Estudios biblicos de Números
Predicaciones cristianas en texto y audio de Números
Números relata el viaje de los hijos de Israel desde el monte Sinaí hasta el umbral de la tierra prometida. Además, contiene varias leyes que tienen que ver con la organización de Israel como el pueblo santo de Dios. Las leyes enseñan cómo debe vivir Israel para seguir disfrutando de las bendiciones de Dios en su marcha hacia la tierra y aun después en su ocupación de la Tierra Prometida.
Comenzamos el estudio del libro de Números donde se relata la historia del pueblo de Israel en el mismo lugar donde la dejamos en el libro de Éxodo. Allí vimos que Dios redimió a su pueblo de la esclavitud en Egipto, luego en Levítico le dio instrucciones precisas sobre cómo debían relacionarse con Dios y vivir en santidad. El libro de Números describe el peregrinaje por el desierto camino a la tierra prometida. Tristemente veremos que toda una generación se perdió en el desierto por causa de la incredulidad, y vagaron sin rumbo por casi cuarenta años...
El libro de Números comienza con el mandamiento de Dios a Moisés para que censara al pueblo con el fin de formar un ejército para la guerra. Esto indicaba que en el viaje por el desierto hacia la tierra prometida iban a tener que pelear. Nosotros como cristianos también somos exhortados a vestirnos de toda la armadura porque estamos inmersos en una guerra espiritual. Luego veremos algunas genealogías. Aunque parecen aburridas, eran importantes para las personas porque les conectaban con Abraham y así les garantizaba su inclusión en el pueblo de Dios. Para nosotros en este tiempo es importante pertenecer a Cristo y ser sus hijos...
Se llevó a cabo el censo de todo el pueblo que podía salir a la guerra, a excepción de los levitas, que estaban encargados del tabernáculo. Cada tribu tenía que ocupar un lugar tanto en la marcha como a la hora de acampar. Es interesante que el centro del campamento era el tabernáculo, o sea, la presencia de Dios. De la misma manera, ahora en la iglesia cada creyente tiene un lugar que ocupar y unos dones que desarrollar, sin olvidar que el Señor debe estar siempre en el centro. De este modo se subraya la diversidad y la unidad del cuerpo de Cristo...
La marcha por el desierto de un pueblo tan grande como el de Israel requería de cierta organización y en estos capítulos vemos que a Dios le agrada el orden. En primer lugar hemos considerado que la presencia de Dios debía estar en el centro del pueblo, simbolizada por medio del tabernáculo. Luego Dios entregó los levitas a Aarón para que le ayudaran en el sacerdocio en lugar de los primogénitos. Así que los sacerdotes y levitas acampaban alrededor del tabernáculo, y luego el resto de las tribus. De esta organización podemos aprender principios muy importantes también para la Iglesia...
El tema central de este capítulo es el servicio de los levitas dentro del tabernáculo. Dios indicaba el momento exacto en que el campamento debía moverse por medio de la columna de fuego o de nube, y a partir de ahí cada levita tenía su trabajo específico para trasladar el tabernáculo. Aunque sólo los levitas de determinadas edades y que estuvieran purificados, podían participar. Era fundamental que no olvidaran que servían a un Dios santo, y que cualquier pecado desagradaría a Dios e impediría recibir sus bendiciones. Aquí encontraremos muchas lecciones prácticas para nosotros...
Tres cuestiones importantes son tratadas aquí. Primero, el verdadero arrepentimiento es mucho más que derramar unas pocas lágrimas, implica también rectificar lo que se ha hecho mal y efectuar una restitución a la persona que ha sido ofendida. Segundo, la ley de los celos que protegía a la mujer de un marido celoso. Y tercero, el voto de los nazareos, por el que un israelita decidía voluntariamente consagrarse al Señor, dejando todos los otros placeres del mundo para entregarse completamente y sin reservas a Dios...
Comenzamos recordando el voto de los nazareos que se consagraban de forma especial al Señor. Seguramente Juan el Bautista fue un nazareo toda su vida. Dedicar la vida al Señor de esta manera siempre tiene un precio e implicará renunciar a algo, seguramente notará que tiene que quedarse solo. Luego veremos que Dios tiene el propósito de bendecir a su pueblo. Y finalmente consideraremos las ofrendas que todo el pueblo presentó una vez que el tabernáculo fue levantado. Esto se llevó a cabo por medio de los príncipes y el capítulo nos recuerda que Dios observa cada cosa que le entregamos a él...
Dentro del tabernáculo, el candelero era la fuente de luz que iluminaba a los sacerdotes en su servicio. De la misma manera, la iglesia tiene que recibir sus instrucciones de Cristo, que es la luz del mundo. Veremos también que los levitas tenían que venir al lavacro para su purificación. Esto nos recuerda que antes de que Dios pueda usar a una persona, es necesario que previamente se purifique. El simbolismo de la luz y el agua nos recuerdan las palabras de Juan: "Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado"...
Dios mandó al pueblo de Israel que celebrara la pascua en el desierto. Fue entonces cuando surgió un problema y Moisés fue a hablar directamente con Dios para saber cómo se debía resolver. Luego vemos que cuando el tabernáculo fue levantado, la gloria de Dios vino sobre él, lo que servía al pueblo para conocer la voluntad de Dios y ser guiados en sus jornadas por el desierto. Finalmente, veremos también cómo las dos trompetas de plata servían para guiar al pueblo en las distintas situaciones de su peregrinaje. Se trata de un capítulo donde vemos cómo Dios dirigía a su pueblo...
Dios guiaba a su pueblo por el desierto por medio de la columna de nube y fuego, pero Moisés pidió a su suegro que les acompañara porque conocía bien el desierto. A veces nosotros también buscamos la opinión de otras personas en lugar de confiar en el Señor. Luego los extranjeros entre el pueblo murmuraron contra el Señor por el maná que comían. Ellos constantemente querían volver a Egipto. Esta tendencia de quejarse del Señor y querer volver al mundo es desgraciadamente muy frecuente y contagiosa. Finalmente hasta Moisés parecía quejarse del pueblo que el Señor había puesto a su cuidado...