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Estudio bíblico de Tito 2:1-15

Tito 2:1-15

En este día, amigo oyente, llegamos al segundo capítulo de esta epístola del Apóstol Pablo a Tito. En el primer capítulo, vimos a la iglesia como una organización y el tema desarrollado tenía que ver con el orden divino en la iglesia local. Una iglesia ordenada debía tener ancianos reconocidos oficialmente, que cumplieran los requisitos Bíblicos establecidos. Y así llegamos al

Tito 2

Tema: La iglesia tiene que enseñar y predicar la Palabra de Dios.

La iglesia tiene que enseñar doctrina sana y sólida

La iglesia tiene que enseñar la doctrina basada en la Palabra de Dios; en caso contrario, no es una iglesia. Recordemos que al comienzo mismo de la iglesia, en el día de Pentecostés, se nos dijo, en Los Hechos 2:42, que los que fueron añadidos a la iglesia en aquel día ....perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Estas fueron las señales de identidad de la primera iglesia: la doctrina de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y la oración. Realmente no importa el aspecto del edificio de una iglesia, su decoración interior o la comodidad de sus instalaciones. Es el mensaje que resuena desde el púlpito lo que nos dirá si la iglesia es realmente una iglesia, organizada como Pablo la entendió, y como la Palabra de Dios la describe.

En el primer capítulo encontramos que los ancianos a quienes Tito iba a nombrar tenían que ser capaces de hacer dos cosas: exhortar y refutar a los herejes. Es importante que un responsable de la iglesia no pase la totalidad de su ministerio rebatiendo lo que digan todos los demás. Hay algunos que desempeñan lo que llamaríamos un ministerio negativo: todo lo que hacen consiste en atacar a los enemigos del evangelio. Esto es importante, pero creemos que todos necesitamos ocuparnos en un ministerio equilibrado. Un anciano debería poder exhortar desde la Palabra de Dios, así como debería ser capaz de responder a un hereje. Encontraremos que en este segundo capítulo de la carta a Tito, el énfasis del apóstol Pablo recaerá en la enseñanza de la Palabra de Dios. Antes de concluir hoy, y para captar el tono del mencionado énfasis del apóstol, expresado en este capítulo, vamos a leer el primer versículo de este segundo capítulo de esta carta dirigida a Tito:

"Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina."

La expresión sana doctrina, que puede traducirse también como "sana enseñanza" significa la doctrina de los apóstoles. El tema más importante, el primero en la lista de prioridades de la iglesia primitiva era la doctrina de los apóstoles. Por cierto, lo que leemos en estas epístolas o cartas que estamos estudiando es también una parte de la doctrina de los apóstoles.

Así que recordemos que, tal como lo expusimos en nuestra introducción al libro, el bosquejo que seguiremos en este segundo capítulo será el siguiente: "La iglesia debe enseñar la doctrina sana y sólida (versículos 1 al 10) y, "La iglesia debe predicar la gracia de Dios (versículos 11 al 15).

Veamos lo que dice pues, el versículo 2 de este capítulo 2 de la epístola a Tito:

"Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia."

O sea que, ellos tenían que ser sanos en su amor y su paciencia. Ellos tienen que ser sobrios, es decir, vigilantes, muy serios, hombres que pudieran ser respetados y que capaces de controlarse a sí mismos. Tenemos luego, el mensaje para las ancianas en el versículo 3, donde leemos:

"Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte. Que no sean calumniadoras ni esclavas del vino, sino maestras del bien."

Las mujeres de avanzada edad deben ser reverentes en su conducta.

Calumniadoras aquí se refiere a no ser chismosas, ni adictas al mucho vino. Y debían ser maestras del bien para las mujeres más jóvenes. Continuemos leyendo los versículos 4 y 5 de este segundo capítulo:

"Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada."

Hay varias cosas que se pueden destacar aquí. Cuidadosas de su casa, esto nos indica la importancia de la influencia y la actividad de la mujer en el hogar como esposa y como madre, especialmente en los tiempos difíciles en que vivimos para la estabilidad de la familia, las relaciones conyugales y las relaciones entre padres e hijos.

Ahora, también dice de ellas que sean buenas, sujetas a sus maridos. La idea de obediencia aquí es que una mujer que responda a su esposo. El responder o el reaccionar ante la otra parte en una relación de amor es comprensiva y positiva. Esta es la misma palabra griega que el Apóstol Pablo usó en el capítulo 8 de su epístola a los Romanos, versículo 7. Allí se habla en cuanto a la obediencia, y se ha traducido como sujeción. Pero creemos que es necesario comprender lo que quiere decir. En el versículo 7 del capítulo 8, de la epístola a los Romanos dice: Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. El pensamiento del apóstol Pablo es que el hombre natural, el hombre carnal, no puede responder a Dios, porque no tiene ninguna relación con Él, no ha reconocido ni aceptado ese amor de Dios que inicia una relación. Él no tiene manera de responder a Dios Ahora, la esposa debe responder a su esposo, es decir, que debe responder al amor de su esposo. Bueno, continuemos adelante porque el Apóstol Pablo se a otras personas en particular. Leamos el versículo 6 de este capítulo 2, de la epístola a Tito:

"Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes."

Vemos que aquí el apóstol dirigió su atención a los jóvenes, y probablemente quiso decir que Tito era el que se encargaría de enseñar a los jóvenes. Y continuó diciendo en el versículo 7:

"Preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad"

Dice aquí en la enseñanza mostrando integridad, seriedad. La integridad contiene la idea de la incorruptibilidad, de pureza; es decir, que en su enseñanza él tenía que mostrar su fe completa en la Palabra de Dios, y apreciar la seriedad de los asuntos que él estaba tratando. Y dijo también el versículo 8 de este segundo capítulo:

"Palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros."

En otras palabras, le estaba aconsejando que su conversación revelara el hecho de que era un hijo de Dios. Y dice el versículo 9:

"Exhorta a los esclavos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones."

En la frase exhorta a los esclavos vemos que dirigió su atención hacia otro grupo. En las primeras iglesias cristianas había muchos esclavos. En realidad, un 90 por ciento de los nombres escritos en las paredes de las catacumbas pertenecían a esclavos o a ex esclavos. El evangelio satisfizo una gran necesidad entre esa clase social en aquellos días.

A ellos había que aconsejarles que se sujeten a sus amos, que agraden en todo. Nuevamente, la idea incluida en la obediencia está en que debían responder a sus amos, interesarse en ellos y en su trabajo. En realidad, cualquiera, especialmente aquellos que están implicados en la obra cristiana, deberían poner su corazón en su trabajo, es decir, realizarlo lo mejor posible o y con el máximo interés, si no fuera así, dejarlo. Y si alguien trabaja en una organización cristiana, esa persona lo hace voluntariamente, porque quiere hacerlo. Así que el trabajo cristiano ha de ser hecho con el corazón, así como se realiza con la mente y las manos.

Y también se les aconseja que no sean respondones, es decir, que no repliquen irrespetuosamente a sus jefes. Continuemos leyendo el versículo 10:

"Que no roben, sino que se muestren fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios, nuestro Salvador."

Los negocios pierden cada año enormes cantidades de dinero debido a los robos de sus empleados.

Y además, se les pidió, que sean fieles en todo. Que se destaquen por su fidelidad, por su lealtad.

Y todo ello para que en todo adornen la doctrina de Dios, nuestro Salvador. La palabra griega para "adornar" es la misma forma que se usa para la palabra "cosméticos". Así como los cosméticos se utilizan para la higiene y belleza del cuerpo, aquí se habla del adorno de una conducta espiritual que honra a Dios. En otras palabras, si uno tiene una fe sana y sólida, utilizará los adecuados cosméticos espirituales. Entonces adornará una boca con una lengua amable, y su rostro reflejará vida, realidad y sinceridad en su vida. La Palabra de Dios ofrece todo tipo de cosméticos espirituales que adornarán la enseñanza cristiana, de manera que el cristiano que los use traiga honra al nombre de Cristo. Llegamos ahora a un párrafo que hemos titulado

La iglesia debe predicar la gracia de Dios

y que se extiende desde el versículo 11 al 15. Ahora vemos que el apóstol Pablo abandonó sus amonestaciones para colocar el fundamento doctrinal bajo la vida de aquellas personas. Él expuso el evangelio y lo presentó en tres tiempos diferentes; el pasado, el presente y el futuro.

Usted tiene que haber notado en algún mapa que si viaja del oriente a occidente o del occidente hacia el oriente, hay muchos cambios de zonas de tiempo. Entre diversos países puede haber desde una hora de diferencia hasta muchas horas de diferencia.

Sin embargo, es hermoso pensar que la gracia de Dios se expresa en tres zonas horarias. Lo veremos en los siguientes tres versículos: en el versículo 11 dice: La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad. Esta es la zona del tiempo pasado; en el versículo 12 dice y nos enseña. Esta es la zona del presente de la gracia; y el versículo 13 dice mientras aguardamos la esperanza bienaventurada. Y esta es la zona del futuro. Estas son, entonces, las tres zonas de tiempo de la gracia. Vamos a examinarlas detenidamente. Leamos el versículo 11 de este segundo capítulo de Tito:

"La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad"

Pablo les estaba diciendo a los Cretenses: "Quiero colocar bajo vosotros el fundamento de la gracia de Dios, porque necesitáis un fundamento sólido". La gracia de Dios es la forma en que Dios nos salva. El evangelio no son buenos consejos, sino buenas noticias. Y es aun más que esto; es el poder de Dios para salvación.

Pablo aquí estaba aconsejando a Tito que requiriera de los cretenses que vivieran vidas que adornaran el evangelio, porque es el poder de Dios. No hay, en absoluto, ninguna excusa para que un creyente viva una vida de derrota y fracaso, porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad.

Se ha manifestado significa que ha aparecido, es una epifanía. Lo que el Señor Jesús hizo por nosotros cuando vino hace más de 2.000 años, es el evangelio, las buenas noticias. Él murió por nosotros y resucitó de los muertos. Dios por lo tanto no nos salva por Su amor, ni nos salva por Su misericordia. Efesios 2:8 nos dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. La misericordia es la compasión de Dios que le impulsó a Él a enviar a un Salvador a la humanidad. Si un hombre pudiera ser salvo por la misericordia de Dios nada más, entonces, toda la humanidad podría ser salva. No hubiera sido necesario que Cristo muriera; la cruz habría sido evitada. Dios ama a los hombres, pero no nos salvó por Su amor. El Amor es el motivo divino, pero Dios no es sólo amor; Él es recto, santo y justo. Las demandas santas de Dios, Sus demandas justas, Sus normas rectas, tenían que ser satisfechas. El amor de Dios puede ansiar salvarnos, pero la ley inmutable de la justicia hace que el amor resulte impotente para hacerlo. Por lo tanto Cristo, al morir por nuestros pecados, satisfizo las demandas santas de la justicia de Dios, y ahora puede salvarnos por gracia. Cuán maravilloso es ser salvo por la gracia de Dios. Cuando nosotros éramos culpables, Cristo pagó el castigo. Y la gracia no está implicada en el esfuerzo humano. Dios no le pide a usted que coopere para salvarle. Él no le pide que tenga una buena conducta o un buen carácter para salvarle. Dios sólo les pide a los hombres que crean en Él, que confíen en Él, que acepten a Cristo. El camino de Dios es el mejor camino, y es el único camino. Continuemos ahora leyendo el versículo 12 de este segundo capítulo de la carta de Pablo a Tito;

"Y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente"

Dios no está tratando de reformar a este mundo; está redimiendo a los hombres que aceptan a Cristo. El evangelio no apela a los hombres que han rechazado a Cristo que hagan algo mejor. Si usted ha rechazado a Jesucristo, pues debe tratar de obtener todo lo que pueda de esta vida, porque esta vida es lo único que usted va a tener. Podrá decir como aquellos gladiadores: "comamos y bebamos porque mañana moriremos. Amigo oyente, Dios no quiere reformarle a usted; quiere redimirle.

El versículo 12 comienza diciendo y nos enseña. Enseñar aquí significa educar niños. Dios está llamando a aquellos que son Suyos, que han sido redimidos, a vivir para Él y a evitar los deseos mundanos. Y ahora nos dice el versículo 13 de este segundo capítulo:

"Mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo."

La frase mientras aguardamos la esperanza bienaventurada se refiere al próximo acontecimiento en el programa de Dios: Cristo vendrá a recoger a Su iglesia de este mundo.

La frase la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo revela que Pablo enseñó la deidad de Cristo; el habló del gran Dios que es nuestro Salvador, y ¿quién es Él? Él es Jesucristo. ¿Y qué hizo Él? Nos lo dice a continuación el versículo 14:

"Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras."

El se entregó a Sí mismo por nosotros para redimirnos. Pagó el precio por nosotros para poder redimirnos de toda maldad.

Y añadió el apóstol: y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Es cierto que Dios quiere que usted viva para Él, y por cierto que Él quiere que usted haga buenas obras; pero primero, estimado oyente, Él tendrá que redimirle. Y finalmente por hoy, leamos el versículo 15 de este capítulo 2 de la epístola a Tito, que dice:

"Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie."

Pablo le dijo a Tito: "Tu eres un hombre joven. No permitas que los demás te desprecien a causa de la vida que estés viviendo". Tito tendría que poder enseñar todas estas verdades, con autoridad.

Esta es una gran carta. Todos los jóvenes predicadores deberían estudiar detenidamente esta epístola de Pablo a Tito. Estimado oyente, vamos a dejar nuestro estudio aquí por hoy, y Dios mediante, continuaremos en nuestro próximo programa con el capítulo 3 y le invitamos a que nos acompañe nuevamente.

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