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Estudio bíblico de Proverbios 12:23-13:25

Proverbios 12:22-13:25

Continuamos hoy, estimado oyente, en el Libro de Proverbios y nos encontramos en el capítulo 12. En el programa anterior, usted recordará, quedamos en el versículo 22. Y permítanos repetirlo hoy; así que vamos a leerlo en este capítulo 12 de Proverbios. El versículo 22 dice:

"Los labios mentirosos son abominables para al Señor, pero le complacen quienes actúan con verdad."

Una de las virtudes que debería caracterizar al hijo de Dios es su amor a la veracidad. Y ahora continuemos leyendo el versículo 23:

"El hombre prudente encubre su saber, pero el corazón de los necios pregona su necedad."

El hombre que es prudente y cuerdo no dice cosas que puedan herir a otra persona. Usted quizá se ha encontrado alguna vez en un grupo de personas y dentro del mismo ver presente a una persona necia, de esas que nunca dejan de hablar, y que pronuncia una crítica contra otra persona que, por supuesto, no está presente allí. El hombre prudente no dice cosas hirientes, pero el corazón del necio, hará gala de su necedad. Ahora, en el versículo 24 leemos:

"La mano de los diligentes dominará, pero la negligencia será subyugada."

Creemos que nuestra sociedad contemporánea ha invertido ciertos valores. Las personas diligentes no son siempre las elegidas para ocupar cargos responsabilidad, y no estamos seguros que los negligentes sean los que paguen los impuestos. Pero, hemos estudiado estos Proverbios y lo hemos hecho en oración; le hemos pedido a Dios que nos ilumine al hacerlo. Y hemos llegado a la conclusión de que algunos de estos Proverbios deben ser considerados a la luz de la eternidad. Creo que la vara para medir este proverbio es la eternidad, antes que la situación local. ¿Y no se nos dice acaso que un día nosotros vamos a reinar con Cristo? Pero la Biblia no enseña que todos los creyentes van a reinar en el mismo nivel: habrá diferentes grados o niveles. Y personalmente me sentiría muy cohibido si me encontrara en el mismo nivel que los apóstoles, y sentado, por ejemplo, junto al Apóstol Pablo. No creo que ese fuera mi lugar. Sin embargo, sí creo que los diligentes son los que reinarán con Él. Por otra parte, muchos otros proverbios se aplican, como también estamos viendo, a la vida diaria.

Escuchemos lo que dice ahora el versículo 25 de este capítulo 12 de Proverbios:

"La congoja abate el corazón del hombre; la buena palabra lo alegra."

Recordemos lo que Job les dijo a sus amigos en 6:25: "¡Cuán provechosas son las palabras rectas!" Estas palabras amables pueden traer ánimo, alegría y estímulo a aquellos que están tristes, sufriendo, que están teniendo pasando por algún problema o amargura. Uno no golpea a una persona que está soportando dificultades. Luego, el versículo 26 nos dice:

"El justo es guía para su prójimo, pero el camino de los malvados los hace errar."

Es decir, el hombre justo quiere ayudar a su prójimo, mientras que el malvado tratará de perjudicarle. La realidad es que si el hombre justo se da cuenta que su prójimo está equivocado, él irá a conversar con él acerca de ese problema. Es lo más útil y positivo que puede hacer.

El profeta Natán era el mejor amigo que tenía David y sin embargo fue Natán quien tuvo el valor de acusarle y decirle: Tú eres aquel hombre. (2 Samuel 12:7) Cuando en nuestra vida hay cosas que deben ser corregidas, es hermoso tener un buen amigo que nos reprenderá con cariño.

Un Pastor cuenta que cuando él comenzó el ministerio, el Señor le concedió el privilegio de ser el Pastor de una Iglesia que había sido su propia congregación antes, donde la gente le amaba y le mostraba mucha simpatía. En cierto sentido se sentía inexperto para estar a cargo del pastorado de una Iglesia tan grande y de tanta importancia. Pero la gente de ese lugar, era bastante buena con él. Y en cierta ocasión, este joven Pastor escuchó a un hombre muy famoso predicar en una conferencia, y a partir de ese momento, trató de imitarlo; hasta trataba de imitar el acento con el cual este hombre hablaba. Y los miembros de su iglesia se dieron cuenta, pero se limitaron a escucharle, a sonreír y muy pocos hicieron algún comentario al respecto. Pero un hombre que había ayudado a este Pastor a través de sus estudios lo invitó a comer en cierta ocasión y le dijo algo que este joven Pastor nunca olvidó. "Pastor, nosotros preferimos tener un Pastor genuino, antes que una imitación de otra persona". Eso fue todo lo que dijo, y todo lo que necesitaba decirle. Desde ese momento ese Pastor volvió a ser una persona genuina. ¡Qué fuerza tienen las palabras rectas y sinceras de un consejo dado con ánimo constructivo! Como dice este proverbio, el justo sale en busca de su prójimo. Ayuda a su prójimo. Pero el malvado, le induce a equivocarse; va hablar con su prójimo, le anima y después, cuando aquel le da la espalda, le critica. Estimado oyente, podemos darnos cuenta cómo estos proverbios ponen su dedo en la llaga, por decirlo así, y señalan conductas concretas e individuales que a veces se observan entre cristianos. Continuemos leyendo el versículo 27 de Proverbios 12:

"El indolente ni aun asará lo que ha cazado; ¡precioso bien del hombre es la diligencia!"

Hay algunos Proverbios que demuestran alguna característica humorística.

Este hombre salió y pudo cazar un animal, pero era demasiado perezoso para despedazarlo, asar su carne y comerlo. Uno tiene que ser un cazador muy perezoso para actuar de esa manera. Sería como un pescador que ha pescado, pero no quiere pasar por el trabajo de limpiar el pescado para comerlo.

Observemos la frase ¡precioso bien del hombre es la diligencia! En otras palabras, él se ocupa, se hace cargo de lo que tiene. Recordemos cuando Rut fue a espigar al campo, y Booz fue tan generoso con ella que al final recogió una gran cantidad de espigas; entonces se puso a desgranar las espigas que había recogido. Ella podía haber regresado a casa, entregándole a Noemí las espigas que había recogido en todo un día de trabajo, pidiéndolo que las desgranara. Pero no lo hizo. Esta actitud nos revela la clase de espíritu servicio y de responsabilidad que ella tenía, que es todo un ejemplo para nosotros. Continuamos ahora con el versículo 28 de este capítulo 12 de Proverbios:

"En el camino de la justicia está la vida; en sus sendas no hay muerte."

¡Qué panorama más hermoso el que se presenta al hijo de Dios! Ahora, la muerte física está ante nosotros si el Señor demora Su venida, pero más allá de la muerte se encuentra la vida eterna. Y así llegamos ahora a

Proverbios 13

Continuamos en esta sección en la que estamos aprendiendo algunos de los grandes principios de la vida. Leamos el versículo 1 de este capítulo 13, que dice:

"El hijo sabio recibe el consejo del padre, pero el insolente no escucha las reprensiones."

Aunque Salomón no fue el hijo favorito de David, Salomón al menos escuchó lo que David tenía que decirle, y así fue un ejemplo del hijo sabio que recibe el consejo del padre. Por otra parte la segunda parte de este proverbio encaja bien con Roboam, el hijo de Salomón, que fue un ejemplo del insolente que no hace caso de las reprensiones. El fue un ejemplo del lado oscuro o negativo, que encontramos en muchos de estos proverbios. Leamos ahora los versículos 2 y 3:

"Del fruto de su boca el hombre comerá el bien, pero el alma de los prevaricadores hallará el mal. El que guarda su boca guarda su vida, pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre."

En el día de hoy existe una clase de conversación que consiste en chismes y es verdaderamente insensata, como ya hemos visto anteriormente. Se expresan cosas que tienen un doble sentido. Los chistes basados en equívocos o frases ambiguas se introducen hoy a veces incluso en círculos cristianos. Y cuando lo hacen, parecen girar alrededor del sexo.

Estas conversaciones son el resultado de conductas dudosas. Estos proverbios reflejan estas advertencias que se le hacen al joven estudiante, para que sepa cuidarse al respecto. Ahora, en el versículo 4 de este capítulo 13 leemos:

"El perezoso desea y nada alcanza, mas los diligentes serán prosperados."

Recordemos que al apóstol Pablo les habló con toda claridad a los Tesalonicenses en 2 Tesalonicenes 3:10. Algunos muy devotos habían dejado de trabajar porque decían esperar la venida del Señor. Y Pablo les escribió: si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. En realidad, la expectativa de la venida del Señor debiera convertir a cada creyente en un trabajador activo. Ahora, dice en los versículos 5 y 6 del capítulo 13:

"El justo aborrece la palabra mentirosa; el malvado se hace odioso e infame. La justicia protege al perfecto de camino, pero la impiedad trastorna al pecador"

Esto se refiere a la verdad de las partes interiores del ser humano. Este es el antecedente de la justicia práctica. Dios detesta lo que es falso; no lo puede tolerar. El hijo de Dios tiene que ser capaz de reconocer y tratar con cualquier pecado que se presente en su vida. Nuestra vieja naturaleza tiene la tendencia a mentir. Para nosotros el mentir es algo muy natural. Y como Dios lo detesta, tendrá que ocuparse de ese tipo de conducta. Luego, el versículo 7 dice:

"Hay quienes presumen de ricos y no tienen nada, y hay quienes pasan por pobres y tienen muchas riquezas."

Aquí tenemos otro ejemplo de esta vieja naturaleza que usted y yo tenemos. Es común ver que muchos que tienen pocos recursos tratan de aparentar que los tienen, para parecerse o superar a otros. Fingimos y aparentamos tener más que lo que realmente tenemos. A veces tenemos en posesión cosas, como por ejemplo coche, ropa o vivienda, que no nos podemos permitir. Pero tenemos esa tendencia a aparentar, para impresionar a los demás o bien para no quedar fuera de determinados círculos...

Por otra parte, hay gente que verdaderamente tiene abundantes recursos, pero siempre se están quejando de que no tienen lo suficiente, de cómo suben los precios y de los grandes gastos que tienen.

Dios detesta ambas actitudes porque cada una de ellas revela hipocresía. Es colocarse una fachada que no necesitamos poner. Deberíamos presentarnos ante los demás tal como somos. Luego, en el versículo 9 de este capítulo 13, leemos:

"La luz de los justos brilla alegremente, pero se apagará la lámpara de los malvados."

En el estudio que hemos realizado sobre los reyes de Israel, hemos llamado la atención hacia este principio de trabajo. Un linaje o descendencia después de otro llegaron a ser reyes en el reino del Norte. Y entonces, sus reinados fueron interrumpidos, con frecuencia de manera violenta, por asesinato. Y eso es lo que Dios dijo aquí en este proverbio: Pero se apagará la lámpara de los malvados. Ha sucedido en la historia del mundo una y otra vez. Nombres de personajes tristemente célebres acabaron perdiendo la vida a causa de la violencia con que consiguieron el poder, vivieron, y actuaron con sus semejantes. Luego, el versículo 10, de este capítulo 13, dice:

"Ciertamente la soberbia produce discordia, pero con los prudentes está la sabiduría."

Cuando usted encuentra disensiones en un grupo, en un vecindario, en una congregación cristiano o en cualquier grupo de una iglesia, al final se verá que la base de toda esa tensión es el orgullo. Siempre será así. Alguien ha dicho: "Hacen falta dos personas para comenzar una pelea". Luego en el versículo 11, leemos:

"Las riquezas de vanidad disminuyen; el que recoge con mano laboriosa las aumenta."

Aquí tenemos otro de estos Proverbios que deben ser considerados bajo la luz de la eternidad; esa es la medida que uno tiene que utilizar en este caso. Porque muchos hombres adinerados saben que tienen descendientes muy insensatos, así que han establecido fondos fiduciarios o de fideicomiso, y han puesto trabas legales alrededor de sus posesiones para que sus descendientes no puedan obtenerlas. Tal arreglo permite que sus descendientes puedan vivir del interés que produzcan esas posesiones, e impide que ellos puedan tocar dichas posesiones. Como resultado, hay muchos hijos ricos hoy en el mundo, que nunca han ganado un centavo en su vida, y que no sabrían trabajar para ganarse la vida. Y sin embargo, son herederos de inmensas fortunas. Pero con esas disposiciones han sido protegidos para que no puedan disponer de lo principal de sus posesiones. Si pudieran, lo gastarían todo y se quedarían sin nada.

Por ello hemos dicho que este proverbio debe ser examinado a la luz de la eternidad. ¿Cuáles son las verdaderas riquezas? ¿Qué es realmente la riqueza? ¿Es poseer acciones y bonos? En fin, las personas algún día perderán esas riquezas. La muerte se las arrebató al propietario original. Nadie vino y simplemente las robó. Fue el propietario quien se escabulló sigilosamente. Se marchó y las dejó. Y eso mismo es lo que les sucederá a aquellos que poseen riquezas materiales. Ahora, el versículo 12 dice:

"La esperanza que se demora es tormento del corazón; árbol de vida es el deseo cumplido."

Todos seguramente habremos experimentado este proverbio en varias ocasiones. Uno simplemente continúa esperando algo que no acaba de suceder, y la espera que se prolonga aflige el corazón. Por tal motivo, en la vida deberíamos llevar "el paso" de la voluntad de Dios, porque a veces esperamos muchísimas cosas que no se harán realidad en absoluto en nuestras vidas. Cuánto mejor es aceptar la realidad de la situación en la que Dios nos ha colocado. Continuemos leyendo ahora los versículos 13 al 15:

"El que menosprecia el precepto se perderá; el que teme el mandamiento será recompensado. La instrucción del sabio es manantial de vida para librar de los lazos de la muerte. El buen juicio o entendimiento da gracia, favor; el camino de los transgresores es duro."

Por todo el libro de Proverbios hay un contraste entre la justicia y la maldad. Dios detesta el orgullo; aborrece la rebelión; Él detesta la hipocresía. Para El no tienen utilidad ese tipo de sentimientos o actitudes que surgen de nuestra naturaleza humana. Es por esa razón que Dios no aceptará nada que hagamos bajo el control de nuestra vieja naturaleza pecaminosa. Solo lo que podamos realizar por medio de nuestra nueva naturaleza es aceptable para El. Hay una cosa que es segura: Él no va a llevar nuestra vieja naturaleza al cielo, y nosotros nos alegraremos de librarnos de ella. En el cielo usted y yo seremos separados para siempre de esa vieja naturaleza que produce todos los pecados que son inherentes en cada uno de nosotros.

Dios dijo con toda claridad lo que El quiere hacer en Isaías, capítulo 66, versículo 2: Mi mano hizo todas estas cosas, así todas ellas llegaron a ser, dice el Señor. Pero yo miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra. Esta es la manera en que todos debemos acercarnos a Dios si deseamos ser aceptados por El. No podemos aproximarnos con orgullo. Y no deberíamos atrevernos a despreciar Su Palabra ni sus mandamientos. Ahora el versículo 17 dice:

"El mal mensajero acarrea desgracia; el mensajero fiel acarrea salud"

Ha habido personas que han ocupado cargos de importancia en los gobiernos de naciones, por lo cual han tenido acceso a secretos relacionados con la política y la seguridad nacional e internacional. Esos funcionarios tenían ciertas debilidades en su conducta personal, que fue descubierta por agentes enemigos. En consecuencia tales funcionarios fueron objeto de chantaje y utilizados para revelar secretos que comprometieron la defensa de esas naciones. Qué importante es para una nación tener hombres íntegros que la sirvan. Y el versículo 24 dice:

"El que no aplica el castigo aborrece a su hijo; el que lo ama, lo corrige a tiempo."

Y a propósito, esta es verdadera psicología infantil. Al hijo de Dios en el día de hoy, se le dice lo mismo, Se les dice a los hijos: obedeced a vuestros padres, pero al padre se le dice que "no provoque a su hijo a ira", es decir, que lo irrite. (Efe. 6:1 y 4). Es decir, que no hay que castigarlos o disciplinarlos cuando uno está demasiado enojado, o cuando uno está hablando en alta voz, sin controlar debidamente sus reacciones. Es mejor que el padre espere un tiempo, hasta que él mismo se haya calmado y pueda sentarse con ellos para explicarles por que están siendo disciplinados. Pensamos que eso es muy importante. El autor de estos estudios contaba que estaba agradecido por haber recibido de su padre esa misma disciplina. Cuando había hecho alguna travesura, el padre no se lo decía hasta que pasara, quizás, un día. Incluso el niño a veces pensaba que se había salido con la suya; pero luego descubría que no había sido así. Entonces su padre, con mucha calma hablaba con él, y el niño sabía que su padre no le estaba castigando para descargar su enojo con él.

Así hemos podido ver como estos proverbios contienen la sabiduría de Dios mismo, quien desea para sus hijos vidas de calidad humana y espiritual, a nivel individual, para que los hijos puedan formarse en un hogar caracterizado por el control, la paz y la armonía.

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