Estudio bíblico: La oración, una condición para crecer en el conocimiento espiritual - Lucas 9:18-20

Serie:   La vida de oración de Jesús   

Autor: Wolfgang Bühne
Email: estudios@escuelabiblica.com
Alemania
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La oración, una condición para crecer espiritualmente

(Lc 9:18-20) "Y aconteció que estando él solo orando, estaban con él los discípulos; y les preguntó diciendo: ¿Quién dicen las gentes que soy? Y ellos respondieron, y dijeron: Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado. Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Simón Pedro, dijo: El Cristo de Dios."
Este detalle de "estando él solo orando" sólo lo menciona Lucas, mientras que Mateo y Marcos se concentran sólo en la conversación del Señor con sus discípulos. Juan omite esta escena.
Aquí no tenemos una oración en la soledad, sino una oración en presencia de los discípulos. Aparentemente tampoco duró toda la noche, sino que fue durante el día. El Señor no sólo predicaba sobre la oración, sino que lo vivía.
Como ya hemos dicho, nuestras oraciones no deben ser una demostración de nuestra piedad. Pero si vivimos junto a otras personas en la familia, en la iglesia y también en el servicio para nuestro Señor, entonces nuestra vida de oración no permanecerá escondida.
¿Cuáles fueron los motivos de oración del Señor en esta escena?
No podemos decirlo con toda seguridad, pero los versículos que siguen podrían indicar que oraba por los discípulos, porque en la conversación a continuación el tema es el conocimiento espiritual y las consecuencias que trae el ser un discípulo de Jesús.
Habiendo orado durante una noche entera antes de elegir a los discípulos, bien podemos imaginar que en esta ocasión también oró por ellos, porque tenía que decirles a los doce algo que les costaría comprender y aceptar. Lo que hasta el momento imaginaban y esperaban del reino de Dios y sus tareas se iba a romper como una pompa de jabón.
Los versículos 18 al 27 tratan de tres temas:
1. ¿Quién es el Señor? ¿Qué piensa la gente y qué piensan los discípulos de Él?
2. ¿Qué ocurrirá con el Señor en los próximos meses?
3. ¿Con qué consecuencias tienen que contar los discípulos por seguir al Señor?
De lo que trataba esta lección era, pues, de la comprensión espiritual o el conocimiento respecto a la naturaleza del Señor y su futuro; pero también de la posición como discípulos de Jesús en un entorno hostil.
El conocimiento espiritual no depende del intelecto, ni es automáticamente el resultado de una buena educación. Sin la iluminación por parte del Espíritu Santo nos quedaremos sin discernimiento espiritual.
Especialmente en lo que se refiere a la persona de nuestro Señor, dependemos de la "revelación del Padre", porque "carne y sangre", así dice el pasaje paralelo en (Mt 16:17), no son capaces de asimilar y abarcar la naturaleza, grandeza y gloria de Dios y del Hijo de Dios. Prueba de ello es la historia decepcionante de la teología universitaria en los últimos 250 años.
(Mt 16:16-17) "Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos."
Es mi propia experiencia, que uno se puede criar en un hogar creyente, oír diariamente un pasaje de la Biblia antes de la comida, asistir de niño y de joven año tras año cuatro veces por semana a la iglesia, tener en la cabeza las historias de la Biblia, creyendo que son verdad y defendiéndolas delante de otros, y a pesar de ello, estar tan ciego como un topo para las cosas espirituales, y tan frío como un pez muerto.
Al igual que Saulo, un hombre dotado intelectualmente y con elevada cultura filosófica y teológica, tenemos que experimentar cómo se nos "caen las escamas de los ojos" (Hch 9:18). Las verdades espirituales que hasta ese momento sólo conocíamos y podíamos mencionar en teoría, se hacen entonces una realidad viva, capaz de cambiar toda nuestra vida y llenar nuestro corazón de un gozo que antes no habíamos conocido.
El conocimiento espiritual es una obra de Dios, el Espíritu Santo en nosotros. Los "ojos de nuestro corazón" tienen que ser "iluminados" y para ello se necesita la oración.
Pablo oró por los efesios:
(Ef 1:17-18) "Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación"
(Ef 3:14-19) "Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, para que podáis comprender bien con todos los santos cuál sea la anchura y la largura y la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios."
Los mismos discípulos son el mejor ejemplo de que ni el mejor maestro, ni la mejor doctrina pueden cambiar nuestra vida automáticamente. Pedro tuvo que reconocer, después de su grandiosa confesión, que no había comprendido nada de nada, y también los otros discípulos reaccionaron con incomprensión, cuando el Señor anunció su futuro rechazo y crucifixión, y les dijo que su futuro en esta tierra no iba a ser un camino de rosas.
La necesidad de orar seriamente para que el Señor nos conceda conocimiento espiritual, la vemos muy bien ilustrada en una historia del Antiguo Testamento:
En 2 Reyes leemos cómo el rey de Siria hace guerra contra Israel y una noche, en una operación relámpago, pone cerco a la ciudad de Samaria con un gran ejército. Cuando el siervo del profeta Eliseo se levanta a la mañana siguiente y ve el fulgor de las espadas y armaduras del potente ejército sirio, exclama todo asustado: "¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?". A lo cual Eliseo responde:
(2 R 6:14-17) "No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Entonces Eliseo oró diciendo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Jehová abrió los ojos del criado, y éste miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de Eliseo."
Para poder ver las realidades espirituales necesitamos, por lo tanto, ojos abiertos por Dios, la intercesión de nuestro Señor y de nuestros hermanos, y la oración por causa de nuestra ceguedad espiritual.

¿ Qué podemos aprender de esto?

1. Si tenemos la buena costumbre de orar "en solitario" regularmente, y naturalmente también antes de acontecimientos especiales, esto no podrá quedar oculto. Se darán cuenta los que están a nuestro alrededor.
En los años pasados hemos hablado con muchos jóvenes creyentes de hogares cristianos, y una y otra vez nos han contado que muy raras veces o nunca han visto a su padre o a su madre "orar solos". Puede ser que los jóvenes a cierta edad no se fijen en esas cosas. Pero lamentablemente es un hecho cierto que muchos padres creyentes no tienen una vida de oración personal. Quitando la bendición de la comida no practican la oración.
Y hay muchas esposas que espiritualmente viven de "segunda mano" o tienen una concepción tergiversada de la repartición del trabajo: Leer y estudiar la Biblia y orar es tarea del hombre, que tiene más don y tiempo para ello y es, además, el responsable del bienestar espiritual de la familia, mientras que ella como esposa y madre tiene que preocuparse del bienestar terrenal de la familia.
También conocemos el otro extremo, en que el hombre echa de sí toda la responsabilidad espiritual y se la carga a su esposa, que "de todos modos no tiene mucho que hacer", siendo él el que tiene que trabajar horas extraordinarias para ganar el dinero necesario para el mantenimiento de la familia y otras comodidades.
La siguiente historia muestra la bendición que conlleva el ejemplo de un hombre o una mujer que ora. En su biografía, el misionero pionero Juan Paton (1824-1907) recuerda su hogar:
"Nuestra casa consistía de una habitación exterior y una interior y un cuartito entre ambas, o cámara, que llamábamos cubículo. La habitación exterior era el territorio de mi madre y era la cocina, cuarto de estar y comedor a la vez. La otra habitación era el taller de mi padre donde había 5 máquinas tejedoras de calcetines que trabajaban diligentemente.
El cubículo era una pieza muy pequeña entre estas dos habitaciones, con apenas lugar para una cama, una mesita y una silla, con una diminuta ventana que daba una diminuta luz a la escena. Este era el santuario de aquella cabaña. Allí diariamente, y muchas veces durante el día, por lo general después de cada comida, veíamos a nuestro padre retirarse, y cerrar la puerta, y nosotros los niños entendíamos, por una especie de instinto espiritual (porque tales cosas eran demasiado sagradas para comentar) que allí se estaban elevando oraciones a nuestro favor, como en la antigüedad lo hacía el sumo sacerdote detrás del velo en el lugar santísimo. Ocasionalmente oíamos los ecos de una voz temblorosa, rogando como alguien que ruega por su vida, y aprendimos a caminar pasando esa puerta de puntillas, a fin de no interrumpir la santa conversación.
El mundo quizá no sabía, pero nosotros sí, de dónde procedía esa luz feliz, como la sonrisa de un recién nacido, que siempre tenía el rostro de mi padre: era un reflejo de la presencia divina, de la cual él siempre estaba consciente. Nunca, ni en los templos ni en las catedrales, en los montes ni en los valles, podría esperar que el Señor Dios estuviera más cerca, caminando más visiblemente entre los hombres y hablando con ellos, que bajo el techo de paja y las vigas de roble de aquella humilde cabaña. Si alguna catástrofe impensable se llevara todo lo contenido en mi alma y en mis recuerdos, en lo que se refiere a la religión, con todo, los pensamientos retornarían a estas escenas de mi niñez y oirían el eco de las oraciones y súplicas, y toda duda desaparecería con las palabras: Él se relacionaba con Dios ¿por qué no podría yo hacer lo mismo?"
2. El conocimiento espiritual no se puede transmitir de forma racional. Dependemos de la iluminación del Espíritu Santo, y pedir que nos ilumine debería ser un tema constante de nuestras oraciones.
Por muy importante e imprescindible que sea el aprender de memoria versículos de la Biblia, himnos espirituales y poesías, si estas buenas palabras sólo se quedan en nuestra cabeza y no entusiasman ni cambian nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, este esfuerzo servirá sólo para ejercitar un poco nuestra masa encefálica.
Con todo el conocimiento bíblico, talento, didáctica y metodología podremos asimilar y transmitir informaciones bíblicas, pero si el Espíritu de Dios no ilumina y abre los "ojos del corazón", el trabajo será en vano.
Por eso es tan importante que toda clase de predicación y comunicación de verdades bíblicas sea preparada y acompañada por la oración, y también que sea presentada con oración.

Indice de fuentes

31 Juan Paton, Autobiografía

Comentarios

Argentina
  Jose Francisco Silva  (Argentina)  (10/08/2022)
Paz de Dios hermanos en Cristo, la verdad que muy hermosos estudios siempre los medito para luego traer un mensaje para la iglesia. Gracias a Dios estoy como diacono acompañando a un pastor en un anexo que se abrió hacia ya 3 años aquí en Gral Conesa Bs As. y siempre he meditado en sus estudios porque me han ayudado mucho en mi vida espiritual, que Dios los colme de bendiciones.
México
  Héctor González Pineda  (México)  (12/10/2020)
Paz de Cristo amados hermanos. Estoy retomando nuevamente el estudio del libro de San Lucas por parte de nuestra congregación y estamos estudiando un capítulo por día. Y me estoy apoyando para bendición en los estudios que ustedes nos han estado plasmando constante mente. Y agradezco a mi Señor Jesucristo por todo lo que está pasando. Pues esto a servido de mucho para mí en cuestión al COVID-19. A nivel mundial, y es por esta razón que nuestra congregación en obediencia a nuestro pastor estamos en lectura diaria y en oración. Les comparto esto porque me ha servido de mucho y estamos compartiendo la palabra con aquellos hnos. Que están empezando en el camino del Señor. Reciban un cordial saludo y muchas bendiciones en el amor de Cristo Jesús. Amén.
México
  Abel Pérez Anguiano  (México)  (24/05/2020)
La Paz de Dios, doy gracias a Dios por su ministerio que se extiende por muchos lugares del mundo, y nos lleva de la mano con sus enseñanzas con base a las escrituras. Dios les bendiga.
Perú
  Wilmer Palomino Cubas  (Perú)  (21/04/2020)
Lo primero que diré gracias a Dios en el nombre de Jesús y el amado Espíritu Santo. Por haberles conocido y yo pueda renovar mis ideas y animarme a tener una vida nueva. Es hermoso saber de Dios y su Palabra. Creo que ya no soy el mismo de antes .Bendiciones a todos.
República Dominicana
  Betty Merceds  (República Dominicana)  (28/09/2018)
Gracias le doy al señor por este medio que ha sido de tanta bendición y crecimiento a mi vida espiritual, lo uso como una fuente de estudio constantemente y este tema de la oración nos desnuda y nos hace ver cuan necesitados estamos de ella en esa dependencia continua de nuestro Señor.... estoy grandemente agradecida de ustedes hermanos.
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