El ciego Bartimeo es un ejemplo para nosotros de lo que significa "andar por fe y no por vista". Podemos aprender mucho considerando cómo su fe le llevó a vencer todos los obstáculos que le impedían llegar hasta Jesús...
El Salmo nos invita a reflexionar sobre el hecho de que a menos que Dios esté en el centro de la vida tanto personal como nacional, todo esfuerzo humano será en vano.
La historia de la agonía del Señor Jesucristo en el huerto de Getsemaní es uno de los pasajes más profundos y misteriosos de la Biblia. Contiene cosas que ningún hombre puede explicar satisfactoriamente. Al estudiarlo estamos pisando "tierra santa", lo que nos debe llevar a la adoración más que al análisis.
El encuentro de Jesús con la mujer samaritana es un ejemplo extraordinario de cómo el Señor evangelizaba a los perdidos. A lo largo del estudio veremos la forma sencilla en la que le expuso la verdad, le mostró su necesidad espiritual, despertó su conciencia, contestó a todas las preguntas que inquietaban su alma, y le llevó finalmente a la fe en él, el auténtico Mesías y Salvador del mundo.
Santiago está muy interesado en la relación que debe haber entre la fe y la conducta. En este pasaje nos enseña que la fe no puede dar cobijo al favoritismo que adula al rico y desprecia al pobre. Desde la perspectiva cristiana, el desheredado es tan digno de atención como aquel que tiene grandes riquezas.
Cuatro amigos presentaron un paralítico a Jesús mientras predicaba. El Señor le perdonó sus pecados y también le sanó de su enfermedad. Con ello demostró que es Dios y que su forma de tratar con el pecado era muy diferente a cuanto habían conocido hasta ese momento.
Aunque muchos predican que el propósito de Dios para el creyente es que viva libre de sufrimientos y enfermedades, disfrutando de una vida próspera en todos los sentidos, especialmente en lo relacionado con lo material, la Biblia nos enseña que el sufrimiento forma parte de la vida del cristiano, y el apóstol Pablo es un buen ejemplo de ello...
En la primera parte del estudio se repasan los diferentes tipos de bautismo que encontramos en el Nuevo Testamento. Y en la segunda se consideran algunos de los errores más frecuentes sobre el bautismo cristiano.
Cuando un padre se acercó a Jesús para pedir la sanidad de su hijo, el Señor se quejó porque veía que no estaban dispuestos a creer si no veían señales y prodigios. En nuestros días también hay muchas personas de este tipo. Ahora bien, el estudio de este pasaje nos enfrenta con la pregunta: ¿Son las señales y los prodigios una causa para la fe, o son éstas el resultado de la fe? ¿Hay que ver para creer o creer para ver?