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Estudio bíblico de Deuteronomio 12:1-13:16

Deuteronomio 12:1-13:16

Continuando nuestro estudio en el libro de Deuteronomio, llegamos hoy al capítulo 12. En este capítulo veremos que Israel tendría solamente un lugar para adorar en la tierra prometida. Luego en la historia de Israel, Dios elegiría a Jerusalén para el lugar donde el templo sería construido. Los israelitas debían ir allí para adorar a Dios. Ahora, ¿Por qué no permitió Dios la adoración en otros lugares? Bueno, creemos que la razón era obvia. Había idolatría en la tierra y a ellos se les ordenó destruirla. Como ellos no destruyeron los ídolos se les ordenó que se reuniesen en un solo lugar para adorar. Esto unificó la adoración del pueblo y los unió más como nación. Esa unidad se manifestó cuando subían a Jerusalén para celebrar las fiestas. También les ayudaría a recordar que había un solo Dios.

En la actualidad no es necesario que nos reunamos en un solo lugar para adorar a Dios. Y el Señor Jesucristo mismo dio el motivo. Usted recuerda que cuando habló con la mujer samaritana junto al pozo, en Juan 4:21-24, Jesús le dijo: "Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis, nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu, y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren."

Por lo tanto, hoy no nos reunimos en un solo lugar para adorar a Dios. Sin embargo, debe haber aquella "unidad" de todos los creyentes, porque nos reunimos alrededor de una persona y esa persona es el Señor Jesucristo. Eso es lo importante que debemos recordar. El nombre de su Iglesia no importa. La denominación o falta de denominación de su iglesia, tampoco interesa. Cuando usted se reúne con los demás hermanos para adorar, la cuestión más importante es ¿se reúnen alrededor de la persona de Jesucristo? Ahora, si no es así, entonces estamos ante la idolatría, porque en este caso, la reunión de adoración tiene lugar alrededor de algo o alguien que está reemplazando a Jesucristo como objeto de la adoración. Lo que debe unir espiritualmente a los creyentes en una unidad, es la persona del Señor Jesucristo. ¡Cuán importante es eso! Comencemos pues este capítulo 12 de Deuteronomio, leyendo los primeros cuatro versículos, en los cuales se comienza a establecer

Un solo lugar para adorar en la tierra prometida

"Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que el Señor, el Dios de tus padres, te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros viváis sobre la tierra. Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares, quebraréis sus estatuas, quemaréis sus imágenes de Asera, destruiréis las esculturas de sus dioses y borraréis su nombre de aquel lugar. No haréis así al Señor, vuestro Dios"

El motivo por el cual los juicios descendieron sobre Israel, uno tras otro en los tiempos de los jueces, fue porque la gente había caído en la idolatría. Entonces, aquel gran profeta Elías, dirigió su mensaje contra la idolatría en esa tierra. El motivo por el cual Israel sufrió el cautiverio babilónico, fue la idolatría. Y la advertencia en el último libro del Antiguo Testamento trata sobre el peligro de la idolatría.

No debemos pensar que en la actualidad estamos exentos del peligro de idolatría. Tenemos una tendencia a creer que somos personas tan cultas, que nunca nos postraríamos para adorar a un ídolo. Pero, ¿podemos estar tan seguros en cuanto a eso, estimado oyente? Cualquier cosa que se interponga entre nuestras almas y Dios, se convierte en un ídolo. Cuantas personas hay que a medida que van aumentando su compromiso con sus responsabilidades laborales o empresariales, y escalando posiciones en su nivel social, se alejan progresivamente de Dios. Esto no tiene que ver con su necesidad lógica de trabajar y progresar en su empleo, pues en esta época tan competitiva, esto es importante. El problema es cuando el trabajo se convierte en una obsesión que desplaza las prioridades espirituales del reino de Dios. En este caso, una ocupación profesional se ha convertido en un ídolo que se ha interpuesto en la relación con Dios. Leamos ahora el versículo 5, de este capítulo 12 de Deuteronomio. Y repitamos el versículo 4:

"No haréis así al Señor, vuestro Dios, sino que el lugar que el Señor, vuestro Dios, escoja entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre y habitar en él, ese buscaréis, y allá iréis."

Eventualmente, el lugar señalado sería Jerusalén. Pero aun antes de esto, Israel debía adorar en un solo lugar. Debía haber un único lugar para sus holocaustos, los demás sacrificios, los diezmos y las promesas. Los diezmos de alimento que trajeran delante del Señor, tenían que ser comidos en este lugar. Ahora, pasemos a los versículos 15 y 16:

"Con todo, podrás sacrificar y comer la carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que el Señor, tu Dios, te haya dado. Tanto el impuro como el limpio la podrán comer, como si fuera una gacela o un ciervo. Solamente que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua."

También había el alimento que comían en casa. Esto no era parte de la adoración, pero estaba regulado también por las leyes dietéticas. En el capítulo 14 encontraremos una extensa lista de los animales limpios e impuros. No era necesario que la persona estuviese limpia ceremonialmente, para poder comer en casa. Además de los animales que estaban reservados para el sacrificio, podían comer animales de caza, con tal que fueran animales limpios. La estipulación establecida era que la sangre no debía ser comida. Por contraste, cualquier cosa que fuera una ofrenda al Señor, tenía que ser comida delante del Señor en un solo lugar, que sería señalado por Dios. Pasemos ahora al versículo 21 y leamos hasta el versículo 25:

"Si está lejos de ti el lugar que el Señor, tu Dios, escoja para poner allí su nombre, podrás matar de las vacas y de las ovejas que el Señor te haya dado, como te he mandado yo, y comerás en tus ciudades todo lo que desees. Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer; el impuro y el limpio podrán comer también de ellas. Solamente que te mantengas firme en no comer sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida junto con la carne. No la comerás; en tierra la derramarás como si fuera agua. No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos del Señor."

En el capítulo 17 de Levítico, mientras Israel estuvo en el campamento del desierto, se le mandó que cada vez que mataban un toro, o un cordero, o una cabra, tenían que llevarlo a la puerta del tabernáculo, y el sacerdote rociaría la sangre sobre el altar y ofrecería la grasa como aroma agradable al Señor. Esto tenía la finalidad de impedirles hacer alguna ofrenda a los diablos. Ahora, después de establecerse en la tierra, era obvio que muchísimos vivirían demasiado lejos de Jerusalén, para traer allí cada animal antes que lo matasen para comerlo. Por tanto, el Señor les dijo nuevamente que podían matar un animal para la comida, pero que no debían comer la sangre de ese animal. La sangre representaba la vida. Éste es el motivo que la Escritura pone tal énfasis en la sangre de Jesucristo. Pasemos ahora al versículo 29 y leamos hasta el versículo 31, del capítulo 12 de Deuteronomio:

"Cuando el Señor, tu Dios, haya destruido delante de ti las naciones que tú vas a poseer, y las heredes y habites en su tierra, guárdate que no tropieces siguiendo el ejemplo de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: ¿De qué manera servían aquellas naciones a sus dioses, para que yo también les sirva de igual modo? No harás así al Señor, tu Dios, porque todas las cosas abominables que el Señor aborrece las hicieron ellos a sus dioses, pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban al fuego en honor de sus dioses."

Se les mandó repetidas veces a los israelitas que destruyesen a las naciones que estaban en la tierra, a fin de que no fueran seducidos por ellas. Estas naciones eran idólatras. La adoración de Baal, como la adoración de muchas religiones paganas, tenía la práctica muy cruel de sacrificar a sus propios hijos. Calentaban un ídolo poniéndolo al rojo, y luego dejaban caer a sus bebés en los brazos de ese ídolo candente. ¡No podemos pensar que haya algo más horrible que eso! Dios dijo que aborrecía tal práctica. Era una abominación para Él. Me doy cuenta que Dios aborrece muchas cosas que yo también aborrezco. Espero que yo pueda aprender más y más a aborrecer lo que Él aborrece y a amar lo que Él ama. Leamos el versículo 32, que finaliza este capítulo 12 de Deuteronomio:

"Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás."

Los israelitas pues, debían tener en cuenta estos mandamientos que el Señor les dio. Si desobedecían a Dios, Dios les trataría exactamente como trataba a las otras naciones. Porque Dios no observa sólo las acciones de algunas personas y desatiende las acciones de otros. El pecado es pecado, estimado oyente. Y si Israel no obedecía al Señor, no sería perdonado. Así que el estímulo para ellos era obedecer lo que el Señor les mandaba hacer.

Y así concluimos este estudio del capítulo 12 de Deuteronomio y llegamos a

Deuteronomio 13:1-16

Ahora, el capítulo 13 es un capítulo muy importante. El tema aquí constituye una advertencia sobre los falsos profetas y sobre como examinar los falsos dioses. Cuando lleguemos al capítulo 18 de Deuteronomio, encontraremos la prueba para identificar a los falsos profetas. Israel no tenía problema en detectar a los falsos profetas, porque tenían una prueba bíblica dada por Dios, que con toda seguridad los descubriría. Sin embargo, este capítulo que hoy examinamos trata sobre la acción a tomar contra cualquiera que intentase alejar al pueblo de su Dios, introduciendo religiones falsas. Leamos pues, los primeros cuatro versículos de este capítulo 13 de Deuteronomio:

"Cuando se levante en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncie una señal o un prodigio, si se cumple la señal o el prodigio que él te anunció, y te dice: Vayamos tras dioses ajenos, que tú no conoces, y sirvámoslos, no escucharás las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños, porque el Señor, vuestro Dios, os está probando para saber si amáis al Señor, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. Al Señor, vuestro Dios, seguiréis y a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis y a él le seréis fieles."

Esto es pertinente para el día de hoy. Muchos preguntan cómo explicamos el hecho de que algunos de los falsos profetas actuales, en algunos momentos hablan con exactitud. O, piden explicaciones sobre cómo es posible que algunos parecen ser sanados en ciertas reuniones. Bueno, no lo explicamos. En primer lugar, creemos que muchos de estos casos probablemente tienen una explicación natural. Pero, aún si hay algo sobrenatural, Dios ha advertido que esto puede ser logrado a través de los falsos profetas. Y es bueno notar esto. Cuando un falso profeta realiza señales sobrenaturales, no debemos creer en él si niega las grandes verdades de la fe cristiana. Ése es el gran principio de este pasaje, que podemos aplicar. Ahora, fíjese usted lo que dice aquí en el versículo 5 de este capítulo 13 de Deuteronomio:

"Tal profeta o soñador de sueños deberá morir, por cuanto aconsejó la rebelión contra el Señor, vuestro Dios, que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual el Señor, tu Dios, te mandó que anduvieras. Así apartarás el mal de en medio de ti."

Observemos que cualquier profeta falso que tratara de conducir al pueblo a algún falso culto o falsa religión, debía ser apedreado. Ahora, ¿Le parece a usted extrema esta medida? Bueno, es que ese falso profeta era como un cáncer y su influencia destructiva debía ser neutralizada. Aquí, Dios, como gran médico, dijo que ese tipo de cáncer debía ser extirpado de entre el pueblo.

Esto revelaba la mente de Dios en cuanto a los falsos profetas que conducían al pueblo a los falsos dioses y a la falsa religión. Y Dios dio estas leyes para que esto no sucediera en Israel. Si alguien aparecía en Israel tratando de apartar al pueblo de la adoración de Dios, debían matar a ese hombre. Dios comprendía cuán terrible sería si permitían que se multiplicaran los falsos profetas. Conducirían a Israel a la idolatría. Y debemos tener en cuenta que la idolatría no solo indicaba un alejamiento espiritual de Dios, sino que también tenía implicaciones que atentaban contra la vida y dignidad de las personas, su salud, los derechos humanos más básicos y la supervivencia de los niños. Ahora, Israel no obedeció a Dios y permitieron que precisamente eso sucediera. Si usted quiere saber cuán malo y perjudicial era para el pueblo de Dios en aquel entonces, lea la historia de Acab y Jezabel, que indujeron a la nación a la idolatría. Esto resultó en el juicio de Dios sobre los israelitas, quienes por último fueran llevados al cautiverio. Vemos así que las consecuencias fueron muy graves. Ahora, leamos los versículos 6 hasta el 9 de este capítulo 13 de Deuteronomio:

"Si te incita tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciéndote en secreto: Vayamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella, no consentirás con él ni le prestarás oído, tu ojo no lo compadecerá, no le tendrás misericordia ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo."

Ahora, ésta fue una situación concreta y de extrema gravedad. Parece un lenguaje extranjero en una sociedad afluente y flexible, así como ésta en la cual vivimos. Sabemos que esto no podía ser más severo pero, en última instancia salvó muchas vidas. Cuando el reino del norte fue a la idolatría ¿qué sucedió? Literalmente miles de ellos fueron muertos, y la mayoría de los supervivientes fueron llevados al cautiverio como esclavos, a la brutal nación de Asiria, donde fueron tratados con extrema brutalidad. Ahora, ante ese resultado fatal, ¿no habría sido mucho mejor si hubieran apedreado antes a los falsos profetas, a aquellos que les llevaron a la idolatría, en lugar de que fuera muerta y capturada una multitud entera? Leamos los versículos 10 y 11:

"Lo apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte del Señor, tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, para que todo Israel lo sepa y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta."

No debían apartarse del Dios vivo y verdadero. Mientras le sirvieran, disfrutarían de toda clase de bendiciones. Pero cuando le desobedecieran, cuando se apartaran de Él, el castigo vendría sobre ellos. Los juicios descenderían sobre ellos y esa es su historia. Y así fue la historia de ese pueblo. Leamos ahora los versículos 12 al 14:

"Si oyes decir que en alguna de las ciudades que el Señor, tu Dios, te da para vivir en ellas, han salido de entre los tuyos hombres impíos que han instigado a los habitantes de su ciudad, diciendo: Vayamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis, tú investigarás, buscarás y preguntarás con diligencia. Si resulta ser cierto que en medio de ti se ha cometido tal abominación"

No debían pues, hacer nada imprudentemente. Se debía llevar a cabo una investigación cuidadosa con la finalidad de averiguar la verdad, antes de iniciar cualquier acción. Continuemos con los versículos 15 y 16 de este capítulo 13 de Deuteronomio:

"irremisiblemente herirás a filo de espada a los habitantes de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que haya en ella, y también matarás sus ganados a filo de espada. Juntarás todo su botín en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todo su botín, todo ello como holocausto al Señor, tu Dios. Quedará convertido en un montón de ruinas para siempre; nunca más será edificada."

Evidentemente, esto también era extremadamente severo, al implicar la destrucción de toda una ciudad. Las ciudades eran el centro de expansión de las prácticas paganas. Como dijimos anteriormente, la vida y la dignidad humana no tenían ningún valor en aquellas sociedades que se autodestruían por dichas prácticas y por el contagio de las enfermedades contagiosas, que transmitían por la inexistencia de controles sanitarios, por la práctica desenfrenada de la sexualidad y por los excesos de una alimentación descontrolada. No podemos juzgar aquellas reglas desde la perspectiva de nuestra sociedad actual, en la que aun prevalecen valores diametralmente opuestos sobre la vida y los derechos humanos, que han quedado plasmados en reglas avanzadas de convivencia social.

Hemos mencionado en varias ocasiones a la muerte de aquellos que con sus prácticas paganas atentaban contra la vida y dignidad humanas, en los tiempos del Antiguo Testamente. Y al terminar nuestro programa de hoy, sería bueno que recordásemos que la muerte entró en el mundo por causa del pecado, debido a la maldad de los seres humanos. Y en este tema creemos que resulta muy significativo recordar que Jesucristo, el Hijo de Dios, también fue torturado y conducido a la muerte por los seres humanos de Su tiempo. Él también sufrió la violencia innata de la raza humana. Como bien dijo el Evangelista Marcos en 10:45, El no vino a este mundo para ejercer Su autoridad sobre los demás, para ser servido, sino para servir a los seres humanos y dar Su vida en pago por la libertad de muchos. Y después resucitó y hoy, quien crea en Él y en Su obra en la cruz, tendrá la vida después de esta vida, es decir, la vida eterna.

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