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Estudio bíblico de Isaías 45:1-46:13

Isaías 45 y 46

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Isaías con el capítulo 45, que continúa con el tema del capítulo anterior. Comienza con el rey Ciro, ya que el capítulo precedente terminó con él. Los temas del capítulo son el llamado de Ciro antes que éste naciera; la creación del universo, y la continuidad de Israel. Resulta desafortunado que el versículo final del capítulo 44 no sea el primer versículo de este capítulo, pero todos entendemos que las divisiones de capítulos y versículos fueron hechas por hombres. Vamos a comenzar entonces repitiendo el versículo 28 del capítulo 44, que nos dice:

"Yo soy el que dice de Ciro: Es mi pastor y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al Templo: Serán puestos tus cimientos."

Ciro fue nombrado e identificado casi doscientos años antes de haber nacido. Esta profecía poco corriente ha hecho que los críticos construyan como producto de su imaginación un "escritor desconocido" para esta sección del libro de Isaías. El hecho de que el profeta Isaías pudiera nombrar a un hombre dos siglos antes que éste apareciera fue como un tónico demasiado fuerte para la fe débil de un no creyente.

La pregunta es: ¿Por qué fue Ciro señalado de esta manera dos siglos antes de su nacimiento? Creemos que hubo tres razones: En primer lugar fue para identificarle. Cuando Ciro apareciera en la escena, no habría ningún malentendido acerca de quién estaba hablando Isaías. También hay que considerar que Ciro sería el responsable del decreto que causaría el retorno de la nación de Israel a su tierra.

Otra razón por la que Isaías citó a Ciro por su nombre por una revelación de Dios fue que su exactitud podría ser demostrada. Si dentro de doscientos años Isaías fuera exacto sobre Ciro, también sería exacto en su profecía acerca de Aquel que nacería de una virgen, Emmanuel, Dios con nosotros, que llegaría setecientos años más tarde. El israelita instruido tendría que haber estado preparado para la venida de Cristo.

Observemos que Dios llamó a Ciro "Mi pastor", y dijo que él "cumplirá todo lo que yo quiero" y que él reedificaría Jerusalén.

Recordemos que Dios utilizó a los asirios para conducir el reino del norte a la cautividad. Después utilizó a Babilonia para destruir a Jerusalén y llevar el reino del sur también a la cautividad. Los hombres que Dios usó para llevar a cabo esos eventos eran malvados, y Dios los juzgó por lo que habían hecho. Pero este hombre, Ciro era diferente. Como hemos visto, Dios lo llamó "mi pastor", dijo que llevaría a cabo lo que Él quisiera.

Creemos que cuando lleguemos al cielo habrá dos cosas que nos sorprenderán a todos: (1) personas que estarán allí, que nosotros no esperábamos que llegaran allí, y quizás Ciro va a ser uno de ellos y (2) personas que esperábamos que iban a estar allí, que no estarán en el cielo. Y estimado oyente, el único motivo por el cual nosotros estaremos allí es que Cristo es nuestro Salvador.

Resulta interesante destacar esta frase que Dios pronunció sobre Ciro: "cumplirá todo lo que yo quiero". También puede traducirse "cumplirá todos mis deseos". Ahora, tanto Senaquerib como Nabucodonosor cumplieron la voluntad de Dios en conducir al reino del norte (Israel) y del sur (Judá) al cautiverio, pero la frase que se refirió a Ciro indicó que éste cumpliría todos los deseos de Dios, lo cual abarcaba mucho más.

Leamos ahora el versículo de este capítulo 45 de Isaías, que menciona al:

Llamado a Ciro antes que éste naciera

"Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha para sujetar naciones delante de él y despojar de su armadura a los reyes; para abrir puertas delante de él, puertas que no se cerrarán"

Ésta fue una profecía muy destacada. Ciro no apareció en las páginas de la historia sino hasta 200 años después de que Isaías hablara de él. Vino procedente del este, de Persia. Las ruinas de su tumba han sido encontradas en Pasargadae, Irán, y uno no puede leer la inscripción sin reconocer que era un hombre humilde que había confiado en Dios. La mayoría de los gobernantes de esa época eran fanfarrones, y la mayoría, mentirosos. Les gustaba hacer alarde de lo que supuestamente habían realizado. Había que tomar las cosas que ellos decían con gran escepticismo. Los registros históricos que dejaron magnificaron su grandeza, que no resulta creíble. Pero Ciro fue diferente. No reivindicó grandes logros, no se jactó de sus hazañas y, sin embargo, conquistó al mundo de su tiempo.

Observemos también que Dios llamó a Ciro "su ungido", un título que se aplicó solamente al Señor Jesús. ¿Por qué le dio Dios a Ciro semejante título? Porque él llevó a cabo la voluntad de Dios y liberó a los israelitas del cautiverio, permitiéndoles regresar a la tierra de la Promesa. También animó a los israelitas que no regresaron a enviar valiosos regalos de oro, plata y piedras preciosas por medio de aquellos que regresaron. En ese aspecto, Ciro fue como un mesías no judío de Israel, y un anuncio indefinido de Aquel que vendría en el futuro.

Ahora, ¿a qué se refieren las puertas mencionadas aquí? Evidentemente son una referencia a las numerosas puertas de Babilonia que impedían que Israel regresara a Palestina. Ciro abrió esas puertas y les dijo a los israelitas que podían irse. Eran libres para regresar a su tierra natal. Ahora, Dios dijo de Ciro lo siguiente. Leamos el versículo 3:

"Te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te pongo nombre."

Los ricos tesoros de Babilonia, que los reyes de Babilonia habían obtenido como botín de guerra de todas las naciones, especialmente de Jerusalén, quedaron en manos de Ciro. Y además dijo Dios en los versículos 4 y 5:

"Por amor de mi siervo Jacob, de Israel, mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse un nombre insigne, aunque no me has conocido. Yo soy el Señor y no hay ningún otro. No hay Dios fuera de mí. Yo te fortaleceré, aunque tú no me has conocido"

Es decir, que Dios escogió a Ciro antes que éste conociera al Señor. Es razonable concluir que Ciro llegó a conocer al Dios vivo y verdadero. Recordemos las siguiente palabras de Esdras 1:2, "2Así ha dicho Ciro, rey de Persia: el Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá". Y llegamos a un nuevo párrafo que hemos titulado

La creación del universo

Y aquí se encuentra una notable declaración sobre la creación del universo que se proyecta al pasado de todos los tiempos. Dijo Dios en el versículo 7:

"Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la paz y creo la adversidad. Solo yo, el Señor, soy el que hago todo esto."

El zoroastrismo comenzó en Persia. Enseñaba que Mazda era el dios de la luz. Dios dijo que Él creó la luz, y la luz no es un dios. Los Persas estaban acercándose a la verdad. Muchos se han preguntado por qué adoraron a un dios, como eran monoteístas en medio de la idolatría. Bueno, tenemos que recordar que ellos estuvieron en contacto con la nación de Israel, y que Israel era un testigo ante el mundo. En el zoroastrismo, la oscuridad estaba representada por Ahrimán, el dios del mal. En el relato de la creación vimos que Dios asumió la responsabilidad de crear también la oscuridad.

Dijo también Dios aquí "creo la adversidad". Aquí el término se refiere a las tristezas, dificultades o tragedias, es decir, aquellas cosas que son un fruto del mal, un fruto del pecado. Ésta fue una manera de decir en el Antiguo Testamento, "la paga del pecado es muerte", como dijo San Pablo en Romanos 6:23. Si usted se satisface con el pecado, habrá un día de paga por ello.

Por cierto, permítanos añadir algo más en este punto, ya que estamos viviendo en un día en el que se dice que lo bueno y lo malo son términos relativos, y que aquello que usted considera bueno, es bueno. El argumento se propone de la siguiente manera: la Biblia dice "no matarás" y "no robarás" (Éxodo 20:13, 15). Pero, ¿qué es la Biblia? ¿Quién debería obedecerla? O ¿quién debería escuchar al Dios de la Biblia?

El Señor tiene aquí otro argumento convincente. Dios dice que si usted se complace en el pecado, encontrará que el pecado tiene su día de pago. Y de paso digamos que es un sueldo máximo, total. Esto es lo que Dios estaba diciendo por medio de Isaías. Dios ha creado el universo de tal manera que cuando usted quebranta o sobrepasa los límites que Él ha establecido, no necesita un juez, ni un verdugo. Dios se ocupará del asunto.

En este pasaje, dijo entonces que Él fue quien creó la luz y la oscuridad. Dios estaba respondiendo al Zoroastrismo, que adoraba al dios de la luz. Él quería que aquella gente supiera que la luz no era un dios, porque Él la había creado. Luego, dijo en el versículo 9, de este mismo capítulo 45:

"¡Ay del que, no siendo más que un tiesto como cualquier tiesto de la tierra, pleitea con su Hacedor! ¿Dirá el barro al que lo modela: ¿Qué haces?, o: Tu obra dirá, ¿no tiene manos?"

¿Para qué luchar contra Dios, amigo oyente? De todas formas, usted va a perder. Los griegos tenían un proverbio que decía: "Los dados de los dioses están cargados". Y eso es exactamente lo que Dios está diciendo en Su Palabra. Él dice: "No creas que puedes luchar contra mí. Llega a un acuerdo fuera de la corte". Aquí viene bien recordar las palabras de Isaías en 1:18, que dice: "Venid luego, dice el Señor, y estemos a cuenta: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana".

Estimado oyente, no juegue usted con Dios, porque cuando Él arroja los dados, sabe exactamente el número que va a salir, y usted no. Dios dijo aquí en el versículo 12:

"Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano. Yo, mis manos, desplegaron los cielos y pongo en orden todo su ejército."

Es interesante que Dios dijo que extendió o desplegó los cielos. Esto no fue ningún accidente. Debemos destacar aquí algo que es de suma importancia. Sir James Jeans, un astrónomo creyente, de Gran Bretaña, presentó una teoría que fue seguida por muchos astrónomos, y algunos de los científicos, que trabajan en esta área, asumen la posición de lo que escribió este astrónomo en uno de sus libros, de que vivimos en un universo que se expande y se hace cada vez más grande. Los planetas, los mundos, y los sistemas galácticos se están separando unos de los otros. Dios dijo: "Mis manos desplegaron los cielos". Así es como Él lo hizo, aunque no nos ha dicho exactamente cómo lo hizo, o cómo Él pudo tomar la nada y hacer algo de ella. Indiferentemente de la teoría que usted adopte, amigo oyente, usted tiene que retroceder en el tiempo a un momento o lugar en el cual no había nada y entonces surgió algo. Y si usted me puede explicar cómo fue que de la nada surgió algo, entonces, yo le escucharé. Pero, hasta que usted pueda responder satisfactoriamente a esa cuestión, puede seguir divagando de una teoría a otra, mientras yo permaneceré escéptico ante lo que usted pueda decirme. Porque sólo Dios tiene una respuesta razonable. Él dijo: "Yo lo he creado". Por medio de Su Palabra creadora el dio existencia a este universo. ¿Tiene usted una respuesta más inteligente que la que Dios ha indicado en Su Palabra? Llegamos ahora a un párrafo que trata sobre:

La continuidad de Israel

Lo cual nos trae a la tercera división: es decir que nos habla de la continuidad de Israel por todo el tiempo y la eternidad. Parece que Dios no nos permitirá que olvidemos este tema. Dice el versículo 17 de Isaías 45:

"Israel será salvo en el Señor con salvación eterna; nunca jamás os avergonzaréis ni seréis humillados."

Aquellos que creen que Dios ha terminado con Israel deberían leer cuidadosamente este pasaje. La salvación de Israel es eterna. Es como si Dios les hubiera dicho: "Sí, vais a ser juzgados, Israel. Vais a ir a Babilonia, pero vais a regresar a vuestra tierra. Y aunque hay rebelión en vuestro corazón, pero finalmente, os voy a salvar."

Dios les envió una invitación. Y ésta es una invitación que permanece abierta para todos hoy. Leamos el versículo 22:

"¡Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay otro!"

Éste fue el versículo que tuvo mucho que ver con la conversión de ese gran predicador que fue Charles Spurgeon. Cierto domingo por la mañana, él se dirigía hacia la iglesia cuando una tormenta de nieve azotó Londres. Como no pudo llegar a la iglesia, se detuvo y entró en una iglesia pequeña. La tormenta era tan intensa que el predicador no había podido llegar a esa pequeña iglesia. Así que un hombre se levantó, y pronunció algunas palabras. Spurgeon no sabía el nombre de aquel hombre; sólo supo que era una persona bastante inculta, que había elegido el pasaje de Isaías 45:22 como su texto de predicación. Y aunque, figurativamente hablando, le faltaban los relámpagos, tenía bastante de trueno. Se levantó pues, y leyó este versículo: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra". Y comenzó a hablar acerca de este texto, diciendo "Dios dice que usted debe mirar a Él y ser salvo". En ese momento le faltó vocabulario, porque ya había dicho todo lo que podía decir sobre ese versículo, así que comenzó a hablar con una voz atronadora y a golpear el púlpito, diciendo: "Mirad a Dios todos los términos de la tierra, y sed salvos". Entonces miró hacia la parte de atrás del auditorio y allí vio a este joven, Spurgeon, que estaba sentado con una expresión realmente miserable en su rostro, y le dijo: "Mire al Señor Jesús y será salvo". Ahora, Spurgeon era un joven muy brillante, muy inteligente, pero hizo lo que aquel hombre inculto le sugirió. Miró a Jesús, y fue salvo. Y así llegamos al:

Capítulo 46

El tema consiste en un pronunciamiento de juicio contra los ídolos. El capítulo contiene una de las sátiras mejor logradas contra la idolatría que encontramos en la Biblia. Comienza con el anuncio de de derrota contra los ídolos de Babilonia en particular. Esto parece extraño, ya que Babilonia aún no había llegado a ser un poder mundial y no era el enemigo de Israel. Sin embargo, Babilonia era el origen de toda la idolatría, y resultó apropiado que después de anunciar la derrota de los ídolos de Babilonia, el profeta procediera a denunciar a toda la idolatría, con un mandamiento para Israel, advirtiendo a esa nación que no se olvidara del verdadero Dios. Leamos el primer versículo de este capítulo 46, donde vemos:

Un pronunciamiento contra los ídolos

"¡Se ha postrado Bel, se abatió Nebo! Sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga, esas cosas pesadas que vosotros solíais llevar son puestas cual una carga sobre las bestias cansadas."

Bel y Nebo eran dioses de Babilonia. Bel es una forma abreviada de Baal, y s encuentra en la primera parte de la palabra Beelzebú, que es uno de los nombres de Satanás. Nebo significa "orador o profeta". Cuando Pablo y Bernabé fueron a Lystra, la gente pensó que Bernabé era Bel o Júpiter, y que Pablo era Nebo o Mercurio, porque era el que más hablaba.

Detrás de los ídolos de aquel día, existía la adoración satánica. Que se ha convertido en algo popular en ciertos medios de nuestra sociedad contemporánea. La Palabra de Dios nos advierte reiteradamente de que nuestra guerra, es una guerra espiritual.

Dios contrastó la impotencia del ídolo, considerada una carga para llevar, con Su propio amor y fuerza. Y en el versículo 3 continuó diciendo:

"Oídme, casa de Jacob y todo el resto de la casa de Israel, los que yo he traído desde el vientre, los que habéis sido llevados desde la matriz."

Dios dijo que había estado llevando a Israel como una madre llevaba a una criatura en su vientre. Y dice el versículo 4:

"Hasta vuestra vejez yo seré el mismo y hasta vuestras canas os sostendré. Yo, el que hice, yo os llevaré, os sostendré y os guardaré."

Aquí tenemos la verdadera diferencia entre lo que es verdadero, y lo que es falso. Dios no sólo había estado llevando a la nación de Israel, pero él había llevado a cada individuo desde la cuna hasta la tumba. Estimado oyente, permítanos hacerle una pregunta: ¿Está su religión llevándole a usted, o está usted llevando a su religión? Dios llevó nuestros pecados. Dijo Isaías en 53:4, "Llevó Él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores". Y el apóstol Pedro, en su primera epístola, capítulo 5, versículo 7 dijo: "Echad toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros". Y Dios nos lleva hoy. Como dice Deuteronomio 33:27, "El eterno Dios es tu refugio, y sus brazos eternos son tu apoyo; Él echó al enemigo delante de ti, y dijo: ¡Destruye!" Y observemos ahora cómo habló de la idolatría, leamos el versículo 5:

"¿A quién me asemejáis, me igualáis y me comparáis, para que seamos semejantes?"

La razón por la que resulta tan difícil explicar a Dios es que Él es infinito, y nosotros somos finitos, limitados, y vivimos en un universo limitado. No hay nada con que compararle. Dios no puede ser reducido a nuestra terminología sin perder todo significado. Él no puede ser traducido al lenguaje humano. Esto explica una de las razones por las cuales Él se convirtió en un hombre. Y la única manera en que podemos conocer a Dios, es por medio de Jesús. Él reveló a Dios. Y aquí tenemos una sátira brillante contra la idolatría, Dice el versículo 6:

"Sacan oro de la bolsa y pesan plata con balanzas; contratan a un platero para que de ello haga un dios, y se postran y lo adoran."

Ésta era una imagen metálica, que superaba a la imagen de madera en belleza y valor. Y así, la riqueza del hombre se gastaba en un ídolo. Si una persona no tenía mucho dinero, tenía un dios barato y, si era rica, uno rico. En realidad, equivale a que los seres humanos adoran a su propia obra, o sea, que se adoran a sí mismos. Es una forma de humanismo. Ahora, tenemos la verdadera prueba aquí en el versículo 7, donde dice:

"Luego se lo echan sobre los hombros, lo llevan y lo colocan en su lugar; allí se está, sin moverse de su sitio. Le gritan, pero tampoco responde ni libra de la tribulación."

¡Qué imagen! Estaban cargando con el ídolo y lo depositaban en un rincón cuando llegaban a casa. Escuchemos lo que Dios les dijo en el versículo 9,

"Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, Yo soy Dios, y no hay ninguno como yo."

Hay mucha idolatría contemporánea. Tenemos que enfrentar esa realidad. Para algunos, asistir a la iglesia constituye una verdadera carga. Dios no quiere que usted lleve esas cargas, como puede ser una clase de religiosidad u otras cargas, que a usted mismo le pesan. Hay muchas personas hoy que están cargando con su ídolo a cuestas. Es Dios quien quiere llevarle a usted. Nos despedimos ahora, pero antes, dejamos con usted estas palabras del Señor, registradas en el libro de Isaías 43:25, "Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados".

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