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Estudio bíblico: Una experiencia inolvidable - 2 Crónicas 35:1-19

Autor: Roberto Estévez
Uruguay
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Una experiencia inolvidable (2 Crónicas 35:1-19)

— El rey es un legalista — susurra uno de los ministros del rey Josías.
Otro ministro, de menor estatura y más joven, le responde cuchicheando:
— Es verdad, él quiere hacer todo de acuerdo con la Ley de Moisés. No se da cuenta de que los tiempos han cambiado mucho.
El de mayor estatura agrega:
— Lo que el rey está pidiendo es algo imposible. La última vez que se celebró la Pascua fue hace más de 100 años. Mi abuelo nos contó que su padre le había narrado todo el trabajo que tuvo que hacer el rey Ezequías. El rey se vio obligado a postergar la celebración un mes porque no pudo llegar con los preparativos y la purificación de los sacerdotes (2 Cr 30:3).
— Yo creo que sería más fácil celebrarla en el tercer o cuarto mes. Esto nos daría más tiempo y aun el clima estaría más apropiado.
— El rey insiste — responde el otro — que tiene que ser el día catorce del mes primero. ¿Es necesario ser tan preciso? ¿No sería lo mismo en otro momento?
— La verdad es que los levitas dicen que tiene que ser exactamente en esa fecha — aclara el más joven.
— ¿Cómo vamos a hacer si todo Judá y parte de Israel viene a Jerusalén? — cuestiona el otro —, las casas, aun contando las de los pueblos cercanos, no bastarían. ¿De dónde vamos a sacar tanta comida para esta muchedumbre?
Las semanas han pasado... El ministro de mayor estatura le dice a su colega más joven:
— ¿Sabes? Me estoy entusiasmando con esta idea de celebrar la Pascua. Los sacerdotes están diciendo que Dios promete su bendición cuando le obedecemos. Tenemos que admitir que desde que Josías empezó a gobernar las cosas han cambiado para bien.
— ¿Te enteraste de la última? — Pregunta el ministro más joven —. El rey Josías dio de sus propios rebaños para los sacrificios de la Pascua, treinta mil corderos y cabritos, y tres mil cabezas de ganado vacuno.
— Eso sí que es bien raro — comenta el otro —. Su abuelo Manasés nunca le daba nada a nadie. Manasés defraudó a mucha gente.
Es interesante que también los magistrados hayan donado con liberalidad al pueblo. El rey ha dado órdenes de que los sacerdotes se preparen; a los porteros les ha ordenado que estén en cada puerta.
Mientras tanto, los chiquillos que juegan en las calles conversan ente ellos:
— ¿Ya saben que vamos a tener una gran fiesta? ¡Vamos a celebrar la Pascua del Señor!
— ¿Qué es la Pascua? — Pregunta un niño pequeño a su padre.
El padre le cuenta al niño, con lujo de detalles, acerca de la muerte de los primogénitos en Egipto, de la sangre del cordero puesta en el dintel de las puertas y de la salida de la cautividad.
Por fin, llega el día esperado por todos. Un júbilo inmenso se siente el Jerusalén. En cada aldea alrededor de la capital hay cientos de visitantes. Para ese día, el "menú" será exactamente el mismo en todas las casas. Las familias celebran la Pascua con gozo y el Señor les imparte paz. Han pasado los días y todo el pueblo se ha regocijado en el Señor a celebrar la Pascua. El mismo niño le dice al padre:
— Papá, ¡qué linda está la fiesta del Señor! ¡Yo quiero tener otra!

La historia bíblica y nosotros

Algunos héroes bíblicos son recordados por sus grandes victorias militares, como es el caso del rey David. Otros, como Salomón, por la construcción de un gran edificio como el templo de Jerusalén. Sin embargo, Josías adquiere un lugar destacado en el "salón de la fama" por razones. diferentes. Él se destaca por ser el instrumento que Dios usa para un avivamiento. Su lugar en la historia no lo determina la altura ni el tamaño de un edificio, que es admirado por las naciones, sino por una frase de aprobación que sale directamente de la Escritura: "No había sido celebrada en Israel una Pascua como esta desde el tiempo del profeta Samuel..." (2 Cr 35:18).
Cuándo Dios aprueba, ¿quién puede decir algo mejor? Josías muestra su liderato espiritual. El logra que "todos los que se hallaban en Israel sirvieran al Señor su Dios. No se apartaron de ir en pos del Señor, el Dios de sus padres, todo el tiempo que Josías vivió" (2 Cr 34:33). Hay pocas personas que tienen ese poder de inspirar y "contagiar" espiritualidad. Josías tenía la virtud de poder animar y reavivar. "Él puso a los sacerdotes en sus cargos y los alentó al servicio de la casa del Señor" (2 Cr 35:2). También hizo que colocaran el arca sagrada en el lugar que le correspondía en el templo (2 Cr 35:3).
La celebración de la Pascua se hizo exactamente como lo estipula la Ley de Moisés en todos sus detalles (2 Cr 35:11-14). Notamos que "los sacerdotes se colocaron de pie en sus puestos, y los levitas según sus grupos, según el mandato del rey" (2 Cr 35:10). También "los cantores... estaban en su puesto..." (2 Cr 35:15), sin duda dirigiendo la alabanza. También "los porteros estaban en cada puerta..." (2 Cr 35:15). Cada grupo de personas que tenía una responsabilidad la cumplió fielmente y el resultado fue una celebración de gran bendición espiritual.
Luego que la Pascua se celebró por siete días, vino la fiesta de los Panes sin levadura.
Todo este esfuerzo podía haber terminado en un fracaso si se hubiera hecho "en la carne". El escritor bíblico nos muestra la evaluación divina. "No había sido celebrada en Israel una Pascua como esta desde el tiempo del profeta Samuel, ni ninguno de los reyes de Israel celebró una Pascua como la que celebró Josías, con los sacerdotes, los levitas y todo Judá e Israel que se hallaron allí, junto con los habitantes de Jerusalén. Esta Pascua fue celebrada en el año 18 del reinado de Josías" (2 Cr 35:18-19).
Vemos el fervor espiritual de este hombre joven que organiza la celebración de una Pascua que es considerada inigualable desde los tiempos del profeta Samuel.
Hoy, como en los días de Josías, tenemos el peligro de tener costumbres o prácticas que no corresponden en la iglesia local y no tener lo que realmente le pertenece. El "arca sagrada" era importantísima en el mobiliario del templo. En la iglesia local la persona y la obra de Jesucristo deben tener siempre el lugar primordial. La Santa Biblia tiene que seguir teniendo el lugar de autoridad que le corresponde. En ciertas iglesias acostumbran a tener estudios sobre el libro de un famoso predicador. Sin duda esto puede tener gran beneficio, pero nunca debe reemplazar la lectura, meditación y exposición de la Palabra.
El rey Josías sin duda fue tildado de ser un "legalista". La palabra legalismo la define el diccionario de la Real Academia Española como la "tendencia a la aplicación literal de las leyes sin considerar otras circunstancias".
Josías no fue un legalista sino que fue un sincero creyente que decidió ser fiel a lo que las Escrituras enseñan. Sin duda necesitamos hoy muchos hombres y mujeres como él.
Lo que muchos en sus días confundieron con legalismo era un deseo profundo de ser fiel a Dios en todo. Nuestro Señor Jesucristo tuvo siempre esa misma actitud (Jn 4:34).
Muchas veces se utiliza la expresión: "los tiempos han cambiado mucho", para justificar los cambios en ciertas prácticas y costumbres dentro de la iglesia local. Sin duda no hay problema en hacer cambios, pero siempre y cuando se esté hablando de costumbres tradicionales y no de asuntos doctrinales. El mensaje del evangelio es el mismo hoy que el de dos mil años atrás, y tiene que ser presentado con la misma sencillez y pureza (Ro 1:16) (1 Ti 1:15).
La Pascua tenía como objeto recordar la esclavitud en Egipto, la liberación efectuada por medio de Moisés, y de manera especial recordar la protección conferida por la sangre del cordero en el dintel de la puerta. Le hacía mucho bien al pueblo de Israel recordar estas cosas. De la misma manera, nos hace bien recordar hoy la obra del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. En la Cena del Señor los creyentes tenemos la oportunidad de meditar en su obra y seguir su mandato: "Haced esto en memoria de mí" (1 Co 11:24-25).
Observemos que la adoración extraordinaria que se produce en relación con la Pascua ha sido precedida de la purificación a nivel externo demostrada en la destrucción de la idolatría. A nivel interno la promesa de seguir al Señor en todos sus caminos. Nos preguntamos qué fue lo que hizo que esa Pascua fuera tan extraordinaria. Nunca hubo en la historia de los reyes de Judá e Israel algo tan precioso.
Por supuesto que no se refiere al número de personas que participaron. Creo que se señala el estado espiritual de la gran mayoría de los participantes, pero también los detalles en la preparación y celebración de acuerdo con la ley. Por supuesto que no todos eran muy "espirituales". Esta fiesta también nos recuerda una gran verdad: "Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido sacrificado" (1 Co 5:7).

Notas al margen

Jamiesson dice: "La gran mayoría del pueblo del reino del norte estaba en el destierro, pero algunos de los demás habitantes hicieron el viaje a Jerusalén en esta ocasión. Fueron empleados 37.600 corderos y cabritos pascuales, así que, contando diez personas por cada compañía daría 376.000 personas que asistían a la fiesta".
La celebración de la Pascua se hace alrededor del año 622 a. de J.C.
Josías tiene el privilegio de ser uno de los que inician un avivamiento espiritual. Este avivamiento duró solo 13 años; sin embargo, sus repercusiones fueron sin duda mucho mayores de lo que nosotros podemos entender.

El líder que hay mí

Josías, sin duda, al celebrar la Pascua es acusado de ser "legalista" cuando en verdad todo lo que trata de hacer es obedecer los preceptos de Dios.
Un joven de 26 años ha logrado algo a nivel nacional que tiene la aprobación del Señor. En la historia de la iglesia de Dios abundan ejemplos de hombres y mujeres que desde muy temprana edad tuvieron un impacto en el lugar en que estaban. El Señor por su Espíritu puede repetir esto en nosotros (Ef 3:20-21).
Josías pasa a la historia no por el triunfo de una gran batalla sino por una victoria espiritual y una vida ejemplar.

Temas para el estudio en grupo

La importancia de ser fieles a las Escrituras (Jn 14:21).
Recordando la muerte y resurrección del Señor Jesús (nuestro Cordero pascual).
La bendición que significa tener la aprobación de Dios.
Tenacidad y fidelidad al Señor en medio de las dificultades.

Preguntas para reflexionar

1. ¿Por qué el rey insiste en celebrar la Pascua?
2. ¿Qué demostró el rey al hacer esa gran donación de ganado para celebrar la Pascua?
3. ¿De todo lo que hizo Josías qué es lo que le da un lugar inigualable en la historia de Judá? (2 Cr 35:18-19).
4. ¿En qué se demuestra el liderazgo espiritual de Josías? (2 Cr 34:33)

Comentarios

Colombia
  Irma Chery Montoya Moreno  (Colombia)  (15/12/2020)

El mundo de hoy, los gobiernos seculares y la Iglesia mundial necesita muchos Josías, hombres jóvenes comprometidos con el evangelio, las necesidades de su pueblo y anhelo ferviente de obedecer y agradar a Dios.
Estudio maravilloso que lleva a una gran reflexión.

Colombia
  Dalys Lozano Gutierrez  (Colombia)  (17/11/2020)

Ojalá hoy día, la iglesia del Señor tuviera ese mismo fervor para servir y hacer lo recto delante del Señor. Pienso que no hay temor, no amor sincero hacia las cosas del Señor. Por eso no hay un mover del Espíritu Santo en medio de la iglesia.
Dios les Bendiga

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