Las cosas que vamos a encontrar en el libro de Exodo son historia, pero, según las vayamos estudiando, nos daremos cuenta de que también nos hablan en un nivel mucho más elevado de cosas que tienen que ver con nuestra salvación. Comprenderemos mejor lo que nuestro Señor Jesucristo ha hecho para librarnos del mundo y del poder de Satanás, también encontraremos las luchas que tendremos que mantener antes de llegar a nuestra herencia. Y, por fin, veremos cuáles son los medios milagrosos que el Señor utiliza para llevarnos al triunfo final...
El pueblo de Israel llegó a encontrarse en un estado de esclavitud, pero Dios escuchó su clamor y les preparó un libertador. Este sería Moisés, y en la forma en la que Dios formó a su siervo, aprendemos numerosas lecciones para nuestras vidas.
Dios preparó a su siervo en la soledad antes de enviarlo a la gran misión de sacar al pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto. ¡Qué importante es pasar tiempo en la presencia de Dios antes de estar en la presencia de los hombres!
Cuando Moisés regresó a Egipto tuvo que enfrentar pruebas muy difíciles. Primero tuvo dudas sobre sí mismo, luego un terrible enfrentamiento con Faraón que lo despreció, y por último, el rechazo del pueblo que también se sentía abrumado por las nuevas dificultades...
Encontramos en estas historias un hecho que nunca debemos olvidar: Dios es Soberano y tiene el derecho de juzgar a este mundo cuando él lo crea conveniente. Y cuando esto ocurre, ni el más poderoso de los hombres puede impedirlo.
La pascua marcó el comienzo de la vida nacional de Israel. Entonces los israelitas fueron liberados de Egipto después de que el cordero pascual fuera sacrificado, lo que también nos recuerda el sacrificio de Cristo para traer salvación eterna a su pueblo...
En el momento que Israel comenzó su peregrinaje por el desierto llegaron las pruebas para él. Y a nosotros también nos ocurre lo mismo cuando nos convertimos. Pero debemos recordar que del mismo modo que Dios abrió el mar para que su pueblo pasara, así hará también con nosotros...
La vida cambió radicalmente para Israel desde que salieron de Egipto. Ahora les tocaba aprender a vivir en la comunión y dependencia del Señor, lo que no iba a resultar en una tarea fácil... Este es el mismo caso con nosotros cuando nos convertimos...
Una vez que Dios sacó a Israel de Egipto, las dificultades no habían terminado para ellos; todavía había poderosos enemigos a su alrededor, aunque seguramente, el peor de todos eran ellos mismos y sus malas actitudes...
El pueblo de Israel se acercaba a uno de los momentos más importantes de su historia: Dios haría un solemne pacto con ellos. Aquí vemos cómo el pueblo debía prepararse para ir al encuentro de su Dios.