David era un joven que con frecuencia fue tomado en poco, sin embargo, él confiaba en el Señor, lo que le llevó a grandes victorias en su vida. En este pasaje veremos que aunque nadie pensó que pudiera vencer al gigante Goliat, con la ayuda del Señor lo consiguió...
La historia de David y Goliat nos recuerda que cuando todo parece perdido, el creyente puede depositar su confianza en Dios para obtener la victoria. ¡Y todos nosotros tenemos que luchar con grandes colosos en nuestra vida!
El pecado de David dañó muy gravemente su autoridad como marido, padre y rey. Sus consecuencias se perpetuaron en el tiempo. Ahora bien, como veremos, no fue algo súbito, sino que tuvo lugar porque algo andaba mal en su vida espiritual. Es importante prestar atención a lo que la Palabra nos enseña en este pasaje para que nosotros mismos no caigamos en el pecado...
Urías es un hombre íntegro que se mantiene fiel a sus principios en medio de circunstancias adversas, y que llega a pagar un precio muy alto por ello. Sin duda, como creyentes, debemos considerar e imitar su ejemplo.
El pecado del rey David fue espeluznante, pero la gracia de Dios fue mucho más grande... Miles de personas que se han hundido en las profundidades de la impiedad han sido impulsadas a buscar la misericordia al comprender que Dios perdona a aquel que está realmente arrepentido.
Bendito sea nuestro Dios que en su gracia nos perdona de todos nuestros pecados cuando clamamos a él con arrepentimiento, pero hay un hecho que muchas veces no queremos tener en cuenta: la desobediencia a Dios no queda sin consecuencias, sino que muchas veces nos deja cicatrices profundas y dolorosas...
Salomón construyó un templo donde los israelitas orarían a Dios, pero nosotros, en el día de hoy, somos escuchados en Cristo, lo cual es muchísimo mejor...
La reina de Sabá era una mujer curiosa y escéptica que buscaba respuestas a los interrogantes de la vida. Por esa razón fue a ver a Salomón. Ella quedó fascinada por las respuestas que recibió y la gloria de su reino. Pero el Señor Jesucristo fue mucho mayor que Salomón, y un día, todos los que hemos creído en él, diremos como dijo la reina de Sabá: Es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.
El sabio rey Salomón escribió: La justicia engrandece la nación (Pr 14:34). Pero para actuar con justicia, es necesaria también la sabiduría. En este pasaje vemos cómo él combinaba ambas cualidades. Desgraciadamente, muchos de nuestros gobernantes no representan estos valores, por eso esperamos al Rey supremo del mundo, al Señor Jesucristo, quien gobernará con sabiduría y justicia divinas...
¿Cómo es posible que un hombre tan sabio como Salomón se volviera a la idolatría? Sin duda fue un proceso paulatino que comenzó con una "pequeña" desobediencia a Dios. En este interesante estudio se considera cómo esto tuvo lugar. Y debemos estar muy atentos, porque si un hombre como Salomón cayó en semejantes pecados, nosotros sólo podremos ser librados por el poder de Dios...