Estudio bíblico: Jonás, un profeta deprimido - Jonás 4:1-10
Jonás, un profeta deprimido (Jonás 4:1-10)
Dios a veces emplea las fuerzas de la naturaleza para enseñarnos algo. Por ejemplo, cuando se manifiesta a Elías, utiliza un gran viento, un gran terremoto y un gran fuego. Pero en la segunda parte de la historia de Jonás, vamos a ver que el Señor recurre a elementos simples, a fenómenos naturales que podemos observar todos los días. ¿Quién no ha observado alguna vez una enredadera que crece rápidamente? ¿Quién no ha visto gusanos o sentido el calor sofocante de un viento de verano que procede de "tierra adentro"?
El capítulo 3 del libro de Jonás termina diciendo: "Dios vio lo que hicieron, que se volvieron de su mal camino, y desistió del mal que había determinado hacerles, y no lo hizo". Como resultado de la predicación en Nínive, hubo una "conversión masiva". Jonás fue uno de los predicadores más exitosos de toda la historia. Una ciudad entera se convirtió, incluyendo a su rey. Como resultado, Dios cambia su plan de destrucción y perdona a Nínive.
El capítulo 4 comienza diciendo: "Pero esto desagradó grandemente a Jonás y lo enojó". Uno se pregunta cómo es posible que un creyente se pueda enojar con Dios. Pero aunque no nos demos cuenta, muchas veces lo hacemos.
Jonás, entonces, oró diciendo: "Oh Señor, ¿no es esto lo que decía yo estando aún en mi tierra? ¡Por eso me adelanté a huir a Tarsis! Porque sabía que tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes de hacer el mal" (Jon 4:2).
Notemos que esta plegaria, en realidad, no es una oración. Jonás aquí está justificando lo que hizo cuando trataba de huir a Tarsis. Parece increíble que después de todo lo que pasó en el vientre del gran pez, no entendió nada de lo que Dios quería enseñarle. Jonás es como nosotros. Puede hablar con términos teológicos, puede mencionar los atributos de Dios con palabras adecuadas, pero no entiende el significado real y profundo de estos términos. En el fondo, está diciendo: "Después de todo, yo tenía razón en lo que hice". Quizás Jonás no se da cuenta de que la única razón por la cual está vivo y puede hablar es porque "Dios es clemente y compasivo". Es muy difícil entender que Jonás realmente captara la clemencia, compasión y misericordia del Señor y al mismo tiempo tuviera tanta aversión contra los habitantes de Nínive. Parecería que el odio que demuestra en el capítulo 1 no ha disminuido después de su predicación: "¡De aquí a cuarenta día Nínive será destruida!".
Entonces llegamos al versículo 3, donde percibimos qué es lo que experimenta el profeta. Es muy difícil perdonar cuando hemos sido heridos intensamente. Jonás desafía a Dios diciendo: "Ahora, oh Señor, por favor, quítame la vida, porque mejor me es la muerte que la vida".
La muerte por medio de un "suicidio disfrazado" en el barco que se dirigía a Tarsis no había funcionado, así que ahora Jonás le pide a Dios que le quite la vida. El deseo de morirse es característico de la depresión psicología severa. En cierta ocasión, una anciana con muchos achaques de la edad le dijo a un predicador que ella le pedía siempre a Dios "que la llevara de inmediato a su presencia". Esta señora tenía muchas molestias debido a una artritis que, en realidad, no era demasiado grave. El predicador, entonces, la sorprendió con una respuesta en tono de broma: le dijo que su oración no sería oída porque el Señor había orado específicamente en contra de su petición. Entonces le mostró las palabras de (Jn 17:15): "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno".
¿Por qué dice ahora Jonás que le es mejor la muerte que la vida? Creo que la causa fundamental es su depresión severa. Observe la gracia y misericordia en la respuesta del Señor. Alguien ha dicho que el versículo 4 tendría que estar en la cocina de todas las casas: "El Señor le respondió: ¿Haces bien en enojarte tanto?" (Jon 4:4). Observe que es como si el Señor le dijera: "Acepto que estés un poco enojado. Pero tu enfado es demasiado intenso; has reaccionado de una manera inapropiada para tu situación".
Muchos de nosotros deberíamos confesar que somos descendientes directos de Jonás. Hay situaciones que nos producen un enojo desproporcionado. Y es en esos momentos cuando las palabras del Señor a Jonás se aplican también a nosotros.
En el versículo 5 leemos: "Entonces Jonás salió de la ciudad y se sentó al oriente de ella. Allí se hizo una enramada y se sentó a su sombra hasta ver qué sucedería a la ciudad". Si esto hubiera sucedido en nuestros días, Jonás hubiera puesto su filmadora en un trípode para documentar la catástrofe. Jonás quiere ver si el Señor es realmente misericordioso.
Estamos llegando a una de las partes más importantes de este libro. Dios le va a enseñar a su profeta algo sobre su carácter. Jonás no tiene el amor de Dios en su corazón. Jonás tiene religión, preceptos y mucho patriotismo, pero no tiene amor. Y esto es lo que Dios requiere de los creyentes. Por eso, el apóstol Pablo nos dice: "¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo" (1 Co 2:16).
El Señor va a enseñarle esta lección a Jonás y, para esto, va a utilizar un elemento del mundo vegetal. Una planta que crece a una velocidad increíble. Esta planta sería un ejemplo excelentísimo para uno de esos anuncios publicitarios de fertilizantes de jardín que prometen un crecimiento maravilloso.
El segundo instrumento que va a emplear es un integrante del reino animal, que a la mayoría de las personas disgusta: un gusano.
La enramada brindaba sombra, pero tenía muchos espacios por los que entraba el sol. Llegamos así al versículo 6: "Entonces el Señor dispuso que creciera una plata de ricino, para que hiciese sombra sobre la cabeza de Jonás para protegerle de la insolación. Y Jonás se alegró muchísimo por el ricino". Observe que el profeta se alegra excesivamente por el crecimiento de esta planta de ricino. Pero luego se entristece también excesivamente cuando la planta se seca. Jonás tiene una tendencia a intensos cambios de humor. Pero ahí no termina todo. Parecería que la planta de ricino crece en una noche y parte del día. Se sabe que esta planta tiene un desarrollo rápido, pero el hecho de que creciera lo suficiente como para dar una buena sombra fue, de hecho, un milagro del Señor.
Pero Dios no había completado su lección. Los versículos 7 y 8 nos dicen que "Dios dispuso también, al amanecer del día siguiente, un gusano que atacó la planta de ricino y ésta se secó. Y aconteció que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento oriental, y el sol hirió la cabeza de Jonás, de modo que se desmayaba y anhelaba morirse. Y dijo: ¡Mejor me es la muerte que la vida!". Jonás tiene un problema muy serio. Tiene un gravísimo conflicto de valores. Para él, una sencilla planta de ricino vale muchísimo, mientras que la vida de los habitantes de Nínive no vale nada. Esa planta le daba cierta comodidad y bienestar. Era su aparato de "aire acondicionado". Confieso que yo, muchas veces, tengo una mentalidad muy similar a la de Jonás; le doy mucha importancia a las cosas de este mundo y muy poca a las cosas del Señor. Con frecuencia, los creyentes pueden mirar la televisión durante varias horas, pero les resulta difícil leer la Palabra de Dios durante cinco minutos.
Jonás podría haber alabado al Señor por su compasión al perdonar a Nínive, pero, en cambio, está llorando por la planta de ricino. Jonás estaba muy contento con su planta. Todos tenemos nuestra "planta de ricino" en nuestras vidas. Y algunos tienen galpones repletos de "plantas de ricino". Generalmente, estas "plantas de ricino" no tienen nada malo en sí mismas; pero cuando les damos un lugar inapropiado en nuestras vidas llegan a controlar nuestro carácter, nuestras emociones y nuestras decisiones. Por eso Juan nos dice: "Hijitos, guardaos de los ídolos" (1 Jn 5:21).
Dios emplea un gusano para destruir algo a lo que Jonás da un valor irreal. Le ha otorgado a su planta un "precio" infinitamente más grande que el que tiene, y Dios la seca para mostrarle qué es lo que realmente tiene valor. Note que Dios echa mano de un viento oriental y del sol, con toda su energía. Ese viento no es una brisa que refresca; es un viento sofocante.
¿Cuál es la causa por la que Jonás se quiere morir? El no ve un propósito en su vida, no tiene metas. Jonás está deprimido. Lo estaba en el capítulo 1 y lo está también en el último capítulo. Quiere morirse, pero el Señor quiere usarlo. Quiere morirse, pero Dios quiere que su vida sea de bendición para otros.
Dios hace maravillas en los momentos de depresión
¿Cuál es la razón de la depresión de Jonás? Las razones de los estados depresivos son complejas y muchas veces no surgen a causa de un único factor sino de varios factores. Creo que aquí podríamos incluir las siguientes:
En primer lugar, la abierta desobediencia a la revelada voluntad de Dios.
En segundo lugar, una experiencia traumática como la de la tormenta en el mar, que se continúa con la de estar en el vientre del gran pez. La experiencia de Jonás implica la sucesión de una crisis tras otra. Esto produce una situación de estrés e inestabilidad emocional, que favorece la depresión psicológica.
En tercer lugar, el hecho de persistir en una actitud de conflicto contra Dios llevó a Jonás a una situación de conflicto interno permanente.
Llegamos al final del libro. Los versículo 10 y 11 cuentan que Dios le dijo a Jonás: "Tú te preocupas por la planta de ricino, por la cual no trabajaste ni la hiciste crecer, que en una noche llegó a existir y en una noche pereció. ¿Y no he de preocuparme yo por Nínive, aquella gran ciudad, donde hay más de 120.000 personas que no distinguen su mano derecha de su mano izquierda, y muchos animales?".
Dios le explica a Jonás que él tiene cuidado de su creación. De las plantas, de los seres humanos y de los animales.
Y ahora viene la parte matemática del problema. Si una planta tuviera el mismo valor que un ser humano, entonces Nínive tendría que importar 120.000 veces más que la planta de ricino. Y si un ser humano vale muchísimo más que una planta, entonces Nínive vale también muchísimo más. Observe la frase: "¿Y no he de preocuparme?". Dios está buscando en su misericordia que el hombre se vuelva a él. Por eso, las Escrituras dicen que Dios "quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Ti 2:4). Dios le ha otorgado a Jonás una segunda y una tercera posibilidad, pero, por encima de todo, le ha concedido una nueva mentalidad, una manera distinta de ver las cosas.
¿Qué podemos hacer nosotros para no caer en este proceso de desobediencia y depresión?
Creo que las palabras de Hebreos 12 nos ayudan. En el versículo 3 leemos: "Considerad, pues, al que soportó tanta hostilidad de pecadores contra sí mismo, para que no decaiga vuestro ánimo ni desmayéis". El que desmaya, en un sentido literal, pierde el sentido, cae al suelo y no puede seguir andando. Las palabras "decaimiento del ánimo" y "desmayar" nos sugieren un estado depresivo. Pero este capítulo de Hebreos nos da la solución en el versículo 2: "Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe; quien por el gozo que tenía delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios".
Después de un estado de depresión, se puede tener una manifestación más clara de la gloria de Dios, como le sucedió a Elías. ¡Pero qué lastimoso es cuando, como Jonás, todo lo que ve la persona es una "planta de ricino"! Son muy pocos los que tiene una manifestación de la gloria divina luego de pasar por un estado depresivo. El Señor quiere elevar nuestra mirada. Por lo tanto pongamos "los ojos en el Autor y Consumador de la fe".
Algunos temas para la predicación y el estudio en grupos
El enojo desproporcionado.
El enojo contra Dios.
Los atributos de Dios (compasión, misericordia, poder, control de las fuerzas naturales y de los seres vivientes en la naturaleza).
Dios quiere usar nuestras vidas para su gloria a pesar de nuestras limitaciones y características.
Preguntas para reflexionar y discutir
¿Qué asuntos específicos le provocan un enojo desproporcionado? Analice de qué nuevas maneras el Señor desea que usted reaccione en cada uno de los asuntos mencionados.
¿En qué momentos del pasado se ha enojado usted con Dios? ¿Cuáles han sido las consecuencias de su enojo?
¿Qué enseñanzas le ha provisto el Señor en una situación de enojo injustificado?
¿Hay alguna nación, grupo o persona contra la cual usted siente un fuerte rechazo? Después de leer la historia de Jonás, ¿cuál es el sentimiento que usted cree que Dios puede tener hacia esa nación, grupo o persona? Trate de fundamentar su respuesta con algún versículo del libro de Jonás.
¿De qué manera debería usted trabajar sobre sus sentimientos para ajustarlos al sentir de Dios?
Comentarios
Melissa Heredia (México) (24/11/2023)
Gracias por el estudio, siempre pensaba que la historia de Jonas era la misericordia de Dios por permitirle salir del pez, hasta ahora entiendo que es una historia de depresión y enojo del profeta. Me quedo con esto de pensar cuál es mi planta de ricino, y cuáles son esas cosas por las que me enojo tanto. Dios le bendiga, gracias!
Raul Herrera Reyes (México) (28/07/2018)
Es una gran enseñanza donde Dios pone de manifiesto el amor que siente por su creación y por los que se arrepienten, el Señor usa a quien él desee, para llevar un mensaje de Esperanza, Y nos enseña que no importa la situación por la que estemos pasando, por muy deprimidos que estemos tenemos que ver con ojos de amor a todo alma que lo necesite, y nunca ser rebelde a su palabra. PORQUE DE TAL MANERA, AMO DIOS AL MUNDO.PARA QUE TODO AQUEL QUE EN EL CREE NO SE PIERDA MAS TENGA VIDA ETERNA.
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