Estudio bíblico de Marcos 7:1-37
Marcos 7
Este capítulo desarrolla el Tema del Evangelio de Marcos, que consiste en demostrar que el Señor Jesús es el Siervo de Dios, que esta actuando según la Voluntad de Dios. Le presenta como un Hombre de acción, que realiza sus actividades de una manera que apelaría al romano de aquella época y a cualquier persona interesada en dejar un determinado trabajo hecho y terminado. Y esta es una característica maravillosa de Jesús como Salvador; El puede salvar, y es el único que puede hacerlo.
En cuanto al período histórico comprendido entre la finalización del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo Testamento, se produjeron muchos cambios. Fue uno de los períodos más importantes de la historia del pueblo israelita. Durante la época de su cautividad y en el período entre los 2 Testamentos, después de que regresaran a su tierra, se registró un desarrollo de nuevos grupos y partidos no mencionados en el Antiguo Testamento. Se trataba de los Fariseos, los Saduceos, los escribas y los Herodianos, de los cuales diremos algo a continuación:
Escribas: Los escribas tuvieron un buen comienzo. Evidentemente, Esdras era un escriba y el fundador del grupo. Eran los expositores profesionales de la Ley. Sin embargo, en la época de nuestro Señor, se habían convertido en hombres discutidores de sutilezas, más preocupados por la letra de la Ley que con el espíritu de la Ley.
Fariseos: los Fariseos tuvieron igualmente un buen comienzo. Surgieron para defender el modo de vida judío frente a toda influencia extranjera. Eran legalistas estrictos. Creían en el Antiguo Testamento y en política, eran nacionalistas. Querían el establecimiento del Reino de los Cielos, es decir, del Reino de Dios, sobre la tierra.
Saduceos: Los Saduceos eran los ricos con una mentalidad social. No tenían profundidad espiritual. Querían librarse de la tradición. Rechazaban lo sobrenatural y se oponían a los Fariseos, que aceptaban el elemento sobrenatural y también el Antiguo Testamento. Eran muy semejantes a los Epicúreos griegos.
Herodianos: Los Herodianos formaban un partido en los tiempos de Jesús, y surgieron como oportunistas políticos. Estrictamente hablando, eran un partido que intentaba mantener a Herodes en el trono.
Estos antecedentes nos ayudarán a comprender el incidente con el que comenzamos nuestro estudio, leyendo en Marcos 7:1.
Los fariseos, y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén, se reunieron alrededor de El;
Aquí cabe observar que nuestro Señor había causado tal impresión que estos hombres no resistieron el impulso de venir desde Jerusalén, hasta el lugar donde El estaba desarrollando sus actividades en Galilea, cruzando el río Jordán hacia la zona de Decápolis, al área de las 10 ciudades. Veremos esto dentro de un momento. Ahora, leamos los versículos 2 al 4:
"y vieron que algunos de sus discípulos comían el pan con manos inmundas, es decir, sin lavar. (Porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos de que se laven las manos cuidadosamente, observando así la tradición de los ancianos; y cuando vuelven de la plaza, no comen a menos de que se laven; y hay muchas otras cosas que han recibido para observarlas, como el lavamiento de los vasos, de los cántaros y de las vasijas de cobre.)"
Detengámonos a considerar este detalle porque es bastante interesante. Estaba produciéndose una crisis sobre la Persona de Jesús. Más atrás, en Marcos 6:30, leímos que los apóstoles se habían reunido alrededor de Jesús y le habían contado todas las cosas que habían hecho después de que El les hubiese enviado a cumplir su misión. Ahora, también los escribas y los Fariseos se presentaron ante Jesús. Seguramente, iba a producirse una confrontación entre el Señor Jesús y sus seguidores por una parte, y los Fariseos y sus partidarios por la otra. El primer grupo estaba formado por Sus amigos, sus seguidores, quienes le amaban. El segundo grupo estaba compuesto por Sus enemigos, que procuraban destruirle.
Siempre ha sucedido de esta manera. Por eso también hoy hay 2 grupos: aquellos que confían en El y los que le rechazan. Y ahora, a un nivel ya más personal, ¿en qué grupo te encuentras tú? Esta es una cuestión muy importante. No se trata de saber si tú eres miembro de una iglesia o has cumplido con ciertas ceremonias; la cuestión esencial es más bien ésta: ¿Cuál es tu relación con Jesucristo? Esta es la pregunta más importante.
Este grupo era evidentemente una delegación especial enviada desde Jerusalén a Galilea para espiar a Jesús. Eran los opositores intelectuales que tenían la misión de hacer caer a Jesús en una trampa. Y la forma en que el Señor se defendió a sí mismo constituye para mí otra prueba de su Deidad. Según el Evangelio de Juan 7:46, el testimonio de sus enemigos sobre El era el siguiente: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! Por supuesto, para ellos no resultaba difícil encontrar alguna falta en el Señor Jesús, porque El no hacía ningún caso de las tradiciones de sus enemigos.
Ahora bien, ¿cuáles eran sus tradiciones? No estaban simplemente criticando a Sus discípulos por una infracción a los buenos modales, sino por el hecho de que el Señor no les hacía cumplir las tradiciones de ellos, en cuanto a su interpretación del Antiguo Testamento. Se trataba de una limpieza ceremonial y no tenía nada que ver con precauciones sanitarias. Teniendo en cuenta a sus lectores romanos, Marcos explicó que esta costumbre de la limpieza ceremonial era peculiar a Israel, lo cual era una realidad.
Dios había proporcionado a Israel mucha información sobre limpieza. En el Antiguo Testamento, en el libro de Levítico, hay numerosas instrucciones sobre limpieza. A este aspecto se le daba mucha importancia porque Dios les estaba enseñando a los israelitas la gran lección de que un pecador tenía que ser limpio, puro, antes de que pudiese disfrutar de compañerismo y comunión con un Dios santo. Pero los Fariseos habían acumulado una gran tradición, que se suponía que tenía que ser una interpretación de la Ley de Moisés. Y algunos de ellos incluso sostenían que Moisés les había entregado las tradiciones cuando les había dado la Ley. Con el tiempo, estas tradiciones se convirtieron en la interpretación de la Ley, llegando a producirse una gran desviación de las tradiciones, de lo que había sido el propósito de la ley.
Aquí en nuestro pasaje bíblico, algunas de estas tradiciones son descritas detalladamente como, por ejemplo, las de limpiar ceremonialmente los vasos, jarros y vasijas de metal, y las mesas. Todo esto constituía una tarea pesada, a la vez que una representación enteramente exterior. La palabra utilizada para "lavar" era bautizar. Uno puede fácilmente ver que alguien podía implicarse hasta tal punto en el ritual de la religión, que llegase a olvidar el propósito total de la Ley, que era lograr que una persona se pusiese en las condiciones apropiadas ante Dios, antes de poder establecer una relación con El. Y en la actualidad nos enfrentamos con esta clase de problemas. Hay muchas personas dispuestas a discutir con diversos argumentos ciertos Temas religiosos, cuando la preocupación principal debiera ser el concentrarse en la Persona de Jesucristo. Continuemos con el relato, leyendo el versículo 5:
"Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen con manos inmundas?"
Esta acusación dirigida contra Sus discípulos iba, por supuesto, dirigida personalmente contra El, porque ellos eran Sus seguidores. Observemos la forma enérgica en que Jesús les respondió. Leamos el versículo 6:
"Y El les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí."
Un hipócrita es alguien que está actuando, interpretando su papel, ya que la palabra se utiliza para hablar de los actores en el escenario. Ellos estaban cumpliendo un ritual religioso sin experimentar en absoluto ninguna realidad. Los labios y el corazón bien podían haber pertenecido a 2 diferentes personas. No tenían más experiencia espiritual que un muñeco sobre las rodillas de un ventrílocuo.
Hay muchas personas hoy, que simplemente van cumpliendo el ritual de su iglesia. Pero para que éste sea genuino, auténtico, el corazón debe estar implicado. Aquí es oportuno citar la carta a los Romanos 10: 9 y 10:
"que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación."
En la actualidad, las personas se ocupan en conocer los credos y confesiones de iglesias, en participar en la adoración pública, y en muchos otros detalles. Pero todo ello puede convertirse en una cuestión de tradición, sin implicar una relación y un trato directo con el Señor Jesucristo.
Volviendo a nuestro pasaje de Marcos 7, leamos los versículos 7 al 9:
"Mas en vano me rinden culto, enseñando como doctrinas preceptos de hombres. Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. También les decía: Astutamente violáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición."
La adoración queda vacía e inútil cuando las reglas humanas ocupan el lugar de la Palabra de Dios. Este es el meollo de la cuestión. Se sustituye la Palabra de Dios por las tradiciones humanas. Una tradición puede ser, en efecto, buena y haber sido establecida por una muy buena razón. Sin embargo, se convierte en algo malo o perjudicial al convertirse, en generaciones posteriores, en un sustituto de la Palabra de Dios. Y esto es lo que le había sucedido a aquellos escribas y Fariseos. Las palabras de Jesús continúan en los versículos 10 al 13:
"Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que hable mal de su padre o de su madre, que muera; pero vosotros decís: Si un hombre dice al padre o a la madre: Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán (es decir, ofrenda a Dios); ya no le dejáis hacer nada en favor de su padre o de su madre; invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición, la cual habéis transmitido, y hacéis muchas cosas semejantes a éstas."
Ahora les estaba poniendo un ejemplo de lo que estaban haciendo. En la Ley, uno de los mandamientos de Dios establecía que se debía honrar al padre y a la madre. Pero la tradición humana les permitía evadirse de esa responsabilidad hacia sus padres. Si un hombre no deseaba ayudar a sus padres cuando éstos fuesen ya mayores y estuviesen pasando necesidad, dedicaría sus posesiones o los recursos necesarios para sostener a sus padres al sacerdote en el templo. Dichos recursos eran declarados "corbán", que significaba una ofrenda, una donación. Entonces, según la tradición de los escribas, ese hombre quedaba exento de ese mandamiento de Dios y sus padres quedaban legalmente excluidos de cualquier reclamación contra él. A la muerte del hombre, su patrimonio quedaba para el templo.
El estaba diciendo que la tradición era perniciosa y contradecía la intención de la Ley de Dios, que era honrar al padre y a la madre. Y ésa era una responsabilidad que las personas debían cumplir.
Al continuar con este pasaje ante nosotros, vemos que el Señor iba a entrar en detalles. Leamos los versículos 14 y 15:
"Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended: no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre."
El estaba diferenciando entre lo que era externo y lo que era interno, y señalando lo que era real. La religión no es algo que uno se puede aplicar como si fuese una crema, frotándose. No tiene que ver con detalles como, por ejemplo, comer o abstenerse de comer.
Observemos entonces que El entró en la casa y sus discípulos vinieron y le preguntaron sobre la parábola. Leamos los versículos 18 al 20:
"Y El les dijo: ¿También vosotros sois tan faltos de entendimiento? ¿No comprendéis que todo lo que de afuera entra al hombre no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el estómago, y se elimina? (Declarando así limpios todos los alimentos.) Y decía: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre."
Veamos, pues, lo que sale del ser humano. Leamos los versículos 21 al 23:
"Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre."
Podemos tener la seguridad que si abrimos el periódico de la mañana, en cualquier parte del mundo en que vivamos y lo leemos, encontraremos que los elementos de esta lista han salido del ser humano en las últimas 24 hs. En esta lista están incluidos,
Malos pensamientos
Inmoralidad sexual y relaciones sexuales ilegítimas
Robos
Asesinatos
Codicia, o aferrarse a los bienes materiales o una determinada posición.
Maldades, o cualquier acto realizado con la intención de causar daño.
Engaño, o la pretensión de representar algo que no es cierto
Vicios, o sensualidad
Envidia
Calumnia, o chismes
Orgullo; lo que Dios detesta por encima de todo
Insensatez, o falta de juicio o sentido común.
Todo ésto surge del corazón humano. Es por tal motivo que el Señor Jesús dijo: "El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios"
Pero el relato continúa. Leamos los versículos 24 al 30:
"Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiera, pero no pudo pasar inadvertido; sino que enseguida, al oír hablar de El, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a sus pies. La mujer era gentil, sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio. Y El le decía: Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Pero ella respondió y le dijo: Es cierto, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos. Y El le dijo: Por esta respuesta, vete; el demonio ha salido de tu hija. Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido."
Hemos comentado este incidente anteriormente, en Mateo 15. Recordemos que nuestro Señor salió de su propia tierra y se encontró con esta mujer griega, ciudadana de Tiro, que vino a Jesús con una actitud de fe. Al principio, la forma en que el Señor la trató podría parecer áspera. Pero esta mujer fue un sobresaliente ejemplo de fe que Jesús encontró fuera de su pueblo. Y el señor respondió a su petición. Uno se pregunta si el Señor no habrá ido a esa región con el propósito específico de responder a la fe de aquella mujer.
Jesús salió de Tiro y de Sidón y atravesó Decapolis en Su camino hacia el Mar de Galilea. La palabra Decápolis, traducida, significa Diez Ciudades. Era un distrito que abarcaba 10 ciudades, mayormente al este del Río Jordán, en un área cercana al Mar de Galilea. El Señor realizó importantes actividades en esta zona y las multitudes acudieron a aquellas ciudades.
Leamos los versículos 31 al 37:
"Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Y le trajeron a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad. Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban. Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar."
Debo decir que todo lo que Jesús hizo durante este milagro fue una ayuda, un estímulo para la fe. Al examinar el caso, la idea total revela que la condición de este hombre determinó que Jesús utilizase este método. En primer lugar, sus oídos fueron abiertos para que él pudiese oír. Después de esto, fue aparentemente inútil intentar que la multitud permaneciese en silencio. Fue este milagro el que causó un gran impulso a las actividades del ministerio de Jesús, que ya había traspasado todos los límites.
En aquel momento la presión ejercida sobre Jesús era, humanamente hablando, insoportable. Pero, a pesar de dicha presión, las cargas de las multitudes, las tensiones de aquellos días largos y agotadores y el cansancio del cuerpo, la multitud pudo decir: "Todo lo ha hecho bien".
No puedo menos que recordar el relato de la creación, en Génesis 1, cuando Dios creaba, y que el escritor de aquellas páginas añadió repetidamente la frase "Y vio Dios que era bueno". El hizo las cosas bien desde el principio. Pero luego entró la desobediencia, el pecado y la rebelión, y el ser humano se alejó de Dios.
Por tal motivo, te recuerdo que si inicias una relación con Dios por la fe en Jesucristo, aceptándole como tu Salvador, y le permites que El intervenga en tu vida para irla transformando, tú también podrás comprobar que todo lo que El haga contigo, lo hará bien.
Copyright © 2001-2024 ( TTB - Thru the Bible, RTM - Radio Transmundial, EEA - Evangelismo en Acción). Todos los derechos reservados.
CONDICIONES DE USO