Estudio bíblico de Apocalipsis 1:1-4
Apocalipsis 1
Versículos 1-4
Continuamos hoy, nuestro recorrido por el libro de Apocalipsis, el último libro de la Biblia, las Sagradas Escrituras, y el único libro profético del Nuevo Testamento.
Hace algunos programas atrás, cuando concluimos el último libro del Antiguo Testamento, el libro del profeta Malaquías, mencionábamos que ese libro enlaza con el libro de Apocalipsis. En el Antiguo Testamento, Malaquías concluye su libro diciendo que nacerá "el Sol de Justicia". Su profecía final presentaba una esperanza para una tierra maldita, por la maldición del pecado. Malaquías finaliza su libro con la esperanza de la venida de Aquel que será "el Sol de la Justicia" ¡Él viene a la Tierra!, le comunicó a sus conciudadanos judíos, que estaban decaídos y desalentados.
El libro de Apocalipsis concluye con la mención de "la estrella resplandeciente de la mañana", y una invitación clara y directa a la iglesia. Ésta es la esperanza de la Iglesia, el traslado de los creyentes al Cielo. La esperanza del Antiguo Testamento era la revelación de las profecías dadas por Dios a los profetas. Ahora, para completar la revelación, hoy queremos unir y enlazar al libro de Apocalipsis con Génesis, el primer libro de la Biblia. Vamos a unir al primero con el último libro de la Biblia, ya que Génesis presenta el principio de todas las cosas, y Apocalipsis nos ofrece el final.
Observemos los contrastes. En el Génesis, se crea la Tierra. En Apocalipsis, la Tierra pasará. En Génesis, se presenta el primer éxito del enemigo de Dios, la primera rebelión de Satanás. En Apocalipsis se presenta el fracaso de la última rebelión de Satanás. En Génesis, el sol, la luna y las estrellas eran para el beneficio de la tierra, y en Apocalipsis, estos mismos cuerpos celestiales serán parte del juicio de la Tierra. En Génesis, el sol debía gobernar el día. En Apocalipsis, ya no habrá necesidad del sol. En Génesis, las tinieblas fueron llamadas noche. En Apocalipsis, ya no habrá noche. En Génesis, a las aguas se les llamaba mares. En Apocalipsis, no habrá mares. En Génesis, tenemos la entrada del pecado. En Apocalipsis veremos el éxodo del pecado. En Génesis, se pronuncia la maldición. En Apocalipsis, la maldición será quitada. En Génesis, la muerte termina con todo. En Apocalipsis, no habrá y más muerte. En Génesis se presenta el dolor, la tristeza y el sufrimiento. En el Apocalipsis ya no habrá más tristeza, ni lágrimas. En Génesis tenemos la boda del primer Adán. En Apocalipsis celebraremos la boda del último o postrer Adán, la unión de Cristo con la Iglesia. En Génesis debemos decir que vemos a la ciudad del hombre, Babilonia. En Apocalipsis vemos a esa ciudad del hombre, Babilonia, destruida, y se presenta la ciudad de Dios, la nueva Jerusalén. En Génesis se pronuncia el juicio contra Satanás, y en Apocalipsis se ejecutará ese juicio que se pronunció.
Ahora, en nuestro programa anterior presentamos un breve bosquejo de Apocalipsis, y vimos que Juan había recibido ese esquema de parte de Dios. Al apóstol Juan le fue ordenado que escribiera todas las cosas "que había visto", eso es en el pasado; y las cosas "que son", en tiempo "presente", relacionadas con la iglesia. Eso lo veremos más en detalles cuando lleguemos a los capítulos 2 y 3.
Luego, Juan tenía que escribir las cosas que "serán", en "el futuro", y las cosas que han de ser "después" de éstas. Pero cuando lleguemos al capítulo 4, de allí en adelante todo tendrá que ver con el futuro.
Nos encontramos entonces en la primera división, donde veremos a la persona de Cristo. Es Cristo en gloria, y lo podemos contemplar como una revelación de Él mismo, en toda Su posición y gloria, como el gran Sumo Sacerdote, quien está a cargo de Su Iglesia. En los Evangelios le hemos visto como manso y humilde, y le vemos muriendo en una cruz. Él se dejó dominar por sus enemigos, les permitió que le vencieran, aquí en la Tierra. Pero no vemos este cuadro de sometimiento en el libro de Apocalipsis. Él está en autoridad y en poder, Él está en control de todo. Él aún es el Cordero de Dios, como podemos ver, pero Él es esa clase de Cordero que puede hablar con la ira del Cordero, y la Tierra queda aterrorizada de ese despliegue de poder. El Señor Jesucristo, Él es el tema de este libro. Él lo está dirigiendo todo el programa de Dios. Cuando lleguemos a los temas relacionados con el Cielo, allí le veremos en Gloria, controlando todo.
Hemos mencionado reiteradamente que el tema principal de toda la Biblia es el Señor Jesucristo. Las Sagradas Escrituras son teo-céntricas y Cristo-céntricas. Eso significa que están centradas en Dios, y en Cristo. Y ya que Cristo es Dios, Él es Aquel que controla el horizonte de la Palabra de Dios en su totalidad. Es necesario que mantengamos este pensamiento anclado en nuestra mente, especialmente al adentrarnos en este libro de Apocalipsis. La Biblia nos dice lo que Él ha hecho; lo que Él está haciendo; y lo que Él hará. El libro de Apocalipsis enfatiza lo que Él está haciendo y lo que Él va a hacer. Y necesitamos mantener esto en mente. Llegamos ahora al primer versículo, y aquí tenemos el título de este libro. Veamos lo que dice el versículo 1 del capítulo 1 de Apocalipsis:
1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, (Ap. 1:1)
La palabra revelación es importante. Apocalipsis es una palabra griega que significa "Revelación". No se usa la palabra en plural en ningún momento en este libro, porque sólo hay una revelación, que es "la revelación de Jesucristo, el Señor".
Si usted es uno de muchos oyentes que ha permanecido escuchando estos estudios por algún tiempo, probablemente recordará que al profeta Daniel, en su libro, ubicado en el Antiguo Testamento, se le dijo que debía "sellar" el libro. Al final del libro de Apocalipsis, se le dice a Juan: No selles las palabras de la profecía de este libro. (Ap. 22:10) Estas frases deben ser comprendidas por su importante significado. Usted recordará que Jesucristo presentó en el evangelio según Mateo, en el capítulo 13, lo que se conoce como "la parábola del misterio". Y reiteró el mismo tema también en el evangelio según San Marcos, capítulo 4, versículo 11. Dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas.
Ahora, aquí podemos desvelar, o sea, quitar el velo, y contemplar la revelación del Cristo glorificado en toda Su hermosura, en Su poder y en Su gloria. Solamente comprenderemos una parte de la historia, cuando lee los Evangelios. Es necesario leer el libro de Apocalipsis, que completar nuestra información y así llegar a vislumbrar la consumación de lo que en los Evangelios se nos indica. Sólo puede ser comprendido, si el Espíritu de Dios es nuestro maestro; queremos afirmar esta verdad, porque estamos seguros de esto. Apocalipsis quita el velo del misterio. Podemos apreciar Su gloria sin ningún impedimento. Este libro es lo opuesto a los secretos y a los misterios anteriormente mencionados. Aquí se revelan los secretos, se revela también la falsa profecía, en el versículo 2, como podemos comprobar por nosotros mismos. El velo del misterio fue puesto sobre el capítulo 13 del evangelio según Mateo, cuando habló sobre el reino de Cristo, y los que vivían en esa época no lo comprendía. Pero hoy más que nunca, especialmente aquellos que se denominan "creyentes", deben acercarse al libro de Apocalipsis con confianza, porque este es el libro donde el Señor Jesucristo dice que éste ha sido dado para que comprendamos, para que entendamos los misterios del reino de Dios. Así lo afirmó Jesucristo.
Este libro maravilloso nos dice el apóstol Juan, autor del mismo, aquí se nos presenta una revelación. Y leemos: que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas. Eso quiere decir, que Dios habló por medio de palabras o expresiones pictóricas, por símbolos, por representación directa e indirecta. Y dice: y la declaró enviándola. Eso significa que Dios usó símbolos, simbólicos, valga la redundancia, de la realidad. El apóstol Pedro nos dio una regla muy importante para la correcta interpretación de la profecía, que encontramos en la segunda epístola del Apóstol Pedro, capítulo 1, versículo 20, que dice: entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada. Esto es, no puede haber una interpretación libre, que no se ajuste a ciertos criterios, también dados por Dios. Aun el lenguaje figurativo de Apocalipsis es figurativo de hecho. Un símbolo, es un símbolo de algo concreto, de algo que es real.
Y luego Él continúa diciendo: las cosas que deben suceder pronto. Estas cosas que Juan revela no son quimeras, cosas etéreas o efímeras. Son el núcleo mismo de cosas, objetos y hechos reales. Son cosas. Ahora, ¿qué es esto de cosas? Si usted tiene un niño en su casa, se puede dar cuenta de esto, que por carecer del suficiente vocabulario, un niño usará frecuentemente la palabra "cosa", y no es menos real que un objeto concreto. Cuando el apóstol Juan menciona "cosas" tiene un significado concreto, más que un símbolo, es algo sólido, es una realidad. Juan utiliza un lenguaje en el que incluye los símbolos, porque hay una realidad mucho mayor que este símbolo. Un símbolo es siempre una representación pobre de la realidad.
Juan menciona que estas cosas: que deben suceder pronto. Y esta palabra deben demuestra una singular urgencia; pero también una absoluta seguridad. Deben suceder pronto. Ahora, esta palabra pronto aquí, nos indica algo que creemos es importante resaltar. Esta palabra se repite varias veces en las Escrituras. Por ejemplo, la tenemos en el evangelio según Lucas, capítulo 18, versículo 8, donde Jesucristo dice: Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo el Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Aquí tenemos nuevamente esta palabra: Os digo que pronto les hará justicia. Ahora, ¿qué es lo que el Señor Jesucristo quiere decir? Bueno, quiere decir que cuando la justicia divina comience, tendrá lugar rápidamente. No habrá necesidad de esperar largamente para que suceda. Esto no implica que Él pronto vendrá, como vamos a ver más adelante. No indica que va a suceder pronto, sino que cuando estas cosas de las cuales Juan está hablando, comiencen a suceder, ocurrirán rápidamente. Tendrán lugar pronto, y en un breve período de tiempo. A continuación Juan comenta la manera en que esto va a suceder. Deseamos resaltar lo que nos dice en el primer versículo de este capítulo 1 de Apocalipsis
1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio (Ap. 1:1)
Ahora, notemos los pasos de la revelación aquí. Se originó con y en Dios, el Padre, fue dada a Jesucristo, y Él la dio a Sus ángeles, y Sus ángeles se la dieron a sus siervos:
Para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; (Ap. 1:1)
Esa fue la secuencia de las entregas de esa "revelación". De Dios el Padre, al Señor Jesucristo; luego a los ángeles; y éstos se la entregaron a Juan, y de Juan a sus siervos. Y así es como le llega a usted, y me llega a mí, en el presente, estimado amigo oyente. Estos son los pasos de la entrega de la "revelación".
Al avanzar en nuestro estudio de la Biblia, la Palabra de Dios, hemos dicho que los ángeles no están conectados con la era de la iglesia. El ángel que aquí se menciona es un mensajero celestial. Pero ¿de qué nos va hablará Juan, principalmente? De las cosas futuras. De lo que Jesucristo va a hacer en el futuro, y comenzando con el capítulo 4, todos los temas tendrán una proyección de futuro, que tendrán lugar después que la iglesia sea quitada de la tierra, y llevada al Cielo. De modo que es muy apropiado y comprensible que después de que la iglesia salga de la tierra, los ángeles ocupen otra vez un lugar de prominencia. Esto es cierto al ver la forma como se desarrollan las cosas en este libro. Ahora, en el versículo 2 encontramos "el método de la revelación". Nos dice en el versículo 2 de Apocalipsis:
2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. (Ap. 1:2)
Aquí se destaca el énfasis que se ha dado a la palabra testimonio. La palabra testimonio viene del griego marturé-o. Es una manera que nos indica que Juan se coloca junto a aquellos que leen su escritura. Es decir, donde usted y yo nos encontramos hoy, y Juan nos aclara que él también mira hacia aquello que está escribiendo. Que ha dado testimonio de la Palabra de Dios. Y la Palabra de Dios aquí creemos que se refiere a Cristo, como también al contenido de este libro. Él es la Palabra viva, y nosotros estamos en posición de la Palabra escrita. Y cuando la Palabra escrita nos revela a Jesucristo, es porque Él es la Palabra viviente.
Ahora, Juan continua "del testimonio de Jesucristo" aquí se nos dice que es un testigo más que un testimonio. Esto ocurre unas 90 veces en los escritos de Juan ? 50 veces en su Evangelio. Juan habla de todo lo que ha visto, de todo aquello de lo que él pudo ver como un privilegiado testigo presencial.
Volviendo ahora a lo que mencionó en el versículo 1, él lo declaró. Es como si Juan hubiera sacado fotos, o como si estuviera presenciando y moderando un programa de televisión. Con un personaje clave, el principal, el Señor Jesucristo quien lo presentó desde el cielo, a través de sus ángeles, a través de Juan, para usted y para mí. Es así como Dios lo quiere.
Ahora, también leemos en este versículo 2: ...y de todas las cosas que ha visto. Es decir, que Juan fue testigo ocular de esta visión que se nos presenta aquí, y él no sólo oyó, sino que vio. Estas son dos canales por medio de los cuales recibimos la mayoría de datos para nuestra información. Ahora, observemos que al entrar en el versículo 3, se nos ofrece una triple bendición. Es decir, que esta es la primera de "siete bienaventuranzas" de Apocalipsis. Vamos a tratar en detalle cada una de esas bienaventuranzas cuando se nos presenten, pero aquí tenemos la primera en el versículo 3 del capítulo 1 de Apocalipsis, donde leemos:
3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. (Ap. 1:3)
Note usted: Bienaventurado el que lee. Esto indica a aquel que lee este libro en la iglesia. El maestro. Aquel que lee. Y los que oyen las palabras de esta profecía. Y esto indica la iglesia, los creyentes, que están en su clase. Aquellos que pertenecen y están en la iglesia. Ellos oyen las palabras. El lector las lee y ellos las oyen. Y ambos grupos deben guardarlas. Así es que, aquí tenemos una bendición triple: "leyendo, oyendo y guardando". Eso es muy importante para nosotros en el presente. Creemos que cada uno de nosotros que pasa a través de las páginas del libro de Apocalipsis va a recibir una bendición especial; creemos verdaderamente en esa promesa, porque eso es lo que se nos dice aquí claramente. Y en la parte final de este versículo 3, Juan agrega:
3 Porque el tiempo está cerca. (Ap. 1:3)
Esto no implica, ni indica que las cosas que se mencionan al final de Apocalipsis están sucediendo hoy, sino que quiere decir que el principio de la iglesia, que comenzó a formarse en el día de Pentecostés, comenzó el ministerio del Señor Jesucristo en el cielo. Vamos a tener una visión de Él, el Cristo glorificado en el primer capítulo. A continuación veremos qué es lo que Él está haciendo hoy, en nuestros tiempos, porque el tiempo está cerca.
Llegamos ahora al versículo 4, y aquí tenemos la salutación de parte de Juan, el escritor, y de Jesucristo en el Cielo. Es impactante, verdaderamente grandioso. Esto es un saludo que viene de parte de Juan aquí en la tierra, y de parte del Señor Jesucristo en el Cielo. Oigamos lo que Juan dice este versículo 4 del capítulo 1 de Apocalipsis:
4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; (Ap. 1:4)
Vamos a tratar algunos detalles cuando lleguemos al capítulo 2, pero queremos decir algo respecto al número "siete" que se menciona aquí. El número siete no significa la "perfección", significa más bien, algo "que está completo". Y existe, por cierto, una diferencia, entre un término y el otro. Aquí se mencionan a siete iglesias. En aquel entonces había literalmente cientos de iglesias en aquella zona, y siete cualesquiera podrían haber sido elegidas. Pero, éstas fueron elegidas para un propósito muy definido, que veremos más adelante. Son representantes de la iglesia en su totalidad, a través de las edades y de la iglesia sobre la tierra.
Ahora, aquí dice: Gracia. Y el Apocalipsis es un libro que nos revela la Gracia de Dios y la Paz de Dios. No debemos albergar ningún temor al estudiar este libro de Apocalipsis. Usted puede tener la paz de Dios en su corazón, del que es y que era y que ha de venir. Y este es el Señor Jesucristo. Él es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13:8). A medida que nos adentremos en este impactante libro comprenderemos más claramente lo que significa, y como indica la división del libro: todo lo que Él ? Jesucristo- ha hecho, lo que Él está haciendo, y lo que Él va a hacer.
Dejamos por hoy aquí nuestro estudio del libro de Apocalipsis. Confiamos en que el tema haya despertado su interés, y que volveremos a encontrarnos en nuestro próximo programa. Seguimos orando e intercediendo por usted, estimado oyente, para que la Luz de Dios alumbre su alma y corazón y anhele, con sed de verdad y justicia, conocer más del Amor perfecto que sólo se encuentra en Aquel que nos amó hasta la muerte, el Señor Jesucristo. Sólo Él puede satisfacer nuestra sed. ¿No quiere probar y comprobar el regalo de Dios? ¿Por qué no se anima, y le da una oportunidad a Dios, para que Él se revele a usted, personalmente? No hay ninguna experiencia comparable a ese encuentro personal.
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