Permitía a Cristo llegar a tener una relación personal con la mujer. Nunca es su deseo que seamos salvados por su poder, pero que no tengamos nada que ver con él. Por eso, después de la sanidad, buscó el diálogo personal con la mujer.
Además, tan precioso ejemplo de fe no debía quedar oculto a los ojos de la multitud de curiosos, que debían aprender que sólo por la fe es posible obtener los beneficios de Cristo.