Estudio bíblico de Isaías 11:1-16
Isaías 11
Al comenzar nuestro estudio de hoy recordemos que nos encontramos en una sección de profecía del Libro de Isaías que comenzó en el capítulo 7 y que concluirá en el capítulo 12. Hay un progreso, un desarrollo en esta sección de profecías que fueron pronunciadas todas durante el reinado del rey Acaz. En los capítulos anteriores hemos visto la descripción de tiempos de juicio, un período al cual el Señor Jesús llamó la "Gran Tribulación". Y de esta manera llegamos a este capítulo 11, que constituye una de las grandes profecías mesiánicas de las Sagradas Escrituras. Es decir, que nos habla de la venida de Cristo para establecer Su reino, y nos muestra el tipo de programa que desarrollará. Así es que tenemos en este capítulo la persona y el poder del Rey, así como el propósito y el programa del reino. En el capítulo 12 podremos ver la culminación de esta prolongada sección y en él veremos la adoración del Señor en el Reino.
Con respecto a este capítulo 11 diremos que en los versículos 1 y 2 se habla de la Persona y el poder del Rey. Luego tenemos el propósito del reino en los versículos 3 al 5; luego en los versículos 6 y 7 se nos dan algunos detalles sobre la vida en el reino, y en los versículos 10 al 16, se habla sobre el programa del reino.
Leamos el versículo 1 de este capítulo 11 de Isaías, donde comienza a hablarse de:
La persona y el poder del rey
"Saldrá una vara del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces"
Otra traducción lo expresa de esta manera: "Y brotará un retoño del trono de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto". Observemos que aquí se menciona una "vara" o un retoño, pero no se hace referencia a David; se menciona al padre de David. Aquí se habla de una vara o un vástago viviente procedería de él. Vamos a tratar este tema cuando estudiemos el capítulo 53, cuando veamos allí al Señor Jesucristo como la Vara, el Vástago y el Tronco que procede del mismo rey David. Por supuesto que en nuestro pasaje de hoy se explica que Él formaría parte de la descendencia de David pero ¿por qué el profeta Isaías retrocedió hasta Isaí? Bueno, el linaje real comenzó con David. Isaí era un agricultor, un pastor de ovejas, vivía en una pequeña población llamada Belén. El linaje real, la línea de descendencia de David se había rebajado al nivel de un campesino. Ya no pertenecía a un príncipe criado en un palacio, sino a Alguien criado en el taller de un carpintero. Por lo tanto, Isaías escribió, con delicadeza, que el retoño procedería del tronco de Isaí.
Ésta es la segunda oportunidad en que se menciona esta vara o retoño. La primera vez fue mencionada en Isaías 4:2. Como ya hemos dicho anteriormente, hay unas 18 palabras en hebreo que son traducidas como vara. Y éste es uno de los títulos que se le ha dado al Señor Jesucristo. En el capítulo 53, de este mismo libro de Isaías, se le menciona como una raíz que sale de tierra seca.
Delitzsch, un gran erudito hebreo dijo: "En el cumplimiento histórico, aún el sonido de las palabras de la profecía se destaca, y la palabra para vara aquí, es "nehtzer"; el nehtzer, al principio tan humilde, era un pobre nazareno" (como podemos ver en Mateo 2:23). Cristo tuvo un origen humilde, naciendo allá en Belén, la ciudad de David, pero también la ciudad de Isaí. Ahora, leamos el versículo 2, de este capítulo 11 de Isaías, donde podemos ver algunas características del Rey:
"Y reposará sobre él el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor."
Éstos son las siete características del espíritu que reposó sobre el Señor Jesucristo, y que expresan la plenitud del poder: (1) es del Señor; (2) de sabiduría; (3) de inteligencia; (4) de consejo; (5) de poder; (6) de conocimiento y (7) de temor del Señor. El número siete en las Sagradas Escrituras no representa necesariamente a la perfección. La idea principal significa plenitud, algo que es completo. En el Evangelio de Juan 3:34 leemos: "Dios no da el Espíritu por medida". Y en la carta del apóstol Pablo a los Efesios 5:18 se nos aconseja sed llenos del Espíritu. En el recipiente de nuestra vida cristiana, algunos de nosotros tenemos sólo unas gotas allí en el fondo, otros tienen una cuarta parte del vaso, otros la mitad. Realmente uno encuentra a pocos cristianos que estén verdaderamente llenos del Espíritu Santo. Una niña solía decir en su oración: "Señor, lléname de Tu Espíritu Santo. Yo no puedo tener mucha cantidad, pero puedo rebosar mucho". Y hay muy pocos creyentes que están tan llenos que rebosan por todas partes. En este sentido, el Señor Jesucristo fue una excepción.
(1) Se nos dice aquí que en primer lugar reposará sobre Él el Espíritu del Señor. El Señor Jesucristo, en su humanidad, vivió en el poder del Espíritu. Cuando Él regrese, va a gobernar en el poder del Espíritu.
(2) Aquí vemos que es el espíritu de sabiduría. En la primera epístola de Pablo a los Corintios 1:30 dice que Dios le ha hecho nuestra sabiduría. En el día de hoy, Él es el único que puede guiarnos a través de esta vida. La realidad, amigo oyente, es que, ni usted ni yo podemos enfrentarnos al mundo del presente. El Señor Jesucristo pudo decir en Juan 14:30, "viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí". Satanás no tiene ningún poder ni dominio sobre Él, pero sí puede encontrar algo en nosotros. Necesitamos el espíritu de sabiduría y el Señor Jesucristo es ese espíritu de sabiduría.
(3). Aquí se menciona también un espíritu de inteligencia, lo cual se refiere a un discernimiento espiritual. Es algo realmente entristecedor descubrir que pocos creyentes tienen alguna clase de discernimiento. Nos sorprende ver la forma en que algunas personas siguen a un individuo, basándose solamente en experiencias humanas. Parece que valoran su apariencia o el sonido de su voz, pero no comprenden realmente lo que está diciendo, o si lo que está diciendo está de acuerdo con la Palabra de Dios. Los cristianos necesitan ese espíritu de inteligencia. Ésta es una de las cosas por las cuales siempre hemos orado y que parece ser más necesaria que nunca antes. Necesitamos ser conscientes de quienes están de parte del Señor, y quienes no lo están.
Esta falta de inteligencia para considerar los asuntos espirituales se manifiesta de muchas maneras. Algunos cristianos evidencian una falta de comprensión del carácter, o de la situación de otros cristianos. En otros se nota una falta de comprensión de los alcances y posibilidades de la obra de Dios. Hay algunos que juzgan las cosas a primera vista, sin profundizar y emiten juicios u opiniones apresuradas. A veces los creyentes se dejan influenciar fácilmente por las opiniones de los demás, no distinguen las motivaciones ni perciben si éstas son espirituales o simplemente egoístas. Amigo oyente, cuan importante es la Inteligencia espiritual. ¿Ha orado usted alguna vez por eso? Pídale a Dios que le dé el espíritu de inteligencia, para aplicarlo a todos los asuntos personales de su vida y a los derivados de su relación con otros cristianos y no cristianos.
(4) Luego, dice aquí en este versículo 2: Espíritu de consejo. Todos nosotros necesitamos consejo. ¿Ha notado usted que el Señor Jesucristo nunca le pidió consejo ni dirección a nadie? Él daba consejos a los demás.
(5) Dice también: Espíritu de poder. ¡Cuánto necesitamos poder en el día de hoy! El Apóstol Pablo, escribiendo a los Filipenses, en 3:10, y hablando del Señor Jesucristo, manifestaba su deseo de conocerle, y de conocer el poder de su resurrección. Y tenemos que reconocer que necesitamos esa fuerza, esa energía espiritual, ese poder.
(6 y 7) el versículo dos finaliza mencionando el espíritu de conocimiento y el espíritu de temor del Señor. Y aquí tenemos algo otra vez que es indispensable en la formación del carácter cristiano, que podemos adquirir mediante el estudio de la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo.
Continuemos leyendo ahora los versículos 3 y 4 de este capítulo 11 del libro del profeta Isaías, que comienzan a hablarnos sobre:
El propósito del reino
"Y le hará entender diligente en el temor del Señor. No juzgará según la vista de sus ojos ni resolverá por lo que oigan sus oídos, 4sino que juzgará con justicia a los pobres y resolverá con equidad a favor de los mansos de la tierra. Herirá la tierra con la vara de su boca y con el espíritu de sus labios matará al impío."
Observemos aquí la última frase del versículo 4, en la que se dice que Él matará al impío. Esto se refiere a la época en que Satanás tenga su apogeo sobre la tierra, durante la Gran Tribulación. Y humanamente hablando, no habrá liberación para el mundo en dicho período. Aun Israel clamará, y la ayuda no vendrá del norte ni del sur, ni del este, ni del oeste. La ayuda vendrá de arriba. En aquel tiempo llegará el Mesías y Él establecerá Su reino. El propósito de la venida del Señor a este mundo, será muy evidente. Es que este mundo necesita quién lo gobierne. El mundo no le ha elegido ni votado por Él, ni tampoco lo hará en el futuro. Pero éste es el Universo de Dios, y Él colocará al Mesías aquí en la tierra. Como dice el versículo 3, No juzgará según la vista de sus ojos, es decir, que no juzgará según las apariencias, ni tampoco por lo que oigan sus oídos, es decir, que no pronunciará sentencia fundándose en rumores. No habrá juicios prolongados, ni dudas, ni fallos en la aplicación de la justicia, como a veces sucede en la actualidad, cuando los culpables se las arreglan para eludir el castigo que les corresponde. Todo este asunto reviste una gran severidad para algunos, y una gran responsabilidad para otros. Habrá dos juicios; uno para los creyentes, y otro para los no creyentes. Al principio de la tribulación los creyentes tendrán que presentarse ante el tribunal de Cristo. La presencia de los creyentes frente al tribunal de Cristo fue descrita por el apóstol Pablo en su Segunda epístola a los Corintios, capítulo 5, versículo 10. Luego, al final del reinado de Cristo, habrá otro juicio para los que no creyeron en Jesucristo, como podemos ver en Apocalipsis, capítulo 20, versículos 11 y 12, juicio que la Biblia llama el Gran Trono Blanco.
En lo que respecta a los creyentes, es decir, los que ya hemos encontrado la salvación gracias a la obra de Cristo en la cruz, como ya hemos dicho, tendremos que presentarnos tendremos que presentarnos ante el Señor Jesucristo. Todo lo que en nuestra vida cristiana haya sido falso o aparente, saldrá a relucir en aquel día. Por ello, sería conveniente que mientras estemos aquí en la tierra, nos sometamos al examen de Su Palabra y a la acción de Su Espíritu y nos despojemos de todo lo que no sea auténtico, y seamos transparentes ante esa luz divina y ante la mirada de los demás, ya que algún día todo quedará expuesto y a la vista.
Leamos ahora el versículo 5 de este capítulo 11 de Isaías, que dice:
"Y será la justicia cinto de sus caderas, y la fidelidad ceñirá su cintura."
Es decir, que como el rey estará revestido de justicia y fidelidad, ése será el propósito de Su reino. Ese reinado caracterizado por la justicia y la fidelidad también tendrá el propósito de restaurar el dominio sobre la creación, perdido por Adán en el jardín del Edén cuando el pecado entró en la raza humana. Recordemos nuestras consideraciones al estudiar el libro del Génesis.
Leamos ahora los versículos 6 y 7 de este capítulo 11 de Isaías, en los cuales se dan algunos:
Detalles del reino
"Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro, el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca pacerá junto a la osa, sus crías se recostarán juntas; y el león, como el buey, comerá paja."
Durante el reinado del Señor sobre la tierra, el ternero y el cachorro del león andarán juntos. De todos son conocidos los instintos de estos animales. En la actualidad la única manera en que estén juntos es que el ternero se encuentre en el estómago del león.
Y a nosotros, puede parecernos ridículo que el león coma paja, conociendo los hábitos alimenticios de este animal feroz. Sin embargo, en esta imagen vemos a los animales más incompatibles viviendo en paz, y a los más feroces transformados en animales dóciles y tranquilos. Este cambio, que va contra instintos naturales, y actualmente imposible, sólo puede ser logrado por el creador del león. Y el versículo 9 añade:
"No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte, porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar."
Estas palabras de la segunda parte del versículo 9 también fueron citadas por el profeta Habacuc, en su capítulo 2 versículo 14. Aquí se nos describe la enorme extensión de este reino, que abarcará la totalidad de la tierra.
Leamos ahora el versículo 10 de este capítulo 11 de Isaías, que comienza a hablarnos de:
El programa del reino
"Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por estandarte a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa."
La clave de este versículo se encuentra en la frase en aquel tiempo o, "en aquel día" como traducen otras versiones de la Biblia. Ese "día" o tiempo comenzará con la tribulación y continuará hasta el reino. Y los no judíos tendrán una parte en ese reino que la Biblia describe como el reino milenario en el capítulo 20 del libro de Apocalipsis.
Y en el versículo 11, leemos:
"Asimismo, acontecerá en aquel tiempo que el Señor alzará otra vez su mano para recobrar el resto de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar."
De acuerdo con esta profecía, Dios restaurará a los israelitas a la tierra. Recordemos que ellos fueron establecidos allí por primera vez cuando Moisés los sacó de las tierras de Egipto, y posteriormente fueron introducidos a la tierra de Canaán por Josué, que fue el sucesor de Moisés.
Luego, el versículo 12 dice:
"Levantará estandarte ante las naciones, juntará los desterrados de Israel y desde los cuatro confines de la tierra reunirá a los esparcidos de Judá."
¿Cuál es ese estandarte, esa bandera o insignia? Bueno, esa insignia no es otra cosa que el Señor Jesucristo mismo. No se trata de una bandera que alguien levantará. Esta expresión simboliza el hecho de que en aquel día Él será el punto o centro de reunión para los humildes que se encuentren en la tierra. Recordemos las bienaventuranzas pronunciadas por el Señor mismo en el Sermón del Monte, según el relato del Evangelio de Mateo 5. En aquella ocasión el Señor Jesucristo dijo que los humildes heredarían la tierra. Aquí tenemos el cumplimiento de aquellas palabras, de acuerdo con los planes de Dios. Éste será su programa, y Él lo llevará a cabo.
Finalmente por hoy, leamos el último versículo de este capítulo 11, el versículo 16, que dice:
"Y habrá camino para el resto de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto."
Éste y los versículos precedentes parecen indicar que se abrirá una gran vía de comunicación desde Asiria hasta Egipto, pasando por las tierras de Palestina. El retorno desde Asiria aquí mencionado podría ser quizás representativo de todos los lugares desde donde el remanente vendrá. Sería entonces como la salida de Egipto, en el pasado. El profeta Isaías no sabía cuándo ese nuevo éxodo tendría lugar, es posible que haya pensado que ocurriría pronto. Y proyectándonos hacia el futuro, aparentemente, y tal como profetizó el profeta Zacarías en su capítulo 14:16-18, las naciones del mundo vendrán a Jerusalén para adorar al Rey de reyes y Señor de Señores.
Estimado oyente, este capítulo 11 también presenta los aspectos que la Biblia presenta como la culminación en la historia del programa de Dios, y Él lo realizará en todos los detalles que ha previsto llevar a cabo. De todas formas, Dios, por Su Palabra no sólo habla para los tiempos futuros. El Evangelio constituye Su mensaje para el día de hoy. Recordemos que según el relato del libro de los Hechos de los Apóstoles 17:30 y 31, el apóstol Pablo, predicando en Atenas dijo: "Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan, porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre, Jesucristo, a quien ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle de entre los muertos."
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