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Estudio bíblico de 1 Timoteo 5:1-19

1 Timoteo 5:1-19

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en esta Primera Epístola del Apóstol Pablo a Timoteo. Y llegamos hoy al capítulo 5. Los capítulos 5 y 6 tratan sobre este asunto tan práctico de los deberes de los cargos en la iglesia. Este tema se introduce en la esencia misma de la vida de la iglesia en la actualidad. No hay nada de idealismo en el tratamiento de este tema, sino que es muy realista y significativo. Y salvando las lógicas distancias con los valores de la cultura de aquella ciudad y época, podemos aplicar a nuestra situación actual los principios generales al funcionamiento de la iglesia local, para que ésta continúe siendo una luz, un testimonio constante de la acción de Dios en el mundo, de la dirección y autoridad de un Cristo que vive y es Señor de Su iglesia, y de la acción del Espíritu Santo en el mundo y en la iglesia.

Leamos entonces el versículo 1, que comienza a hablarnos sobre

La relaciones de los ministros con los diferentes grupos de la iglesia local

"No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos"

Aquí se menciona en primer lugar al anciano. La primera relación considerada fue la relación de Timoteo con los ancianos. Ha habido cierta diferencia de opinión en cuanto al uso que Pablo le da a esta palabra "anciano". ¿Se está refiriendo él al cargo de anciano en la Iglesia o simplemente a la persona considerada anciana por su edad, alguien que fuera mayor que Timoteo? Bueno, en la Iglesia primitiva el anciano era un cargo en la Iglesia, pero la palabra aquí se refiere al individuo. Creemos que Pablo estaba aquí pensando en ambos aspectos: estaba hablando de un hijo de Dios maduro, y de un hombre que ocupaba un cierto cargo. Así que Pablo se refirió a ambos por el simple hecho de que alguien que ocupaba el cargo de anciano, era un hombre ya mayor, de una avanzada edad.

Veamos entonces la frase completa. No reprendas a un anciano, sino exhórtalo como a padre. Timoteo no debía reprender a un anciano públicamente, sino que debía razonar con él en privado. Tenemos que recordar que Timoteo era un hombre joven y que tenía que actuar con mucho tacto en su relación con los hombres ancianos en la Iglesia. Es decir, que él no debía adoptar la actitud de alguien que lo sabía todo o de un dictador sobre estos ancianos. Tenía que animarles, y si lo consideraba necesario, tener una conversación privada con ellos.

Y después añadió el apóstol a los más jóvenes, como a hermanos. O sea que debía existir una relación grata y afable entre Timoteo y los hombres mayores, y también con los de su misma edad.

Ahora aquí tenemos también la relación que debía tener el Pastor o el ministro con las ancianas. Leamos el versículo 2:

"A las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza."

Notemos las palabras con las cuales finaliza este versículo: "Con toda pureza". El ministro o el Pastor de una iglesia tiene que ser muy cuidadoso en su trato con las personas del sexo opuesto. Posiblemente, nada ha perjudicado más, o más frecuentemente estropeado el ministerio de una iglesia que el pecado en esta área. Cuando un pastor ha tenido que salir de una iglesia por un problema de este tipo, el decaimiento espiritual en esa iglesia es muy perceptible. Nada puede destruir la vida espiritual de una iglesia más que esta clase de experiencias. Este tipo de moralidad de tolerancia no funciona en la iglesia.

Pablo instruyó a Timoteo con respecto a su relación con los hombres de la iglesia -tanto los de mayor edad como los jóvenes-y después, con las mujeres -tanto las mayores como las más jóvenes. A continuación comenzó a hablar sobre sus relaciones con un tercer grupo. Leamos el versículo 3 de este quinto capítulo de Timoteo:

"Honra a las viudas que en verdad lo son."

Esta palabra que tenemos aquí, "honra", es una palabra muy interesante. En el idioma griego es la misma palabra de la cual proviene nuestra palabra "honorario". Contiene la idea de un valor que se atribuye a algo. Es como si una persona realiza una tarea a favor de otra, y recibe un honorario por ella, porque le ha atribuido un valor a lo que esa persona ha hecho.

La Iglesia primitiva cuidaba a las viudas y se esmeraban mucho en esa tarea. La atención de las viudas fue un problema que surgió en el capítulo 6 del libro de los Hechos de los Apóstoles. Los griegos (que eran judíos de fuera de Israel) pensaban que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria a favor de las otras. Que ellas no estaban recibiendo tanto como recibían las otras. Cuando se presentó este problema, los apóstoles inmediatamente buscaron una solución y nombraron a algunos hombres para controlar la atención a las viudas, para que ellos pudieran continuar concentrándose en la predicación de la Palabra. Así que aquí en este quinto capítulo de 1 Timoteo Pablo estaba dando instrucciones sobre como llevar a cabo la atención y cuidado de las viudas.

Ahora comentaremos el matiz que se añade a esta instrucción. Dice aquí honra a las viudas que en verdad lo son. Las instrucciones dadas en la Palabra de Dios son muy prácticas; utilizaron mucho sentido común y no fueron impulsadas por sentimentalismo. Los cristianos son conocidos como personas compasivas y hay muchas personas hoy que nos piden ayuda. Y tenemos que ser muy cuidadosos. La iglesia primitiva se ocupó de atender a las viudas, pero no lo hizo de una forma aleatoria o dejándose llevar por emociones momentáneas. Los diáconos tenían que investigar para conocer la verdadera situación y comprobar quienes eran verdaderamente viudas, cuál era su necesidad y que grado de necesidad tenían.

En la actualidad, ésta es quizás un área descuidada en muchas iglesias. A algunas iglesias les faltan medios, y a otras una adecuada planificación de esa obra social, que incluya una investigación para conocer la verdadera situación de muchos que piden ayuda.

A continuación Pablo iba a tratar este problema citando detalles muy específicos. Leamos el versículo 4 de 1 Timoteo 5:

"Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, aprendan estos primero a ser piadosos para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios."

Así que la investigación debía determinar si la viuda en cuestión tenía hijos. Y si así era el caso ¿por qué no la estaban sosteniendo económicamente? ¿Y tenía nietos? Todos ellos tenían una responsabilidad hacia ella. Este era el método de Dios y vemos que aquí dice esto es bueno y agradable delante de Dios. Y creemos que ese método está aun vigente y debería ser aplicado. Y dice el versículo 5:

"Pero la que en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios y es diligente en súplicas y oraciones noche y día."

Aquí vemos que se está hablando de una verdadera viuda, y que se había quedado sola, por lo tanto necesitaba ayuda, Como era una mujer piadosa oraba. No solo oraba por la iglesia y por sus autoridades, sino que también oraba por sí misma y por su necesidad. Por supuesto, tenía derecho a hacerlo. Y examinando también nuestra situación actual diremos que Dios nos usa a nosotros para ayudar a contestar tales oraciones. El apóstol dejó en claro que cuando encontramos a una viuda que se encuentra en esta situación, tenemos que ayudarla. Pero volviendo al relato Bíblico, vemos que podía darse otro caso. Leamos el versículo 6 de 1 Timoteo 5:

"Pero la que se entrega a los placeres, aún viviendo está muerta."

Pero si cuando se estaban estudiando los casos, al llegar a una casa, se encontraban a una viuda que podía entregarse a una vida social dudosa, o a los placeres en compañía de otras personas, evidentemente esa viuda no necesitaba ayuda. Y no importaba que tuviera familiares en la iglesia, ni que estos tuvieran cargos o responsabilidades. Y el Apóstol enfatizó estas normas en el versículo 7 de este quinto capítulo de 1 Timoteo:

"Manda también esto, para que sean irreprochables"

Es decir, que Pablo le estaba diciendo aquí a Timoteo, tuviera cuidado de aclarar bien estas instrucciones para que todos pudieran ser intachables y actuar de una manera honorable en estos asuntos. Y añadió en el versículo 8:

"Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo."

Realmente, no podríamos enfatizar nosotros más este asunto que lo que se enfatiza aquí. La viuda debía ser cuidada y atendida por sus propios familiares. Si sus propios parientes cristianos están negando esa ayuda a un familiar necesitado como ella, cualquier tipo de testimonio público del evangelio que ellas estén dando, aunque ese testimonio sea muy destacado, no tiene validez para Dios. Aquí se los califica como peores que los incrédulos. La Biblia es aquí muy clara; en otros pasajes uno puede perder algún detalle si no presta atención, pero aquí nadie puede dejar de entender lo que se está diciendo. Continuemos leyendo el versículo 9 de este quinto capítulo de 1 Timoteo:

"Sea puesta en la lista solo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido"

La lista aquí mencionada, era la relación del grupo de viudas que debían ser ayudadas. Ahora, ¿por qué fijaron esa edad límite? Porque si ella tenía una edad inferior a esa, aun podía trabajar y así satisfacer sus necesidades por sí misma. Y continúa diciendo el versículo 10:

"que tenga testimonio de buenas obras: si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha socorrido a los afligidos, si ha practicado toda buena obra."

Veamos esta frase que tenga testimonio de buenas obras. Pablo estaba diciendo que era bueno considerar que clase de persona había sido esa viuda en el pasado. Debía conocerse su vida anterior. No se debía ayudar a cualquiera que apareciera pidiendo solidaridad. Pero si ella esa clase de persona que se describía en este versículo 10 y necesitaba ayuda, había que ayudarla.

Al profesor McGee le agradaría que las iglesias de nuestro tiempo volvieran a estos principios básicos y sencillos, que se aparten de lo meramente de los sentimental y que atraiga las emociones. A veces respondemos a súplicas de ayuda, generalmente procedentes de fuera, que apelan a nuestra compasión y descuidamos otras que se encuentran en nuestro medio y que sufren una necesidad real. Pensaba el profesor en esa viuda que pertenece a nuestra propia iglesia, que vive sola y rara vez es visitada. Sus hijos se han trasladado y ella puede que esté pasando por necesidades físicas. A veces las iglesias pasan por alto estas situaciones. Pero si la iglesia se hiciera cargo de estos casos, su testimonio no pasaría desapercibido al mundo. Incluso algunas de estas viudas que reciben ayuda de la iglesia podrían ser de ayuda como diaconisas participando en tareas apropiadas a su experiencia. Algunas viudas han resultado muy eficaces para visitar a otras viudas y ayudándolas a superar su soledad y depresión. Continuemos ahora leyendo los versículos 11 y 12 de este quinto capítulo de 1 Timoteo:

"Pero viudas más jóvenes no admitas, porque cuando, impulsadas por sus deseos, se rebelan contra Cristo, quieren casarse, incurriendo así en condenación por haber quebrantado su primera fe."

Era probable que la viuda más joven quisiera casarse otra vez, y ello era razonable. Pero observemos también que existía el peligro de que quisiera volver a casarse por motivos equivocados. Existía el peligro de que olvidara la práctica y requisitos de su fe, Así que la iglesia tenía que ser cuidadosa en probar y evaluar también el caso de las viudas jóvenes. Leamos ahora el versículo 13:

"Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entrometidas, hablando lo que no debieran."

En otras palabras, podían llevar chismes de una casa a otra, que son comentarios destructivos, Por eso dice aquí hablando lo que no debieran. Ese era el riesgo que corrían las viudas jóvenes, que habiendo sido liberadas de la responsabilidad de ser esposas y amas de casa (y en algunos casos sin hijos) pudieran convertirse en visitadoras no constructivas. De ahí el consejo que encontramos en el versículo 14, que dice:

"Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia"

Así que se esperaba que la mujer construyera hogares.

En toda esta sección Pablo estaba dando instrucciones sobre el comportamiento de hombres y mujeres en la iglesia. Él estaba enfatizando que estas relaciones deberían ser del máximo nivel como un testimonio ante el mundo, para que no dieran lugar a las críticas del enemigo. Porque veamos lo que dice el versículo 15 de 1 Timoteo

"Porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás."

En estos casos, evidentemente estas viudas no eran creyentes genuinas. Y continúa diciendo el versículo 16:

"Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que en verdad son viudas."

Cada familia debía sostener a sus propias viudas, para que la iglesia pudiera concentrarse en ayudar a las viudas que no tenían familia y se encontraban pasando realmente por situaciones de necesidad. Y ahora, otro consejo en dirigido en otra dirección. Leamos el versículo 17 de 1 Timoteo 5:

"Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar"

La iglesia primitiva pagaba a sus maestros y creemos que a un buen maestro se le pagaba un poco más. Y añade el versículo 18:

"Pues la Escritura dice: «No pondrás bozal al buey que trilla» y «Digno es el obrero de su salario»."

Pablo está citando de Deuteronomio 25:4 y de Lucas 10:7. Prácticamente casi todos los hombres dedicados al ministerio que hemos conocido, estaban sirviendo a Dios por vocación, es decir, por motivos ajenos al dinero. Y la Palabra de Dios nos enseña a ser generosos con quienes dedican la totalidad de su tiempo al estudio y la enseñanza de la Biblia. Finalmente por hoy, leamos el versículo 19 de este capítulo 5 de 1 Timoteo:

"Contra un anciano no admitas acusación si no está apoyada por dos o tres testigos."

Si se cumpliera este procedimiento, se eliminarían muchos de los chismes, malos entendidos y conflictos que se producen en algunas iglesias. Pablo dijo que el pastor y cada miembro de la iglesia deberían negarse a que nadie les susurre al oído chismes acerca del pastor o de otro cargo de la iglesia. Las personas debían poder probar sus acusaciones en presencia de testigos. Lo importante era tener los hechos comprobados antes de hablar. Y si alguien tenía los hechos, en vez de esparcir un escándalo por todas partes, esa persona tenía que procurar corregir el problema acudiendo a las autoridades de la iglesia. Cualquier acusación debía ser hecha ante más de un testigo.

Continuaremos, Dios mediante, con este tema, en nuestro próximo programa y le sugerimos que lea el resto de este capítulo 5, que concluiremos en nuestro próximo programa, para tener una visión de conjunto del mismo. Esperamos como siempre, continuar contando con su compañía en este viaje a través de la Biblia.

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