Estudio bíblico de Isaías 14:13-16:14
Isaías 14:13 - 16:14
Regresamos hoy al capítulo 14 de este libro de Isaías. En nuestro programa anterior estuvimos considerando el origen de Satanás, quien fue el instigador de la maldad. En el versículo 12 vimos una imagen de esa criatura en su origen y caída. ¿Cuál fue el pecado de ese ser creado superior a cualquier otro? Y, ¿qué es pecado en un análisis final? No estamos hablando filosóficamente sino de una manera teológica. ¿Qué es el pecado? Bueno, leamos los versículos 13 y 14, de este capítulo 14 de Isaías:
"Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo. En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y en el monte del testimonio me sentaré, en los extremos del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo."
Él estaba colocando su voluntad por encima de la voluntad de Dios. Aquí tenemos el pecado en estado embrionario. Ésta es la evolución del mal. No existe ninguna evolución del hombre, pero sí existe una evolución del pecado. Comenzó por medio de una criatura creada por Dios, que afirmó su voluntad en contra de la voluntad de Dios. Como un ser libre, moral, a la criatura debía permitírsele actuar así. Es absurdo hablar de una criatura que tenga una voluntad moral libre, que pueda hacer cualquier cosa que desee, pero que esté restringida en sus movimientos en una cierta área. Lucifer tenía una voluntad libre.
Éste es el pecado original del hombre. Dice Isaías 53:6, "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros". El asesinato es pecado, no solo porque Dios dijo que lo era, pero porque es contrario a la voluntad y al carácter de Dios. Cualquier cosa que sea contraria al carácter y a la voluntad de Dios, es pecado, indiferentemente de lo que sea.
Entonces, usted puede imaginarse al ser humano insignificante pero orgulloso, aquí en la tierra, que le dice a Dios: "Yo no voy a hacer lo que tú quieras que haga; voy a hacer las cosas como yo quiero, a mi manera". Eso es exactamente lo que el hombre está diciéndole a Dios hoy. Queremos libertad para hacer las cosas a nuestra propia manera. Estimado oyente, usted no lo va a hacer a su manera, porque la voluntad de Dios, finalmente, prevalecerá. Por tanto, la oración de todos los que pertenecemos a Dios debería ser la de Mateo 6:10: "Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra."
El pecado de Satanás fue el orgullo, la presunción, la vanidad. Él actuó en contra de la voluntad de Dios. Fue creado como un ángel de luz, era el lucero de la mañana un ser perfecto. Como dijimos se le dio una voluntad moral libre, es decir, que pudo elegir lo que quería. Pero quiso elevarse demasiado y se envaneció, llenándose de orgullo, lo que le llevó a hacer prevalecer su voluntad en contra de la voluntad de Dios. El propósito de Satanás no era ser diferente a Dios; el quiso ser como Dios. En otras palabras, quiso ser Dios. Cualquier criatura que, como él, afirma su voluntad por encima de la voluntad de Dios, se coloca a sí misma en lugar de Dios.
Hay muchos hoy que actúan como Lucifer. Ponen su voluntad por encima de la voluntad de Dios y ocupan Su lugar. Ésa es la esencia del pecado en la familia humana. Solo hay dos caminos: el de Dios y el del hombre. Eso fue lo que Jesucristo dijo en Juan 14.6, "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí". Estimado oyente, usted vive en el universo de Dios. Respira Su aire y disfruta de la luz del sol. Pero usted es una criatura suya que le debe mucho y tiene que obedecerle.
Pero en su estado natural el hombre es incapaz de obedecer a Dios. Es por tal motivo que tenemos que ir a Él por medio del Señor Jesucristo, como pecadores perdidos. Entonces, recibimos una nueva naturaleza. Y eso es lo que significa nacer de nuevo espiritualmente. Los versículos 15 al 17 de este capítulo 14, dicen:
"Mas tú derribado eres hasta el seol, a lo profundo de la fosa. Se inclinarán hacia ti los que te vean; te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos, que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca les abrió la cárcel?"
Dios va a juzgar a Satanás, y el juicio será severo. Finalmente, él va a ser arrojado en el lago de fuego preparado para él.
Dios está elaborando un gran plan y un gran propósito, que está mucho más allá del pensamiento de cualquier persona aquí en la tierra. No se trata de que usted y yo dudemos o lo cuestionemos sino para que usted y yo confiemos en Él; porque Él está preparado para extendernos misericordia, gracia y amor.
Leamos ahora el versículo 18 de este capítulo 14, donde el profeta comienza a hablarnos sobre:
La rebelión futura de Babilonia
"Todos los reyes de la tierra, todos ellos, yacen con honra cada uno en su última morada."
Babilonia estaba controlada por Satanás. Recordemos que Satanás le ofreció al Señor Jesucristo los reinos de este mundo (según vimos en Lucas 4:5-7). Babilonia le pertenecía a él. Y detrás de Babilonia y de todos los reinos de este mundo está Satanás. En el futuro, Babilonia evidentemente se convertirá en el punto e reunión de todas las naciones que están en contra de Dios. Continuemos leyendo los versículos 22 y 23 de este capítulo 14:
"Porque yo me levantaré contra ellos, dice el Señor de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el sobreviviente, hijo y nieto, dice el Señor. Y la convertiré en posesión de erizos y en tierra cenagosa. La barreré con escobas de destrucción, dice el Señor."
Si usted ha observado alguna vez fotografías de las ruinas de Babilonia, podrá apreciar cuan literalmente se han cumplido estos versículos. En el futuro Babilonia será reedificada, aunque en un lugar diferente. Una vez más será un lugar de gobierno mundial, y será como una Torre de Babel construida contra Dios. Y otra vez Dios descenderá para juzgar, y ése será el juicio final. Estas grandes verdades han sido presentadas en esta profecía para que sepamos lo que sucederá en el futuro. Continuemos leyendo los versículos 24 y 25 de este capítulo 14 de Isaías:
"El Señor de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado; se confirmará como lo he determinado: quebrantaré al asirio en mi tierra y en mis montes lo pisotearé; su yugo será apartado de ellos y su carga será quitada de su hombro."
Aquí el asirio representa el rey que vendrá del norte. Y los versículos 19 al 27 presentan un relato detallado de próximo juicio de Babilonia y de todo lo que ella representa. El juicio ha sido cumplido parcialmente en el pasado, pero se ha cumplido literalmente.
Leamos ahora el versículo 28 de este capítulo 14 de Isaías, en un párrafo donde se destaca:
El obstinado repudio de Palestina
"El año en que murió el rey Acaz, vino esta profecía:"
En este punto se inserta en el relato la carga o juicio sobre Palestina, que se precipitó por la muerte del rey Acaz. Acaz había reinado por 16 años y había sido un mal rey. La gente pensó que sería sucedido por un mal rey, pero estaban encantados por haberse librado de él. Había escasas posibilidades de un buen rey continuara reinando y, por cierto, un buen rey accedió al trono. Consideremos ahora lo que se nos dice en el versículo 29:
"No te alegres tú, toda Filistea, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá una víbora, y su fruto será una serpiente voladora."
Después del rey Acaz, reinaron dos reyes buenos. Pero los peores reyes aún estaban por llegar. Hablando ya de nuestros tiempos diremos que el gobierno humano solo, no traerá mejoras al mundo. Ese progreso no depende del cambio de gobernantes ni de la alternancia de partidos políticos. En el momento histórico de nuestro relato, Dios le dijo a Palestina que no se alegrara simplemente porque el rey Acaz hubiera muerto. Porque las cosas no iban a mejorar en absoluto.
Ahora, antes de que lleguen las bendiciones del reino, tendrá lugar un castigo severo de parte de Dios sobre esa tierra. Será más severo que el castigo sobre las naciones vecinas, porque esa tierra, esa nación tenía la luz de la revelación divina, y la luz crea responsabilidad. El profeta Isaías estaba mirando al futuro, es decir, al período de la gran tribulación y al gobierno del anticristo.
Hay quienes no creen que la carga aquí mencionada sea demasiado grande, aunque es llamada una carga y tiene que ver con Palestina. Ahora, el nombre "Palestina" es bastante interesante. Se refiere a aquellos que le dieron ese nombre a la tierra, que fueron los Filisteos. Ellos habían llegado por la costa saliendo de Egipto y se introdujeron en la tierra. Ya estaban en ese lugar cuando Israel llegó. Aparentemente, los Filisteos no habían estado en la tierra en los días de Abraham, porque en ese entonces, los cananeos estaban ocupando esa tierra. Pero cuando los israelitas regresaron 400 años más tarde, los filisteos habían entrado a esa tierra. Cuando estudiemos los libros de Sofonías y Zacarías, veremos que contienen profecías específicas contra Asdod y Ascalón, que eran dos ciudades filisteas. Ellas iban a ser destruidas, lo cual se cumplió literalmente. Los versículos 30 al 32 de este capítulo 14 describen el juicio contra Filistea, o Palestina, en detalle y fue un castigo feroz. Bien, llegamos ahora al
Capítulo 15
de Isaías, y el tema aquí es la tercera profecía o carga, en esta ocasión, contra Moab. Los capítulos 15 y 16 tratan sobre Moab. Esto podría parecer extraño, a la luz del hecho de que hubo sólo dos capítulos dedicados a Babilonia, y Babilonia fue la primera potencia mundial. Comparada con Babilonia, Moab puede parecernos muy insignificante. Pero en los días de Isaías, y, en realidad, anteriormente en el tiempo de David, esta tierra era muy importante, y un gran reino.
Los antecedentes de Moab fueron los siguientes. Fue la nación que provino de Lot como resultado de la relación incestuosa con su hija mayor. Moab, el hijo ilegítimo de esta vil relación, fue el padre de los moabitas. Este pueblo se convirtió en el enemigo obstinado y persistente de Israel. Balac, que fue rey de ese pueblo, contrató a Balaam, el profeta, para que maldijera a Israel, porque temía a los israelitas cuando pasaron por la tierra de Moab.
La romántica historia relatada en el libro de Rut está basada en una mujer de Moab. Esa mujer era una persona maravillosa. David era parte moabita, porque su padre Isaí era descendiente de Obed, el hijo de Rut y Booz. David tenía familiares en Moab y llevó a su padre y a su madre allí cuando el rey Saúl le estaba persiguiendo.
La nación, como tal, ha desaparecido. Pero, ¿quiénes son los modernos moabitas? Creemos que Moab es representativo de aquellos que hacen una profesión de ser hijos de Dios, pero en realidad no tienen una relación vital con Él (Hebreos 12:8). No estuvieron lejos del reino, pero son persuadidos a serlo. Nos recuerda lo que sucedería con la historia que leemos en Los Hechos en cuanto a Félix y Festo, procuradores de Judea, y el testimonio de Pablo ante el rey Agripa quien dijo: "Por poco me persuades a ser cristiano". Los moabitas casi "se persuadieron". No estuvieron muy lejos del reino, pero nunca se decidieron a entrar en él. Eran vecinos del pueblo de Dios pero nunca se convirtieron en seguidores de Dios.
El moabita moderno puede ser descubierto muy fácilmente. Se encuentra hoy en la iglesia. Parece ser cristiano. De esta clase de gente nos habló el apóstol Pablo cuando escribió en 2 Timoteo 3:5: "Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a esos evítalos". También encontramos que el pequeño libro de Judas los describió en el versículo 16, diciendo: "Estos son murmuradores, quejumbrosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla con arrogancia, adulando a las personas para sacar provecho". Estas personas son impías, malvadas. Aparentan ser piadosas, pero no lo son. Halagan con palabras ampulosas cuando creen poder obtener provecho de los demás, pero se apartan cuando encuentran que no pueden obtener nada. Nunca se puede confiar en ellos.
Moab fue, entonces, un amigo peligroso para tener. Nunca fue un aliado fiable para Israel.
Leamos ahora el versículo 1 de este capítulo 15, que comienza a hablarnos de
La repentina destrucción de Moab
"Profecía sobre Moab. Ciertamente, de noche fue destruida Ar de Moab, puesta en silencio. Ciertamente, de noche fue destruida Kir de Moab, reducida a silencio."
Dice aquí de noche. El juicio sobre Moab cayó repentinamente. Esta expresión fue repetida dos veces para enfatizar el carácter inesperado de la tormenta que se abatió contra la nación. Sobrevino de noche, y su noche de llanto nunca terminó. Asiria destruyó a esta nación de una manera increíble y casi indescriptible. Fue como si hubieran barrido a Moab de la faz de la tierra. Ahora, el versículo 2, dice:
"Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada y toda barba rasurada."
Aquí se mencionan ciertos lugares que no son muy conocidos. Bayit significa casa y aparentemente se refiere al templo de Quemos que estaba en esa tierra. Dibón era una ciudad situada en el lado oriental del río Jordán, donde se encontró la famosa piedra Moabita. Nebo era la montaña desde la cual Moisés contempló la tierra prometida. Medeba era una ciudad que pertenecía a la tribu de Rubén (como vemos en Josué 13:16).
Todas estas ciudades pertenecían a Moab en los tiempos del profeta Isaías. Iban a ser destruidas porque, aunque los moabitas profesaban conocer a Dios, pasaban su tiempo en templos paganos dedicados a dioses paganos, diciendo que estaban adorando al Dios vivo y verdadero. Ahora, el versículo 3, de este capítulo 15 de Isaías, dice:
"Se vestirán de ropas ásperas en sus calles; en sus terrados y en sus plazas aullarán todos, deshechos en llanto."
Éste es hoy un lugar muy pobre y extraño. Pero en los días de Isaías era un país muy rico. Cuando uno se encuentra allí le parece sentir que el juicio de Dios se encuentra aún en ese lugar.
Leamos ahora el versículo 5, que nos revela:
La simpatía del profeta por Zoar
"Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando y por el camino de Horonaim darán gritos de quebranto."
El juicio sobre Moab fue tan severo, que incluso Isaías se conmovió. Aunque Moab era un enemigo de Israel, el corazón del profeta sentía simpatía a causa del terror que había caído sobre ellos. Esto revela el corazón de Dios. A pesar del pecado de las personas hoy, Dios aún las ama y extenderá Su misericordia y compasión si ellas se vuelven a Él.
El resto de este capítulo presenta una descripción detallada del resto de los estragos sufridos por las tierras de Moab. Esta profecía se ha cumplido literalmente. Llegamos así al
Capítulo 16 - La última propuesta de misericordia ofrecida a Moab
El capítulo se inicia con una última llamada a Moab para que se aprovechara de la gracia de Dios que Él les había provisto. Leamos el versículo 1 de este capítulo 16:
"Enviad cordero al señor de la tierra, desde Sela del desierto al monte de la hija de Sión."
Ese cordero debía ser enviado desde Moab a Israel para realizar allí una ofrenda sobre el altar. El cordero era el animal para el sacrificio que mejor describía a Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Si ellos enviaran un cordero, los del pueblo de Moab indicarían que reconocían al Dios de Israel. Pero ellos no lo enviaron. Los moabitas querían ser religiosos sin reconocer el hecho de que estaban sujetos a una voluntad superior y que eran pecadores ante Dios. Éste fue su gran pecado. Y en el versículo 2, de este capítulo 16, leemos:
"Y cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab en los vados del Arnón."
Ese río es un río pequeño, y no podía separar a los Moabitas de los Asirios. Y el enemigo los alcanzó allí. Y el versículo 5 dice:
"Se dispondrá el trono en misericordia y sobre él se sentará firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el juicio y apresure la justicia."
En el libro de Los Hechos 15:16 Jacobo mencionó que el "tabernáculo de David, que estaba caído", pero después de que Dios llamara a los no judíos para formar la iglesia, Él vendría otra vez para reedificar el tabernáculo de David.
Leamos ahora el versículo 6 de este capítulo 16 de Isaías, que nos habla sobre:
El empedernido orgullo de Moab
"Hemos oído de la soberbia de Moab; muy grandes son su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero sus mentiras no serán firmes."
La razón por la cual Dios tuvo que rechazar y juzgar a Moab fue que su orgullo les había impulsado a rechazar el ofrecimiento de misericordia que Dios les había brindado. Dios los habría librado pero, ellos, en vez de volverse a Dios, confiaron en su propia justicia.
Finalmente, leamos ahora los versículos 13 y 14, en los que se anunciaba:
El cumplimiento del juicio dentro de tres años
"Esta es la palabra que pronunció Jehová sobre Moab desde aquel tiempo; 14pero ahora el Señor ha hablado, diciendo: Dentro de tres años, como los años de un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud.Y los sobrevivientes serán pocos, pequeños y débiles."
Cuando Dios trata con las naciones que tienen que ver con Israel, Dios usa un calendario. Pero nunca lo hace con la Iglesia. Aquí Él dijo que dentro de tres años los Moabitas serían destruidos; y a los tres años, Dios usó a Asiria para destruir a esta nación. Fue el juicio divino sobre ellos a causa de su orgullo.
Lucifer, el hijo de la mañana, también se llenó de orgullo. Quiso elevar su trono para que estuviera más alto que el trono de Dios. Quiso establecer su propio reino, independiente de Dios. Básicamente, es el orgullo el que lleva a la gente a rechazar a Dios y a Su revelación. La mayoría de las personas desean tener una religión hecha a su medida. Quieren hacer algo para salvarse, porque ello satisface el orgullo del corazón humano. A cada ser humano podrían aplicarse las palabras de Isaías 53:6, "cada cual se apartó por su camino". Y así, el juicio de Dios cayó sobre Moab, una nación remota, totalmente olvidada hoy, pero que nos ha dejado un mensaje.
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