Estudio bíblico de Ezequiel 14-16
Ezequiel 14:1-16:14
El capítulo 14 está dividido en dos secciones principales: la profecía contra la idolatría de los ancianos (que encontraremos entre los versículos 1 al 6) y la certeza de la destrucción de Jerusalén /que encontraremos entre los versículos 12 al 20). Ambas secciones se iniciaron con la frase Y vino a mi palabra del Señor diciendo. Veremos que en este capítulo el Señor continuó bosquejando el motivo por el cual El juzgó a la ciudad de Jerusalén, de la manera que lo hizo. Y lo importante será comprobar que los principios que se expusieron en este capítulo 14 están operativos también en la actualidad. Porque Dios aun juzga a las naciones. Vamos pues a considerar el primer párrafo, titulado
Profecía contra la idolatría de los ancianos
En estos versículos Ezequiel llamó a los ancianos de Israel para que se arrepintieran. He observado que por toda la Biblia, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, el arrepentimiento es el mensaje de Dios para Su propio pueblo, es decir, para aquellos que profesan pertenecerle. Así que el mensaje de Ezequiel aquí sería "Arrepentíos y volveos a Dios". Veamos lo que ocurrió en el versículo 1 de este capítulo 14, de Ezequiel:
"Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mí."
Al parecer mostraron una apariencia de piedad y fingieron que estaban dispuestos a escuchar al profeta. Ahora, en los versículos 2 y 3, tenemos lo siguiente:
"Y vino a mí palabra del Señor, diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos?"
Era cierto que ellos no habían hecho ídolos, pero el Señor dijo, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón.
Sansón también era un hombre que fingía ser un hombre de Dios, y el Espíritu de Dios vino en algunas veces sobre él. El Espíritu Santo y no su cabello fue el secreto de su poder. Pero llegó un día en que pretendió luchar y fracasó, porque no sabía que el Espíritu de Dios se había apartado de él. Había continuado jugando con el pecado y, al mismo tiempo, queriendo ser un hombre de Dios. ¿Cuántas personas que profesan ser cristianas hoy están jugando con el pecado y piensan que pueden salirse con la suya? Estimado oyente, nadie puede evitar las consecuencias del pecado. El castigo es inevitable. Muchos cumplen las formalidades y ritos de la religión, manteniendo una fachada falsa. Pero realmente tienen ídolos en sus corazones.
El Señor le dijo a Ezequiel que estos hombres eran falsos. Fingieron querer escuchar su mensaje, pero no le prestaron atención en absoluto. En cuanto el profeta les diera la espalda, le criticarían. Y el mensaje divino continuó en el versículo 4, que dice:
"Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho el Señor Dios: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos"
Dios dijo que juzgaría a estos hombres. Más adelante en la historia, en el Nuevo Testamento, el Señor Jesús llamó hipócritas a los dirigentes religiosos de su tiempo. El utilizó está tremenda palabra más que cualquier otra persona. En nuestro pasaje, Ezequiel estaba hablando a los líderes espirituales del pueblo. ¡Que situación trágica! Dios iba a juzgarlos. Dios siempre juzga a la religión falsa. Creo que cuando en una comunidad o iglesia cristiana un individuo abandona la verdad, Dios lo juzgará. Y continúa diciendo el versículo 6:
"Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Dios: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones."
Dios había expresado de forma directa y clara que estos hombres eran falsos, no eran genuinos. Tenían ídolos en sus corazones. Había pecado en sus corazones. Nuevamente, alguien puede pensar en la terrible experiencia de Sansón diciendo: "¡Qué tragedia la de Sansón! Detestaría vivir como él vivió y después experimentar ese juicio sobre mí". Sin embargo, me temo que hay personas que se sientan en la iglesia y, aun así, les agradaría vivir en el pecado y saborear los frutos del pecado. Y lo mismo que condenan exteriormente es aquello que en sus corazones quisieran hacer. Esta vieja naturaleza que tenemos es mala, pero Dios dice: "Arrepentíos y venid a mi". El fue compasivo y misericordioso con Israel. El les estaba dando una oportunidad para ser seguidores fieles, verdaderos, que ellos no la aprovecharon. Y llegamos ahora a un párrafo que nos hablará sobre
La destrucción definitiva de Jerusalén
Los profetas falsos estaban aun corriendo la voz de que Dios se personaría en Jerusalén librándola de la destrucción, porque era Su ciudad, la amaba y había dicho que su mirada estaba sobre ella. Podían citar muchos pasajes de las Sagradas Escrituras al respecto. Hoy es posible citar uno o dos pasajes aislados de la Biblia, para apoyar una falsa doctrina. Sin embargo, uno no puede tomar un versículo aquí y otro por allí, sino que debe mirar a la totalidad del panorama presentado en la Biblia, y cuando así lo hace, uno no podrá apoyar teorías falsas. Aquellos profetas estaban equivocados y Dios estaba diciendo muy explícitamente, que Jerusalén iba a ser juzgada. Y continuó diciendo Ezequiel en los versículos 12 y 13 de este capítulo 14:
"Vino a mí palabra del Señor, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias"
Fue como si Dios le hubiera dicho a Ezequiel: "La ciudad es rebelde, se ha rebelado continuamente contra mí. Les he dado ocasión de volverse a mí, pero no lo han hecho:"
Dios estaba hablando claramente, y estaba hablando en serio. El juicio era inevitable. Escuchemos cuan serio era. Leamos el versículo 14:
"Si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice el Señor Dios."
Si Noé hubiera estado en la ciudad de Jerusalén, dijo el Señor, no lo habrían escuchado. Simplemente imaginémonos qué advertencia habría sido la presencia de Noé para esas personas. Pero la gente del tiempo de Noé no creyó en su mensaje y el pueblo de Jerusalén tampoco le habría creído si él hubiera estado allí.
Nos sorprende la excitación que algunos han demostrado por la búsqueda del arca de Noé. Puede ser que algún día lo encuentren. Pero permítanos formularle esta pregunta: ¿Cuántos creyentes cree usted que produciría su descubrimiento? Si Noé en persona estuviera hoy aquí, se le calificaría como extremadamente conservador, anticuado y fuera de época.
Y así como no habrían escuchado a Noé, tampoco habrían prestado atención a Daniel. Sin embargo, el rey Nabucodonosor escuchó a Daniel. Y qué tributo fue ese para Daniel. Allá en el palacio del primer gran gobernante mundial, Nabucodonosor, estaba Daniel. Los babilonios conocían a Daniel y sabían que era un hombre de Dios. Pero aquí el Señor dijo que los israelitas no habrían escuchado a Noé, a Daniel ni a Job. Y dice el versículo 17 de este capítulo 14,
"O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias"
Dios dijo que tenía la intención de que la espada, es decir, la guerra, arrasara el país. El iba a permitir que Nabucodonosor entrara en la tierra y la asolara. Luego, en el versículo 20, de este capítulo 14, de Ezequiel leemos:
"Y si estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice el Señor Dios, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas."
Noé ni siquiera habría podido salvar a su propia familia. Dice aquí no librarían a hijo ni a hija...por su justicia. Daniel salvó imperios, pero si él hubiera estado en esta ciudad de Jerusalén, no habría podido salvar a nadie en absoluto. Fue por tal motivo que Dios hizo que Daniel saliera de Jerusalén. El pueblo de Dios no lo escucharía. Pero el rey pagano de Babilonia escuchó a Daniel y lo convirtió en primer ministro.
Nos preguntamos cuanta gente escucha hoy realmente a la Palabra de Dios. No creemos que haya muchas personas que lo hagan. Esa es la razón por la cual en este tiempo Dios está permitiendo que Su Palabra se difunda al mundo por medio de la radio y éste es el motivo para que El permita que Su Palabra alcance a grupos de personas que han sido descartadas por los cristianos. Estimado oyente, si las personas que profesan ser cristianas no van a escuchar la Palabra de Dios, El va a llegar con Su Palabra a personas que sí la recibirán. Daniel no habría podido hacer ningún bien permaneciendo en Jerusalén, pero en Babilonia, fue convertido en un personaje de la máxima importancia y allí, un rey pagano se tomó en serio lo que Daniel decía. Estimado oyente, Dios va a permitir que la gente que está dispuesta a escucharle, escuche el mensaje del evangelio. Ahora llegamos al
Ezequiel 15
que nos presenta
La visión de la vid
Este capítulo es la parábola de la vid que no produciría fruto. La vid es en la Biblia una de las figuras de la nación de Israel. En Isaías 5, la vid fue presentada ante nosotros como la nación de Israel. No necesitamos especular al respecto porque Isaías dijo en 5:7, Ciertamente la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel. Escuchemos el mensaje que recibió el profeta en los versículos 2 al 4 de este capítulo 15:
"Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque? ¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una estaca para colgar en ella alguna cosa? He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra alguna?"
Dios hizo aquí una aplicación muy interesante. Sencillamente hablando, ¿cuál es el propósito de una vid? El Señor Jesús también usó la vid como una figura de los creyentes en Juan 15. Por cierto El dijo que Israel ya no sería una vid, cuando se presentó a sí mismo diciendo: Yo soy la vid verdadera. En ese capítulo de Juan el Señor Jesús no estaba hablando sobre la salvación. Pero, preguntémonos otra vez: ¿cuál es el propósito de una vid? La vid ha de hacer solo una cosa: producir fruto, y nada más. Aquí no se está hablando del valor de la madera de la vid. Si uno encargara a un carpintero que le fabricara muebles de la madera de la vid éste se sorprendería y le respondería que esa madera no es apropiada para nada semejante. La vid solo es adecuada para producir fruto. Además, Dios dijo que si una vid no produjera fruto, solo serviría para ser quemada. En Juan 15, el Señor Jesús dijo que si un creyente no producía fruto, no perdería su salvación, pero sería removido del lugar en que se produce el fruto. Dios deja de lado a los hombres de muchas maneras, si no producen fruto. El Señor Jesús dijo en Juan 15:8, En esto es glorificado mi Padre; en que llevéis mucho fruto.
El pueblo de Israel no estaba produciendo fruto y Dios dijo: "no me queda otra cosa por hacer que permitir que Jerusalén sea quemada". Esta fue la razón por la cual el dejó que ocurriera. Se suponía que aquel pueblo iba a representar a Dios, a dar testimonio de Él, pero no lo hicieron.
Si a usted hoy se la concedido el gran privilegio de ser cristiano, entonces, tiene una gran responsabilidad. ¿Ha pensado usted en tantas personas que en diversas y extensas zonas del mundo no han tenido el privilegio de oír la Palabra de Dios? Nosotros que la hemos escuchado, tenemos pues una gran responsabilidad, Y Dios quiere que hoy produzcamos fruto.
Llegamos ahora al
Ezequiel 16 - Jerusalén fue comparada a un niño abandonado adoptado por Dios
Así que este capítulo contiene otra parábola, la de un pequeño huérfano abandonado, sucio y desnutrido, por quien pareciera que nada se puede hacer. Bien, veamos lo que dice aquí el primer versículo.
"Vino a mí palabra del Señor, diciendo"
Ezequiel no quiso que nos olvidáramos que él estaba presentando aquí la Palabra del Señor. Aunque no la aceptaran, aun continuaría siendo Su Palabra. Y entonces Dios le dijo, como leemos ahora en el versículo 2:
"Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones"
¿Quién era aquel niño huérfano, aquel niño sucio y desnutrido que había sido abandonado? ¿Quién era ese hijo ilegítimo? Era la ciudad de Jerusalén. Y el mensaje continuó en el versículo 3:
"Y di: Así ha dicho el Señor Dios sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea."
Estas palabras no nos hablan del origen de la nación de Israel; El no estaba hablando de Abraham y Sara, sino del origen de la ciudad de Jerusalén. Históricamente, la ciudad de Jerusalén era en realidad una ciudad amorrea. En el capítulo 15:16 de Génesis dice: Y tus descendientes volverá aquí en la cuarta generación, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la maldad del amorreo. Jerusalén también era una ciudad hetea. Los heteos eran una gran nación y en cierta época controlaron esa parte de la tierra. Pues, bien, estos eran los antecedentes de Jerusalén. Y no había nada para enorgullecerse de ellos. Ahora, los versículos 4 y 5, del capítulo 16 de Ezequiel, dicen:
"Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste."
Aquí tenemos la imagen de un niño ilegítimo y huérfano, que simplemente fue arrojado en cualquier lugar, abandonado y sin recibir cuidados. Y continúan diciendo los versículos 6 al 8:
"Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice el Señor Dios, y fuiste mía."
O sea, que Dios dijo a Jerusalén: "Yo te he adoptado y te he convertido en mi hija". Y en los versículos 9 al 11, continuamos leyendo:
"Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te envolví con lino y te cubrí de seda. Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello."
Dios dijo: "Esto es lo que yo hice por ti, Jerusalén".
Y creemos que la aplicación para nuestras vidas es bastante evidente. Usted y yo, espiritualmente hablando, tenemos malos antecedentes. Adán y Eva se convirtieron en pecadores y usted y yo fuimos nacidos en maldad. El rey David dijo en su salmo 51:5 "En maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre" Y David no era diferente a nosotros. ¿De qué tenemos que enorgullecernos? Nuestros antepasados fueron pecadores y algunos han sido salvos por la gracia de Dios. Esos son nuestros orígenes, nuestros antecedentes. Estábamos espiritualmente muertos en delitos y pecados.
¿Y qué hizo Dios por Jerusalén? Él le dijo: Vive (versículo 6). A cada uno de nosotros El nos ha dicho: "Tienes que nacer de nuevo". El ha hecho un pacto con usted, que si confía en Cristo, le salvará. Dijo en Juan 3:16, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Así que el Señor tomó a aquel niño ilegítimo, sucio con su propia sangre, y le dijo: "Te he lavado con agua". De la misma manera, nosotros podemos conocer el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo. En este versículo 9 de Ezequiel 16, el Señor dijo Lavé tus sangres de encima de ti. Es decir, que el Señor Jesús llevó mi culpa en la cruz. No hay hoy ninguna culpa de sangre en un hijo de Dios. Y continuó diciendo el versículo 9, Y te ungí con aceite. Y Él unge hoy al hijo de Dios con el aceite del Espíritu Santo. Y el versículo 10 añade, te envolví con lino; Es decir, que podemos ser cubiertos con la justicia de Cristo, para poder estar en la presencia de Dios.
¿Qué le sucedió a esta ciudad? Dios dijo que cuando creció y se transformó en una mujer joven y hermosa, llegó a ser una prostituta. Se entregó a la idolatría y le dio la espalda a Dios. Que Dios tenga misericordia hoy con el creyente que se vende a sí mismo al mundo por un plato de lentejas. Sí, Esaú se vendió muy barato, pero muchos que hoy profesan ser cristianos también se venden muy baratos, al sistema de valores del mundo. Estimado oyente, el diablo podría comprarnos a muchos de nosotros. Nos apartamos de Dios tan fácilmente, una y otra vez, y de una relación de comunión y compañerismo con El. ¡Que El nos de las fuerzas para permanecer fieles en la hora en que vivimos!
Y vamos a detenernos aquí por hoy. Continuaremos, Dios mediante, en nuestro próximo programa y esperamos contar, como siempre con su fiel compañía.
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