Estudio bíblico de Nahum 2:5-3:1
Nahum 2:5 - 3:1
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro viaje por el libro de Nahúm, y regresamos a nuestro estudio en el capítulo 2. Vamos a comenzar hoy con el versículo 5. Estamos estudiando una sección donde podemos ver una descripción de la aniquilación de Asiria. Ése es el tema del capítulo 2. En el bosquejo presentado en la introducción encabezamos esta división refiriéndonos a la justicia y la bondad de Dios. No queremos dedicarle mucho tiempo a los detalles que se mencionan en el resto del libro; pero lo que en este capítulo tenemos, en realidad, es una descripción muy detallada, y dramática de la destrucción de Nínive. Toda esta sección era profética ya que fue escrita unos 100 años antes de que esa ciudad fuera destruida totalmente. Así es que, lo que tenemos ante nosotros es una profecía muy destacada, por la minuciosidad de la descripción total de la caída de una ciudad que se consideraba inexpugnable.
Queremos mencionar aquí nuevamente que los breves libros de Jonás y de Nahúm van juntos, al cubrir períodos que encajan con las realidades y eventos históricos que tuvieron lugar. Lo que tenemos en la profecía de Jonás no es realmente una profecía, sino más bien un relato de la actividad misionera en la ciudad de Nínive. Cuando la totalidad de la población se volvió a Dios y Él los libró del castigo. Pero con el transcurso del tiempo, los habitantes de la gran ciudad se alejaron de Dios nuevamente, volviendo a sus malvadas y perversas prácticas. Entonces, unos 100 años después de Jonás, Dios llamó al profeta Nahúm y en esa ocasión, todo su mensaje fue dirigido directamente contra la ciudad de Nínive. Lo que tenemos en este libro, es entonces una vívida profecía de la aniquilación total de la ciudad. Su destrucción será tan absoluta que no fue sino hasta el año 1.850, en que la ubicación de Nínive fue localizada y excavada. Se conocía muy poco en cuanto a su antiguo emplazamiento. A través de dichas excavaciones arqueológicas, se ha logrado aprender mucho sobre la civilización Asiria.
El versículo 5 de este capítulo 2 de Nahúm, que estamos estudiando, dice:
"Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en su marcha; se apresurarán a su muro, y la defensa se preparará."
El profeta estaba hablando aquí de la destrucción de la ciudad de Nínive cuando los Medos la atacaron bajo el mando del rey Ciáxeres. Babilonia en esa época no era el reino más grande, pero se unió en una alianza con los medos y juntos se dirigieron contra esa ciudad. En nuestro programa anterior, vimos que los carros rodaban con mucho estruendo por las calles porque eran un modelo nuevo de carros de aquel tiempo, que llevaban una extensión, como explicamos, a cada lado de su eje, de manera que podían correr al lado de un carro enemigo y destrozar las ruedas de madera del otro carro y entonces, cuando uno de esos carros perdía una de las ruedas, no podía continuar en la batalla.
El reino de Asiria dependía de sus líderes militares, pero a causa de su temor, tropezaron y cayeron en el desarrollo de su marcha. Por supuesto, la defensa de la muralla de la ciudad era de de importancia fundamental para esta batalla. Y, después, Nahúm continuó describiendo la destrucción total diciendo en el versículo 6 de este capítulo 2:
"Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido."
El profeta predijo aquí que el río Tigris sería desviado hacia la ciudad. En el momento en que se estaba desarrollando la campaña militar, las abundantes lluvias de la zona hicieron que el río Tigris alcanzase el nivel de una inundación, cuyas aguas arrastraron una sección de la muralla y entonces, la ciudad se convirtió en algo parecido a un estanque. Dice este versículo: "las puertas de los ríos se abrirán y el palacio será destruido". Creemos que los cimientos del palacio fueron totalmente desplazados y que las aguas derribaron completamente el palacio. La historia profana confirmó que esa parte del muro fue derribado. Es decir, que esa parte de la ciudad fue tomada por el enemigo. Aproximadamente, una extensión de 4 Km y medio de muralla quedó derribada al costado del río Tigris. Y la ciudad se encontraba a una buena altura sobre el nivel del río, pero al desbordarse en una inundación, las aguas presionaron la muralla causando que ésta se quebrara. Y pareció que el Señor estaba cooperando en la destrucción de la ciudad. Las compuertas fueron abiertas e incluso el palacio fue inundado completamente por las aguas.
El versículo 7 de este capítulo 2 de Nahúm, dice:
"Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos."
La traducción literal de este versículo debiera ser la siguiente: "Está decretado: la reina es desposada y deportada, y sus sirvientas gimen como palomas, golpeándose el pecho". No sabemos si usted habrá tenido oportunidad de ver alguna vez una bandada de palomas, y quizás observó que cuando las palomas se asustan, cuando todas ellas juntas remontan el vuelo, producen un ruido como si se golpearan los pechos con sus alas. Ése es el ruido que ellas producen cuando levantan vuelo. Y ése es el cuadro que se nos presentó aquí en este versículo. Las palomas citadas en este pasaje se estaban golpeando sus pechos, tal como lo hacen las palomas cuando levantan vuelo, y el ruido que producían era como un lamento, como un gemido. Y se nos ha informado que ese gemido o lamento es como un llamado de amor de las palomas. Ahora, en el versículo 8, podemos leer:
"Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira."
Aquí se nos presentó la imagen de una ciudad convertida en un estanque. Vemos que a los soldados defensores se les había dado la orden de mantener su posición. Pero cuando vieron la inundación que se acercaba junto con el enemigo, decidieron que no era hora de escuchar a sus jefes, a sus comandantes, sino el momento de huir y alejarse de allí tan pronto como les fuera posible. En el versículo 9, leemos:
"Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables."
Es decir, que se invitó al enemigo a que se apoderara del oro y de la plata, a que se lo llevara como botín. El versículo aclara que había riquezas sin fin. Es que esta ciudad tenía muchas riquezas, embellecida con adornos de gran valor. El palacio era en realidad muy hermoso, y ellos vivían rodeados de mucho lujo porque habían tenido mucho éxito en la guerra. Y el versículo 10 continúa diciendo en su primera parte:
"Vacía, agotada y desolada está"
Los enemigos se habían apoderado de todo el botín, de la misma manera en que Asiria había traído a esa ciudad el botín de otras batallas, todas esas riquezas estaban reunidas en un lugar, y el enemigo entonces pudo localizarlo y llevárselo. Por tal motivo se dijo que la ciudad de Nínive quedó vacía, agotada y desolada. Y continua diciendo en su segunda parte el versículo 10:
"Y el corazón desfallecido; temblor de rodillas"
Y cuando las rodillas le comienzan a temblar, eso indica que uno se encuentra descontrolado, aterrorizado, con el corazón lleno de temor. Ésa era la condición de los soldados Asirios, defensores de la ciudad Y este versículo 10, termina diciendo:
"Dolor en las entrañas, rostros demudados."
O sea que aquel fue un tiempo de profundo miedo y terror, porque los Asirios sabían que eran odiados por el mundo de su generación. De hecho, todos los pueblos vecinos los odiaban a causa de su brutalidad. Y ahora, para sus enemigos había llegado la ocasión de vengarse. Nahúm dijo que sus rostros estaban pálidos. Podemos deducir que se vistieron con ropas ásperas y arrojaron cenizas sobre sus cabezas. Y en el versículo 11, leemos:
"¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los espantase?"
Tanto Asiria como Babilonia utilizaban al león como símbolo de sus imperios. Nahúm pudo haberse referido aquí a los verdaderos leones que los Asirios tenían allí, o podría haber aludido a sus jóvenes fuertes, porque el león era el símbolo de la fortaleza del reino. En cualquier caso, lo que se quiso decir era que los leones literales o los jóvenes fuertes de su ejército ya no estaban; habían huido o los habían matado. Y el versículo 12, dice:
"El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas."
Si el versículo anterior se refería a leones literales, éstos habían estado bien alimentados, pero ése ya no sería el caso. No quedaba nada para comer porque el enemigo los había despojado completamente, ya fuera que se refiriera aquí al león en forma literal o al ejército. Ya no tenían nada que comer, porque todo se lo había llevado el enemigo. Ahora, en el versículo 13 leemos.
"Aquí estoy contra ti, dice el Señor de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; acabaré con el robo en tu tierra y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros."
Observemos la energía de esta declaración: "Aquí estoy contra ti". Dios no la pronunció con mucha frecuencia. Sólo la expresó en este pasaje, refiriéndose a Nínive, y en Ezequiel 38 y 39. Creemos que esto puede interpretarse como estrictamente literal o también como algo que se refería a los jóvenes. Nos inclinamos a creer que se refería a los jóvenes, porque el león era el símbolo de la nación.
Con respecto a este pasaje, hablando de Nínive, tengamos en cuenta que era un pueblo que había recibido una advertencia por medio de un mensaje comunicado a Jonás, y como resultado ellos lo aceptaron y se volvieron al Dios vivo. Ahora, cuando alguien tiene la luz de la revelación y la rechaza, se llega a una situación en la que el Señor Jesús, hablando de que el ojo era la lámpara del cuerpo, describió de esta manera, en Mateo 6:23, diciendo: "Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!" Recordemos un incidente que contamos hace algún tiempo, de una explosión que tuvo lugar en una mina, y que había atrapado allí a algunos mineros. Cuando llegó ayuda del exterior, lo primero que hicieron fue bajar un cable con electricidad para que tuvieran luz los mineros atrapados. Allí entre ellos, se encontraba un joven que después de haberse encendido la luz preguntó: "Y, ¿por qué no encienden la luz?" Los que estaban con él le miraron sorprendidos, porque entonces se dieron cuenta que la explosión le había dejado ciego. Ahora, mientras ellos se encontraban en las tinieblas, nadie se pudo dar cuenta de que aquel minero estaba ciego. Y él mismo no pudo darse cuenta hasta aquel momento en que los demás reaccionaron, porque allí no había luz. Estas palabras de Jesús diagnostican una ceguera espiritual. Ésta fue la imagen que Nahúm nos dejó en este pasaje. Los Asirios habían tenido la luz, pero la rechazaron, y cuando uno rechaza la luz, su responsabilidad es mucho mayor.
El versículo 13 continúa diciendo: "quemaré y reduciré a humo tus carros, y la espada devorará a tus leoncillos". Nuevamente, estos podían ser leones literales, o los jóvenes fuertes. Creemos que el profeta más bien se refería a los jóvenes fuertes, porque el león era el símbolo de la fortaleza de la nación.
El versículo 13 finaliza diciendo: "acabaré con el robo en la tierra y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros". Esta fue una nota de carácter definitivo. Cien años antes, Dios, en su compasión y misericordia, había salvado a Nínive cuando sus habitantes se arrepintieron y se volvieron a Él. Pero en el transcurso del tiempo, ellos y sus descendientes fueron cayendo en una tremenda apostasía y entonces Dios iba a juzgarles. Este debería ser hoy un solemne mensaje para aquellos que han dado la espalda a Dios, porque ello implica el juicio total. Y así llegamos al:
Nahum 3 - Justificación de la acción vengativa de Dios
Aquí se expuso la causa que justificó a Dios por la destrucción de aquella ciudad. La destrucción de la ciudad de Nínive, fue un ejemplo del hecho expuesto en la carta del apóstol Pablo a los Gálatas 6:7, que dice "Todo lo que el hombre siembre, eso también segará". Esto también fue y es cierto de una nación. Encontraremos que en muchas maneras, Dios trata con individuos y naciones de una forma muy similar.
Muchos críticos literarios han encontrado en este tercer capítulo una de las descripciones más vívidas que se pueda imaginar de la destrucción de una ciudad. No es posible encontrar, en ningún idioma, un lenguaje más descriptivo que éste. Leamos entonces el versículo 1 de este capítulo:
"¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje!"
Esta es una descripción de la condición interna de la ciudad. Nínive, como la capital del Imperio Asirio, fue conocida en el mundo antiguo por su brutalidad y su carácter sanguinario. Eran temidos por las otras naciones. El ejército de los Asirios, aunque avanzaban con cierta lentitud, eran como un huracán que arrasaba todo a su paso. Como mencionamos en otro programa, a veces una comunidad entera llegó a cometer un suicidio colectivo antes que sufrir el ataque brutal de los Asirios.
El versículo añade en cuanto a la ciudad, toda llena de mentira y de rapiña. Eran una nación de la que nadie podía fiarse ni depender. No había cumplido sus promesas de defender a otras naciones, de protegerlas ante un ataque exterior. De la misma forma, no había orden ni seguridad para sus propios habitantes, a causa de los robos violentos. Esto nos recuerda la imagen que ofrecen muchas de nuestras ciudades, con la inseguridad en las calles frente al robo, y la violencia de los robos a domicilio, muchas veces con víctimas. A veces este pasaje parece apropiado para describir situaciones de nuestra realidad actual.
Los libros de Jonás y Nahúm revelaron que Dios trató con pueblos de todas las naciones, desde los tiempos del Antiguo Testamento. También nos muestran que el gobierno de Dios actúa en los gobiernos de los hombres, y que Dios rechazará el pecado del ser humano, así como puede rechazar a un pueblo. Al leer la historia, vemos a las grandes civilizaciones, una después de otra, desmoronarse y quedar en esa condición, de cenizas y polvo, y cada vez más olvidadas ante el transcurso del tiempo. ¿Y por qué? Porque Dios las juzgó. Este libro nos presenta una solemne advertencia, porque vemos que Dios puede abatir a grandes naciones y este relato, confirmado por la historia, es una prueba de ello.
Y la razón por la cual los Asirios se comportaban en la forma en que lo hicieron contra sus enemigos, la brutalidad que demostraron, la falta de interés por las otras naciones, la forma en que las gobernaban y los métodos que utilizaban revelan que la causa era interna, y que allí es donde se encontraba el mal. Y, amigo oyente, pensando en nuestra sociedad civilizada, creemos que, de acuerdo con la Biblia, el hombre no llega a ser un pecador porque peca. Si no, que él peca porque es un pecador, fundamentalmente, dentro de sí mismo. Y esto explica sus acciones. Nos tenemos que detener aquí por hoy. Dios mediante, continuaremos con el estudio de este capítulo 3 de Nahúm, en nuestro próximo programa. Le invitamos, pues, a acompañarnos. Será hasta entonces, amigo oyente, ¡y que Dios le bendiga en el estudio de Su Palabra!
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