Estudio bíblico de Proverbios 29:5-30:19
Proverbios 29:5-30:19
En este día amigo oyente, continuamos nuestro viaje por el Libro de Proverbios y volvemos al capítulo 29. Vamos a leer en primer lugar, el versículo 5; y aquí dice:
"El hombre que lisonjea a su prójimo le tiende una red delante de sus pasos."
El elogio y el aplauso para la persona que está realizando una buena tarea es algo que corresponde hacer. Los méritos deben ser reconocidos. Creemos en que hay ocasiones cuando es bueno ponerse en pie y ovacionar a una persona. Pero cuando se usan los halagos, es como la sobredosis de miel acerca de la cual hemos leído en este libro de Proverbios. Parece que hay personas dedicadas a pronunciar elogios, y no dicen realmente lo que tienen en el corazón.
Algunas personas que quieren pedir favores, lo primero que hacen es comenzar a hablar bien de uno, y a elogiarlo. Mientras más lo lisonjean a uno, más grande es lo que ellos van a pedir. Podemos darnos cuenta entonces que el halagar es algo peligroso, porque hay personas que pueden creer lo que se les dice, y es trágico cuando uno se cree los halagos que le dirigen. Veamos ahora lo que dice el versículo 10, de este capítulo 29:
"Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro, pero los rectos procuran agradarle."
Este proverbio lo podríamos traducir así. "Los hombres sanguinarios odian al intachable, pero los rectos se preocupan por su alma". Las personas sanguinarias tienen el deseo de muerte y odio en su corazón. EL Señor Jesucristo dijo que si usted odia a su hermano, es culpable de muerte.
Caín fue culpable de asesinato y el crimen comenzó en su corazón. Nos muestra cuán lejos y cuan rápidamente cayó el ser humano. Recordemos que Dios había creado a Adán y Eva, perfectos. Y cuando ellos cayeron, y lo único que ellos pudieron traer a este mundo fue a un pecador. Ellos engendraron hijos e hijas a su imagen y semejanza. Y Caín fue uno de ellos. Este joven nació con el deseo de muerte en su corazón. El odiaba a su hermano. ¡Qué cuadro pues, el que tenemos aquí! Ahora, el versículo 11 nos dice:
"El necio da rienda suelta a toda su ira, pero el sabio, al fin, la apacigua."
Cuando uno habla con un insensato, esta persona le contará a uno de todo. Pero el hombre sabio se controla. El será es una persona cuidadosa con lo que va a decir. Ahora, el versículo 12, dice:
"Si un gobernante hace caso a la mentira, todos sus servidores serán malvados."
Los padres necesitan disciplinar fielmente a sus hijos y ser un ejemplo para ellos, porque un niño imitará a sus padres. Y los ciudadanos imitarán a sus gobernantes y a los que ocupan posiciones elevadas. La conducta de un gobernante se reflejará en los que se encuentran bajo su control. Esta es la imagen que nos ofrece este proverbio. Veamos ahora lo que nos dice el versículo 17:
"Corrige a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma."
Nuevamente tenemos aquí la importancia de la disciplina. Y el versículo 18 dice:
"Cuando falta la profecía, el pueblo se desenfrena, pero el que guarda la Ley es dichoso."
Otra versión dice: "cuando no hay visión, el pueblo se desenfrena". La "visión" es realmente comprensión, entendimiento espiritual. Es la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente para darle una comprensión de la Palabra de Dios.
En el Primer libro de Samuel, capítulo 3, versículo 1, leemos: El joven Samuel servía al Señor en presencia de Elí; en aquellos días escaseaba la palabra del Señor y no eran frecuentes las visiones. En aquellos días no había entendimiento o comprensión de la Palabra de Dios; y por lo tanto era considerada algo de gran valor. Dios levantó a Samuel, un vidente, para hacer frente a esa necesidad.
Recordemos que Josué se preocupó porque algunos de los hombres profetizaron en el campamento. Pero vemos que en Números 11:29 Moisés dijo: Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta, y que el Señor pusiera su espíritu sobre ellos.
El discernimiento espiritual es uno de los dones que Dios ha dado a la Iglesia, es decir, una comprensión de la Palabra de Dios.
Este capítulo concluye la colección de Proverbios que fueron copiados por los hombres de Ezequías. Concluye todos los proverbios que fueron atribuidos al rey Salomón. Sin embargo, creemos que el capítulo final del libro de los Proverbios también fue escrito por Salomón, y que él mismo es el rey Lemuel. Y así llegamos entonces a
Proverbios 30:1-19
En este capítulo hay proverbios escritos por un sabio desconocido, llamado Agur. Leamos el primer versículo de este capítulo 30 de Proverbios, que nos cuenta todo lo que sabemos sobre su familia.
"Palabras de Agur hijo de Jaqué. La profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal."
No conocemos a ninguna de las personas aquí mencionadas. Agur fue un vidente y un escritor desconocido. Los nombres propios aquí son como todos los nombres Hebreos en el sentido en que tienen un significado. Agur significa "recopilador" y Jaque, "piadoso". Algunas versiones traducen estos términos como nombres comunes, de esta manera: "las palabras de un recopilador, hijo de un hombre piadoso". El versículo 4, de este capítulo 30, es algo interesante, escuche usted:
"¿Quién subió al cielo y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién recogió las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los confines de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si es que lo sabes?"
Resulta interesante observar que éstas son algunas de las preguntas que Dios le hizo a Job. ¿Quién sería capaz de contestar estas preguntas? Con respecto a la primera pregunta que dice: ¿Quién subió al cielo y descendió? Diremos que el Señor Jesús dijo en Juan 3:13: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Esa es la razón por la cual decimos constantemente que el Señor Jesucristo es la única autoridad en este asunto de la creación y el origen del Universo. Hablando con toda sinceridad, reconocemos que ninguno de nosotros tiene una explicación correcta sobre el origen del universo. No creemos que la ciencia la tenga. El hecho de que se insista en la teoría de la evolución indica que ellos no tienen la respuesta en cuanto al origen del mundo. Y también es la razón por la cual se gasta tanto dinero en viajar a otros planetas y conseguir algunas rocas para tratar de hallar indicios acerca del origen del Universo. El primer versículo del Génesis nos cuenta que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. Así es como comenzó todo. Pero entonces leemos el segundo versículo, que dice: La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas; algunos consideran que estas palabras describen el acto de la creación. Estimado oyente, yo creo que Dios no nos ha indicado nada acerca de cómo llevó a cabo la creación. El autor de estos estudios creía que este versículo sugería la teoría del intervalo; es decir, que Dios creó los cielos y la tierra; que después siguió un período, un espacio de tiempo, y que algo le sucedió a aquella creación original. Porque la condición de la tierra fue descrita en este pasaje como desordenada y vacía. El Dr. McGee reconocía que esa teoría había sido mayormente abandonada, pero él mismo la continuaba aceptando, a pesar de las críticas que sobre ella se habían escrito. El argumento del Dr. McGee era que Dios no le había revelado a los seres humanos cómo había realizado la creación. No lo había revelado ni a los científicos ni a los teólogos. Nos agrada la pregunta que Dios le formuló a Job en 38:4, ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Esa es una pregunta que Dios puede hacerle a cada individuo. Y nadie tiene la respuesta.
También nos agrada la pregunta formulada por Agur: "¿Quién encerró los vientos en sus puños?" Pensemos en esto. Dios tiene en Sus manos el viento, de la misma manera en que nosotros podemos tener algún objeto en nuestra propia mano. ¡Qué cuadro tenemos aquí! El ser humano conoce muy poco acerca de estas cosas. En ese mismo pasaje en el que el Señor Jesucristo dijo que Él es quien descendió del cielo, Él también dijo en Juan 3:8: El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu. Este es en realidad un pensamiento profundo. Y el versículo 5, dice:
"Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo para los que en él esperan."
Nadie le puede limpiar a usted como la palabra de Dios. Cada Palabra de Dios es pura. Es más efectiva que cualquier elemento limpiador. Es una sustancia purificadora milagrosa. Y dice el versículo 6:
"No añadas a sus palabras, para que no te reprenda y seas hallado mentiroso."
Esto debería hacernos cautelosos y prudentes al tratar con la Palabra de Dios. A Dios no le importa llamar a una persona mentirosa, si realmente lo es. Continuemos leyendo los versículos 7 al 9:
"Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: Vanidad y mentira aparta de mí, y no me des pobreza ni riquezas, sino susténtame con el pan necesario, no sea que, una vez saciado, te niegue y diga: «¿Quién es el Señor?», o que, siendo pobre, robe y blasfeme contra el nombre de mi Dios."
La frase vanidad y mentira aparta de mí significa que yo no quiero vivir entre aquellos que son vanos, que están halagando y mintiendo. Vivir con gente así es como vivir en un nido de víboras. Y después el escritor dice no me des pobreza ni riquezas. Es decir, "déjame andar por el medio del camino". No quiero estar en ninguno de los dos extremos. Y dice el versículo 12:
"Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su impureza."
Hay muchas personas, aún algunos que desde un punto de vista formal son miembros de la Iglesia que pueden decir cosas así. Son puros ante sus propios ojos. Piensan que no necesitan un Salvador. Son simplemente religiosos.
Y luego tenemos a aquellos que ocupan altas posiciones en los negocios y en la política, que piensan que son puros, que no son culpables de ninguna mala acción. Incluso los indigentes y vagabundos pueden ser puros en su propia opinión. Pero ninguno de ellos se ha purificado de su impureza. La única forma en que cualquiera de nosotros puede quedar limpio y puro es siendo lavado por la sangre de Jesucristo. Y dice el versículo 15:
"La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: « ¡Dame! ¡Dame!». Tres cosas hay que nunca están hartas, y aun la cuarta nunca dice: « ¡Basta!»:"
Y ahora el escritor continúa enumerando las cuatro cosas que nunca se sacian. Leamos el versículo 16:
"El sepulcro, la matriz estéril, la tierra, que no se sacia de agua, y el fuego, que jamás dice: «¡Basta!»."
En primer lugar "el sepulcro". Usted y yo vivimos en una procesión de un funeral. Todos estamos en esa situación. Comenzó fuera del jardín del Edén, ya ha estado continuando a través de los siglos. Este viejo mundo en el cual vivimos es como un gran cementerio. Las tumbas nunca están satisfechas.
En segundo lugar se menciona "la matriz estéril". Hay muchas mujeres que no pueden tener hijos por uno u otro motivo. (Creemos que serían excelentes madres de hijos adoptivos). Nunca está satisfecha. Esa mujer quiere tener a un niño precioso para rodear su cuello con sus brazos, y que la llame mamá. Y el mismo deseo tienen los padres.
En tercer lugar se menciona a la tierra, que no se sacia de agua. En muchos países la tierra no recibe suficiente agua y necesitan urgentemente lluvias.
Y en cuarto lugar se menciona al fuego, que jamás dice basta. Hay demasiados incendios, y la lluvia es insuficiente. Es un fenómeno que se repite cada vez con mayor frecuencia.
Luego, pasando al versículo 17, leemos:
"El ojo que se burla de su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, sáquenlo los cuervos de la cañada y devórenlo las crías del águila."
Se pronuncian juicios terribles contra aquellos que se ponen en contra de su padre y de su madre. Que Dios tenga misericordia del joven que en el día de hoy se ha puesto en contra de su padre y su madre, especialmente si ellos son creyentes en Cristo. Luego, los versículos 18 y 19 dicen:
"Tres cosas me son ocultas, y una cuarta tampoco conozco: el rastro del águila en el aire, el rastro de la culebra sobre la peña, el rastro de la nave en medio del mar y el rastro del hombre en la mujer."
Agur, el escritor, no entendía esas cosas, y nosotros tampoco. ¿Ha pensado usted en esto cuando ha observado a un águila volar? ¿Ha estado usted intrigado al ver la serpiente sobre una roca? Y después está la estela que deja el barco en el mar, que nos deja pensando en cómo puede flotar un hotel gigante de metal como ese. Y con respecto a la frase "el rastro del hombre en la mujer". Esta expresión no se refiere a lo que el hombre hace para enamorar a la mujer, sino al misterio mismo del matrimonio y la procreación.
Agur no podía entender esos misterios y debemos reconocer que en ellos siempre hay algo que escapa a la comprensión humana. Los primeros dos ejemplos que presentó este escritor se refieran a hermosas criaturas de Dios disfrutando, cada una de ellas, de su medio ambiente natural, en toda su libertad, en toda su belleza, revelando la sabiduría y la estética del creador. El tercer ejemplo nos habla de los avances de la técnica que hacen posible que el ser humano surque los mares en un ambiente de comodidad y lujo. Y el cuarto ejemplo, se refiere a la obra cumbre de la creación de Dios, el hombre y la mujer, y a la forma en que Dios ha dispuesto la perpetuación de la especie.
Y vamos a tener que dejar nuestra exposición aquí en el día de hoy, pero finalizaremos este Libro de los Proverbios en la próxima oportunidad y continuaremos con algunos detalles interesantes que se mencionan aquí en este capítulo. Será como si visitáramos una parte de un zoológico para ver algunos de los animales que se encuentran allí. ¿Sabía usted que los animales tienen un mensaje para nosotros? Dios los creó a ellos para cumplir con sus muchos propósitos. En muchos casos, constituyen todo un ejemplo para nosotros, por su organización, por su actitud de solidaridad y defensa y por la forma de afrontar el futuro.
Y luego, en el capítulo 31, el último de este libro de los Proverbios, veremos el énfasis y la importancia que el escritor coloca sobre la mujer en general, así como en su papel de esposa y madre. Le invitamos, pues, a que nos acompañe. Y usted, estimado oyente, también puede leer este capítulo con anticipación, antes de llegar a nuestro próximo estudio, para comparar sus conclusiones, enriquecidas con las experiencias propias de su vida y con las experiencias de sus familiares y amigos, con las conclusiones de la Biblia. Y antes de despedirnos, dejamos con usted este hermoso Proverbio, que dice: Toda Palabra de Dios es limpia; Él es escudo para los que en Él esperan. ¡Que esta gran verdad bíblica sea para usted una experiencia persona, que limpie y fortalezca su vida como cristiano, y que pueda compartirla con otros, es nuestra ferviente oración!
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