Estudio bíblico: El rollo y el Cordero - Apocalipsis 5:1-7
El rollo y el Cordero - Apocalipsis 5:1-7
(Ap 5:1-7) "Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono."
Introducción
En muchos sentidos el capítulo cinco está íntimamente unido al anterior. La acción sigue discurriendo alrededor del trono, aunque aquí se introduce un hecho muy importante; la aparición del Señor Jesucristo. Él es presentado como el legítimo Gobernador de la tierra, quien ha dado su vida por la redención de los pecadores, pero también quien va a ejecutar los juicios que van a venir sobre este mundo. Es de este modo como él va a conseguir establecer el Reino de Dios en este mundo.
Un libro con siete sellos
(Ap 5:1) "Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos."
La primera cosa que llama la atención de Juan en este momento es que el que estaba sentado en el trono tenía en su mano un libro escrito por dentro y por fuera. En cuanto a este "libro", debemos recordar que en aquel tiempo los libros no eran como los nuestros de hoy, sino que se usaban rollos confeccionados con hojas de papiro unidas entre sí. En estos libros antiguos normalmente sólo se escribía por uno de los lados del papiro, pero en este caso estaba escrito por los dos, lo que nos da a entender que estaba completamente lleno. La escena nos recuerda a otra que encontramos en (Ez 2:9-10).
En cuanto al contenido del libro; no se nos dice, aunque iremos viendo que en la medida en que se van abriendo sus sellos, son revelados los juicios de Dios sobre la tierra. En todo caso, no debemos perder de vista que la acción que comienza con la apertura del primer sello en (Ap 6:1) no termina hasta (Ap 21:6), cuando Dios anuncia "Hecho está". Leamos el pasaje completo:
(Ap 21:5-6) "Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida."
Es fácil perderse dentro del libro de Apocalipsis viendo como la apertura de los siete sellos da lugar después al toque de las siete trompetas y a que las siete copas de la ira de Dios sean derramadas sobre la tierra. Pero aunque es importante fijarnos en todos estos detalles, no debemos perder de vista el propósito con el que todo esto ocurre, y que no es otro que la sustitución del viejo orden por uno completamente nuevo, fruto del plan redentor del Cordero.
Por lo tanto, en cuanto al contenido del libro sellado con siete sellos, debemos pensar que se trata del programa divino para establecer el reino de Dios en este mundo. Y el hecho de que esté sellado, no tiene tanto que ver con que no se pueda leer, sino con el hecho de que no se había hallado a nadie capaz de ejecutarlo.
Y por otro lado, el que esté sellado con siete sellos, nos hace pensar que se trata de un documento oficial de gran importancia que conserva su contenido con total integridad. Por ejemplo, tenemos el caso de la compra de una propiedad que hizo el profeta Jeremías (Jer 32:6-15). El documento se redactó por duplicado, siendo una copia sellada y guardada en lugar seguro, mientras que la otra permaneció abierta para cualquier trámite. Y en cierto sentido, podríamos decir que el contenido de este libro sellado que Juan vio en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, también está duplicado y hay una copia abierta a disposición de todas las personas que quieran leerlo, puesto que pueden encontrarla en los anuncios proféticos de la Biblia y especialmente en Apocalipsis.
Por lo tanto, este libro contiene, por así decirlo, la "hoja de ruta" de aquellos acontecimientos proféticos finales que han de acontecer en los últimos tiempos, y que tienen como meta el establecimiento del reino de Dios en este mundo; un plan que de ninguna manera puede fracasar.
Y debemos alegrarnos de que por tanto tiempo este libro ha estado cerrado, porque cuando se abra, comenzarán los juicios y las oportunidades de entrar en el Reino de Dios se terminarán para la humanidad.
Esto nos recuerda el episodio que tuvo lugar en la sinagoga de Nazaret, cuando al Señor se le dio a leer en el profeta Isaías. Justo antes de que comenzara la lectura en el lugar donde se anunciaba el "día de la venganza del Dios nuestro", él se detuvo y cerró el libro (Lc 4:18-19) (Is 61:2). Y podríamos decir que desde entonces la paciencia de Dios lo ha mantenido cerrado, hasta el momento en que nos encontramos en este pasaje en Apocalipsis, cuando el Señor Jesucristo lo abrirá y el "día de la venganza del Dios nuestro" se ejecutará sobre este mundo rebelde.
"¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?"
(Ap 5:2-4) "Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo."
1. "¿Quién es digno?"
A continuación aparece un "ángel fuerte" al que se le había encomendado la gran responsabilidad de encontrar a un ser digno de desatar los sellos del rollo para que el plan de Dios se pudiera poner en marcha.
El pregón se hizo "a gran voz", de tal manera que llegó a todo "el cielo, la tierra y debajo de la tierra", es decir, a los puntos más lejanos de la creación.
Notemos bien lo que el ángel estaba buscando: "¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?". Lo que se buscaba no era alguien poderoso (el ángel era "fuerte"), sino alguien "digno"; porque los juicios de Dios son de naturaleza moral. Hoy en día no sería difícil encontrar algún hombre que, si Dios se lo permitiera, pudiera hacer desaparecer este planeta con sus bombas atómicas. Pero tener el poder para apretar un botón y lanzar bombas, no le legitima moralmente para hacerlo. Y aquí la cuestión fundamental tiene que ver con la dignidad de alguien que pueda ejecutar los justos juicios de Dios sobre este mundo impío y de ese modo haga volver el universo a la voluntad de Dios. Al fin y al cabo, se trata de juzgar el pecado, que es el obstáculo para que en este mundo se pueda instaurar el reino de Dios en toda su plenitud. Pero, ¿quién puede enfrentarse con el pecado a este nivel?
En este punto es importante notar que no se trata únicamente de que Dios destruya a los pecadores que se oponen a él de la misma manera que nosotros haríamos con un mosquito que se coloca en nuestro cuello con el fin de chuparnos la sangre. El planteamiento no es ese. Por supuesto que Dios podría haber acabado con la humanidad en el mismo momento en que Adán y Eva pecaron, incluso podría haber destruido este universo y creado otro en el mismo instante sin esfuerzo alguno. Pero la cuestión no era tan simple. No debemos olvidar que lo que Satanás había hecho creer a la humanidad es que era mejor para el hombre que viviera siguiendo su propio camino y no obedeciendo a la voluntad de Dios. Según él, Dios era un tirano que no amaba a sus criaturas y que los esclavizaría haciéndoles seres infelices. Ahora bien, con toda reverencia decimos, que si Dios hubiera destruido este mundo con su poder en el primer momento que el pecado entró en él, Satanás habría ganado la batalla, porque de alguna manera Dios le habría dado la razón a Satanás. En ese supuesto caso Dios habría demostrado su poder, pero también su falta de amor por el ser humano.
Entonces la cuestión que se plantea en este momento es si hay alguien que no sólo tenga el poder para juzgar a este mundo, sino también que tenga la dignidad y calidad moral para hacerlo. Y aún más, que sea capaz también de establecer un orden nuevo donde las personas vuelvan a una relación correcta con Dios.
2. "Ninguno podía"
La cuestión es que "ninguno podía abrir el libro, ni aun mirarlo". Después de buscar en cada región, todas las criaturas se mostraron completamente impotentes para poner en marcha los planes eternos de Dios. Ni ángeles ni hombres pueden conseguirlo. Ni la ciencia, ni tampoco los mejores deseos de los hombres pueden conducir este mundo al establecimiento del reino de Dios en esta tierra.
3. "Y lloraba yo mucho"
Ante esta situación Juan lloraba mucho. Sin duda, lo que a él le preocupaba no era quedarse sin saber lo que había escrito en el libro acerca de los acontecimientos futuros, sino el hecho de que los planes de Dios permanecieran sin cumplirse. Eso implicaba que esta tierra seguiría bajo la maldición del pecado, sufriendo sus desgraciadas consecuencias por los siglos de los siglos. Significaba igualmente que este mundo seguiría en las manos de Satanás y la soberanía de Dios continuaría siendo puesta en duda. Igualmente toda la maldad quedaría sin ser juzgada y los justos nunca serían vindicados.
Por lo tanto, Juan lloraba porque él quería ver el mundo libre de maldad, de pecado y de muerte. Quería ver a Satanás vencido y el reino de Dios establecido en la tierra. Quizá los creyentes nos hemos acostumbrado a ver este mundo bajo la maldición del pecado y lloramos poco, como si en realidad no tuviéramos deseos de que Dios intervenga en este mundo para establecer su reino y cambiarlo todo. Nosotros sí sabemos lo que un poco más adelante tuvo ocasión de ver Juan, que el Cordero que fue inmolado es digno de abrir el libro y desatar sus sellos, pero parece que no tenemos mucha prisa por que lo haga. Como si no tuviéramos deseos de que Dios sea vindicado. Tal vez tenemos que preguntarnos si seguimos orando como nos enseñó el Señor: "Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mt 6:9-10). O si por el contrario, somos como aquellos que han perdido la fe y ya han dejado de orar a Dios clamando constantemente para que se haga justicia en este mundo (Lc 18:8).
"El León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro"
(Ap 5:5) "Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos."
En este momento, "uno de los ancianos" presenta al único que es digno de abrir el libro y ejecutar los propósito de Dios para este mundo. Se trata del "León de la tribu de Judá, la raíz de David". ¿A quién se refiere? Como vamos a ver usa diferentes descripciones sacadas de las profecías del Antiguo Testamento para finalmente presentarnos al Señor Jesucristo.
1. "El león de la tribu de Judá"
Por ejemplo, el título, "el León de la tribu de Judá", proviene de la bendición que Jacob dio a la tribu de Judá (Gn 49:8-10) y que anticipaba que sería de ella de donde procederían los reyes de Israel y de donde finalmente vendría el Mesías de Dios. Y como sabemos, nuestro Señor Jesucristo vino de la tribu de Judá (Mt 1:1-3).
Además, es un título apropiado, porque la imagen del león nos sugiere dignidad, poder, dominio, victoria. Y el Señor Jesucristo encarna perfectamente en su persona todos estos valores.
2. "La raíz de David"
El Antiguo Testamento no sólo anunciaba de qué tribu vendría el Mesías, sino también de qué familia. El Mesías sería un descendiente del rey David. Recordemos que esto fue anunciado cuando Dios estableció un pacto con el rey David por medio del cual le garantizaba que de su descendencia vendría uno que se sentaría en su trono y que haría que su reino fuera estable eternamente (2 S 7:8-16). Y lo mismo había confirmado el profeta Isaías (Is 11:1).
Por lo tanto, aquí tenemos dos importantes títulos con los que el Antiguo Testamento describió al Mesías y que se cumplieron perfectamente en el Señor Jesucristo.
3. "Ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos"
El Señor Jesucristo realizó victoriosamente la labor que se le había encomendado como Mesías, lo que ahora le capacitaba para llevar a cabo la realización del programa de Dios en este mundo.
Ahora bien, el hecho de que "venció" sugiere necesariamente que hubo una lucha en la que él fue el vencedor. ¿Cómo venció? ¿A qué lucha se refiere?
Aunque resulta paradójico, Cristo venció muriendo en una cruz. Sin duda, esto desafía nuestra forma de hacer las cosas. A diferencia de nosotros, él no eligió el camino del poder y la gloria, sino el de la humillación y el sacrificio. De este modo venció:
Porque demostró que el diablo había engañado a la humanidad cuando les hizo creer que Dios no los amaba. ¿Puede haber una prueba mayor del amor de Dios hacia la humanidad que entregar a su propio Hijo?
Porque al precio de su vida consiguió la redención de todos aquellos que ahora creen en él, teniendo la posibilidad de ser librados del reino de Satanás.
Porque adquirió el derecho de juzgar a los hombres, porque él mismo fue un hombre, aunque sin pecado. Por lo tanto, es el único con capacidad moral para juzgar los pecados de otros por cuanto es inocente y puro.
"Un Cordero como inmolado"
(Ap 5:6) "Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra."
Cuando Juan miró, quizá esperaba ver a un león que con sus rugidos hiciera temblar a todo el mundo, y de miedo, todas las fuerzas hostiles fueran sometidas. Todos sabemos cómo andan los leones; conscientes de su superioridad, sin ningún temor, rugiendo mientras los demás animales guardan silencio. Pero lo que Juan ve en su lugar en el centro de la escena celestial, es a un "Cordero como inmolado". El contraste no puede ser mayor.
Este es uno de los momentos más importantes del libro de Apocalipsis, cuando el Cordero aparece por primera vez en el trono. Sin duda, se trata de una referencia al Señor Jesucristo, quien murió en una cruz como el "Cordero de Dios que quita el pecado" (Jn 1:29) (1 P 1:19) (Is 53:7). Esta mención al Cordero se repite treinta veces en el libro de Apocalipsis y es la forma más usual que el autor tiene para referirse al Señor Jesucristo.
En este punto es posible que algunos se pregunten: ¿es así como Dios piensa resolver los problemas de este mundo; por medio de un "Cordero como inmolado"?
Es verdad que cuando los hombres buscan símbolos de poder, inmediatamente evocan poderosas bestias o aves de presa. Por ejemplo, Rusia exhibe el oso, Gran Bretaña muestra el león, India el tigre de Bengala, España el toro bravo y los Estados Unidos el águila. Sólo Dios se atrevería a usar como símbolo de poder a un indefenso cordero. ¿Nos imaginamos qué podría hacer un inocente cordero en medio de los políticos de este mundo? No duraría nada antes de que acabaran con él, bueno, de hecho, eso fue exactamente lo que pasó cuando vino el Señor Jesucristo a este mundo.
Pero aquí se destaca la paradoja central del libro de Apocalipsis y de la fe cristiana: Jesús no venció por medio de la fuerza, sino por su muerte.
Ahora bien, ya sabemos que es el Señor Jesucristo quien va a desatar los siete sellos, por lo tanto, es conveniente que nos preguntemos cómo es él.
En primer lugar debemos notar que la palabra que Juan utiliza aquí es "corderito", lo que nos sugiere la inocencia y ternura de Cristo. Sirve también para establecer un fuerte contraste con el anticristo, quien más adelante será presentado como una "bestia".
Otro detalle importante que debemos observar es que él aparece "como inmolado", es decir, tiene todas las marcas de haber sido muerto. Lo que nos recuerda su muerte en la cruz a favor de los pecadores, del mismo modo que en el Antiguo Testamento los corderos morían en el orden levítico en sustitución de los culpables. Y notemos, que aunque ya está en el cielo, sigue manteniendo las marcas de su muerte, garantizándonos eterna salvación a todos los que hemos creído en él. La eficacia de su sacrificio estará vigente con todo poder durante la eternidad, y nosotros le adoraremos por ello por los siglos de los siglos.
Pero este Cordero está "en pie", lo que implica que está vivo. Y la referencia es sin duda a su resurrección de los muertos. Pero también tiene otra implicación. En el libro de Hebreos Cristo aparece sentado, indicando de ese modo que la obra de redención ha sido completada (He 10:12), pero aquí está de pie, como si se hubiera levantado y estuviera listo para comenzar pronto el juicio de este mundo.
Además tiene "siete cuernos", algo que no ocurre con los corderos que nosotros conocemos en este mundo. Pero aquí, una vez más, el número siete viene a representar el concepto de plenitud. Y los cuernos, en la Biblia, aparecen frecuentemente como símbolos de poder y fortaleza. Por lo tanto, a pesar de su aparente debilidad, este Cordero tiene un poder perfecto.
Y por último, tiene "siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra". Seguramente esté relacionado con el Espíritu Santo (Ap 1:4) y (Ap 4:5). Esto sugiere un conocimiento pleno de todo lo que ocurre en este mundo. Nada pasa inadvertido para él; algo muy apropiado teniendo en cuenta que él va a ser el Juez de este mundo.
Ahora bien, ¿cómo puede combinar tanto poder con tanta debilidad? Ese es precisamente el secreto de la Cruz (1 Co 1:22-25); allí vemos al Hijo de Dios muriendo en debilidad, pero al mismo tiempo, venciendo a las fuerzas del mal y consiguiendo para el hombre la victoria final sobre el pecado y la misma muerte. Dios ha querido salvarnos por la aparente debilidad de la cruz, por un Cordero que fue llevado al matadero y que enmudeció ante aquellos que le mataban. Puede parecer un mensaje absurdo, pero es precisamente la Cruz del Señor Jesucristo el medio por el que Dios ha conseguido que millones de personas se rindieran a él en adoración, entregándole sus vidas.
Pero esto no nos debe llevar a olvidar que también es el "León de la tribu de Judá" que hará tambalearse los mismos fundamentos de la tierra. Para aquellos que se acogen a su oferta de perdón, Cristo es el Cordero pascual que nos libra de la ira (Ex 12:23), pero para quienes la rechazan, él es el Rey de reyes, el Señor de señores, que viene a este mundo como vencedor para dar su justa retribución a todos los que no han creído en él.
"Vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono"
(Ap 5:7) "Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono."
Tenemos ahora una escena de máxima solemnidad. El Cordero se acerca hasta el trono y toma el libro de la mano de Dios. Esto ya había sido profetizado en el libro de Daniel (Dn 7:13-14).
Primero notemos que cuando el Cordero se acerca al trono, no se postra ni se inclina como lo hacen los demás. Esto es porque tiene la misma autoridad y poder que el que está sentado en el trono. En segundo lugar, a partir de este momento el cumplimiento de los propósitos de divinos para este mundo están en sus manos porque él es digno de ello. Y no debemos olvidar que esto es un resultado de su victoria sobre Satanás por medio de su muerte y resurrección. La obra de la redención ya está completa, pero queda que sus enemigos sean derrotados (He 10:13), y cuando lo haya hecho, entonces él entregará el reino a su Padre (1 Co 15:24-28).
Comentarios
Luis Alonso Martínez Bonilla (Honduras) (10/10/2024)
Una gran bendición leer estos comentarios sobre el libro de Apocalipsis.
Carlos Alberto Lazarte (Argentina) (19/07/2024)
DIOS LOS BENDIGA AMADOS Y ESTIMADOS HERMANOS EN LA FE; POR SUS ENSEÑANZAS .
GÉNESIS. 12.2.
TE BENDECIRÉ Y TÚ SERÁS DE BENDICIÓN A OTROS. AMÉN
José Flores (Bolivia) (27/12/2023)
Aleluya!!! Gloria y honra a nuestro Cordero digno de toda alabanza y poder! Nuestro Dios altísimo en Cristo Jesús le bendiga y esfuerce amados hermanos.
Midiam Cantu Cavazos (México) (09/09/2023)
Muchas gracias por su esfuerzo
dedicación y amor al compartir estos estudios bíblicos, son de gran ayuda y bendición para mí y un grupo de mujeres que nos reunimos cada día jueves a estudiar la Biblia.
Dios les bendiga grandemente.
Ilce Espinoza (Costa Rica) (06/04/2022)
Gracias por educarnos en la palabra del señor que sea el dando mas sabiduria para llevar su palabra .
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