Después de que el Señor Jesús había resucitado, comisionó a sus apóstoles para ir a predicar el Evangelio por todo el mundo, sin embargo, no podían comenzar hasta que hubieran recibido el Espíritu Santo y de este modo fueran investidos con poder de lo alto. Con esto aprendemos que nosotros también deberíamos depender del Espíritu Santo en todo lo que hacemos...
Para entender correctamente cualquier libro de la Biblia es imprescindible conocer bien el texto, así como el propósito con el que se escribió, los argumentos, su importancia dentro del conjunto de la Biblia... y de todo esto se trata en esta introducción a Los Hechos de los Apóstoles.
Antes de que el Señor ascendiera al cielo, estuvo cuarenta días enseñando a sus discípulos acerca del reino de Dios. Hasta ese momento el concepto del "reino" se asociaba estrechamente con Israel, pero ¿cómo quedaban las cosas después de que la nación judía había rechazado y dado muerte a su Mesías? ¿Va a establecer Dios su reino en este mundo de una forma visible? ¿Cuándo ocurrirá esto?...
Pablo y Silas habían sido encarcelados injustamente después de haber sido azotados cruelmente. En esa situación no se quejaban, sino que alababan a Dios con sus cánticos y oraciones. Entonces Dios intervino por medio de un terremoto, impresionando de tal modo al carcelero que hizo una de las preguntas más importantes que encontramos en la Biblia: ¿Qué debo hacer para ser salvo?
En la historia de la llegada del evangelio a Filipos, primer lugar de Europa donde fue predicado, encontramos a tres personas que fueron alcanzadas por el apóstol Pablo: Lidia, una comerciante de púrpura, una joven endemoniada y un centurión romano. Todos ellos eran muy diferentes entre sí, pero sus vidas fueron transformadas por el poder de Dios.
El apóstol Pablo convocó a los ancianos de Éfeso para animarles por medio de su ejemplo, instruirles en vista de los peligros que se avecinaban y exhortarles a cumplir con fidelidad el ministerio en que habían sido colocados por el Señor. El pasaje está lleno de enseñanza práctica también para todos nosotros.
Tanto los creyentes como los no creyentes atravesamos tormentas y problemas en la vida. La diferencia está en que los creyentes tenemos a Dios a nuestro lado cuidándonos y cumpliendo su plan soberano en nosotros.
Cuarenta días después de haber resucitado, el Señor ascendió al cielo donde fue glorificado, pero antes encargó a sus discípulos la importante misión de llevar el evangelio por todo el mundo. No obstante, esto no podrían hacerlo hasta que hubieran recibido el Espíritu Santo quien los capacitaría para hacerlo...
El descenso del Espíritu Santo para morar en la Iglesia marcó el comienzo de una nueva época. En este estudio veremos las circunstancias en las que ocurrió y el mensaje del apóstol Pedro a raíz de este importante acontecimiento.
¡Qué fácil es dejar de ver al individuo especialmente cuando de alguna manera su problema nos afecta! Para muchos, el mendigo a la puerta del templo era una molestia, un borrón de tinta en la hoja blanca de papel. Pero ese hombre que contrastaba por su condición tan desgraciada con la hermosura de aquel lugar, iba a ser utilizado por el Señor como un testimonio vivo del poder de su resurrección.