Estudio bíblico de Filipenses 2:12-26
Filipenses 2:12-26
Nos encontramos hoy, amigo oyente, en el segundo capítulo de esta epístola del Apóstol Pablo a los Filipenses, y vamos a comenzar leyendo el versículo 12. Hemos visto que en este capítulo se nos ha expuesto la siguiente norma o modelo para el vivir cristiano: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. Ahora, ese sentir es algo que usted no puede imitar. Nunca seremos como Él, esforzándonos por imitarle. Esto quiere decir que el Espíritu de Dios debe hacerlo actuando en nosotros. El producirá en nuestra vida el fruto de mansedumbre y humildad.
Ahora, vamos a ver cómo el sentir y la forma de pensar de Cristo quedaron en evidencia al andar por esos caminos romanos. Le veremos morar en hogares romanos, y en una cárcel romana, y veremos tres ejemplos. Vamos a ver el sentir de Pablo. También vamos a observar el sentir de Timoteo y el de Epafrodito, que era el Pastor de la Iglesia de Filipos. En ese imperio pagano encontramos, pues, a tres hombres que demostraron tener ese sentir que había en Cristo Jesús, e incluso, puede haber habido tres millones más en aquellos tiempos. Notemos pues ahora lo que dice el versículo 12, de este capítulo 2, de la epístola a los Filipenses:
"Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no solamente cuando estoy presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor"
Ahora, esta palabra salvación es utilizada aquí en un sentido general. Lo que el Apóstol Pablo estaba diciendo aquí es que ellos debían resolver sus problemas en la Iglesia, y los problemas que tenían en su propia vida cristiana. Él no se encontraba allí entre ellos para poder ayudarles, y no estaba seguro de poder verles otra vez, por encontrase en una prisión romana. Así es que Pablo les dijo: ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor. O sea, que consideraran el asunto con sinceridad, con cuidado, con diligencia.
Una niña se encontraba en la Iglesia con su madre y el predicador leyó este versículo que acabamos de ver y al leerlo, la pequeña se volvió a su madre y en voz baja le dijo: "Mamá, uno no puede ocuparse en su salvación a no ser que la salvación se haya ocupado de uno antes, ¿verdad?" Y, amigo oyente, esa es una buena pregunta. Usted no puede ocuparse de su salvación a no ser que la salvación se haya ocupado de usted primero, porque notamos que es Dios quien actúa. El versículo 13, dice:
"Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."
Así que, es Dios quien da la salvación. Si Dios le ha salvado, Él le ha salvado a usted por medio de la fe. Dios no está aceptando ninguna clase de buenas obras para la salvación. Pero después que usted es salvo, entonces Dios hablará con usted acerca de las obras. La salvación que Él le da a usted por medio de la fe, es una salvación que por medio de Él producirá también un resultado.
Calvino lo expresó de esta manera: "La fe, sola, salva, pero la fe que salva, no está sola". Y el Apóstol Santiago, en el capítulo 2, versículos 17 y 18 dijo: 17Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.
Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras. Usted se da cuenta amigo oyente, que sólo Dios puede ver el corazón. Él conoce cuál es su verdadera condición, y Él conoce cuál es nuestra verdadera condición. Él sabe si yo tengo la fe que salva, o si usted tiene una fe que salva. Pero su prójimo no puede ver esa fe que salva. El puede observar muy bien las obras de la fe, el producto de esa fe. Él dice que esa fe se demostrará exteriormente de tal manera que su prójimo se dará cuenta que usted es diferente, que usted es un creyente. No es necesario que usted lleve una identificación o un símbolo visible que le identifique como cristiano.
Entonces Pablo estaba hablando de una fe que se iba a demostrar exteriorizándose en las vidas de los Filipenses. Luego, dice en el versículo 14:
"Haced todo sin murmuraciones ni discusiones"
Usted no debe aceptar ningún cargo ni responsabilidad en la Iglesia, o en ninguna organización cristiana, si se va a quejar por tener que hacer ese trabajo. Eso arruina más obras cristianas que cualquier otra cosa en el presente. Haga su trabajo sin quejas, ni contiendas. El versículo 15, continúa diciendo:
"Para que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo"
Debemos ser como una luz. El Señor Jesucristo, que es la Luz, les dijo a los suyos, en Mateo 5:14, vosotros sois la luz del mundo. Cuando salimos fuera por la noche podemos contemplar las estrellas brillando en el firmamento. Cuando Dios mira hacia abajo, hacia este mundo, y lo ve espiritualmente oscuro, y Él puede ver a aquellos que son Suyos como unas pequeñas luces, estrellas, brillando aquí abajo. Por ello el Apóstol Pablo hablando de esta generación siguió diciendo: en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo. Y en el versículo 16, él dice:
"Asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado."
La luz y la vida están relacionadas. Cuando exponemos y proclamamos la palabra de vida, somos como luces en el mundo. Pablo se alegraba cuando oía que los creyentes de Filipos estaban manifestando su fe al hacer buenas obras. Estos creyentes estaban muy cercanos al corazón de Pablo porque se habían convertido a Cristo por medio de él. Ahora, tenemos en el versículo 17, lo siguiente:
"Y aunque sea derramada como libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros."
Aquí tenemos uno de los versículos más maravillosos que en nuestra opinión usted puede encontrar en toda la Palabra de Dios, y que ilustra lo que la vida cristiana realmente debería ser. Aquí el apóstol se estaba refiriendo a uno de las primeras ofrendas del Antiguo Testamento. Si retrocedemos por un momento a Génesis 35:14, encontramos que Jacob erigió una piedra en Betel, y dice el texto que derramó sobre ella una libación y echó sobre ella aceite. Después, en los libros de Levítico y Números se describieron los sacrificios. La libación consistía en derramar aceite o vino como ofrenda a Dios. En la legislación sacerdotal acompañaba al holocausto cotidiano. Sabemos que había una libación que debía añadirse al holocausto y a la ofrenda de cereales. Nunca fue añadida a la ofrenda por el pecado o a la ofrenda por la culpa. Era una ofrenda muy poco común en el sentido de que no tenía que ver con la redención; no tenía nada que ver con la persona de Cristo. Los israelitas traían un odre de vino y simplemente lo derramaban sobre el sacrificio que estaba siendo consumido por el fuego. (Tenemos un ejemplo en Levítico 23:13, que dice: También presentaréis cuatro kilos de harina fina mezclada con aceite, como ofrenda de cereal, ofrenda por fuego, de aroma grato al Señor, y un litro de vino como ofrenda de libación. ¿Y qué le sucedía a la sustancia derramada? Ascendería como vapor y desaparecería.
Pablo estaba diciendo: "Yo quiero que mi vida sea derramada como una libación en la ofrenda de Cristo". Pablo sabía que el Señor Jesucristo hizo el sacrificio supremo, y el apóstol quería que su vida fuera una libación, simplemente derramada para ascender como un vapor. El deseaba ser consumido y ocultado para que todo lo que se viera fuera precisamente a Jesucristo. El quería que Cristo recibiera todo el honor y la gloria. Esta era la mentalidad, la forma de sentir de Pablo. No podemos imaginar un deseo más elevado para la vida cristiana.
Continuemos leyendo ahora el versículo 18;
"Asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo."
En otras palabras, "si vuestra vida honra al Evangelio, mi vida es simplemente derramada como una libación. Y todos nos alegraremos por ello". Este es realmente el sendero de la humildad. Solo una persona que tenga la mente, el sentir de Cristo puede ser derramada como una libación. Esta es una imagen elocuente y hermosa.
Pablo terminó aquí con una nota de alegría. En la actualidad con frecuencia nos alegramos por motivos equivocados. Necesitamos alegrarnos por el hecho de que Jesús murió por nosotros, y porque podemos servirle. O escuchamos de alguna iglesia donde la gente se está salvando y está siendo formada en la fe, deberíamos alegrarnos. Si estamos siguiendo el sendero de la humildad, nos alegraremos del éxito de otros. A veces hay muchas situaciones de conflictos y orgullo, lo cual perjudica a la causa de Cristo. La mente de Cristo, Su forma de sentir y pensar en el creyente traerá alegría y honor a Dios.
Vamos a leer ahora el versículo 19, que inicia un nuevo párrafo que trata sobre
El sentir de Timoteo
"Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al tener noticias vuestras"
Timoteo era el hijo espiritual de Pablo. Pablo tenía mucha confianza en él. Confiaba en que Timoteo se ocupara del cuidad de los cristianos de Filipos. Y dice el versículo 20:
"Porque no tengo a ningún otro que comparta mis sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros"
En la descripción de la forma de sentir de Timoteo encontramos que él tenía el mismo sentir que Pablo. Si tenía la misma forma de sentir que Pablo, significa que el tenía el sentir de Cristo, y que se caracterizaba por la humildad. En realidad, las organizaciones suelen presentar una imagen de unidad que muchas veces no se corresponde con la realidad. Pero si los creyentes, como Pablo y Timoteo tienen el mismo sentir de Cristo, ya se encuentran verdaderamente unidos.
Timoteo había sido fiel a Pablo. A veces alguien que se ha convertido se vuelve en contra de aquella persona que le guió al Señor. Es como si un hijo se volviera en contra de su padre. Eso mismo le había sucedido a Pablo, pero Timoteo había permanecido fiel. Y Pablo les estaba enviando a los creyentes Filipenses porque podía confiar en él. Es hermoso tener personas de la misma forma de sentir que Cristo, y que con esa actitud puedan trabajar juntos.
Escuche lo que dijo el apóstol aquí en el versículo 21, de este capítulo 2:
"Pues todos buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús."
Había muchos otros creyentes que estaban tratando de hacerse famosos, buscando su propia gloria. Querían labrarse un nombre propio. Y ya que estaban buscando su honra personal, estaban dispuestos a minimizar a Pablo.
¿Tiene usted amigo oyente, respeto por aquellos que se están manteniendo firmes por la Palabra de Dios en el presente? Cuando escuchamos de algún siervo de Dios que hoy está criticado, reconocemos que en algún lugar de su entorno hay rivalidades y orgullo. EL sentir de Cristo no le permitirá a usted criticar a una persona que sirve a Cristo. Pablo estaba dando a entender que no confiaba en aquellos hombres.
Continuemos leyendo el versículo 22 de este capítulo segundo de Filipenses:
"Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio."
La gente hoy habla mucho sobre el compañerismo. No puede haber una relación de compañerismo mayor que la que existe entre dos personas que tienen el mismo sentir de Cristo. Estarán juntas aunque estén separadas por una gran distancia. Es por tal motivo que existe un vínculo estrecho entre aquellos cristianos que tienen el sentir, la forma de pensar de Cristo.
Cuando un joven y una joven cristiana se enamoran el uno del otro, hay entre ellos una relación de compañerismo que no siempre se puede encontrar en un matrimonio. Una relación que sea simplemente física se puede conseguir en cualquier parte. Pero cuando un marido y una esposa comparten el sentir de Cristo, podemos decir que están verdaderamente juntos y unidos. No hay ninguna ceremonia humana que pueda unir a dos personas en esa forma. Es una relación hermosa y gloriosa.
Y luego el Apóstol Pablo continuó diciendo en el versículo 23:
"Así que a este espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos; y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros."
Pablo quería que Timoteo fuera el que les llevase a los Filipenses el mensaje sobre lo que iba a ocurrirle allí en la prisión. El apóstol tenía esperanzas de que saldría en libertad de la cárcel, y tenía previsto un ministerio itinerante para su nueva etapa, aunque este aspecto no quedó registrado en la Biblia. Más adelante, cuando los cristianos fueron perseguidos por Nerón, Pablo, naturalmente, fue traído otra vez a la cárcel y fue ejecutado.
Llegamos ahora al párrafo que nos habla sobre
El Sentir de Epafrodito - La obra de Cristo
Epafrodito era otro que tenía el sentir de Cristo. El, Pablo y Timoteo estaban todos juntos, como hermanos en Cristo, sirviendo al Señor. Recordemos que él era el pastor de la iglesia en Filipos. Notemos lo que dice el versículo 25:
"Pero me pareció necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien vosotros enviasteis a atenderme en mis necesidades."
Pablo había fundado la iglesia en Filipos, pero Epafrodito no estaba celoso de Pablo, Pablo sentía gran cariño por Epafrodito porque éste tenía el sentir de Cristo y entonces el apóstol podía confiar en él. Le llamó mi hermano, colaborador y compañero de lucha. Fue como si Pablo hubiera dicho: "es mi compañero de lucha; el lucha conmigo. El nunca me traicionaría cuando estoy lejos. Nunca se pondría de parte de mis enemigos. El se encuentra hombro con hombre conmigo en la causa de la fe."
El versículo termina presentando a Epafrodito como un mensajero enviado para atender a sus necesidades. El fue una gran ayuda práctica cuando Pablo se encontraba detenido y encadenado. Escuchemos lo que Pablo dijo aquí en el versículo 26:
"Él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y se angustió mucho porque os habíais enterado de su enfermedad."
Vemos que Epafrodito se enfermó y a la iglesia en Filipos le llegaron noticias de que su pastor se encontraba enfermo. El les echaba de menos y probablemente sentía también nostalgia con frecuencia. Entonces cuando se enteró de que la iglesia estaba lamentándose porque él estaba enfermo, sufrió una recaída, porque le hizo daño saber que ellos se sentían tristes y afectados por su enfermedad. Estas reacciones nos muestran la hermosa relación que había entre la iglesia en Filipos y su pastor. Y el amor que los miembros de la iglesia le profesaban, habla muy bien de la iglesia en Filipos.
Esta es la atmósfera espiritual que se percibe en una comunidad cuyos miembros tienen una relación personal con Dios, y que se rige por el sentir, por la forma de sentir y pensar de Jesucristo. De esa manera, Dios muestra su voluntad y lleva a cabo Sus propósitos, actuando libremente por Su Espíritu, promoviendo el crecimiento numérico y espiritual de esa congregación. Estimado oyente, cuando uno al recibir el don de la salvación establece esa relación con Dios por medio del Señor Jesucristo, y está dispuesto a obedecer a Su Señor con la ayuda del Espíritu Santo, la paz que El sólo puede dar, y que nosotros no podemos lograr por nosotros mismos, impera en las relaciones de cada uno con su Señor, y en las relaciones con todos los demás miembros del pueblo de Dios.
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