En nuestros días, cuando la humanidad parece presentir que algo importante está a punto de ocurrir, se ha despertado un estado de expectación que ha llevado a muchos a acercarse al libro de Apocalipsis. En este estudio veremos algunos datos que nos ayudarán a entender su contenido.
El libro de Apocalipsis se ocupa de predicciones en cuanto al futuro, lo que ha dejado fascinados a muchos. El hombre siempre ha tenido interés en conocer el futuro. Muchos leen fielmente los horóscopos, buscan a los lectores de las cartas del Tarot, dejan que les lean la palma de la mano, se alimentan de películas futuristas de ciencia ficción o se introducen plenamente en el ocultismo intentando inútil y pecaminosamente obtener información sobre el futuro. Sin embargo, todos estos intentos por conocer el futuro son en vano. Sólo hay uno que conoce y declara el futuro: Dios. Y sólo en las Escrituras puede encontrarse la verdad revelada por él.
Cuando estudiamos el libro de Apocalipsis vemos que Dios va a traer juicios terribles sobre este mundo. Pero antes de hablarnos de ello, lo primero que hace es expresar su bendición a su Iglesia. Esto es así porque los creyentes seremos librados de la ira venidera de Dios (1 Ts 1:10).
En este pasaje vemos algunos de los beneficios que el Señor Jesucristo consiguió en su primera venida para aquellos que creen en él. Y a continuación declarara solemnemente que él va a volver muy pronto una segunda vez para sentarse en su trono de gloria y gobernar este mundo. Su Segunda Venida se nos presenta aquí como una escena de divina majestuosidad, regresando triunfante a la tierra con poder y gran gloria. ¡Qué día más maravilloso será cuando Cristo venga! Los creyentes se gozarán intensamente. Pero los incrédulos deben saber que será también un día de juicio para cuantos le han rechazado.
El apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis en medio de tribulación. Ahora nosotros, como cristianos, somos tentados constantemente a intentar escapar del sufrimiento. A nadie le gusta sufrir. Pero hemos de aprender que si queremos ser fieles a Cristo, en alguna medida tendremos que sufrir en esta época en que el mundo lo rechaza. Aquí aprendemos que el sufrimiento y el reino son partes inseparables de nuestra herencia en Cristo.
El apóstol Juan y las iglesias de Asia a las que estaba escribiendo, pasaban por distintas tribulaciones que podrían hacerles tambalear de su fe, por eso era necesario que tuvieran una visión renovada de la gloria del Señor Jesucristo y supieran que él seguía cuidando de ellos.
Juan responde a la visión del Señor Jesucristo glorificado cayendo a sus pies "como muerto". Ante la santidad deslumbrante del Señor, cualquier hombre sentiría su indignidad. Cuando adoramos al Señor debemos hacerlo con "temor y reverenda", porque "nuestro Dios es fuego consumidor" (He 12:28-29). Es importante recordar esto en nuestros días cuando hay muchos que parecen creer que en la adoración todo vale. Esto es una terrible equivocación.
Dios envió un mensaje a la iglesia en Efeso felicitándoles porque aborrecían las obras de los falsos apóstoles, pero les reprochó que habían dejado su primer amor. Habían dedicado todas sus energías a defender la sana doctrina y habían dejado de amar a Dios sobre todas las cosas...
La iglesia de Esmirna nos ha sido dejada como un ejemplo de fidelidad al Señor en medio de la persecución y el sufrimiento. Nosotros debemos orar al Señor para que él nos libre de la prueba si así le complace, pero también para que él prepare nuestros corazones de antemano si su deseo es que tengamos que glorificarle con nuestra muerte.
La iglesia de Pérgamo moraba donde estaba el trono de Satanás, lo que intensificaba la guerra espiritual de la iglesia en aquella ciudad. Por otro lado aquí aprendemos que Satanás no usa una sola táctica contra los creyentes. Por un lado intentó atacarles usando la persecución y por otro la seducción...