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Estudio bíblico de Salmos 138-139

Salmos 138 y 139

En el Salmo anterior los israelitas estaban en el cautiverio, en los canales de riego de Babilonia. Allí fue donde colgaron las arpas de los sauces y lloraron recordando a Sion. Pero en el Salmo 138 tenemos un himno profético de alabanza que mira anticipadamente al futuro, cuando el remanente fiel a Dios tomará otra vez las arpas para cantar alabanzas a Dios.

Este es un Salmo de David. Como hay una referencia al templo (que no existía en el tiempo de David) la autoría de David ha sido cuestionada. Pero la palabra "templo" puede ser traducida con la misma facilidad como "tabernáculo". Y creemos que aquí se está hablando del tabernáculo o tienda de reunión, y en los días de David. Después de todo, en el texto inspirado figura como un salmo de David. Leamos entonces el primer versículo de este Salmo 138:

"Te alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos".

Veamos la frase "Te alabaré con todo mi corazón". Una de las cosas que impresionan cuando uno visita la ciudad de Jerusalén, es observar a los judíos en el Muro de los Lamentos. Están allí en pie, muchos con un pequeño libro en sus manos, cumpliendo con cierto ritual, algunos colocando sus cabezas contra el muro y otros llorando. Pero mucho de lo que allí se ve es simplemente un ritual, algo exterior. Sin embargo, en el futuro, cuando hayan pasado por la tribulación y hayan sido librados de ese tiempo de sufrimiento, no participarán de una adoración meramente externa. Será una adoración que brote del corazón, como lo expresa este salmo. Estimado oyente, usted y yo necesitamos examinar nuestro corazón para comprobar cómo estamos adorando a Dios. ¿Le adoramos con todo nuestro corazón? Una de las cosas que nos llamó mucho la atención acerca de Horacio Bonar, es que cuando él se dirigió a Dios arrepentido por su frialdad, indiferencia y del pecado de su vida dijo: "Regresé a Dios y me arrepentí de mi arrepentimiento". Porque su primera confesión había sido meramente formal y exterior, y se arrepintió de ella. Algunos de nosotros los lunes por la mañana deberíamos ir a Dios en oración y pedirle que nos perdone por la forma en que nos hemos comportado en la Iglesia el domingo; deberíamos decir: "Señor, perdóname por mi actitud en la Iglesia en el día de ayer. Canté los himnos pero no lo hice de corazón. Oré, pero fue una simple formalidad. Escuché la Palabra de Dios, pero ella no tuvo ningún efecto en mí. Estuve más pendiente de observar de manera crítica y con curiosidad al predicador y a la gente, que en examinarme a mí mismo ante Dios. Perdóname por haber ido a la Iglesia de esa manera". Sería espiritualmente provechoso hacer esta oración.

Luego el salmista dijo: "delante de los dioses te cantaré salmos". Lutero y Calvino explicaron que estos dioses eran ángeles de Dios. No creemos que sea así. Otros opinan que David estaba hablando aquí acerca de los ídolos o dioses de las naciones; y podría ser que él se haya referido a ellos. Sin embargo, cualquier cosa que ocupe el lugar de Dios en su vida, o que se encuentre entre usted y el Dios vivo y verdadero puede ser su dios. Vimos esta palabra "dioses" en el Salmo 82, versículo 6, y allí se hacía referencia a los jueces; aquellos que ocupan el lugar de Dios ?es decir, que son los representantes de Dios aquí en la tierra para administrar justicia?. Siempre hemos tenido presente el hecho de que aquellos que servimos a Dios de diversas maneras tenemos que presentar la Palabra de Dios y el Evangelio con toda claridad, y somos responsables de ello ante Dios mismo. Así que cuando David se refirió aquí a los dioses, vemos que hay varias opciones para interpretar lo que quiso decir. Ahora él dijo en el versículo 2, de este Salmo 138:

"Me postraré hacia tu santo Templo y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad, porque has engrandecido tu nombre y tu palabra sobre todas las cosas".

En otras palabras, la Palabra de Dios es tan buena como lo es Él, así como hay un viejo dicho que dice "un hombre es tan bueno como su palabra". Es como si el salmista hubiera dicho: "Has exaltado tu palabra de acuerdo con todo lo que tu nombre implica". Otra versión traduce muy adecuadamente esta última parte del versículo 2: Dice así: "porque has engrandecido tu palabra conforme a todo tu nombre". Esta es una gran declaración. Leamos ahora el versículo 6 de este Salmo 138:

"Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, pero al altivo mira de lejos".

Él está en el lugar más alto, por encima de todo. Sin embargo, se muestra condescendiente con los humildes. En la Biblia se dice mucho acerca de la forma en que Dios considera a los humildes. El orgulloso ser humano no parece ser un experto en exponer su humildad. Santiago en su Epístola tan práctica, en el capítulo 4, versículo 6, dijo: "Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes". En 1 Pedro 5:6 dice: "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo". Estamos así apreciando todo lo que la Escritura dice sobre la humildad. Es una virtud que Dios tiene en cuenta y reconoce. El Salmo 131:1 dice: "Señor, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas ni en cosas demasiado sublimes para mí". Y en Isaías 57:15 dice: "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados". Y en 1 Pedro 5:5 dice: "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad". Finalmente, 1 Pedro 3:4, dice: "Que vuestra belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios". Todas estas citas revelan cómo considera Dios la humildad. Leamos ahora el versículo 8, versículo final del Salmo 138:

"El Señor cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, Señor, es para siempre; ¡no desampares la obra de tus manos!"

Esta es la forma de decir del Antiguo Testamento, lo que leemos en la carta del apóstol Pablo a los Filipenses, capítulo 1, versículo 6, donde dice: "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo".

Y con esto llegamos ahora, al:

Salmo 139

Este es otro de los Salmos de David. Es un Salmo teológico en el sentido en que revela algo de los atributos de Dios en relación con Su creación. Revela Su omnisciencia, o sea, que Dios tiene conocimiento de todo, Su omnipresencia, es decir, que está presente en todas partes, y Su omnipotencia, que quiere decir, que tiene todo el poder. Puede realizar todo aquello que sea el objeto de Su poder, que no tiene límites.

Éste es un Salmo que va a responder a muchas preguntas que son pertinentes para nosotros. Leamos, pues, el versículo 1, que destaca:

La omnisciencia de Dios

"Señor, tú me has examinado y conocido".

Dios nos conoce a usted y a mí, estimado oyente. Él es el mejor Psicólogo. ¿Por qué no se acerca al Señor Jesucristo, y le cuenta a Él todo lo que le sucede, o todo lo que siente? Usted debería hacerlo ya que, de todas formas, Él lo sabe todo sobre usted. Un especialista humano no le llegará a conocer totalmente, incluso después de que usted crea haberle contado todo. Leamos ahora los versículos 2 al 4 de este Salmo 139:

"Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos, pues aún no está la palabra en mi lengua y ya tú, Señor, la sabes toda".

Quizás, como reacción a una grave ofensa o contrariedad, usted pensó en un principio desahogarse pronunciando un insulto muy fuerte pero se contuvo ante la presencia de alguien. Esa palabra o expresión que no llegó a su lengua, fue ya conocida por Dios. Él nos ve y conoce totalmente, tanto en lo externo como en lo más íntimo. Por ello el salmista pudo decir, "Señor, tu me has examinado y conocido". Y los versículos 5 y 6 dicen:

"Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡alto es, no lo puedo comprender!"

Ahora, alguien quizá pregunte: ¿Cómo puede saber Dios esto? Bueno, yo no lo sé y el salmista aquí dijo que él tampoco lo sabía. Dijo el salmista "Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí". Y debemos decir aquí que la omnisciencia de Dios no es algo de lo cual debemos tener temor, sino que en realidad tendría que ser un motivo consuelo. Fíjese usted que Él me salvó a mí, aun sabiendo lo que yo era. Eso es algo realmente sorprendente. Hay algunas personas que usted y yo aceptamos y recibimos como amigas, y después de un tiempo de alguna manera nos decepcionan. Uno pensaba que las conocía, pero realmente no había llegado a conocerlas verdaderamente. En cambio Dios nos conoce y, sin embargo, nos salva. Realmente, es hermoso comprobar la grandeza de Su amor. Por ejemplo, Dios conocía a David, y él le hizo quedar mal. Pero Dios sabía algo sobre la fe de David que nosotros no pudimos ver. Él pudo ver el corazón de David más allá de esa fe que falló había una fe que nunca se debilitaría. Tenemos también el caso de Simón Pedro. El Señor sabía lo que Pedro iba a hacer, e incluso sabía que Judas le traicionaría. Aun cuando nuestra mente no alcance a comprenderla, así es la omnisciencia de Dios. Él lo sabe todo. Y ahora pensemos que no importa donde uno vaya, no puede huir de Dios. Leamos los versículos 7 y 8, que encabezan un párrafo sobre:

La omnipresencia de Dios

"¿A dónde me iré de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciera mi estrado, allí tú estás".

Aquí el término Seol se refiere a la región de lo invisible y desconocido. Y aun allí se encuentra Dios. No importa donde vayamos, Él se encontrará en ese lugar. Y el versículo 9, dice:

"Si tomara las alas del alba y habitara en el extremo del mar"

Usted ni siquiera podría escaparse de Dios si viajase al espacio. No lo puede lograr, amigo oyente; usted no puede alejarse de Él. Hace ya tiempo, fue emocionante escuchar a los tres primeros astronautas que giraron alrededor de la luna leer el primer capítulo del Génesis. Y luego, en los versículos siguientes, los versículos 10 al 12, leemos:

"Aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra. Si dijera: Ciertamente las tinieblas me encubrirán, aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; ¡lo mismo te son las tinieblas que la luz!"

Alguien le preguntó una a vez a su consejero espiritual: "¿Cree usted que nosotros deberíamos confesar a Dios todos nuestros pecados en detalle?" Y él le respondió "Por supuesto, puede mencionarlos uno por uno. De todas maneras Él ya los conoce. Él estaba presente cuando usted los cometió; así que será mejor que usted esté de acuerdo con Él en ese asunto. Debe usted decirle que también los reconoce como pecado". Es que confesar de esta forma su pecado es estar de acuerdo con Dios. Dios reconoce el pecado como tal y es importante que usted esté de acuerdo. Y dice el versículo 13:

"Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre".

Desde el momento en que somos concebidos en el vientre, en esta vida, nunca nos apartamos de la presencia de Dios.

El salmista enfatizó esta verdad en el versículo 14, que leemos ahora:

"Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien".

Dios se encuentra en todas partes, y el ser humano es una criatura extraordinaria que goza de la atención de Dios constantemente. Leamos ahora los versículos 15 y 16;

"No fue encubierto de ti mi cuerpo, aunque en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ni una de ellas".

David dijo que antes de su cuerpo fuese formado, él era una persona. Era una persona, en el proceso de su formación en el vientre de su madre. Incluso antes de que los miembros de su cuerpo fueran formados, él era una persona. Aquí se declara que la personalidad existe en el mismo momento de la concepción.

Y hay que decirlo directamente. El aborto para librarse del ser que aún no ha sido formado para encubrir un pecado o para evadir una responsabilidad constituye un crimen terrible.

La Biblia tiene una respuesta para todos los problemas de la vida si la examinamos en su totalidad, y no siempre ofrece una interpretación que resulte popularmente aceptable. Y es bueno conocer el punto de vista de Dios. Vamos ahora a leer ahora los versículos 17 y 18 para considerar:

La omnipotencia de Dios

"¡Cuán preciosos, Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena. Yo despierto y aún estoy contigo".

Estimado oyente, Dios nos ama. Y ese Dios que nos ama es omnipotente, es decir, que todo lo puede, es todopoderoso. Y dice el versículo 19:

"De cierto, Dios, harás morir al impío. ¡Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios!"

En este Salmo se habla de los malvados y de la gente fiel, piadosa. Dios dijo que Él juzgaría a los malvados. Y también vemos que Él escuchará la oración de Su pueblo. Realmente, podemos alabar a Dios por Sus atributos. Porque Él es omnisciente, es decir que todo lo sabe, que posee el conocimiento de todas las cosas, podemos alabarle por ser todopoderoso, que todo lo puede, que posee el máximo poder concebible, y porque es omnipresente, es decir, que está presente a la vez en todas partes. Y el Salmo 139 finaliza con esta oración del salmista que encontramos en los versículos 23 y 24, que leemos a continuación:

"Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame en el camino eterno".

Con este pedido, David quería que Dios comprobara su lealtad, demostrando así que él no era como los malvados mencionados en los versículos anteriores. El verbo "examinar" fue también usado en el versículo 1 acerca de Dios. El salmista le pidió a Dios que le probara como un refinador prueba el metal. Teniendo en cuenta que Dios conoce todo, como se declara en los versículos 1 al 6, también conocería sus "pensamientos", y esta palabra fue traducida en el 94:19 como "pensamientos íntimos", y por otra versión como "inquietudes". Y Dios también sabría si el salmista iba por mal camino, o por el camino de dolor, dolor causado por el pecado. David estaba convencido que tal examen, por parte de Dios, pondría en evidencia su lealtad, su fidelidad. Y en Su guía, el Señor le conduciría por el camino eterno, es decir, por el camino de vida, en contraste con el camino de ruina y destrucción que siguen los malvados.

Estimado oyente, le invitamos a someterse a este examen a solas con Dios, en un verdadero encuentro íntimo con Él. Es como aceptar que Dios conoce todo sobre usted, y equivale a pedir que Él intervenga en su vida para iluminarla ante usted mismo, para limpiarla, para transformarla, para imprimirle una nueva motivación de vida, y una dirección acertada, una trayectoria guiada por Su Espíritu, por el camino de la vida, por el camino que permanece, por el camino eterno.

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