dice en Hebreos 9:27: Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. Usted puede vivir solamente para esta vida, para disfrutar de la comida, bebida y de las alegrías de esta vida, porque en el futuro nos espera la muerte. Una persona puede dedicar todo su tiempo a aumentar sus riquezas y posesiones, pero Dios nos dice que tenemos que estar preparados para presentarnos ante El. Bien, veamos lo que nos dice el versículo 26, de este capítulo 30 de Proverbios:

"Los tejones, pueblo que no es vigoroso, pero hacen su casa en la piedra"

Estos son animales muy débiles y vulnerables. No son capaces de esconderse cavando un pozo en la tierra. Así que se esconden en las rocas para encontrar allí un lugar seguro. En el libro de Levítico están incluidos entre los animales impuros.

Este pequeño y frágil animal tiene un mensaje para el ser humano. Como él, nosotros somos espiritualmente pobres, indefensos e impuros. Somos pecadores y tenemos que reconocer nuestra lamentable y grave situación. Por tal motivo el rey David escribió en el Salmo 61:2, Llévame a la roca que es más alta que yo. Y esa Roca, sabemos que es el Señor Jesucristo mismo. Ahora, continuando con este capítulo 30 de Proverbios, leemos en el versículo 27:

"Las langostas, que no tienen rey, pero salen todas por cuadrillas"

Las langostas: son criaturas de destrucción. El profeta Joel tuvo mucho que decir acerca de las plagas de langostas. Y también encontramos a las langostas mencionadas en el libro de Apocalipsis. Destruyen las hojas de los árboles y toda la vegetación. Cuando avanzan en grupo, destruyen todo lo que encuentran a su paso.

Ahora, notemos lo que nos dice aquí el Proverbio: Las langostas, que no tienen rey. Ellas no tienen un líder visible, y sin embargo avanzan como soldados con sus respectivos regimientos. Se mueven tan metódicamente que parecen estar actuando bajo instrucciones concretas y una disciplina estricta.

Para nosotros los creyentes, son un ejemplo de sometimiento entre nosotros mismos y también hacia Cristo, que es la cabeza invisible en el cielo. Para el mundo, el conjunto de los cristianos deben parecer como grupos de personas no muy relacionadas entre sí, fragmentados y desorganizados, que no tienen un líder concreto ni un vínculo de unión. Pero estimado oyente, sí, tenemos un líder. Cristo es la cabeza invisible de la iglesia. En la Primera Epístola a los Corintios, capítulo 3, versículo 3, el Apóstol Pablo escribió: pues aún sois inmaduros. Mientras haya entre vosotros celos y contiendas, ¿no seréis inmaduros? ¿Acaso no os estáis comportando según criterios meramente humanos? No solo es Cristo la Cabeza de todos aquellos que han sido redimidos por la sangre de Cristo, pero el Espíritu Santo habita en cada creyente, uniéndonos en una gran familia espiritual. Por ello San Pablo dijo en Romanos 12:5, que cada miembro de esa familia está unido a todos los demás. Y esto es lo que la langosta nos enseña. Leamos ahora el versículo 28:

"La lagartija, que la atrapas con la mano, pero está en los palacios reales."

De una u otra manera, la lagartija entra en las casas, y tiene cierta afinidad por la tapicería fina y casas señoriales. Tiene unas patas como abanico, de las cuales sale una sustancia pegajosa que le permite andar sobre superficies muy lisas como el mármol y sobre techos decorados con mosaicos.

Esto nos habla de la fe, la fe que se adhiere a las promesas de Dios; la fe que penetra en las regiones celestiales y se apropia del hecho de que el Espíritu de Dios mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Es la fe capaz de expresarse como el Apóstol Pablo, que escribió en su Segunda Epístola a Timoteo, capítulo 1, versículo 12: yo sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado. Y el mismo Apóstol Pablo, en el capítulo 1, versículo 6, de su carta a los Filipenses, afirmó: Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la irá perfeccionando hasta el día de Jesucristo Llegamos ahora, al segundo grupo de animales; leamos los versículos 29 y 30, de este capítulo 30 de Proverbios; leemos:

"Tres cosas hay de hermoso andar, y una cuarta que pasea con elegancia: El león, fuerte entre todos los animales, que no retrocede ante nada"

El león siempre sigue hacia adelante, no se desvía para nada. No les teme a los pequeños animales del vecindario. Es conocido por su gran audacia, la cual debería caracterizar al cristiano al proclamar su fe. Recordemos que el Apóstol Pablo, en medio de sufrimientos y persecución pudo decir, como leemos en los Hechos 20:24: 24Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Se dijo una vez de un gran político que no conocía el miedo. Cuando se le preguntó al respecto dijo: "He aprendido que cuando uno teme a Dios, no le queda hombre a quien temer". Y así tiene que ser la actitud del creyente. Luego, el versículo 31, continúa diciendo:

"El gallo altivo, y también el macho cabrío, y el rey, a quien nadie resiste."

Y esta es una referencia al creyente que debe correr con paciencia la carrera que está delante de él, con sus ojos puestos en Jesucristo, el autor y consumador de la fe, como dijo en escritor a los Hebreos 12.

El otro animal mencionado en este versículo es el macho cabrío. Esa clase de animal vive en las montañas y anda por sitios elevados. Allí encuentra placer y seguridad.

La lección es evidente. El creyente, que vive en los lugares elevados, como hizo el profeta Habacuc, 3:17-19, podrá alegrarse incluso en los días difíciles. El profeta pudo decir Yo me gozaré en el Dios de mi salvación. . . El es mi fortaleza. El me dé pies como de ciervas y me hace caminar por las alturas.

Y llegamos ahora a

Proverbios 31

Dice aquí en el versículo 1:

"Palabras del rey Lemuel: profecía con que lo instruyó su madre."

Creemos que este capítulo fue escrito por Salomón. No hubo ningún rey llamado Lemuel. Es interesante notar que el nombre que Dios le dio a Salomón fue Jedidías, que quiere decir, "amado del Señor".(2 Samuel 12:25). El nombre Lemuel, quiere decir, "dedicado al Señor". Y creemos que ese era probablemente el nombre cariñoso con el cual Betsabé llamaba a Salomón.

Aquí tenemos pues, el consejo de esta madre para su hijo. Aquí, por cierto, encontramos un buen sermón para el "Día de la Madre". Y el versículo 2 de este capítulo 31, nos dice,

"¡Qué decirte, hijo mío, hijo de mi vientre! ¿Qué decirte, hijo de mis anhelos?"

Betsabé necesitaba decirle algo a su hijo, porque vio en este joven Salomón algunas de las características de su padre David. Ella recordaba bien el pecado de David. No creemos que había sido el pecado de ella. El pecado había sido de David. En San Mateo 1:6, se lee: "El rey David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón". El nombre de Betsabé ni siquiera se mencionó. Dios estaba en que la responsabilidad del pecado había sido de David. Ella conocía bien a David, pudo ver la tentación a la que Salomón estaba enfrentando y entonces le dio estos consejos a un hijo a quien había dedicado a Dios. Y veamos pues, lo que dice aquí en los versículos 3 al 5:

"No des tu fuerza a las mujeres, ni tus caminos a las que destruyen a los reyes. No es digno de reyes, Lemuel, no es digno de reyes beber vino, ni de príncipes darse a la sidra; pues quizá bebiendo olviden la Ley y perviertan el derecho de todos los afligidos."

Aquí estaba criticando los peligros de los excesos de la bebida por parte de aquellos que tenían la responsabilidad de aplicar las leyes con justicia. Leamos los versículos 6 hasta el 9, de este capítulo 31 de Proverbios:

"Dad la sidra al desfallecido y el vino al de ánimo amargado: que beban, que se olviden de su necesidad y no se acuerden más de su miseria. Abre tu boca en favor del mudo en el juicio de todos los desvalidos. Abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del pobre y del menesteroso."

Aquí vemos que le estaba sugiriendo que utilizara la bebida alcohólica como medicina. Le aconsejó que fuera bueno, justo y equitativo. Y le instruyó sobre cómo elegir a una esposa. Y este fue un buen consejo. Fue un consejo de Dios. Leamos ahora el versículo 10:

"Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas."

Por virtuosa aquí se indica una mujer de carácter, de fortaleza, una mujer con una verdadera capacidad. No una persona débil, inmovilizada por la inercia de no hacer nada. En la actualidad las madres son personas sumamente ocupadas, en su hogar y en su profesión. Y esa es la imagen que aquí tenemos. La de una mujer activa. Y dice el versículo 11:

"El corazón de su marido confía en ella y no carecerá de ganancias."

Ella será una mujer fiel. No será una derrochadora del dinero familiar. Será una verdadera compañera para su marido. Dios nunca tuvo la intención de que la mujer fuera una sierva del hombre. Cuando Dios hizo a Eva para que fuera una compañera, creo la otra mitad de Adán. Adán solo fue un hombre a medias, hasta que Dios le entregó a Eva. Entonces, ya pudo ser un hombre completo. Ahora, leamos el versículo 12, de este capítulo 31,

"De ella recibe el bien y no el mal todos los días de su vida."

O sea, que es una verdadera compañera. Luego, el versículo 13, dice:

"Ella busca la lana y el lino, y trabaja gustosamente con sus manos."

Y a esa compañera le agrada trabajar. Luego, el versículo 14, dice:

"Es como la nave del mercader, que trae su pan desde lejos."

Vemos aquí una mujer activa que busca las rebajas para gastar su dinero sabiamente. Leamos el versículo 15, de este capítulo 31 de Proverbios:

"Siendo aún de noche, se levanta para dar la comida a su familia y la ración a sus criadas."

Esta mujer sabe cómo administrar y controlar una casa. Hace turnos de noche y es una madre maravillosa. De nuestra infancia podemos recordar que cuando nos levantábamos por la mañana, nuestra madre ya se había levantado antes, y tenía el desayuno preparado sobre la mesa. Y los versículos 16 y 17 destacan otras cualidades:

"Considera el valor de un campo y lo compra, y con sus propias manos planta una viña. Se ciñe firmemente la cintura y esfuerza sus brazos."

Esta evidentemente una mujer capaz que controla eficazmente todas las actividades de la familia. Y el versículo 18 continúa diciendo:

"Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche."

Según esta descripción, la tarea del hombre es desde la salida del sol hasta que se pone el sol, pero la tarea de la esposa nunca se acaba. Ahora, los versículos 19 y 20, continúan poniendo en alto a esta mujer virtuosa;

"Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. Alarga su mano al pobre; extiende sus manos al menesteroso."

Ella es una persona generosa, como podemos apreciar. Otra de las cualidades de esta mujer previsora, la encontramos en el versículo 21, de este capítulo 31 de Proverbios;

"No teme por su familia cuando nieva, porque toda su familia va vestida de ropas abrigadas."

Como podemos ver, esta mujer vela por la salud de su familia. Veamos ahora lo que dice el versículo 26:

"Abre su boca con sabiduría y la ley de la clemencia está en su lengua."

Cuando esta mujer instruye, lo hace con amor, con bondad. Y ahora notemos lo que nos dice el versículo 30, de este capítulo 31 de Proverbios:

"Engañosa es la gracia y vana la hermosura, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada."

El consejo para el joven es que debería a escoger a una mujer cristiana que viviera con un temor reverente a su Señor. Y por supuesto, el joven se sentirá atraído por una que sea hermosa, teniendo en cuenta la importancia de la hermosura del carácter, que realza enormemente el atractivo de una mujer. Luego nos dice el último versículo, el versículo 31:

"¡Ofrecedle del fruto de sus manos, y que en las puertas de la ciudad la alaben sus hechos!»."

Y así, estimado oyente, concluimos nuestro estudio de este importante libro de Proverbios, pensando que Dios puede salvar y transformar a las personas que creen en el Señor Jesucristo, tanto a la mujer como al hombre: y su relación con ellos, mediante la obra del Espíritu Santo, puede embellecer su personalidad y su carácter, así como también controlar sus relaciones con los demás. Dios mediante, en nuestro próximo programa, volveremos al Nuevo Testamento, para comenzar nuestro estudio de la epístola del Apóstol Pablo a los Filipenses, y esperamos que usted nos acompañe.

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