Estudio bíblico de Judas Introducción
Judas - Introducción 1
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido a través de la Biblia, y pasamos al Nuevo Testamento para comenzar nuestro estudio en la epístola universal del Apóstol Judas. éste es otro breve libro muy sobresaliente en la Biblia. Hemos dedicado un gran número de programas a los libros breves, que por lo general, son ignorados o examinados rápidamente en otros estudios o en la predicación, por su propia brevedad. En este estudio que abarca toda la Biblia, estamos tomándonos el tiempo necesario para considerarlos detenidamente, y estamos descubriendo que cada uno de estos libros es como una mina de oro.
Quisiéramos, entonces, presentar una introducción a este libro, para que usted y yo podamos comprender un poco mejor lo que se relaciona con su contenido. El escritor de este libro es Judas, que era hermano de Santiago. En los datos que nos ofrece el relato del Evangelio, aparecen tres o cuatro hombres con el nombre de Judas. En nuestra identificación del autor de esta epístola nos ayuda la cita que encontramos en el evangelio según San Mateo, capítulo 13, versículo 55, que dice: "¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?" Así que dos de estos hermanos, el escritor de la epístola de Santiago o Jacobo, y el escritor de la epístola de Judas eran hermanos del Señor Jesucristo. Había otros dos hombres llamados Judas: ambos pertenecían al grupo de los 12 apóstoles del Señor. El más conocido, fue el infame Judas Iscariote, que terminó traicionando al Señor. El otro apóstol llamado Judas, fue distinguido de esta manera, como podemos ver en el capítulo 14 del evangelio según San Juan, versículo 22, donde dice: "Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?" La forma de identificarlo indica que éste no era Judas Iscariote. En consecuencia creemos que el escritor de esta epístola es el tercer Judas mencionado en la Biblia, es decir Judas, el hermano del Señor Jesucristo.
Observemos que ni Santiago ni Judas se identificaron como hermanos del Señor Jesús. Santiago se presentó a sí mismo como un siervo de Dios y del Señor Jesucristo (Santiago 1:1). Y Judas se presentó como siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo (Judas 1:1). ¿Por qué Santiago y Judas no se aprovecharon de su relación familiar con Jesucristo? Creemos que la razón es obvia. Ninguno de ellos creyó en las alegaciones mesiánicas de Jesús hasta después de Su resurrección. Fue la resurrección misma la que les trajo la convicción, confirmándoles que Jesús era quien afirmaba ser. Hasta ese momento, ellos habían pensado que el Señor Jesús se había desconectado de la religión, y que estaba fuera de Sí mismo. Pero después de Su resurrección, se convirtieron en creyentes. Así es que, amigo oyente, para aquellos hombres resultó posible haber crecido en el mismo hogar con el Señor Jesucristo en su vida terrenal, y no haberle reconocido. Uno puede apreciar esta situación leyendo el Salmo 69, en el cual se detalla que Jesús sufrió soledad e incomprensión durante esos años de crecimiento en Nazaret. Por ello, como dijimos anteriormente, sus propios hermanos que se criaron con Él, no le conocieron realmente. Así lo expresó más tarde el apóstol Pablo, cuando escribiendo su segunda carta a los Corintios, en el capítulo 5:16, dijo: "Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así". Y Judas, entonces, siendo hermano, que reconoció que Jesús era el Cristo, para él la relación humana ya no tenía ningún significado. Él también tuvo que reconocer que era un pecador, y como tal aceptó a Cristo como su Salvador, como cualquier otra persona.
Y esta fue, por cierto, la respuesta maravillosa que dieron tanto Santiago como Judas, ante una actitud que surgiría más tarde en la época de los apóstoles, Hubo un breve período de tiempo en el que la familia de Jesucristo fue reverenciada de una manera casi supersticiosa y considerada sagrada. En realidad, sus miembros no eran superiores; eran simplemente seres humanos que habían tenido que acudir a Cristo tal como usted y como yo tuvimos que venir a Cristo.
Siempre hemos pensamos que muchos protestantes no le han dado la debida importancia a la virgen María. Ella era una persona maravillosa. No fue ningún accidente ni casualidad que ella fuera elegida por Dios para traer al Hijo de Dios al mundo. Pero, eso no significó que ella tuviera que ser elevada sobre las demás personas. Ella ocupó el lugar que le correspondía: Elizabeth la bendijo entre las mujeres, pero nunca como siendo superior a las demás mujeres. Y María misma confesó la necesidad de un Salvador, como podemos leer en Lucas 1:47, donde dijo: "Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador."
Así es que, en ese breve período por el cual pasó la iglesia, en que la familia del Señor Jesús fue elevada a una alta posición, los apóstoles Santiago y Judas se opusieron a tal actitud. Y ellos mismos adoptaron la posición de considerarse a sí mismos, como simplemente esclavos o siervos de Jesucristo. Ahora con respecto a la escritura de la carta, situamos la FECHA entre los años 66 y 69 de esta era.
Y en cuanto al TEMA diremos que esta carta nos habla de certeza y seguridad en tiempos de apostasía.
Judas tomó en sus manos la pluma de la inspiración para escribir sobre un tema o verdad relacionado con el evangelio y nuestra salvación; podía haber escogido el tema de la justificación por la fe, pero el apóstol Pablo ya había escrito sobre ese tema en su carta a los Romanos. Podía haber escrito sobre la resurrección de Cristo, pero el mismo Pablo ya había tratado ese tema en Primera de Corintios. O podía haber elegido el asunto de la reconciliación, pero Pablo ya lo había desarrollado en Segunda de Corintios. Probablemente Judas podía haber tratado el tema de la fe, pero Pablo ya lo había expuesto en su carta a los Gálatas. O Podía haber elegido el tema de la iglesia como el cuerpo de Cristo, pero Pablo ya lo había desarrollado en Efesios. También podía haberse concentrado en la persona de Cristo, pero Pablo ya había tratado ese tema en Colosenses. Podía igualmente haber desarrollado el tema de nuestro Gran Sumo Sacerdote, pero el escritor de la carta a los Hebreos ya lo había expuesto. O podía haberse decidido por el tema de la comunión o el compañerismo, pero el apóstol Juan iba a tratar ese tema más adelante. De esta manera, el Espíritu de Dios atrajo su atención y propósito antes de que Judas pudiera siquiera comenzar a escribir sobre otro tema, y lo orientó en otra dirección. Su tema entonces fue la llegada inminente de la apostasía. Este escritor nos dejó el relato más vívido que tenemos sobre la apostasía, presentada de una forma muy dramática. Judas sostuvo una especie de farol rojo en la curva más peligrosa de la carretera por la que la iglesia estaba viajando. El apóstol describió intensamente y en un lenguaje que inspiraba temor, las terribles condiciones que se aproximaban en el futuro. Esta breve epístola es como una alarma contra los intrusos. Los apóstatas se habían introducido en la iglesia. Entraron sigilosamente, como por una puerta lateral mientras nadie estaba vigilando. Este hecho fue como una bomba que explotó en la iglesia primitiva, como una advertencia. Finalmente, haremos algunos
Comentarios
Judas escribió el único relato de la Biblia en relación con la lucha entre Satanás y el Arcángel Miguel por el cuerpo de Moisés. Éste es un pasaje muy notable de las Sagradas Escrituras.
De la misma manera. Judas registró la profecía de Enoc, que no aparece en ningún otro pasaje de la Biblia. Él contempló al Señor viniendo con diez mil de Sus santos.
Y así, podemos decir que la breve profecía del apóstol Judas constituye una apropiada introducción al libro de Apocalipsis.
A continuación presentaremos un breve Bosquejo General, que resume los principales títulos y párrafos de esta epístola de Judas. Dividimos entonces a la epístola en tres partes principales:
I. LA OCASIÓN DE LA EPÍSTOLA (versículos 1 al 3)
1. La seguridad de los creyentes (Versículos 1 y 2); llamados, guardados, santificados.
2. Cambio al tema de la apostasía; versículo 3
II. EL HECHO DE LA APOSTASÍA. (versículos 4 al 16).
1. El comienzo de la apostasía (4)
2. Israel en su incredulidad, destruido en el desierto (5)
3. Los ángeles rebeldes, encadenados (6)
4. Sodoma y Gomorra, pecaron por sensualidad. Destruidos por fuego. (7)
5. Identificación de los maestros apóstatas. (8 - 10). Despreciaban la autoridad.
6. Caín, Balaam, Coré; ejemplos de apóstatas, (11).
7. Maestros apóstatas definidos y descritos. (12-16)
III. OCUPACIÓN DE LOS CREYENTES EN LOS DÍAS DE APOSTASÍA. (versículos17 al 25)
1. Los creyentes fueron advertidos por los apóstoles que los apóstatas vendrían. (vv. 17-19).
2. Que deben hacer los creyentes en los días de apostasía. vv.20-25)
(1) Crecer
(2) Orar
(3) Mantenerse unidos
(4) Esperar
(5) Tener compasión
(6) Salvar a otros.
Ahora pasemos a considerar la:
Ocasión para la epístola
En los primeros tres versículos, Judas explicó la ocasión que le llevó a escribir esta epístola. El apóstol nos dirá que tenía la intención de escribir sobre algún tema relacionado con nuestra salvación, pero que el Espíritu de Dios le advirtió, y le instruyó para llamar la atención de sus lectores sobre los días de apostasía que se aproximarían para la iglesia.
En primer lugar leeremos el versículo 1, que nos habla sobre
La seguridad de los creyentes
"Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre y guardados en Jesucristo"
En el Nuevo Testamento aparecen tres hombres que llevan el nombre de Judas, pero se dispone de buena evidencia que identifica al autor de esta epístola con el medio hermano del Señor Jesucristo.
Dice este versículo "siervo de Jesucristo". La palabra siervo significa literalmente esclavo. El apóstol no alegó tener ninguna relación familiar con el Señor Jesús, como si dicha relación le hubiera otorgado una posición superior. Esta omisión debería haber desarraigado la noción de que la familia de Jesús debía ser tratada con una reverencia especial, por tratarse de seres superiores. El Dr. Marvin Vincent, destacado erudito griego opinó sobre el hecho de no aludir Judas a su relación con el Señor, diciendo: "La no alusión de Judas a su relación con el Señor puede ser explicada por el hecho de que en su mente, esa relación natural, estaría subordinada a la relación espiritual, (y en este sentido podemos leer Lucas 11:27 y 28)". Además el erudito Bíblico Alford opinó que el énfasis en la relación familiar con el Señor habría estado en armonía con aquellos sentimientos supersticiosos con los cuales en épocas posteriores se consideraría a los familiares del Señor.
La frase "hermano de Jacobo" fue, como adelantamos en la introducción, la forma que usó Judas para identificarse. Tanto Judas como Jacobo eran medio-hermanos del Señor Jesús, y Jacobo fue el autor de la epístola que lleva su nombre. Éste último fue citado por el apóstol Pablo como una de las columnas espirituales de la iglesia en Jerusalén.
Ahora veamos la frase: "santificados en Dios Padre". Dos de los mejores textos griegos, de Nestle, Westcott y Hort, utilizan el verbo "agápa" - que significa amar, - en lugar de "hagiázo", que significa santificar. La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que "amar" es más adecuado que "santificar", y en nuestro corazón resulta más hermoso pensar en que somos amados por Dios el Padre.
Permítanos compartir con usted ahora, la traducción que hizo el Dr. West, el erudito griego que enseñaba en el Instituto Bíblico Moody, que es un conocido instituto bíblico en los Estados Unidos de Norteamérica. Su traducción clarifica el significado literal de este pasaje: "Judas, un esclavo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a aquellos que por Dios el Padre han sido amados, y se encuentran en un estado de ser el objeto permanente de Su amor, y quienes por Jesucristo han sido guardados y se encuentran en un estado permanente de ser cuidadosamente observados y han sido llamados."
Éste es, pues, un hermoso y extraordinario pasaje de las Sagradas Escrituras, porque enfatiza que somos amados por Dios el Padre, y protegidos por el Señor Jesucristo.
Amigo oyente, nuestro tiempo ha llegado a su fin. Y como esperamos contar con su participación en nuestro próximo estudio, le sugerimos que comience a leer los primeros versículos de esta epístola, para irse familiarizando con su contenido. Le esperamos, pues, para continuar juntos este viaje "a través de la Biblia."
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