Estudio bíblico de Gálatas 4:6-24
Gálatas 4:8-24
En nuestro programa anterior dijimos que en el capítulo 4 de esta epístola, todavía nos encontramos en la sección de la "justificación por fe", en la tercera subdivisión, que se extiende desde el 3:6 hasta el 4:18, donde Abraham ha sido nuestra ilustración principal. Pablo se refirió a algo más que nos viene a través de la fe en Cristo y que nunca podríamos haber logrado por medio de las obras de la ley. Y nos referimos a nuestra posición de hijos de Dios adultos. Cuando comenzamos la vida cristiana, espiritualmente hablando, somos como niños que tienen que crecer hasta llegar a la madurez. Sin embargo, Dios nos da la posición de hijos maduros, adultos, proveyéndonos con una capacidad que de otra manera no tendríamos.
Por lo tanto, el Espíritu, nos da la experiencia de ser un hijo de Dios. Siendo un hijo de Dios podemos clamar, no simplemente pronunciando la palabra, o adoptando una piedad falsa, pero podemos llamar a Dios nuestro "Padre", porque el Espíritu de Dios está dando testimonio a nuestro espíritu. Como acabamos de decir, ésta es la experiencia de ser un hijo de Dios.
Muchas veces usted y yo avanzamos con paso lento en nuestra vida cristiana y no tenemos experiencias espirituales con Dios. La vida se vuelve monótona. Pero en otras ocasiones, especialmente cuando Dios nos somete a una prueba, podemos tener una hermosa experiencia de compañerismo con nuestro Padre celestial. Es que Dios nos hace sentir su presencia como una realidad viva en tiempos de aflicción. Cuando Pablo se encontraba preso, pudo decir, en Segunda de Timoteo 4:16-17: "16En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado esto en cuenta. 17Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mí fuera cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyeran. Así fui librado de la boca del león". En momentos de prueba y ataques, el apóstol sufrió también la dura experiencia de la soledad. Y cuando más habría necesitado la compañía de personas que le amaran, el Señor estuvo con Pablo. Y Él estará con usted, estimado oyente. ¡Que tranquilizador, que alentador es tener un Padre como Él! En momentos como estos, Dios nos dice a cada uno de nosotros, y a usted, las palabras de Hebreos 13:5: "No te desampararé ni te dejaré".
Comencemos nuestra lectura con el versículo 8, de este capítulo 4, de la epístola a los Gálatas:
"Ciertamente, en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses"
El apóstol estaba hablando del hecho de que los Gálatas antes habían sido idólatras. El país de los Gálatas en Asia Menor estaba entregado completamente a la adoración de los ídolos. Pablo describió a los ídolos como vanidades. En Primera de Corintios 12:2 los llamó "ídolos mudos". No eran nada, y no podían decir nada. Les estaba diciendo que los ídolos no eran reales y que no se podían transformar en una realidad para aquellos que les adoraban. Ahora Pablo dijo en el versículo 9, de este capítulo 4:
"Pero ahora, ya que conocéis a Dios o, más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?"
Aquí dice conocidos por Dios y significa "aprobados" por Dios o "reconocidos" por Dios. Ellos habían venido a Cristo por la fe, lo cual había sido aceptado por Dios. La mayoría de los cristianos de las iglesias de Galacia eran no judíos. Así que siendo creyentes, estaban volviendo a la ley de Moisés que era, como les dijo Pablo, regresar a la idolatría de la cual habían salido. Y en el versículo 10, Pablo dijo:
"Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Temo que mi trabajo en vuestro medio haya sido en vano".
Al decirles que seguían guardando los días de fiesta, se refería al sábado o día del reposo. Conviene recordar aquí que el apóstol Pablo les dijo a los Colosenses en el 2:16 de esa carta: "16Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados". En este versículo 10, los "meses" probablemente se refieren a la práctica de celebrar la "luna nueva", que fue una costumbre de los israelitas en la época de los reyes. Los profetas advirtieron al pueblo en contra de esa práctica.
"Los tiempos" debería traducirse "estaciones", refiriéndose a las fiestas de Israel. Dios había establecido siete fiestas, y todas ellas señalaban de forma anticipada al Señor Jesucristo.
"Los años", por supuesto, se referían a los años sabáticos. La práctica de celebrar todas esas fechas colocaba a los no judíos totalmente bajo la Ley de Moisés.
Algunos alegan estar hoy cumpliendo la Ley, sin embargo sólo guardan el día del reposo. Pero hay que considerar que toda la ley constituye un conjunto, que incluye el año sabático y el año del jubileo. El apóstol Santiago en 2:10 de su carta dijo: "10porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos". Es decir, que es culpable de ser un infractor de la ley. Luego el apóstol Pablo dijo en el versículo 11, de este capítulo 4 de la epístola a los Gálatas:
"Temo que mi trabajo en vuestro medio haya sido en vano".
Pablo estaba diciendo, de una manera delicada que creía haber perdido el tiempo con ellos. Considerando que ellos habían sido salvos por la gracia, su retroceso a la Ley era como haber regresado a su anterior idolatría. Les recordó que no había conocido a Dios por medio de la Ley mosaica sino por la fe en Jesucristo.
Ahora llegamos a una parte personal, entre los versículos 12 y 18. Fue una nota de cortesía que el apóstol introdujo en esta carta. Y entonces comenzó a decirles en el versículo 12:
"Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ninguna ofensa me habéis hecho"
En otras palabras, les pidió que se identificaran con él. Los Gálatas habían estado escuchando a falsos maestros, y estaban mirando a Pablo como si fuera un enemigo por haberles dicho la verdad. Es como si les hubiera dicho: "Estamos todos en un mismo nivel. Todos somos creyentes, todos formamos parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Y debido a esa realidad, debiéramos tratarnos con amabilidad. Luego continuó hablando de esta forma personal en el versículo 13 donde dijo:
"Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio"
Entonces Pablo les hizo un llamamiento basándose a una enfermedad que él había descrito como un aguijón en su cuerpo. ¿Y cuál era ese aguijón? Continuemos leyendo entonces, el versículo 14, de este capítulo 4:
"y no me despreciasteis ni rechazasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús".
Evidentemente esa enfermedad que Pablo tenía no le hacía muy atractivo ante la gente. Ésa era la prueba que él calificaba como un aguijón clavado en su cuerpo. Continuemos con el versículo 15:
"¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubierais podido, os habríais sacado vuestros propios ojos para dármelos".
Probablemente, el aguijón en el cuerpo que tenía Pablo era algún tipo de enfermedad de la vista, que le daba un aspecto desagradable. No podemos concebir que ellos hubiesen querido quitarse sus propios ojos y dárselos a él si lo que él tenía era un problema en alguno de sus miembros, o en su piel. Aparentemente Pablo tenía una enfermedad en los ojos que era algo común en esa parte del mundo y en esa época. Esta dolencia se caracterizaba por una excesiva supuración; al brotar el pus de sus ojos le daba un aspecto nada atractivo mientras trabajaba entre ellos. Y Pablo les dijo que ellos habían ignorado esa circunstancia, recibiéndole con afecto cuando había ido a predicarles. Y continuó diciéndoles en el versículo 16:
"¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo por deciros la verdad?"
El Dr. McGee, autor de estos estudios dijo que siempre había deseado colocar en el púlpito, del lado del predicador, la siguiente inscripción: "Quisiéramos ver a Jesús". Y además le hubiera agradado colocar, frente al público, las palabras que acabamos de leer: ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? Usted sabe que hay mucha gente en el día de hoy que no quiere que el predicador o el maestro les diga la verdad. Ellos quieren escuchar algo favorable, elogioso, que les suavice las preocupaciones, que no les inquiete y les haga sentir bien. Luego continuó hablando y dijo en los versículos 17 y 18:
"Se interesan por vosotros, pero no para vuestro bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros os intereséis por ellos. Bueno es mostrar interés por lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros".
Otra versión traduce estos versículos de esta manera: "Éstos que muestran mucho interés por ganaros a vosotros no abrigan buenas intenciones. Lo que quieren es alejaros de nosotros para que vosotros os entreguéis a ellos. Está bien mostrar interés, con tal de que ese interés sea bienintencionado y constante, y que no se manifieste sólo cuando yo estoy con vosotros". En otras palabras, ellos estaban promoviendo la ley para su propio beneficio, no para el beneficio de los Gálatas. Los falsos maestros querían presumir de lograr muchos convertidos. Pablo tuvo algo que decir en esta línea a los creyentes de Corintio. En Segunda de Corintios 12:12-15 leemos: "12Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, señales, prodigios y milagros, 13porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio! 14Ahora, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré una carga, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. 15Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos".
Es que el mismo grupo de judaizantes había ido a Corinto. Los creyentes de aquella ciudad también habían amado a Pablo, y éste les tuvo que advertir al respecto. Los falsos maestros de las sectas han sido y suelen resultar atractivos. Hoy podemos observar su inteligente uso de varios medios de difusión. En su promoción pública y personal cuidan mucho la presentación. Y una de sus tácticas es ofrecer una parte de la verdad, e introducir con sutileza el error. Así que las advertencias del apóstol a los Gálatas y a los Corintios son oportunas también para nuestra generación.
Llegamos ahora a un párrafo que comenta la
Alegoría de Agar y Sara
El capítulo 4, desde los versículos 19 al 31, concluye con esta alegoría, que, es la cuarta subdivisión de esta extensa y tercera sección doctrinal de esta carta a los Gálatas, que abarcaba desde el 2:15 hasta el 4:31 y que trata sobre la justificación por la fe. En esta subdivisión, el contraste que observamos entre estas dos mujeres es total. Agar, y toda referencia a ella bajo otras figuras retóricas representa a la Ley. Sara, y toda otra referencia a ella bajo otras figuras, representa la fe en Cristo. Leamos ahora el versículo 19;
"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros"
Aquí vemos que Pablo les dirigió esta alegoría a los Gálatas usando la tierna expresión "hijitos míos", de la palabra griega "teknia", que puede referirse a los recién nacidos. Pablo tenía un corazón sensible y se comparó él mismo con una madre. Y dijo en el versículo 20:
"Quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros".
Pablo deseó haber estado presente para poder hablarles de forma diferente. Pues estaba muy preocupado por ellos. Había usado en un principio un lenguaje fuerte y severo, pero en estos pasajes podemos ver su corazón tierno. Y continuó diciendo en el versículo 21:
"Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?"
Hay personas que hablan sobre los Diez Mandamientos o de algún otro sistema legal, pero no mencionan el castigo impuesto por la Ley. No presentan a la Ley en la esfera total de su ministerio de condenación. Observemos lo que sucedió cuando Dios llamó a Moisés a la cima de la montaña para entregarle la Ley. Leemos en Éxodo 19:16-21: "16Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, hubo truenos y relámpagos, una espesa nube cubrió el monte y se oyó un sonido de bocina muy fuerte. Todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. 17Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios, y ellos se detuvieron al pie del monte. 18Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en medio del fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía violentamente. 19El sonido de la bocina se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz de trueno. 20Descendió el Señor sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte. Llamó el Señor a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21El Señor dijo a Moisés: Desciende y ordena al pueblo que no traspase los límites para ver al Señor, porque caerá multitud de ellos".
Dios le dijo al pueblo que permanecieran apartados y lejos cuando le entregaba la Ley a Moisés. En Éxodo 20:18-19 se nos dice: "18Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba. Al ver esto, el pueblo tuvo miedo y se mantuvo alejado. 19Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos".
No podemos concebir en nuestra mente cuan santo es Dios. Los seres humanos somos como renegados en el universo de Dios. Estamos en la condición y posición de pecadores perdidos en este universo, sin capacidad para seguirle y obedecerle. En Romanos 8:6 el apóstol Pablo dijo: "Preocuparse sólo de lo que es humano lleva a la muerte; en cambio, preocuparse de las cosas del Espíritu lleva a la vida y la paz". La mentalidad pecaminosa está en enemistad contra Dios. Estimado oyente, el sistema que opera en el mundo está en contra de Dios. Nunca está a favor. Ese sistema no está mejorando, sino que es cada día más malo y perverso y ha permanecido en esa condición desde que Dios colocó a Adán y Eva en el jardín del Edén. Romanos 8:7 continúa diciendo: "Los que se preocupan sólo de las cosas humanas pecaminosas son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley". No nos sorprende entonces que los israelitas temblaron y se apartaron de la montaña diciendo: "Moriremos".
Estimado oyente, Dios está en lo alto, en Su santidad, y habita en la gloria. Usted y yo estamos aquí, jugando con el barro porque, físicamente, estamos hechos de barro. Así, somos criaturas que transitamos por esta tierra y tenemos la audacia de vivir de manera contraria a la voluntad de Dios. Le mentalidad pecaminosa es realmente enemiga de Dios. Ésta es la condición del ser humano en esta tierra.
Pablo les dijo: "Escuchad a la Ley, que todavía no la habéis escuchado bien". Y era cierto. Los Gálatas verdaderamente no habían escuchado la Ley. La entrega de esa Ley no había sido maravillosa y acogedora, sino aterradora. Y ya que los Gálatas parecían querer colocarse bajo la Ley, Pablo les estaba dando la oportunidad de escucharla desde otro punto de vista. Y volviendo a Gálatas 4, dijo en el versículo 22:
"Pues está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y el otro de la libre".
Usando una ilustración de la vida de Abraham (Génesis 16, 17, 18, 20 y 21), Pablo estaba haciendo un contraste entre dos hijos que nacieron, uno de Agar y el otro de Sara. Uno nació de una esclava y el otro de una mujer libre. La mujer libre representaba a la gracia y la esclava, a la Ley mosaica. Pablo iba a destacar el contraste entre ellas en lo que llamó una alegoría.
Pablo no estaba diciendo que la historia de Abraham era una alegoría y lo aclaramos porque algunos han interpretado de esa manera la frase del versículo 24. Sino que él estaba diciendo que el incidente ocurrido entre esas dos mujeres que concibieron a los hijos de Abraham contenía una alegoría, y ello tiene un mensaje para nosotros hoy. El apóstol continuó diciendo en el versículo 23:
"Pero el de la esclava nació por decisión humana, según las leyes de la naturaleza; pero el de la libre, nació para que se cumpliera lo que Dios había prometido".
El Código de Hamurabi, que regía la cultura en la época de Abraham, establecía que el hijo de una esclava, es decir Agar, era un esclavo. Así que, aunque Ismael fuera el hijo de Abraham, era un esclavo.
Y en cuanto al hijo de la mujer libre, es decir Sara, fue el fruto de un milagro, porque su nacimiento fue milagroso. Abraham era demasiado mayor como para engendrar un hijo, y Pablo dijo que el vientre de Sara estaba como muerto. Ella ya había superado la edad de tener hijos. Su matriz era como una tumba, y de la muerte Dios hizo surgir la vida. Finalmente por hoy leamos el versículo 24:
"Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres representan los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para ser esclavos; éste es Agar".
Él dijo entonces: Lo cual es una alegoría, queriendo decir que esos eventos de la vida de Abraham contenían una alegoría. Y Pablo iba a extraer una lección de ella. Después el apóstol habló de los dos pactos; el primero era el pacto de la Ley, que Moisés recibió en el Monte Sinaí. Y añadió: éste es Agar. Pablo comparó a Agar con el Monte Sinaí, que es un sinónimo de la Ley de Moisés.
En este programa hemos hablado de seres esclavos y de seres libres. Continuaremos con las lecciones de esta alegoría en nuestro próximo programa, Pero al terminar hoy, queremos recordar lo que dijo el Señor Jesucristo en Juan 8, que fue Su respuesta a un grupo de judíos que se sorprendieron de sus palabras porque no se consideraban esclavos. También hoy, estimado oyente, muchos no son conscientes del estado de esclavitud al que les somete su naturaleza humana. Dijo el Señor: "todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado. 35Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres".
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