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Estudio bíblico: El milenio - Apocalipsis 20:1-6

Serie:   Apocalipsis
Autor: Luis de Miguel
España
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Los mil años - (Ap 20:1-6)

Introducción

Seguramente estos versículos son la porción más controvertida del libro de Apocalipsis. Se trata aquí del "milenio", un término latino que significa "mil", y que hace referencia al reino de Cristo en esta tierra durante mil años.
A lo largo de los siglos los comentaristas han interpretado este pasaje de varias maneras que aquí resumimos.
1. Amilenialistas
Generalmente piensan que el milenio representa de manera simbólica a nuestra era actual. Creen que se trata de un período de duración indefinida, no de mil años, y abarcaría, según ellos, desde el momento de la ascensión de Cristo hasta su segunda venida, lo que dará comienzo a la eternidad. Rechazan, por lo tanto, que tenga algo que ver con un reinado literal de Cristo en la tierra, porque creen que ya ha estado reinando aquí desde su ascensión. El pasaje anterior en el que se anunciaba la venida de Cristo a este mundo (Ap 19:11-21), es interpretado como una recapitulación de todo lo acontecido en la era cristiana, porque según ellos, Cristo no volverá hasta después de este reino celestial milenial. Piensan que Satanás fue atado en la primera venida de Cristo, y que sigue así en la actualidad, resultándole imposible engañar al mundo como lo hacía antes. Interpretan también que los creyentes ya están reinando con Cristo en los lugares celestiales, no en este mundo. Consideran que la "primera resurrección" se refiere al nuevo nacimiento del creyente. Asimismo, las "naciones" a las que Satanás no ha logrado engañar piensan que son la Iglesia. También enseñan que todas las promesas hechas a Israel en el Antiguo Testamento acerca de un reino terrenal, se están cumpliendo espiritualmente en la Iglesia en el tiempo presente. Creen también que por un breve tiempo antes de la Segunda Venida de Cristo, a Satanás se le otorgará más libertad para actuar.
Se considera que fue Agustín de Hipona el primer teólogo de cierta reputación que adoptó dicha postura. Seguramente fue influido por su hermenéutica alegórica. Más tarde sus puntos de vista fueron adoptados por la Iglesia Católica, y después, con algunas variaciones, por los líderes de la Reforma Protestante.
Es difícil entender cómo el milenio tendrá lugar en el cielo y no en la tierra. Al fin y al cabo, en el cielo el reino de Cristo será eterno, no sólo de mil años o de cualquier otro período concreto de tiempo.
2. Postmilenialistas
Sostienen que la instauración del reino milenial en la tierra tendrá lugar antes de la Segunda Venida de Cristo, y que de hecho será la Iglesia quien traerá el milenio a este mundo por medio de la evangelización.
Pero esta idea de que la iglesia producirá un "mundo perfecto" para que finalmente venga Cristo a establecer en él su reino, es un punto de vista muy optimista que no se corresponde con la realidad que vemos a nuestro alrededor. No parece que la población mundial esté en vías de llegar a convertirse al cristianismo, sino todo lo contrario.
3. Premilenialistas
Sostienen que Cristo volverá antes del milenio, y que será él mismo con su Segunda Venida quien establecerá su reino en la tierra. Creen, por lo tanto, que el milenio tiene que ver con el reinado literal de Cristo sobre esta tierra. En ese momento, habrá creyentes muertos que serán resucitados para reinar con él. Esta será la primera resurrección. Así mismo, asumen que las promesas hechas al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento acerca de un reino mesiánico en esta tierra, tendrán un cumplimiento literal, y que no hay ninguna razón para espiritualizarlas y creer que ya han sido cumplidas en la Iglesia en el período actual. Niegan que Satanás esté atado en esta era presente, como claramente se aprecia en muchos lugares del Nuevo Testamento (Hch 5:3) (1 Co 7:5) (2 Co 4:3-4) (2 Co 12:7) (Ef 2:2) (1 Ts 2:18) (2 Ti 2:26) (1 P 5:8). Durante el milenio, Cristo va a reinar en esta tierra, y su pueblo se sentará sobre tronos para reinar con él. Según ellos, el milenio apunta hacia el futuro y no al presente.
4. Conclusión
Iremos analizando cada una de estas opciones al estudiar el texto, aunque podemos adelantar que la postura premilenialista es la que más se ajusta a lo que la Biblia enseña.

Satanás es atado por mil años

(Ap 20:1-3) "Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo."
En la Segunda Venida de Cristo descrita en el capítulo anterior, la bestia y el falso profeta "fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre" (Ap 19:20). Sin embargo, el dragón que les había dado autoridad a estos dos, había quedado libre. Pero ahora, él mismo será apresado.
Es curioso que quien se ocupa de Satanás es un ángel que desciende del cielo: "Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón". Nos llama la atención lo fácil que le resulta a este ángel cumplir con la tarea asignada. Desde la perspectiva celestial, no parece que Satanás sea un ser tan poderoso.
En este punto es interesante señalar que los amilenialistas dicen que es la predicación del evangelio la que ata al diablo, pero aquí se nos explica con claridad que será un ángel que descenderá del cielo.
Aquí aparecen juntos los cuatro títulos con los que se designa al maligno en este libro: "El dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás". Con ellos se subraya su naturaleza bestial y monstruosa, además de su carácter engañador y seductor. Este malvado ser ha venido ejerciendo su influencia en el mundo desde el comienzo de la raza humana, por eso se le describe como "la serpiente antigua" (Gn 3:1).
El primer asunto al que el Rey debe prestar atención para establecer su reino en este mundo es el confinamiento del cabecilla de los rebeldes: "Y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él". A partir de ese momento ya no podrá operar más en los hijos de desobediencia (Ef 2:2), tal como lo hace en la actualidad. Además, no debemos olvidar que para este momento, el Señor habrá destruido a los hombres rebeldes (Ap 19:11-21).
Pero este no será el destino final de Satanás donde será castigado durante toda la eternidad. Se trata de un encierro temporal con la finalidad de restringir sus actividades: "Para que no engañase más a las naciones". Y puesto que en la Segunda Venida de Cristo serán destruidos todos los rebeldes, quizá lo más razonable sea pensar que la referencia a "las naciones" que encontramos aquí deba ser interpretada como "toda la humanidad". Es decir, Satanás no podrá seguir engañando al mundo con sus mentiras.
Una vez más es imposible creer que en la actualidad Satanás esté atado, tal como interpretan los amilenialistas, sobre todo cuando seguimos viendo a nuestro alrededor tantas evidencias de su engañosa y sanguinaria actividad. No hay duda de que el diablo sigue engañando al mundo en nuestros días. Le engaña con respecto a todos los auténticos valores de la vida, de tal manera que sigue siendo totalmente actual el lamento del profeta Isaías: "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (Is 5:20).
Pero después de que sean "cumplidos mil años", entonces "debe ser desatado por un poco de tiempo". Pero, ¿por qué es necesario soltar a Satanás de su prisión? En ocasiones las autoridades hacen eso, y dejan de nuevo en libertad a los asesinos. Esta semana contaron una historia terrible en la televisión acerca de un hombre que había amenazado con matar a su mujer si le dejaban en libertad. Le dejaron salir de la cárcel, concediéndole un permiso de 8 horas, y la mató brutalmente. ¿Por qué va a dejar Dios en libertad a Satanás si sabe de antemano lo que va a hacer nuevamente? La respuesta vendrá más adelante.

Los santos reinarán con Cristo

(Ap 20:4) "Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años."
Una vez que la bestia sea destruida, el reino será entregado al Hijo del Hombre y a sus santos. Esto es lo que profetizó también Daniel:
(Dn 7:22) "Hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino."
Aunque se dice que se sentaron sobre tronos, la labor que realizarán tendrá que ver con juzgar: "recibieron facultad de juzgar". Esto no es nuevo, puesto que a lo largo de todo Apocalipsis hemos ido viendo una apasionada preocupación por la justicia.
Ahora bien, ¿quiénes serán estos que se sentarán para juzgar? Pueden ser los mismos que Juan vio a continuación: "Vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos". Todo parece indicar que son los mártires de la gran tribulación que habían permanecido fieles y que fueron martirizados. Por supuesto, esto no quiere decir que el resto de los creyentes no vayan a reinar con Cristo, porque eso lo vemos claro en otros pasajes: (Dn 7:27) (Mt 19:28) (1 Co 6:2) (Ap 2:26) (Ap 3:21). Sin embargo, como viene siendo habitual en el libro de Apocalipsis, los mártires reciben aquí un trato de preferencia. Seguramente con el fin de animar a los primeros lectores que estaban atravesando por situaciones muy difíciles de persecución.
Otra pregunta que debemos hacernos es a qué tipo de juicio se refiere aquí. Y no parece que se trate de un juicio para determinar el destino eterno de los hombres, porque eso tendrá lugar después (Ap 20:11-15). Aquí parece que la idea es que los santos tendrán un papel muy importante en la organización de los asuntos morales del Reino. Esto nos obliga a preguntarnos si nos estamos preparando adecuadamente para esta tarea. ¿Cómo debería ser para nosotros un mundo justo? ¿Qué decisiones deberían ser tomadas para que este mundo cambiara?
Una vez más, es difícil hacer coincidir la postura amilenialista con todo esto. Ellos piensan que los que reinarán con Cristo son los que han muerto al pecado y han nacido de nuevo, pero lo que el texto bíblico afirma es que serán los mártires por el testimonio de Cristo. Insisten asimismo en hacer notar que lo que Juan vio eran "las almas", lo que les lleva a suponer que no tenían cuerpos, y que por lo tanto no estarían en la tierra sino en el cielo. Pero hablar del alma para referirse a la persona entera no es algo inusual en la Biblia (Stg 5:20).
Ahora bien, lo que vemos aquí es que los mártires resucitarán físicamente: "Y vivieron y reinaron con Cristo mil años". Como ya hemos señalado, lo más coherente resulta pensar que fueron muertos por causa de su fe y ahora han resucitado para reinar con Cristo aquí en la tierra, en el mismo escenario donde tanto Cristo como ellos habían sido rechazados y muertos.
Pero, ¿por qué sólo reinarán mil años con Cristo? Evidentemente no se trata del establecimiento definitivo del Reino de Dios en esta tierra. Más bien este período es presentado como una especie de preámbulo del reino eterno del Mesías (Lc 1:31-33).

"Esta es la primera resurrección"

(Ap 20:5-6) "Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años."
Durante el milenio tendrá lugar la primera resurrección, ahora bien, ¿quiénes serán los que resuciten en este momento y quiénes los "otros muertos que no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años"?
En primer lugar debemos decir algo que resulta obvio: no habrá una resurrección general de todos los muertos. Es verdad que el Señor Jesucristo habló de una resurrección para vida y otra para muerte, pero no especificó que ambas iban a ocurrir en el mismo momento (Jn 5:28-29). Aquí se especifica que habrá una primera y una segunda resurrección. Ahora bien, en cuanto a esta primera resurrección, tendrá lugar al comienzo del milenio y parece que afectará a los creyentes que hayan sido muertos durante la gran tribulación, muy probablemente de mayoría judía. Por el contrario, la segunda resurrección no se producirá hasta después del milenio, y tendrá que ver con los incrédulos, tal como vemos a continuación en (Ap 20:11-13).
Pero aquí surge otra pregunta: ¿dónde debemos encuadrar la resurrección que tendrá lugar en el momento del arrebatamiento de la iglesia (1 Ts 4:16-17)? Es evidente que el arrebatamiento tendrá lugar antes del milenio, y por lo tanto, también la resurrección de los creyentes que hayan muerto hasta ese momento. Esto nos lleva a pensar que cuando en Apocalipsis se habla de la "primera resurrección", debamos entenderla como la resurrección de los creyentes, aunque ésta puede ocurrir en diferentes etapas, una en el arrebatamiento y otra en el milenio. En este caso, los creyentes que ya hayan resucitado en el momento del arrebatamiento, estarán en el cielo con el Señor (1 Ts 4:17) y probablemente no participarán del milenio.
A continuación encontramos la quinta de las siete bienaventuranzas que hay en Apocalipsis: "Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección, la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos". Evidentemente la "segunda muerte" es la muerte eterna o condenación en el lago de fuego (Ap 20:14). Pero los que participan en la primera resurrección, la de los creyentes, serán librados de la condenación eterna.
Los santos que participen en el milenio disfrutarán de pleno acceso y comunión con el Padre y el Hijo: "Serán sacerdotes de Dios y de Cristo".
Además se añade: "y reinarán con él mil años". El propósito de Dios cuando creó al hombre es que fuera su virrey en la tierra. Esto se frustró cuando entró el pecado en el mundo, pero siguió siendo el deseo de Dios. Ahora, durante el milenio, Dios gobernará la tierra a través de hombres redimidos y resucitados.

El propósito del milenio

Aquí llegamos a un punto realmente complejo. Vemos que los santos que habían permanecido fieles durante la persecución de la bestia, ahora son resucitados con cuerpos glorificados, pero tienen que reinar en un mundo que todavía gime bajo la maldición del pecado, y tienen que reinar sobre personas que todavía son pecadoras y no han sido transformadas como ellos. De hecho, como veremos más adelante, muchos de ellos ni siquiera habrán llegado a convertirse.
Sin duda, esto generará cierta tensión en algunos momentos. Ahora bien, debemos notar que se trata de una situación temporal, por mil años. El verdadero problema sería si esto estuviera ocurriendo en el cielo durante la eternidad.
Todo esto nos lleva a preguntarnos cuál será el propósito del milenio. Hagamos un breve resumen de algunas de ellas:
Cumplir las numerosas profecías del Antiguo Testamento que anunciaban un reino terrenal del Mesías con su pueblo Israel en Jerusalén.
Si tal como dicen los amilenialistas, Cristo vendrá para destruir a Satanás y establecer directamente su reino eterno, entonces la humanidad no tendrá idea de lo que él es capaz de hacer por este mundo pecador. Por eso, el milenio, aun con todas sus limitaciones, es un botón de muestra de lo que Dios podrá hacer por la humanidad pecadora si le aceptasen como su Rey.
Durante el milenio, la humanidad vivirá bajo unas condiciones ideales. Como vimos en el capítulo anterior, el Señor Jesucristo habrá venido a reinar en la tierra (Is 11), los rebeldes habrán sido destruidos, incluidos la bestia y el falso profeta, y ahora, al comenzar este capítulo, vemos que el mismo diablo, que engañaba a las naciones, es atado y se le impide llevar a cabo sus malvadas intenciones. A todo esto hay que añadir que la tierra será poblada por muchas personas resucitadas y glorificadas, es decir, que ya serán perfectas. Sin embargo, todavía quedarán algunas personas que no habrán muerto en la gran batalla descrita en el capítulo anterior. Estas vivirán en un entorno ideal. ¿Qué ocurrirá?
Con frecuencia, los seres humanos culpan de su pecaminosidad al entorno o las circunstancias en las que viven. En otras muchas, se quejan de sus gobernantes y de las leyes. Pero esto ya no será una excusa durante el milenio. Dios creará un "Siglo de Oro" en el que desaparecerá todo tipo de injusticia social y de corrupción política. En ciertos sentidos, el hombre vivirá en condiciones muy parecidas a lasque había en el paraíso inicial.
En otras ocasiones, en su afán de eludir cualquier responsabilidad propia, el hombre culpa de la maldad en el mundo a Satanás. Pero durante el milenio, él también será atado y no podrá actuar. El hombre, y sólo el hombre, será responsable de lo que ocurra.
Es triste, pero al acabar el milenio vemos que los hombres se rebelan nuevamente contra Dios y su gobierno de justicia. De este modo, el milenio pondrá en evidencia que el problema del ser humano es muy profundo. El pecado ha causado verdaderos estragos en el hombre, y aun viviendo en las mejores condiciones imaginables, permanece su depravación. El mal está dentro del corazón humano y persiste aun sin la presencia de Satanás. La idea de que la naturaleza humana es básicamente buena, es una enorme mentira.
Esta es una de las razones por las que este reino tiene una duración limitada en lugar de ser eterno.

Comentarios

México
  Fernando Hernandez Lopez  (México)  (21/10/2024)

En general bien explicado sin embargo, si los que murieron durante la gran tribulación como mártires de Cristo reinaran con el por mil años, entonces no logro entender en donde caben, los que murieron creyendo en Cristo. Los cristianos de fe. ¿También estarán en el milenio aunque no lo diga la biblia? Saludos.

Respuesta: Su pregunta es muy frecuente. La Biblia no nos da todas las respuestas que se nos plantean. Si suponemos que el arrebatamiento es anterior a la tribulación, y en ese momento todos los creyentes resucitarán y los que queden vivos serán transformados, entonces estaremos listos para estar con el Señor donde El desee. Es posible que estemos con el Señor en la tierra, o bien, que dado que nuestra ciudadanía está en los cielos, el Seños tenga otros planes para nosotros, que obviamente no podemos saber ahora. La fe implica confiar en Dios en medio de lo que sabemos y de lo que no sabemos.

Ecuador
  José Perez  (Ecuador)  (21/03/2024)

Dios es bueno.

Venezuela
  Eli Tello  (Venezuela)  (04/10/2023)

Me ha ayudado mucho el haber escuchado parte del capítulo 20 de apocalipsis, aún tengo mucho por seguir analizando, pero estoy seguro que lo escucharé varias veces.
Dios los bendiga, un abrazo.

Estados Unidos
  Martsallie Corchado  (Estados Unidos)  (01/10/2023)

Muy edificante este estudio sobre el milenio del reinado de Cristo. Mi madre y yo lo disfrutamos mucho y vemos más claro este tema bíblico. Gracias Dios les bendiga.

Estados Unidos
  David Cutie  (Estados Unidos)  (30/08/2023)

Me fue muy útil su estudio, gracias por compartir.

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