Estudio bíblico de Sofonías 1:2-5
Sofonías 1:2-5
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido por el libro de Sofonías que iniciamos en nuestro programa anterior. Pero antes de entrar en el capítulo 1 vamos a recordar también algunos detalles básicos que forman parte del argumento de esta obra, es decir:
Dos pensamientos que se destacan
En primer lugar, la expresión "El día del Señor" se menciona siete veces en esta profecía. Abdías y Joel fueron los primeros profetas-escritores que escribieron esta frase: "El día del Señor", que también fue mencionada por todos los demás profetas. Sofonías fue el último profeta-escritor en citarla, antes del cautiverio, llamando nuevamente la atención de los lectores sobre ella. Y la utilizó más que cualquier otro profeta. La frase literal se menciona siete veces, aunque hay otras referencias a ella. Esta expresión tiene una aplicación especial al período de la Gran Tribulación, que precede al reino; pero el Día del Señor incluye el período de tiempo del reino. En realidad, el período de la Gran Tribulación finaliza con la venida de Cristo personalmente a esta tierra a establecer Su reino milenario, y todo ello está incluido en el Día del Señor. El énfasis de Sofonías recayó en el juicio. El profeta Joel, por ejemplo, comenzó su libro hablando de una plaga de langostas. Y él comparó esa plaga con el Día del Señor que vendrá en el futuro. Joel dijo que el Día del Señor no sería luz, sino oscuridad. Será sobre el fondo negro del pecado del hombre, que Dios escribe en letras luminosas, para usted y para mí, la hermosa historia del Evangelio.
En segundo lugar, diremos que la palabra "celos" se menciona dos veces. Los celos de Dios están en un nivel diferente al suyo y al mío. Cuando usted y yo nos sentimos impulsados por los celos, procuramos causar un mal. Ahora bien, Dios es celoso de aquellos que le pertenecen. Es celoso de la humanidad. Él creó al ser humano y lo ha redimido, haciendo posible que él sea salvo. Su voluntad es que nadie perezca, que se pierda, Él quiere que los seres humanos se salven. Así que, en este sentido, está celoso de la humanidad. Pero cuando las personas no se vuelven a Él, va a juzgarlas. El tema que el libro de Sofonías da testimonio que Dios es glorificado tanto en juzgar como en salvar. Muchas personas no pueden comprender como esto es posible. El profeta Ezequiel, en sus capítulos 38 y 39, habla de un tiempo en el futuro cuando Dios juzgará a una gran potencia. Y dijo ese profeta en su capítulo 38:16, "Y subirás contra mi pueblo Israel como un nublado que cubra la tierra. Así será al cabo de los días; yo te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando yo sea santificado por medio de ti, Gog, delante de sus ojos". Es decir, que Dios va a juzgar a esa nación pagana; y cuando Él lo haga va a recibir gloria por ese juicio. Esta fue una declaración tremenda, y para muchas personas fue una píldora bastante difícil de tragar. Pero es conveniente que nosotros acomodemos nuestra forma de pensar a la forma de pensar de Dios, dándonos cuenta de que nuestros pensamientos no son Sus pensamientos, y nuestros caminos no son, en absoluto, Sus caminos.
Este breve libro de Sofonías presenta el lado oscuro del amor de Dios. Él es un Dios de amor, pero también es un Dios de juicio. Sofonías comenzó describiendo el estruendo del juicio, y al leer la Biblia, usted no podrá encontrar el juicio pronunciado en una forma tan dura y severa como fue expresado en este libro.
Antes de pasar al pasaje correspondiente a este programa presentaremos un sencillo bosquejo de este libro:
I. Juicio de Judá y de Jerusalén. Capítulo 1
II. Juicio de la tierra y de todas las naciones. Capítulo 2:1 al 3:8.
III. Supresión de todos los juicios: el reino establecido. 3:9-20.
Leamos entonces el versículo 2 de este primer capítulo de Sofonías.
"Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice el Señor."
Este fue evidentemente un lenguaje muy fuerte, al decir que arrasaría por completo cuanto hubiera sobre la faz de la tierra. Sería como si efectuara una operación de limpieza por medio del raspado, así como si uno limpiara a fondo un utensilio de cocina sucio. De esa manera Dios juzgaría a la tierra.
Al avanzar en el estudio de esta profecía, veremos que el juicio abarcaría más zonas que simplemente la tierra de Israel. Lo que se describió aquí sería entonces una devastación mundial. El libro del Apocalipsis confirmó esta profecía y situó el período de tiempo de este juicio en la gran tribulación. Durante este período, la tierra será absolutamente despojada por el juicio que vendrá sobre ella. Y esto ocurrirá justamente antes de que Dios establezca el reino milenario y renueve la tierra. Continuemos leyendo el versículo 3 de este primer capítulo de Sofonías:
"Destruiré hombres y bestias, destruiré las aves del cielo y los peces del mar, haré perecer a los malvados, y extirparé a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice el Señor."
De acuerdo con esta declaración, hombres y animales serían destruidos, así que todos los seres vivientes estarían incluidos en el juicio. Cuando el profesor McGee, autor de estos estudios, hizo un viaje a Israel, le dijeron que en algún lugar situado en la zona del mar de Galilea, tienen un zoológico, y que estaban realizando un esfuerzo para reunir a todos los animales que existían en los tiempos Bíblicos y conservarlos en el citado zoológico. Obviamente, a medida que la población de Israel aumenta, allí sucede lo mismo que en otros países. Ciertas especies animales se van extinguiendo y así desaparecen. Dios dijo que esto era exactamente lo que iba a suceder cuando Él juzgara a esa tierra de Israel. Muchas especies, en realidad todas ellas, desaparecerán en ese período de tiempo. Así que podemos ver que ese futuro juicio será muy severo. Continuemos leyendo el versículo cuatro de este primer capítulo de Sofonías:
"Extenderé mi mano contra Judá, y contra todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras junto con sus sacerdotes"
Dios dejó bien claro, que Judá y Jerusalén serían señalados para sufrir ese juicio.
Y además especificó: "y exterminaré de este lugar los restos de Baal". El asunto que trajo el juicio de Dios sobre la tierra de Israel fue muy específico; el motivo fue la idolatría. Hemos visto en nuestro estudio del libro de Habacuc que Dios mencionó cinco "ayes" o lamentos que Él iba a provocar sobre el pueblo a causa de ciertos pecados que habían cometido. El último había sido la idolatría, mencionada en el quinto lamento. Pero aquí Sofonías, redujo o limitó su declaración a la idolatría, es decir, a la religión falsa.
Comenzando con el libro de los Jueces, las Sagradas Escrituras enseñan filosofía del gobierno humano, cuya existencia y vigencia cualquiera podría encontrar en el pueblo de Dios, y que ha sido cierta en el caso de cada nación. El primer paso en la decadencia de un país, ha sido lo que llamamos una apostasía, es decir, un alejamiento del Dios vivo y verdadero. El segundo paso en ese proceso de descenso de una nación ha sido una pérdida de todo principio moral. Y el tercer paso, una anarquía política.
Hay muchas personas que opinan que el problema existe en las capitales de las naciones, donde está la sede del gobierno. Pero, no creemos que el problema exista en esa área. Otras personas creen que si las personas pudieran reformarse, si pudiéramos lograr que actuaran rectamente, que no fueran violentas, que no robaran, o sea, que si pudiéramos simplemente conseguir que nuestros patrones morales se elevaran, entonces podríamos resolver nuestros problemas. Reiteramos que ése no es el problema. Sinceramente hablando, creemos que el gran problema es la apostasía religiosa. Opinamos que el problema se encuentra dentro de usted y dentro de mí, amigo oyente. El problema hoy es que algunos sectores de la iglesia han fracasado en la tarea de comunicar el mensaje de Dios. Por supuesto, no estamos incluyendo a cada iglesia en esta valoración, ni necesariamente a ninguna iglesia en particular. Porque hay innumerables iglesias que tienen pastores admirables que enseñan fielmente la Palabra de Dios, y por los cuales damos gracias a Dios. Pero, hablando en general, ciertos grupos considerados oficialmente cristianos, se han apartado de la fe. Han alcanzado ese punto a partir del cual ya no están comunicando a las personas un mensaje efectivo. Como resultado de esta apostasía religiosa, ha surgido una moral distorsionada y una anarquía política que, tarde o temprano, se pondrá en evidencia.
Ahora, si alguien cree que estos desvaríos o delirios de un predicador conservador, debemos decirle que está equivocado. Vamos a citar ahora unas palabras escritas hace varios años en el editorial de un periódico destacado. "Esta traición a Cristo en el nombre del cristianismo, es una de las razones para la enfermedad moral y espiritual que aflige a este país. El hecho triste es que las iglesias ya no tienen influencia en el desarrollo del carácter de una nación. La gente acude a la iglesia principalmente movida por el impulso de participar en un servicio religioso de adoración, y no para buscar alguna guía espiritual por parte de sus líderes". Hasta aquí la cita del editorial del periódico.
Estas palabras de condena no constituyen sólo la realidad de una sola nación, sino que describen, la situación de todas las naciones.
El historiador inglés, Eduardo Gibbon, autor del libro, "Historia, decadencia y caída del imperio Romano", enumeró cinco razones que causaron la caída de Roma. Según el citado historiador, fueron las siguientes: (1) La socavación de la dignidad y santidad de la familia, que es la base de la sociedad humana. (2) Impuestos cada vez más altos, el gasto de los fondos públicos para distribución de pan gratuito y de circos para entretener a la gente. (3) La moda o manía de buscar el placer; el apasionamiento por deportes cada año más emocionantes, más brutales y más inmorales. (4) La fabricación de de poderosas armas cuando, en realidad, el enemigo estaba dentro del imperio; el decaimiento de la responsabilidad individual y (5) El decaimiento de la religión, que se diluyó en meras formalidades, perdiendo contacto con la vida y perdiendo poder e influencia para guiar a las personas. Y tenemos que recordar que Gibbon no era un creyente, pero aquí tenemos razones objetivas concretas que en su opinión ocasionaron la caída de Roma.
El mensaje de Sofonías transmite un principio Bíblico para el gobierno humano, y puso su dedo en la llaga del reino del sur o de Judá, que era la idolatría. El profeta vio lo que estaba sucediendo, y vio que se aproximaba el castigo. El pueblo estaba descendiendo por una pendiente, precipitándose hacia una ruina final, hacia un juicio que cada vez se encontraba más cerca. La idolatría ha sido el punto en que cada gran nación ha abandonado la senda del progreso para entrar en la decadencia. Cuando un país se aparta del Dios vivo y verdadero, o cuando renuncia a los grandes principios morales en que se basa la religión, cuando se introduce en la idolatría, esa actitud conduce finalmente a una gran inmoralidad y a una anarquía política.
Lo interesante es que hay tres clases de idolatría, al menos así lo creemos, y se encuentran aquí mencionadas. Recordemos las palabras "y exterminaré de este lugar los restos de Baal". La primera forma de idolatría fue la adoración a Baal, que fue introducida en el reino del norte o de Israel por Jezabel, cuyo padre era el sumo sacerdote de la adoración entre los sidonios. En el reino del sur, o de Judá, la adoración a Baal se popularizó y se reconstruyeron altares de adoración a Baal durante el reinado del rey Manasés. Esto constituye un ejemplo que ilustra por qué resulta interesante estudiar, al mismo tiempo, las porciones correspondientes de los libros proféticos e históricos de la Biblia. En este punto de nuestro relato, sería de ayuda leer los antecedentes del reino de Manasés, que podemos encontrar en 2 Reyes 21, y en 2 Crónicas 33. Ningún rey se apartó tanto de Dios en la medida que este rey lo hizo. Manasés introdujo la adoración a Baal, que consistía en una forma de adoración sumamente inmoral. Junto con la adoración a Baal, se encontraba la adoración a Astoret. Cuando el elemento femenino se introdujo en la deidad, se alcanzó una flagrante inmoralidad y esto, por supuesto, pasó a formar parte de la vida de la nación durante este período. Por lo tanto, la adoración a Baal fue entonces una forma de adoración de la naturaleza que era realmente muy burda y rudimentaria. Cuando el rey Josías, que sería un buen rey, accedió al trono del reino del sur, lo primero que hizo fue tratar de remover la adoración a Baal.
El versículo 4 finaliza añadiendo "Y el nombre de los ministros idólatras junto con sus sacerdotes". Estos sacerdotes usaban vestiduras negras. Y el profeta dijo que aquellos sacerdotes serían juzgados. Luego, en el versículo 5, se nos presenta un segundo aspecto cuando Sofonías continuó diciendo:
"Y exterminaré a los que sobre los terrados se postran ante el ejército del cielo, y a los que se postran jurando por el Señor y jurando por Milcom"
Aquí se continúa anunciando el castigo a los que sobre las azoteas se postraban en adoración ante las estrellas. Sofonías aquí mencionó la segunda forma de idolatría que prevaleció en aquella tierra. Era verdaderamente muy sutil y peligrosa. Las azoteas de las casas eran de superficie plana, lo cual es aun común en Israel. Era el lugar en el cual la familia se reunía al anochecer. De hecho, Dios presentó una ley que establecía que se colocara una barandilla alrededor del tejado para que nadie se cayera de él. Sofonías dijo que aquellas azoteas se habían convertido en lugares de adoración, y así podemos ver como la idolatría se estaba introduciendo en los hogares. Ello significó que, en realidad, cada hogar era como un pequeño templo pagano donde se practicaba la idolatría. Verdaderamente, la idolatría había penetrado en la vida familiar.
El versículo 5 continúa diciendo: "a los que se postran ante el ejército del cielo", es decir, ante el sol, la luna y las estrellas. Era una adoración a la criatura, antes que una adoración al Creador. Adoraban a todo aquello que había sido creado, en vez de adorar al Creador. Esta fue la segunda forma de idolatría que ellos habían adoptado.
La peor, la más sofisticada, y la más sutil de todas las formas de idolatría, es la que se mencionó a continuación, en este mismo versículo 5, al referirse el profeta "a los que se postran jurando por el Señor y jurando por Milcom". Milcom era el nombre para Moloch, el dios de los amonitas. Era una adoración en la que realmente sacrificaban a sus niños. La sutileza de esta costumbre era que, al mismo tiempo, profesaban adorar al Dios vivo y verdadero. Asistían al templo, decían que conocían al Señor, y que creían en Dios. Pero también adoraban a Moloch. Y así, practicaban una doble adoración, adorando a ambos.
En esta misma sutileza podrían caer muchos en la actualidad. Hay algunos grupos que profesan ser cristianos, que ni aun realizando el mayor esfuerzo con la imaginación podrían considerarse cristianos. La verdadera iglesia está siendo edificada alrededor de una persona, que es el Señor Jesucristo. La iglesia cristiana primitiva se reunía para adorarle, para conocerle mejor, y para tener compañerismo y comunión alrededor de Su nombre. Todo lo que hacían señalaba a Jesucristo. Sin embargo, puede darse el caso que en ciertas comunidades el nombre de Jesucristo sea mencionado y si lo fuera, sería de una forma en que se niega su verdadera persona y Su obra. Es decir que, en otras palabras, se niega Su deidad, se llega a negar que Él es Dios. No le adoran verdaderamente, y su adoración es meramente formal, superficial y de labios para afuera. Hablan sobre las enseñanzas de Jesús y se refieren a Él como un hombre bueno, extraordinario. Pero niegan todo lo que ha sido establecido en la Biblia para nosotros como cristianos. Se trata de un cristianismo vacío, débil y sin contenido Bíblico.
Ésa fue la clase de idolatría que se estaba difundiendo en aquellos tiempos entre el pueblo de Judá. Las personas aún estaban cumpliendo los rituales y acudiendo al templo en el día sábado. No creemos que asistieran en otras ocasiones. Pero, a la hora de la verdad estaban adorando a Moloch, que era el dios de la naturaleza carnal, así que tal adoración se caracterizaba, reiteramos, por una gran inmoralidad. De la misma forma, muchos asisten hoy a la iglesia, para practicar una religión centrada en un edificio, más que en la persona de Cristo. Niegan los grandes eventos de la fe cristiana. Practican la inmoralidad, o hechos contrarios a la Palabra de Dios. Esta fue la imagen que el profeta nos dejó del reino de Judá de aquellos días, y esa imagen refleja la sutileza de algunos cristianos hoy en día. Muchos tienen una idea de la iglesia basada en sus formas exteriores, en un salón de reuniones confortable, y en ciertos rituales musicales. Esta es una apariencia engañosa. Lo que socavó a la nación de Judá, fue que ellos simulaban estar sirviendo al Dios vivo y verdadero, pero, en realidad, se estaban entregando a esta forma de idolatría.
En nuestro próximo programa, continuaremos nuestro estudio en este capítulo 1 de la profecía de Sofonías. Le sugerimos leer todo este capítulo para familiarizarse mejor con su contenido y esperamos seguir contando con su compañía en este viaje "a través de la biblia". Será, pues, hasta nuestro próximo programa.
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