Estudio bíblico: Visión del Hijo del Hombre - Daniel 7:13-28
Visión del Hijo del Hombre - Daniel 7:13-28
"Uno como un hijo de hombre"
(Dn 7:13-14) "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido."
A continuación Daniel ve a "uno como un hijo de hombre" que con las nubes del cielo vino hasta el Anciano de días.
Empecemos por notar quién es este nuevo personaje que entra en la escena y que es descrito como "un hijo de hombre". Para nosotros que conocemos el Nuevo Testamento, es fácil identificarlo con el Señor Jesucristo, puesto que él utilizó este título muchas veces para referirse a sí mismo en los evangelios (Mr 8:31) (Jn 1:51). En realidad, aunque los judíos nunca lo habían usado como un título mesiánico, el Señor lo usó de este modo precisamente porque para ellos no tenía esas connotaciones militaristas y revolucionarias que él tanto intentaba evitar en su ministerio. En todo caso, el título sugiere en primer lugar la humanidad del Mesías, pero cuando vemos que el Anciano de días le otorga el reino eterno, esto nos hace pensar necesariamente en su divinidad. Por lo tanto, es un título que revela perfectamente tanto la humanidad como la divinidad del Mesías.
Es interesante que apreciemos el contraste que Daniel nos está transmitiendo por medio de estas visiones. Por un lado nos ha presentado los grandes reinos de los hombres como bestias deshumanizadas, y en contraste con ellos ahora aparece alguien que es auténticamente humano, no sólo en cuanto a su naturaleza, sino sobre todo por su carácter.
Otro detalle que debemos observar es que él no estaba viniendo a este mundo en las nubes del cielo, tal como con frecuencia se anuncia en el Nuevo Testamento que ocurrirá al final de los tiempos, sino que aquí lo vemos acercándose hasta el trono del Anciano de días para recibir el reino. Es entonces también cuando se le da "autoridad de ejecutar juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre" (Jn 5:27). Será después de eso cuando regresará a este mundo sobre las nubes para reinar (Mt 24:30) (Mt 26:64) (1 Ts 4:17) (Ap 1:7).
Ahora bien, cuando se dice que "le hicieron acercarse delante del Anciano de días", podemos preguntarnos dónde estaba antes. Y esto nos lleva inevitablemente a pensar en la cruz. Realmente la escena que se nos presenta aquí tiene que ver con su ascensión y glorificación al cielo para sentarse junto a su Padre en el trono divino en los cielos. Esto es lo que el Señor les anunció a los mismos judíos que le estaban juzgando:
(Mr 14:62) "Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo."
Una vez sentado en el trono, al Hijo del Hombre le fueron entregados todos los reinos que antes habían pertenecido a las cuatro bestias: "Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran". Este es el resultado de su muerte en la cruz, tal como había anunciado David proféticamente:
(Sal 2:6-9) "Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás."
El cumplimiento pleno de esta promesa del Padre se llevará a cabo en la segunda venida de Cristo a este mundo (Mt 24:30) (Mt 25:31) (Ap 11:15).
A diferencia de todos los reinos anteriores, su reino no será nunca destruido por ningún otro imperio: "Su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido". Por supuesto, esto no se puede referir al milenio, puesto que ese período tendrá una duración limitada, sino que apunta al establecimiento final del reino de Dios en la tierra, lo que implica necesariamente también cielos nuevos y tierra nueva donde more la justicia.
Explicación de la visión de las cuatro bestias
1. Las cuatro bestias
(Dn 7:15-17) "Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron. Me acerqué a uno de los que asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las cosas. Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra."
Aunque Daniel no entendía todo lo que había visto, sin embargo comprendía lo suficiente como para que su corazón se angustiase: "Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron".
Como en ocasiones anteriores, Daniel necesitaba la dirección divina para interpretar el sueño que había tenido. Pero esta vez la ayuda para entender lo que acababa de ver le vendría por medio de ángeles. Esta es una de las características de la literatura apocalíptica. En todo caso, lo que queda claro es que el hombre no puede conocer los misterios de Dios por sus propias habilidades, sino que necesita de los medios que Dios provea en cada momento.
En primer término Dios le hizo saber a Daniel que las cuatro bestias que había visto representaban a cuatro reyes o reinos: "Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra". Esto era similar a lo que ya había interpretado del sueño de Nabucodonosor (Dn 2:36-43).
2. Los santos del Altísimo poseerán el reino
(Dn 7:18) "Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre."
Estos cuatro reinos no iban a durar eternamente, sino que terminarían cuando el Anciano de días se sentara en su trono para juzgar (Dn 7:9). En aquel momento consideramos que "fueron puestos tronos", pero vimos que sólo se sentó el Anciano de días, quedando el resto de los tronos vacíos. Entonces nos preguntamos quiénes iban a ocupar el resto de los tronos, y aquí tenemos la respuesta: "Después recibirán el reino los santos del Altísimo".
Ahora bien, ¿quiénes son estos "santos del Altísimo"? Normalmente el término se usa en la Biblia para referirse a los creyentes, pero en este contexto, debemos pensar en primer término en los creyentes judíos.
De ellos se dice que "poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre". Ellos recibirán un reino mayor y más perdurable que el que pudieron recibir cualquiera de los grandes emperadores de la antigüedad.
El cuarto reino
(Dn 7:19-28) "Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán. Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón."
Parece que Daniel se sintió especialmente impactado por la cuarta bestia que era tan diferente de las otras. Seguramente lo que más le sorprendía era la presencia del cuerno pequeño, ya que era un elemento nuevo que no había aparecido antes en la visión paralela que Nabucodonosor había tenido. Pero sobre todo, lo que más llamaría la atención de Daniel sería la arrogante jactancia de este cuerno que llegaba a hacer guerra contra los santos y los vencía. Y aunque Daniel se daba cuenta de que esta victoria sería de corta duración, porque como acababa de saber, finalmente los santos recibirían el reino y reinarían eternamente, sin embargo, ¿cómo podía Dios permitir que este cuerno pequeño triunfara sobre su pueblo, aunque fuera tan sólo por un corto período de tiempo? Todavía había muchas preguntas por resolver. ¿Quién era la cuarta bestia? ¿Quiénes eran los diez cuernos? ¿Y el cuerno pequeño? Consideremos cada uno de estos detalles.
1. ¿Quiénes son los diez cuernos?
La explicación nos viene proporcionada por el mismo texto bíblico: "Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes".
Como ya hemos señalado, la cuarta bestia simbolizaba al imperio romano, y estos diez cuernos serán diez reyes que surgirán dentro de ese reino. Notemos que el surgimiento de estos diez cuernos indican un desarrollo posterior. Algunos han sugerido que esto ocurrirá en un nuevo imperio romano que resurgirá en el futuro. Esto se vería apoyado porque los diez cuernos se corresponden con los diez dedos de los pies en la visión que Nabucodonosor tuvo (Dn 2:41-42). Fijémonos que en aquella visión las piernas y los pies estaban constituidos de diferentes materiales (las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro), lo que podría indicar un reino posterior que guardaría relación con el anterior. Esto apoyaría la idea del resurgimiento de un nuevo imperio romano.
Estos diez cuernos o reyes vuelven a ser mencionados en (Ap 17:12). En cuanto a su identidad hay muchas teorías, pero seguramente no sabremos con exactitud a quiénes se refiere hasta que lleguemos a ese momento.
2. ¿Quién es el cuerno pequeño?
No hay duda de que este personaje tendrá un papel importante al final de los tiempos, y por esa razón aparece una y otra vez de distintas maneras en el resto del libro de Daniel. Con la información que disponemos en el Nuevo Testamento podemos decir que se trata del anticristo.
Aquí se nos dicen varias cosas sobre él.
Lo primero es que su aparición se produce después de la de los diez reyes, y que en su ascenso derribará a tres de ellos. También se nos dice que será diferente a todos ellos. El libro de Apocalipsis nos dice que llegará a convertirse en el dictador de todo el mundo (Ap 13:7).
Otra de sus características es su oposición a la autoridad de Dios: "Hablará palabras contra el Altísimo", y "pensará en cambiar los tiempos y la ley". Es un blasfemo que quiere ocupar el lugar de Dios, dando incluso nuevas leyes de acuerdo a su propia maldad.
Y también "a los santos del Altísimo quebrantará". Organizará una dura campaña de persecución contra los creyentes a fin de quebrantarlos, es decir, de destruirlos y hacerlos abandonar su fe.
Podrá hacer todo esto porque Dios se lo permitirá y sólo durante un tiempo limitado: "Y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo". Esto es el equivalente a tres años y medio.
Muchos a lo largo de la historia se han aventurado a hacer sus conjeturas sobre qué persona encarna a este "cuerno pequeño". Las opciones han sido y siguen siendo de lo más variadas. Pero debemos tener en cuenta que se trata de un personaje que hará su aparición en el tiempo del fin, por lo tanto, más que especular sobre qué persona será, lo que debemos hacer es fijarnos en sus características, para que cuando aparezca lo podamos identificar sin dificultades.
3. ¿Cuándo hará guerra contra los santos?
Otro asunto que despierta nuestra curiosidad tiene que ver con el momento en que este cuerno pequeño hará guerra contra los santos. Y lo más probable es que esto tendrá lugar en la gran tribulación por la que atravesará el pueblo de Israel al final de los tiempos, y de la que más adelante se hablará ampliamente.
4. El reino será dado a los santos del Altísimo
No debemos olvidar que una de las razones por las que el libro de Daniel fue escrito era para animar a los judíos creyentes exiliados en Babilonia, y por supuesto, también a todos aquellos que sufren persecución por causa de su fe en cualquier época. Es importante, por lo tanto, esta última nota de consolación: "Hasta que vino el Anciano de Dios, y se dio el juicio a los santos del Altísimo". Aunque el reino del mal aflija a los santos, esto será temporal y finalmente obtendrán la victoria.
La frase "se dio el juicio a los santos", puede interpretarse en el sentido de que los santos van a juzgar el mundo, o también que por fin llegará el momento en que se hará justicia a los santos del Altísimo.
En todo caso, de lo que podemos estar plenamente seguros es que los santos de todas las edades compartirán el triunfo definitivo de Cristo en su reino: "Y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino". Es cierto que en este contexto, la aplicación inmediata es al pueblo de Israel, pero en otras partes se nos enseña que será también una verdad compartida por la Iglesia de Cristo.
Todo esto no ocurrirá por medio de alguna iniciativa humana, sino por la intervención de Dios en juicio sobre el "cuerno pequeño": "Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin". Esto ocurrirá al final de la segunda venida de Cristo (2 Ts 2:8) (Ap 19:20).
Después de esto Cristo establecerá su reino mesiánico de paz, justicia y santidad. Será un reino diferente a todos los que el hombre ha conocido a lo largo de la historia, y será un reino eterno y universal: "Cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán". Aquí encontramos uno de los énfasis del libro de Daniel: el reino de Dios ha de reemplazar definitivamente a todos los reinos de este mundo.
5. "Hasta aquí la revelación"
El panorama profético que le fue mostrado a Daniel concluye en este punto: "Aquí fue el fin de sus palabras". En realidad, su visión abarcaba toda la historia de la humanidad desde los días de Daniel hasta el final de los tiempos.
Ahora bien, todas estas revelaciones dejaron profundamente conmovido a Daniel, que guardó el asunto en su corazón meditando en ello. Más adelante registró por escrito todo lo que le había sido revelado.
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