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Estudio bíblico de Isaías 19:1-20:6

Isaías 19 y 20

Los capítulos 13 al 23 presentan 11 juicios contra las naciones que rodeaban a Israel. En el día de hoy llegamos al capítulo 19 de Isaías, y este capítulo trata de la carga o profecía sobre Egipto, que es el sexto juicio. Y por cierto que Egipto es una nación que uno esperaría ver en una lista como esta. Éste es uno de los grandes pasajes que nos ilustran la exactitud de la Palabra de Dios. Sin duda alguna, creemos que la profecía cumplida es una de las grandes pruebas de que la Biblia es la Palabra de Dios. Ninguna otra nación se destaca tanto en las páginas de la Escritura como Egipto en su relación con Israel. La historia de esta nación es mucho más larga que la de cualquier otra nación mencionada en las Escrituras, incluyendo a Israel. En realidad, fue en la tierra de Egipto donde nació Israel, es decir, donde se convirtió en una nación. Unas 70 personas de la familia de Jacob viajaron hacia allí, y unos 400 años más tarde salieron de Egipto, por lo menos, con un millón y medio de personas. Egipto en esa época ya era una nación antigua y lo que es notable acerca de este hecho, es que ha tenido una historia continua hasta nuestro tiempo. Y por supuesto, está en existencia en el día de hoy y desempeña un papel importante en los eventos mundiales. Y tiene un futuro glorioso en este capítulo que estamos considerando. Este capítulo contiene todos los elementos que entran en la historia de la nación. Tenemos aquí su pasado, su presente y su futuro.

Egipto adquirió importancia en los primeros tiempos del relato Bíblico cuando Abraham huyó de Egipto, y se enfrentó con dificultades. Más tarde, José fue vendido a mercaderes que iban a Egipto, y más adelante, durante el hambre que asoló a aquella tierra, su padre Jacob y sus hijos se dirigieron a Egipto con sus familias. Allí Israel llegó a ser una gran nación, mientras los israelitas trabajaban como esclavos en las fábricas de ladrillos. Y más tarde, después de que ellos regresaran a la tierra prometida, dos de sus reyes, el rey Acaz y Ezequías concertaron una alianza con Egipto, y encontraron que esta nación era un aliado en el cual no podían confiar.

Durante el período entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, es decir, en el período transcurrido entre los libros de Malaquías y Mateo, Israel sufrió gravemente a causa de la nación egipcia. Ahora, cuando nació el Señor Jesucristo, Él fue llevado a Egipto. Y después, durante los primeros tres siglos de la era cristiana, muchos se convirtieron al cristianismo en Egipto. De esa parte del norte de África salieron tres grandes santos de la iglesia: Atanasio, Orígenes y San Agustín, entre otros. En el siglo pasado, Egipto ha sido especialmente hostil hacia la nueva nación de Israel.

Ahora, hemos dividido este capítulo en los primeros 15 versículos, donde se encuentra la profecía cumplida, y luego el resto del capítulo, donde se expone profecía que aún no se ha cumplido, es decir, aquellos eventos que aún se encuentran en el futuro. En primer lugar notemos lo que nos dice el primer versículo de este capítulo 19, donde comienza la sección de la

Profecía cumplida en relación con Egipto

"Profecía sobre Egipto. He aquí que el Señor monta sobre una ligera nube y entrará en Egipto. Los ídolos de Egipto temblarán delante de él, y desfallecerá el corazón de los egipcios dentro de ellos."

La idolatría de Egipto era el principal objetivo de la condenación de Dios. Vamos a destacar nuevamente ese tema al estudiar el libro de Ezequiel, en el que Dios dijo que cada ídolo desaparecería de Egipto. Quizás ningún país se entregó tanto a la idolatría como los Egipcios, con la posible excepción de Babilonia, que fue la fuente u origen de la idolatría. Las declaraciones del apóstol Pablo, allá en su carta a los Romanos, capítulo 1, versículos 21 al 23, probablemente son más aptas para Egipto que para cualquier otra nación. Allí dijo Pablo lo siguiente: "Habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, al contrario, se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles."

Ahora, la historia nos da testimonio del hecho de que Egipto era originalmente monoteísta, es decir, que los egipcios, adoraban a un solo Dios. Pero gradualmente se deslizaron hacia la peor clase de idolatría, en la que cada criatura debajo del cielo era adorada, incluyendo al toro, la rana, el escarabajo, el pez y toda clase de aves. Cuando Moisés estaba listo para liberar a la nación de Israel de Egipto, Dios tuvo que llevar a cabo una guerra, que hemos llamado la batalla de los dioses, en la cual Dios, por medio de Moisés, provocó las plagas en Egipto. Y el Señor dirigió Su ataque contra todas las formas de idolatría en Egipto, desde el sol en los cielos y el río Nilo, hasta las ranas y los piojos que se encontraban en la tierra. Cada una de esas plagas fue dirigida contra un dios, contra uno de los ídolos de Egipto.

Y así, en este versículo nos presenta al Señor montado sobre una nube, como en un carruaje, para destruir a aquellos ídolos de Egipto. Es interesante saber que la idolatría ha desaparecido de esa tierra desde hace mucho tiempo, aun cuando mucha gente conserva la superstición religiosa y se encuentra en una oscuridad espiritual. La profecía de Isaías con respecto a esta nación se ha cumplido. Leamos ahora el versículo 2:

"Levantaré a egipcios contra egipcios y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad y reino contra reino."

Durante la época de Isaías surgieron varios faraones que no pudieron ya controlar este gran reino por más tiempo, y el ejército ya no les obedecía más. El pueblo ya no respetaba al gobierno. Y esta situación causó que se establecieran ciudades y estados débiles que se gobernaban a sí mismos por un período de tiempo. Es por ello que hubo grandes ciudades como Tebas y Karnak en el Alto Egipto, y en el Bajo Egipto se desarrolló otro grupo de grandes ciudades. También se establecieron ciudades en Menfis, citada en la Biblia con otro nombre. Ahora, el versículo 3, del capítulo 19, nos dice:

"El espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré sus planes. Entonces consultarán a sus imágenes, a sus hechiceros, a sus evocadores y a sus adivinos."

Esta nación orgullosa tenía una civilización más avanzada que otras naciones. No existe hoy ninguna nación en la tierra que no le deba mucho a la gran civilización de Egipto. En una época de su historia la nación se volcó en la adoración de ídolos y, finalmente, en su desesperación recurrieron al espiritismo. Recordemos que en los días de Moisés, antes del éxodo, por ejemplo, los magos que fueron llamados realmente pudieron copiar algunos de los milagros que hizo Moisés. Pero llegó el momento en que ya no pudieron imitar lo que Moisés hacía, pero lo que tales magos hicieron al principio revela el hecho de que no eran farsantes; porque en efecto tenían poderes satánicos.

Dice en este versículo que "el espíritu de Egipto se desvanecerá". Así que llegaría un tiempo en el cual la nación sería rebajada a un nivel inferior. Y dice al versículo 4:

"Entregaré a Egipto en manos de un amo duro, y un rey violento gobernará sobre ellos, dice el Señor, Dios de los ejércitos."

Este "amo duro" no ha podido ser identificado positivamente en la historia, ya que Egipto fue atacado y dominado por una serie de invasores que en su tiempo redujeron la nación a la pobreza. (Algunos han tratado de identificar a Samético, quien llegó al poder en el siglo 6 A.C. Pero también se presentaron allí los turcos Otomanos. Y luego llegaron también los reyes Hicsos, que fueron invasores semitas, conquistaron Egipto en el siglo 18 A.C. ) Ahora, el versículo 5, dice:

"Las aguas del mar faltarán, y el río se agotará y se secará."

Cuando en este versículo se dice "aguas del mar" se hace referencia al río Nilo, porque esta es la principal arteria fluvial de la nación, y representaba un volumen de agua muy grande. Los ríos mencionados aquí eran canales que habían sido construidos especialmente en la boca del río. La zona del delta del río, tenía que mantenerse abierta todo el tiempo, ya que en aquellos tiempos el río Nilo arrastraba mucha arena. Ahora, el versículo 6, de este capítulo 19 de Isaías, dice:

"Se alejarán los ríos, se agotarán y secarán las zanjas; la caña y el junco serán cortados."

Es interesante que aun hoy, esos "zanjas o corrientes", estas salidas al mar en el delta del río, estaban llenas. Aquella zona había sido un hermoso lugar, como el jardín del Edén, pero en la actualidad no es así. Ahora, los que han visitado la tierra de Egipto se sorprenden al ver que no crece mucha vegetación en las orillas del río. No hay bosques ni espeso follaje como ocurre en otros grandes ríos.

Escuchemos ahora lo que Dios dijo específicamente aquí en el versículo 7:

"Las cañas junto al río, junto a las riberas del río, y todos los sembrados junto al río se secarán, se perderán y no serán más."

Las cañas aquí son las plantas de papiro que se usaban en aquellos días como nosotros utilizamos hoy el papel. Era una de las principales industrias de Egipto, que contribuía a la riqueza del país. Después de las tablillas de barro, el papiro se convirtió en el material de escritura de las personas. Los fenicios fueron los que extendieron el papiro por todo el mundo civilizado de su tiempo, y la mayor fuente de producción de este material de escritura se cultivaba a lo largo del río Nilo. Pero esa planta ya no existe en esa zona el día de hoy. Ha desaparecido. Ya no crece más en las orillas del río del que era oriunda. Si usted visita el museo que se encuentra en esa zona, podrá ver papiros en frente de dicho museo, junto a un estanque que se encuentra allí. Y también los podrá observar en algunos hogares de personas adineradas. O sea que hoy esa planta es como un lujo; ya no es la planta común que crecía en abundancia en las orillas del Nilo. Dios dijo que dejaría de crecer. Uno podría intentar encontrar una explicación natural para su desaparición, pero creemos que Dios tuvo mucho que ver en ello. Continuemos leyendo el versículo 8:

"Los pescadores también se entristecerán; harán duelo todos los que arrojan el anzuelo al río y desfallecerán los que lanzan la red sobre las aguas."

La pesca era otra gran industria de Egipto ya que el río Nilo tenía peces en abundancia. Cuando los israelitas salieron de Egipto, echaron de menos el pescado que habían comido en Egipto. Por supuesto que no tenían pescado en el desierto. Y Dios les dio carne para comer. Usted recordará que Él les dio codornices. Pero francamente hablando, a ellos no les interesaba mucho esa clase de comida; preferían el pescado de Egipto. El pescado en esa zona prácticamente ha desaparecido y en nuestro tiempo, la pesca no es una de las industrias que se desarrollan a orillas del Nilo. Esta profecía se ha cumplido literalmente. Al viajar hoy por el río Nilo, sólo pueden verse a muy pocas personas que están pescando. Dios dijo que los pescadores se lamentarían porque ya no podrían vivir de esa industria. Ahora, el versículo 9, de este capítulo 19 de Isaías, nos dice:

"Los que trabajan el lino fino y los que tejen redes serán confundidos"

Egipto cultivaba el lino y se destacaba por los tejidos de lino fino de sus tejedores. Lo producción superaba, por ejemplo, a la de Irlanda en nuestro tiempo. Se ha hecho un cálculo aproximado de que en Irlanda, de 500 gramos, ellos podían obtener unos 60.000 metros de hilo. Pero, en Egipto, ellos podían obtener hasta 100.000 metros, es decir, que el rendimiento se elevaba casi al doble. Era algo muy parecido a la seda. Se nos dice que los pescadores utilizaban este material para hacer sus redes y la colocaban a través de un anillo que tenían en sus manos. Y éste era el lino que también se utilizó en la construcción del tabernáculo o tienda de reunión de Israel en el desierto. Los israelitas habían llevado con ellos ese lino de gran calidad.

Ahora Dios dijo que esa industria desaparecería y así ha sucedido. O sea, que la profecía se ha cumplido literalmente. Y el versículo 10, dice:

"Porque todas sus redes serán rotas, y se afligirán todos los que hacen viveros para peces."

Toda la industria pesquera iba a desaparecer. Y esto también se ha cumplido literalmente. Como ya se ha dicho, la riqueza de Egipto estaba basada en el gran caudal de su río. Continuemos leyendo el versículo 11:

"Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; los planes de los prudentes consejeros del faraón se han desvanecido. ¿Cómo diréis al faraón: Yo soy hijo de los sabios e hijo de los reyes antiguos?"

En la línea de descendencia real de los faraones se casaban entre parientes; incluso hermanos se casaban con hermanas. Y sus hijos eran retrasados mentales. Ése fue el linaje que desapareció de Egipto. Ahora, en el versículo 13, de este capítulo 19 de Isaías, leemos:

"Se han desvanecido los príncipes de Zoán, se han engañado los príncipes de Menfis; engañaron a Egipto los que son la piedra angular de sus familias."

Aquí dice "engañaron a Egipto". Todos conocemos la sórdida historia de Cleopatra, que era griega, y que se convirtió en reina de Egipto. Y dice el versículo 14:

"El Señor mezcló un espíritu de vértigo en medio de él, y extraviaron a Egipto en toda su obra, como tambalea el ebrio cuando vomita."

Ésta es una viva imagen de la reducción de Egipto a un reino de bajo nivel. Ahora el versículo 15 añade:

"Y no aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza o la cola, la rama de palmera o el junco."

De acuerdo con este versículo, fracasaría la industria y el comercio. Disminuirían hasta tal punto que la pobreza y la miseria se extenderían por la nación. Isaías había predicho que la religión falsa fracasaría, los recursos materiales se extinguirían, así como el poder espiritual. Cuando todos estos factores desaparecieran, se cumpliría la profecía de que Egipto se convertiría en un reino pobre. Y esta situación se iría confirmando con el transcurso del tiempo.

Leamos ahora el versículo 16, que da comienzo a la sección de

La profecía no cumplida

"En aquel día los egipcios serán como mujeres, porque temblarán llenos de miedo ante la presencia de la mano amenazante del Señor de los ejércitos, que él levantará contra ellos."

La frase "En aquel día" coloca a esta sección en el futuro. En aquel día, Egipto se estremecerá de terror como mujeres; esa será su condición cuando se introduzcan en el período de la gran tribulación. El versículo 17 dice:

"Y la tierra de Judá será un espanto para Egipto; todo hombre que de ella se acuerde, temerá por causa del plan que el Señor de los ejércitos preparó contra él."

Ahora, alguien quizá podría pensar que esto está siendo cumplido en el día de hoy. Pero, no creo que podamos decir eso, aunque en ciertos edificios puedan verse bolsas de arena para protegerse de ataques y bombas. Sin embargo, no existen los requisitos para este cumplimiento en lo que vemos hoy. Y el versículo 18 continúa diciendo:

"En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán y que juren por el Señor de los ejércitos; una será llamada ciudad de destrucción."

Toda esta sección mira hacia el Día del Señor para un cumplimiento completo. Dicen los versículos 19 y 20:

"En aquel tiempo habrá un altar para el Señor en medio de la tierra de Egipto y un monumento al Señor junto a su frontera. Será por señal y por testimonio al Señor de los ejércitos en la tierra de Egipto, porque clamarán al Señor a causa de sus opresores, y él les enviará un salvador y defensor que los libre."

La frase "un altar para el Señor" ha sido interpretada por algunos en relación con los cultos, como por ejemplo, las pirámides. Pero las pirámides no son altares ni monumentos, sino grandiosos mausoleos para el enterramiento de sus reyes y reinas. ¿Y qué diremos con respecto a esta señal aquí mencionada? ¿Cuál será el emblema? Bueno, la cruz de Cristo será aun el lugar al cual Egipto mirará. Y en los versículos 21 y 22, de este capítulo 19, leemos:

"El Señor se dará a conocer a Egipto, y los de Egipto conocerán al Señor en aquel día. Harán sacrificio y oblación; harán votos al Señor y los cumplirán. Y herirá el Señor a Egipto: lo herirá y lo sanará. Ellos se convertirán al Señor y él les será clemente y los sanará."

Egipto tiene un futuro glorioso. Esta nación entrará y disfrutará del reino con Israel. Esto no parece así en el presente. ¿Verdad? ¡Sólo Dios puede hacer eso! Y en el versículo 23, leemos:

"En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto hasta Asiria, y entrarán asirios en Egipto y egipcios en Asiria; y los egipcios y los asirios servirán juntos al Señor."

Esta carretera aquí mencionada no será para soldados y ejércitos, sino para aquellos que vayan a Jerusalén para servir a Cristo el Rey. Leamos ahora el versículo 24:

"En aquel tiempo, Israel será tercero con Egipto y con Asiria, para bendición en medio de la tierra."

Observemos la elevada posición de Egipto en el reino. Dice el versículo 25:

"Porque el Señor de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito sea Egipto, pueblo mío; y Asiria, obra de mis manos; e Israel, mi heredad."

Así que una bendición aún vendrá sobre Egipto, una nación despreciada y degradada. Y así llegamos al

Capítulo 20

El pensamiento principal aquí es que en tres años, Israel sería invadida. El capítulo 19 se cerró con un anuncio de las futuras bendiciones para Egipto en el reino, y en este capítulo se predicen eventos para el futuro cercano, que probarían la fiabilidad de Isaías como profeta de Dios. Leamos el primer versículo del capítulo 20:

"En el año en que vino el jefe de los ejércitos a Asdod, cuando lo envió Sargón, rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó"

Ahora, Tartán era un general en el ejército Asirio, mencionado en el Segundo Libro de Reyes, capítulo 18, versículo 17. Asdod era una ciudad del reino del norte, el de las 10 tribus. También debemos decir que Sargón fue el que sucedió en el trono a Salmanasar, como podemos ver en el Segundo Libro de Reyes, capítulo 17, versículo 3.

Éste es el único lugar de la Biblia en que se menciona a Sargón. Hace poco más de 100 años los historiadores opinaron que Sargón nunca había existido, porque no podían encontrar referencias a él en la historia secular. Sin embargo los arqueólogos descubrieron que la forma Asiria de su nombre era Sharrukin. Y así ha llegado hasta nosotros una gran cantidad de material sobre su reino. Leamos ahora el versículo 2 de Isaías 20:

"En aquel tiempo habló el Señor por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve, quita la ropa áspera de tus caderas y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo."

Isaías tenía que ser como una parábola ambulante de Israel, como una advertencia de que no formaran una confederación con Egipto. Probablemente no se le pidió que anduviera desnudo. La ropa era y es esencial para las costumbres del Este, y la desnudez era tan repelente que resulta obvio que no se le requirió tal cosa. Isaías tuvo que dejar de usar su túnica exterior de duelo, de luto. Esto llamaría inmediatamente la atención hacia el profeta. Le permitiría explicar su mensaje públicamente. En este sentido hay que destacar la siguiente aclaración del profesor Delitzsch sobre este detalle: "Lo que se le pidió a Isaías que hiciera era simplemente opuesto a la costumbre general y no a la decencia moral". Dice el versículo 3:

"Y dijo el Señor: De la manera que anduvo mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años, como señal y pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía"

Así, Isaías tenía que caminar por Israel para que ellos supieran lo que le sucedería a Egipto. Al hacerlo, se nos dice que les mostraría una señal y un pronóstico para el pueblo. Finalmente, leamos el versículo 4:

"Así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los deportados de Etiopía; a jóvenes y a ancianos, desnudos, descalzos y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto."

Ya que Egipto no podría protegerse a sí misma, (ni tampoco podría Etiopía) esa nación no sería un aliado fiable para Israel. Tanto Egipto como Etiopía fueron invadidos por el rey Sargón, de Asiria, y esta vergüenza que el profeta Isaías había predicho, vendría sobre Egipto. Y así la Palabra divina sigue cumpliéndose en la historia. Es una Palabra eterna. Por ello Jesucristo dijo: "El cielo y la tierra pasarán. Pero mis palabras, no pasarán".

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